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Las víctimas del general
El general Carlos Prats, ex comandante en jefe del Ejército de Chile hasta días antes del golpe de Estado, y su esposa fueron asesinados el 30 de septiembre de 1974 en un barrio de Buenos Aires (Argentina) por una bomba accionada por control remoto.

La vista oral del caso del general Prats, de ascendencia mallorquina, comenzó el mes de mayo en la capital argentina.

María Angélica y Sofía Prats
María Angélica (50 años) y Sofía (52). Hijas del general Carlos Prats y Sofía Cuthbert. Asesinados.

Para nuestro padre, el golpe de Estado significó la destrucción de toda una vida dedicada al servicio militar y el fin de la amistad. El Ejército actuó de forma contraria a sus principios. Él estuvo de acuerdo con el nombramiento de Pinochet como su sustituto.

Nunca pensó que iba a traicionar los principios constitucionales, a los que había sido fiel en crisis anteriores al golpe. El 15 de septiembre fue recibido en Argentina como huésped del Ejército argentino. Se dedicó a trabajar en una empresa de neumáticos como gerente. Se fue de Chile porque se veía en peligro, pero no hizo declaraciones públicas.

El Gobierno militar le impidió mantener su pasaporte chileno. En el exilio se sintió permanentemente vigilado y perseguido. Tenía protección permanente. Casualmente, el día del atentado le fue retirada la guardia.

El general Prats tenía un gran prestigio. Podría ser muy molesto en el futuro. Era un símbolo para un sector del Ejército. Todo podía pasar en un país dislocado, sin moral, sin valores. Nunca sufrimos amenazas de muerte, aunque sí dificultades de trabajo. Vivimos marginalmente y trabajamos en instituciones privadas durante la dictadura. La Dirección de Inteligencia Nacional Anticomunista (DINA) lo mató, y Pinochet fue cómplice de su asesinato.

La llegada de Pinochet al Senado como senador vitalicio es una vejación a una alta institución del Estado. Es tan violento como el mismo golpe de Estado. Representa la continuidad de la violencia de la dictadura.

Su único objetivo es mantener un fuero especial para evitar la justicia. Nosotras presentamos el caso del asesinato de nuestros padres ante la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados. Se realizó una investigación muy seria. Pero la Corte Suprema aplicó el decreto de amnistía de 1978”.