El
caso de Los Cinco Cubanos
LA “JUSTICIA
” YANQUI :
UN SISTEMA PÚTRIDO
HERNAN
URIBE (*)
Con más de siete millones de procesados y dos
millones en las cárceles Estados Unidos tiene la mayor cantidad
de presos en el mundo según información publicada el 13 de
junio/08 en “El Mercurio, periódico conservador chileno. Sin
embargo esas cifras no son signo de eficiencia pues el sistema
penal imperante allí es repulsivo e injusto al tenor de
numerosos ejemplos. Los datos provienen de la Oficina de Estadística
de la Justicia la cual señala que de todos los prisioneros, uno
de cada quince es negro y uno de cada
35, hispano.
El
cinco de enero pasado, la agencia estadounidense Associated
Press (AP) informaba que Charles Chatman
fue liberado luego de permanecer 26
años encarcelado en Dallas acusado de violación y
condenado a 99 años cuando era veinteañero.
Chatman es afro americano y su
inocencia se probó mediante el ADN con evidencias que
estuvieron almacenadas durante casi tres décadas. El veredicto
deja a Chatman como el décimo
quinto declarado inocente en Dallas desde 2001, apunta AP.
Charles
Fain, ex combatiente en Vietnam,
condenado a muerte en 1982 acusado de violación a una niña de
nueve años, fue liberado 19
años después (2001)
cuando una prueba de ADN comprobó su inocencia. Fain
fue esa vez el número 96 en EE.UU.
en la liberación de condenados a muerte que luego resultaron
inocentes. “La liberación de Charles Fain
ha despertado dudas en Estados Unidos sobre los procedimientos y
procesos para determinar la culpabilidad de delitos graves”
comentó entonces la agencia española EFE.
El
matrimonio formado por Julios Rosenberg
y Ethel Greenglass
fue electrocutado el 19 de junio de 1953 en la prisión de Sing-Sing,
acusados de espiar para la URSS en un juicio que duró tres años
y provocó conmoción mundial. Medio siglo después, en 2001,
David Greenglass declaraba enfáticamente
a un reportero de CBS que él había inventado la única
prueba
contra su hermana Ethel con el propósito
de salvarse él mismo. A cambio del frecuente “acuerdo” con
testigos falsos en la justicia de EE.UU.,
David Greenglass fue condenado sólo
a cárcel y quedó libre en 1960. Su hermana Ethel
sostuvo antes de morir: “somos las primeras víctimas del
fascismo norteamericano”.
El juicio y las condenas de los Rosenberg
fueron de corte netamente político, en el marco de la guerra de
Corea y cuando había en EE.UU. un
fuerte de pánico por el poderío de
la entonces Unión
Soviética.
Los procedimientos penales estaban y están ejecutados por
mentes prejuiciosas y marcados de esa
manera por
la arbitrariedad. Una
prueba de ello es lo que dijo el juez Irving Kauman
al anunciar la sentencia: “Es muy difícil hacer comprender a
la gente que este país está comprometido en una lucha de vida
o muerte con un sistema distinto que está desafiando nuestra
propia existencia”(sic) Cosas análogas
había proclamado antes Hitler acerca del comunismo y de los judíos.
Nicola Sacco
y Bartolomeo Vanzetti,
ambos emigrantes italianos, fueron ejecutados en EE.UU.
el 23 de agosto de 1926. Imputados de robo y homicidio fueron
objeto de un proceso plagado de ilegalidad y racismo manifiesto.
La sentencia del juez Webster Thayer
se basó en el veredicto de “culpables” emitido al margen de
pruebas materiales por un jurado de siete personas. En 1977, es
decir, transcurrido 51 años el gobernador de Massachussets,
Michael Dukakis diría en una
declaración especial que aquellos ajusticiados “fueron objeto
de prejuicios que reinaban en la
época respecto de los extranjeros y los disidentes”.
En la práctica y de manera
muy directa afirmó que murieron inocentes.
Veamos el presente. En enero de 2008 el ciudadano
estadounidense José Padilla fue condenado a 17 años de prisión
acusado de haber respaldado a la organización islamista Al Qaeda.
El fallo fue expedido en Miami por la jueza federal Marcia Cooke
quien se basó en una investigación cuestionada por
organizaciones de derechos humanos, y se apoyó asimismo en la
declaración del gobierno en Washington que calificó al acusado
de “combatiente enemigo”. Padilla, de origen puertorriqueño
y detenido en 2002 permaneció durante tres años en un calabozo
militar de Carolina del Norte sin ninguna acusación formal. Del
mismo costal son el campo de concentración de Guantánamo y las
ilegalidades sin cuenta allí aplicadas, como es la tortura.
Los casos descritos ilustran el difícil ámbito inicuo
que enfrentan los cubanos sentenciados en Miami cuya situación
es conocida como el “Caso de los Cinco”.En 2008 cumplen diez
años desde su detención y las condenas siguientes dictaminadas
en 2001: Gerardo Hernández, dos condenas a prisión perpetua;
Antonio Guerrero:, perpetua; Ramón
Labañino, perpetua;
Fernando González
, 19 años, y René González, 15 años. Contra ellos se ha
materializado una extensa lista de ilegalidades al extremo de
que en mayo de 2005, el Grupo de Trabajo sobre Detención
Arbitraria de Naciones Unidas, declaraba: “La privación de
libertad de (nombres de los cubanos) es arbitraria, está en
contravención del artículo 14 de la Convención internacional
de Derechos Políticos y Civiles”.
Aunque
motejados de “espías” por la prensa y funcionarios
estadounidenses, el gobierno no presentó (en 2002) una acusación
d espionaje, sino de conspiración, léase, de un acuerdo para
cometer un delito. Dicho de otro modo, no hubo presentación de
pruebas y se efectuó un juicio político con un jurado
integrado por anticubanos de Miami.
La verdad, admitida por La Habana, es que Los Cinco recogían
información acerca de los permanentes preparativos de actos
terroristas perpetrados en la isla y que han provocado miles de
muertos. Lo que procuraban, pues, era prevenir los ataques
contra Cuba y salvar vida. Ello explica, asimismo, que ayer y
hoy se desarrollen en nivel planetario acciones de solidaridad
con esos patriotas cubanos.
En
junio de 2001, durante una conferencia de prensa en La Habana y
en respuesta a una pregunta de CNN sobre Los Cinco, Fidel Castro
manifestó:
“Lo primero que me llamó la atención y así lo
denunciamos en Naciones Unidas fue que resultaba asombroso que
el país más espiador del mundo
acusase de espionaje al país más espiado del mundo. (Estados
Unidos) tiene todo un sistema de espionaje montado
independientemente de que sus satélites son capaces de
descubrir un gato en una azotea de cualquier casa de
La Habana. Es
bueno decir aquí que a nosotros no nos interesa ningún tipo de
información sobre cuestiones estratégicas de Estados Unidos,
ni nos interesa en absoluto, porque carecen de utilidad práctica
para nosotros”.
23/6/08
(*) periodista/escritor chileno