El Siglo, 22 octubre 2004 Informe del perito Martín Cordero Allary:
"Pinochet es competente para comprender, discriminar, decidir,
informar y defenderse"
El Siglo entrega en forma
exclusiva, y de manera íntegra, el informe del perito Martín Cordero que entrega como
resultado esencial el que Augusto Pinochet Ugarte puede ser procesado. También de manera
exclusiva, el doctor Luis Fornazzari, Director Clínico del Programa de Neuropsiquiatría
de la Universidad de Toronto, quien fuera perito en los exámenes realizados a Pinochet
por el caso Caravana de la Muerte, nos da sus comentarios en base a las pruebas realizadas
recientemente.
El examen del Sr. Pinochet se inicia con la lectura de la ficha clínica realizada por su
médico de cabecera, Dr. Coz, en presencia de los tres peritos para quienes se han
preparado pequeños escritorios sobre los cuales hay papel y lápiz para tomar apuntes.
En la historia clínica detallada se consignan los diagnósticos actuales, la evolución
del caso y los diversos tratamientos a lo largo del tiempo.
Los peritos hacen algunas preguntas aclaratorias. Después de esta introducción se
resuelve ver al Sr. Pinochet. Es traído en silla de ruedas por sus ayudantes a través de
un largo corredor que desemboca en una terraza adyacente al gimnasio donde se realiza la
pericia.
Advertimos que se trata de una persona correctamente vestida y ordenada, con rostro
rubicundo, que saluda con cierta amabilidad. Se inicia el examen con una apreciación de
la marcha. El Sr. Pinochet es ayudado a ponerse de pie desde su silla. Comprobamos en ese
momento que sufre de una obesidad de tal magnitud que hace que el manejo de su cuerpo sea
muy difícil. Su marcha es lenta, con un mínimo braceo y cierta dificultad en los giros;
a la vez, los movimientos asociados son escasos comparados con los de un individuo joven.
Hay rigidez moderada y una ligera hipertonía. Sin embargo, todas estas son
características clásicas de la marcha normal del anciano. Camina con pasos cortos,
ayudado por un mínimo soporte bastón- que cumple la función de evitar desbalances
o caídas que pueden ser serias debido a su enorme peso. No obstante, el señor Pinochet
puede caminar sin bastón y sin la asistencia de sus ayudantes; aunque estos tienen temor
que él sufra un accidente. Su médico de cabecera piensa que pesa más de cien kilos.
Estimando que es mucho más, pregunto al Dr. Coz por el peso exacto y él me contesta:
"el señor Pinochet no se deja pesar".
La distintas órdenes para el examen de la marcha deben repetirse en voz alta y mirándolo
de frente. Situación que se explica por su evidente sordera. En todo momento aparece
cooperando activamente con lo solicitado, aunque manifestando cierta irritación.
Al entrar al gimnasio donde proseguirá el examen, el señor Pinochet toma asiento donde
permanecerá confortablemente hasta el momento de ser examinado en la camilla. Se le
pregunta si sabe dónde se encuentra. "Aquí hago gimnasia", contesta. Calcula
la hora del día en forma aproximada y correcta e identifica la dirección de su casa como
"los Flamencos, la Dehesa".
"Me gusta recordar paisajes olvidados"
Frente a la pregunta sobre su estado general, contesta: "Amanezco bien; otros días,
pésimo". En ese momento se queja espontáneamente de cefalea. Le pregunto, entonces,
¿cuál es su mayor molestia? y me contesta: "no puedo salir como yo quisiera;
caminar, por molestias físicas: los oídos". Hace un gesto de fastidio. Ante la
pregunta ¿cómo transcurre su día?, responde: "desayuno, me baño, salgo a dar una
vuelta, descanso en una silla. A las doce en punto le pido al enfermero que me lleve a ver
la televisión. Después, almuerzo; me voy a mi pieza y vuelvo a las tres o cuatro".
¿Duerme bien?, pregunto. "En la noche tomo Dormonid. A veces despierto en la noche,
despierto y empiezo a pensar hasta cuándo durarán los problemas". Me informa,
también, que come en la noche y ve el canal histórico. Agrega: "me gusta recordar
paisajes olvidados". Luego, y con una leve sonrisa, dice: "como poco porque
estoy muy gordo".
Mientras se realiza el examen, advertimos que ante algunas preguntas el Sr. Pinochet no
manifiesta comprensión. Su ayudante nos indica que no tiene los audífonos puestos. Con
ellos en su sitio, continúa el examen con una evidente mejoría de la comprensión y
velocidad de respuesta.
Contesta que sí al Dr. Ferrer cuando le pregunta si se atora a veces, y agrega
espontáneamente que tiene un dolor en el brazo izquierdo, codo y muñeca, para el cual
está recibiendo tratamiento de ultrasonido.
Interrogado por acontecimientos recientes en el tenis a través de la televisión-
recuerda muy bien al chino Ríos. Cuando se le menciona a los tenistas de los olímpicos,
contesta: "no sé. No soy aficionado al tenis".
El recuerdo es adecuado para el período en que estuvo en Iquique, como también los años
en que fue profesor en Ecuador donde enseñaba, nos dice, "los ramos de inteligencia
logística y geografía". Preguntado acerca de las fracturas que sufrió las recuerda
bien y ubica su ocurrencia temporal en forma correcta.
Continúa colaborando con los test visuo-espaciales y de memoria en los cuales comete
algunos errores. A propósito de la pregunta por sus nietos comenta espontáneamente
acerca de una de sus hijas: "no se le ha descompuesto el cuerpo. Está delgadita,
finita
". Nos mira sonriendo, se muestra complacido.
A esta altura del examen dice estar fatigado y pide algunos minutos de descanso. Le
preguntamos si quiere que lo dejemos solo descansando y contesta que no es necesario.
Durante un período de aproximadamente diez minutos, permanece en su silla sin manifestar
problemas.
Se reinicia la sesión con el examen de fondo de ojo. Se comprueba en él que las pupilas
del examinado son pequeñas, tiene cierta dificultad en la convergencia ocular y una
pequeña limitación en la mirada superior; estas condiciones no constituyen una
patología en el anciano.
El perito Dr. Tapia procede a examinarlo y se vuelve hacia mí diciéndome que es muy
difícil obtener una visión adecuada porque el paciente parpadea. El señor Pinochet se
ríe y nos informa que cuando el Dr. Tapia se acercaba a su ojo con el oftalmoscopio, su
cabello le hacía cosquillas en las pestañas y de ahí, entonces, el parpadeo. Se procede
a algunos test de respuestas motoras (sacar la lengua, cerrar los ojos, tocarse nariz y
oreja, etc.) que el paciente realiza en forma rápida, acertada, con precisión y
acuciosidad. Se investigan algunos reflejos llamados primitivos: glabelar está presente y
se agota a los seis intentos, lo cual es normal; seguimiento ocular normal (se comprueba
en este momento que presenta visión doble a derecha); reflejos periorales, leve
protrusión de los labios; reflejo palmo-mentoniano que se agota; presencia de reflejo de
prehensión que, al verificarlo nuevamente con el paciente en la camilla y los ojos
cerrados, desaparece; ausencia de reflejo tónico del pie. No se investigó reflejo
nuco-cefálico.
Se procede al examen neurológico en la camilla donde el paciente se encuentra incómodo
por su obesidad. Mientras está de espaldas, presenta un acceso de tos, llenándosele la
boca de flema. Los pacientes ancianos se atoran normalmente y esto, sumado a una
disminución en el reflejo de la tos, lleva a la acumulación de secreciones en el árbol
bronquial. En ese momento hace un gesto elocuente a su asistente quien le trae un pañuelo
con el cual se limpia la boca. El Sr. Pinochet revela con esta acción una preocupación
frente al entorno inmediato y un perfecto ajuste social. Solicita ser llevado al baño. Es
ayudado a sentarse en la camilla y luego se pone de pie con ayuda del bastón. Mientras
esto sucede, le informan que el baño está ocupado. Sin apremiarse, se ríe y dice, con
buen humor, "me la ganaron".
Durante el examen realizado hubo permanente colaboración y alerta por parte del paciente,
aunque sí una cierta irritación que fluctuaba durante la entrevista. En ningún momento
se constató llanto o risa forzada, ni tampoco descontrol o apremio de esfínteres.
Asimismo, no presentó impersistencia motora ni perseveración verbal o motora, ambos
signos frecuentes para la sospecha de la existencia de demencia.
Antes de analizar los resultados de la diligencia, considero oportuno hacer una breve
referencia a cinco factores que se encontraban presente durante el peritaje del señor
Pinochet y que revisten importancia en la evaluación de su rendimiento:
La edad
Es un hecho investigado y verificado ampliamente que con la edad se produce una
declinación cognitiva y una cierta pérdida de la memoria; se acepta también que cuando
a la edad se le agregan problemas de salud física, estas capacidades se reducen a un
ritmo más acelerado. Esta declinación está bien ejemplificada con los problemas
sensoriales del anciano (visión, agudeza auditiva) que son una expresión del deterioro
normal y esperado de funciones. Estudios poblacionales muestran también que un número
considerable de ancianos normales, mental y físicamente, presentan algunos reflejos
llamados primitivos y que, a esa edad, pierden su significado patológico. Podemos afirmar
que la edad avanzada se asocia a un enlentecimiento de la velocidad de
reacción-transmisión y latencia de las respuestas. La fatigabilidad es más rápida y
compromete tanto los rendimientos motores como cognitivos. El peligro al evaluar a una
persona octogenaria es tomar como patológico lo que es normal a esa edad. Lo normal no es
lo contrario de lo patológico, es lo anormal lo que no es sinónimo de lo patológico.
La polifarmacia y el efecto sobre la funciones cognitivo-mnésicas
Los pacientes ancianos a menudo reciben múltiples fármacos como parte del tratamiento de
sus varias enfermedades. Este es el caso del Sr. Pinochet. Esta situación se conoce con
el nombre de polifarmacia. Como consecuencia de ella se produce un grave riesgo de
interacción entre las drogas, así como también reacciones adversas. Sin embargo, el uso
concomitante de varios medicamentos es, a veces, inevitable.
El sistema nervioso del anciano presenta una susceptibilidad aumentada para los fármacos
de uso común. Esto sucede en parte por una cierta incapacidad normal de excreción renal
(que es naturalmente mayor en los portadores de enfermedad renal) como también porque el
metabolismo es más lento. En consecuencia, su efecto es mayor y más prolongado.
Es conocido que las reacciones adversas a los fármacos en el anciano se manifiestan, a
menudo, en forma vaga y poco específica. Corrientemente la forma de presentación es la
confusión mental. No son raras en el anciano las caídas. Las dificultades con el balance
son muy corrientes en las personas de edad lo que trae como consecuencia un riesgo
aumentado de caídas y fracturas. Cerca de un treinta por ciento de ancianos perfectamente
sanos sufren este tipo de accidentes todos los años; la sobremedicación y, sobre todo,
el uso de los diuréticos y los medicamentos psicotrópicos aumenta esta situación. El
rendimiento cognitivo y la memoria pueden estar afectados a tal punto de simular cuadros
demenciales, con mayor razón cuando los fármacos utilizados presentan efectos
colaterales que interfieren específicamente con la función cerebral como pasamos a
detallar a continuación:
Citalopram (antidepresivo). Entre los efectos colaterales descritos para este fármaco se
encuentran los siguientes: confusión, fallas en la capacidad de concentración, amnesia y
migraña.
Trazodone (antidepresivo). Entre sus efectos colaterales están los trastornos de memoria
y los estados confusionales.
Midazolam (sedante, hipnótico). A parte de producir agitación, somnolencia y confusión,
este medicamento es conocido por producir amnesia, razón por la cual ha sido utilizado en
procedimientos quirúrgicos. Los efectos de este fármaco sobre la memoria son tan
considerables que más de un setenta por ciento de los pacientes mostrará un marcado
déficit de la memoria de corto plazo treinta minutos después de ser administrada una
dosis terapéutica; y luego de una hora, todavía un cuarenta por ciento de las personas
presentará evidentes trastornos. Estamos hablando de sujetos de cualquier edad.
La sordera
La sordera, con frecuencia, conlleva una tendencia al aislamiento por parte de quien la
padece (hasta un cincuenta por ciento de los ancianos normales la presentan). El
intercambio fluido y natural con su entorno suele alterarse. Los sonidos de fondo se
vuelven molestos e intrusivos en la conversación. Con frecuencia los ancianos desisten de
utilizar audífonos en forma permanente y se irritan cuando se ven exigidos por
circunstancias externas a hacerlo. Debido a esta situación, se apuran en contestar para
salir del paso y esto, sin duda, puede ser causa de no rendir adecuadamente. Pero lo que
es aun más importante es que la actitud de aislamiento de los sordos puede considerarse
equivocadamente como apatía.
La fatiga, la obesidad y el dolor
El dolor crónico, la fatiga y la obesidad se confabulan en el anciano para comprometer su
capacidad de rendimiento cognitivo-mnésico. Existen estudios importantes que demuestran
que los ancianos mejoran su rendimiento neuropsicológico cuando se les da un tiempo más
prolongado en la realización de tests, así como períodos de interrupción frente a la
aparición de signos de fatiga. Al respecto, George W. Paulsen afirma: un octogenario
feble, con una decreciente capacidad auditiva, respuestas motoras enlentecidas y una
actitud de mal genio frente a las molestias de las pruebas, no es un sujeto ideal para la
realización de ellas.
La depresión
La presencia de depresión puede llevar a que un examinado presente fallas en los
rendimientos en los tests administrados. A este cuadro se le denomina pseudo-demencia
depresiva y es una causa frecuente de confusión en la clínica psiquiátrica. ¿Qué
signo tenemos de esta evidencia? Primero, figura entre los diagnósticos efectuados por
los médicos tratantes; segundo, el señor Pinochet recibe dos fármacos antidepresivos;
tercero, que a pesar de estar tomando estos medicamentos, no se ha observado una mejoría
significativa (informe médico aparecido en el diario La Segunda, veintisiete de agosto de
2004).
"Primero, Contreras; luego, Gordon"
A pesar de las claras desventajas señaladas anteriormente, el Sr. Pinochet logra, como lo
hemos podido evaluar en una entrevista concedida a una periodista de Miami, conservar un
rendimiento discursivo ordenado, coherente e informativo, demostrando haber comprendido
claramente lo preguntado. Esto también se hace evidente en la breve entrevista concedida
al juez Guzmán el veinticinco de septiembre de 2004 (que fue suspendida no por
incapacidad mental, sino por congestión y tos del entrevistado). Al respecto conviene
señalar que frente a la pregunta sobre si recuerda quién fue el jefe de inteligencia
durante su gestión, el Sr. Pinochet responde estableciendo un orden temporal:
"primero, Contreras; luego, Gordon; después no sé". A continuación, ubica
claramente a quiénes conformaban el servicio de inteligencia como servicio de mandos
medios. Después, discrimina lo principal de lo accesorio (seguridad chica versus
seguridad nacional); y, finalmente, señala que ciertos asuntos no le concernían en
función de su alta jerarquía.
Al contestar la pregunta sobre la operación Cóndor, él implícitamente reconoce que
este era un plan de inteligencia. Es evidente que al hacerlo, retenía adecuadamente el
contenido de la pregunta anterior o ya lo sabía de antemano. Reitera, entonces, que por
su posición jerárquica, no era asunto suyo. El Sr. Pinochet no dice dubitativamente que
no recuerda. Asegura, más bien, que no tendría cómo saberlo por razones que no
especifica, lo cual resulta muy eficiente desde el punto de vista del interrogatorio.
Respondiendo acerca de las reuniones con Contreras, las recuerda bien, así como también
las motivaciones de ellas: "la situación limítrofe que se vivía con
Argentina". Nos informa, además, sobre quiénes eran las personas que estaban al
tanto de esa información privada y establece, entre los ministros, una jerarquía (para
lo cual es necesario tenerlos en mente) entre aquellos que recibían la información y los
de más abajo. Queda claro también en esta respuesta que Contreras era hombre de su plena
confianza.
Ante la última pregunta, el Sr. Pinochet da una respuesta tan categórica y sorprendente
que creo necesario transcribirla antes de analizarla: "¿Dio órdenes al Coronel o
General Contreras Sepúlveda relacionadas con detenciones, interrogatorios, torturas o
desaparecimientos forzados de personas? No hay duda que el Sr. Pinochet comprende cada una
de las partes de lo preguntado y contesta, restándole importancia a las torturas,
detenciones y desaparecimientos, señalando que se trataba de cosas irrelevantes (él las
llama cosas chicas) que, al parecer, también sus subordinados consideraban como tales. De
ahí que él diga: "No me iban a informar".
En todas las respuestas de este breve interrogatorio, él proclama su superioridad y
jerarquía, disminuyendo, con ello, su responsabilidad frente a las materias preguntadas.
Conserva, por lo tanto, una adecuación contextual, pues sabe quién, en calidad de qué y
por qué le preguntan, adecuando perfectamente las respuestas a la situación comunicativa
en la que se halla. La sutileza y la habilidad de las respuestas son incompatibles con un
estado demencial.
Debemos señalar que las respuestas a las dos preguntas iniciales del juez Guzmán son
estándares de todos los ancianos perfectamente normales: "días buenos, malos;
cuando lee, a veces se le queda algo, lo que me pregunta es relativo". Todos los
ancianos con problemas normales de memoria tienen como el Sr. Pinochet plena conciencia de
su déficit.
Para la evaluación psicométrica podemos señalar lo mismo que opera para los exámenes
complementarios, en tanto éstos no agotan la cuantificación posible de los
comportamientos observados. La presencia formal de un síntoma no es la garantía de
significado que le suponemos. La significación última y válida debe ser escogida por el
clínico en función de un contexto dado y, en este caso, él es la vida cotidiana, en la
cual, como todos sabemos, el Sr. Pinochet recibe visitas, opina sobre política, da
entrevistas y sale a comprar.
Dentro de este contexto, es importante registrar algunos de los testimonios aparecidos en
la prensa sobre la vida cotidiana del examinado: el señor Pinochet se da cuenta de
quienes lo han abandonado. No habla de ello, pero hace gestos elocuentes "que lo
dicen todo". Comenta a sus visitantes "pude no haber regresado de Londres o
haber tenido que viajar, preso, a España" y expresa, además, que "lo que más
lamenta es el no poder trasladarse a Iquique, su ciudad regalona porque así se lo han
recomendado, más bien, ordenado sus abogados y médicos". Es evidente que su manejo
del tiempo, así como el de su organización, no han sufrido menoscabo "manda todas
las tardes a alguien a comprar La Segunda al quiosco instalado en Las Brisas".
"Recibe cada vez menos visitas". Y alguien muy cercano al señor Pinochet dice
que esto sucede porque el ejército le ha pedido que limite las audiencias y que no hable.
Su memoria aparece como muy buena cuando "comprende muy bien que se haya acordado
rendir honores militares a Carlos Prats treinta años después de su asesinato".
Asimismo, es capaz de opinar sobre materias políticas contingentes cuando se dice que
"confía plenamente en el actual comandante en Jefe del Ejército y lo defiende de
algunos intransigentes diciendo que al Comandante Cheyre le ha tocado navegar en aguas
turbulentas". Refiriéndose al hecho de que se atora y a su dificultad para sentarse
personas de su entorno opinan: "Claro que como es un gran actor, trata de disimular
ambos problemas y siempre aparece muy compuesto, perla en la corbata incluida y pelo
engominado" (La Segunda, 24 de septiembre de 2004).
Para disimular hay que tener clara conciencia de lo que se desea ocultar y hacerlo en
función de una finalidad "superior" (mantención de la imagen, vanidad, etc.).
Lo importante es que para ello es esencial una sutil actitud abstracta, actuar "como
si". Como todos sabemos, lo característico del demente en sus estados aún iniciales
es su concretismo; la conservación del disimulo y la disimulación no se da en esa
patología.
Pinochet es competente para defenderse
Por ello, y con los antecedentes recopilados en este informe, sería sin duda un grave
error decidir que algunas fallas en algunos test psicométricos o neurológicos tuvieran
prioridad en la decisión sobre la condición de una persona y que, simultáneamente y a
pesar de esos errores, ella continúa con una vida donde los elementos de adaptación,
autogestión, participación y funcionamiento no presentan cambio notable; excepto, a
veces, el de movilidad.
El Sr. Pinochet presenta un deterioro orgánico de algunas de sus funciones, deterioro que
podría además mejorar si las cinco condiciones que hemos señalado anteriormente fueran
parcialmente corregidas.
De acuerdo a la solicitud del perito Dr. Tapia, se le practicó al Sr. Pinochet un examen
de Tomografía Computarizada de cerebro sin contraste (TAC). Dentro de este contexto,
debemos preguntarnos, en primer lugar, si las alteraciones que aparecen en un TAC son
siempre capaces de discriminar lo patológico de lo normal.
¿Qué sabemos de los hallazgos del TAC en el anciano mentalmente sano? La bibliografía
especializada muestra que en estas personas se reduce la cantidad de tejido cerebral, el
cerebro se encoge, los espacios del líquido cefaloraquidio aumentan; predomina una
atrofia selectiva de la sustancia blanca; los ventrículos se dilatan, los surcos
corticales se hacen más amplios; se encuentran, además, frecuentes hipodensidades, a
veces confluentes. A su vez, lesiones con aspecto de infarto visible aparecen en un tercio
de los pacientes mayores de sesenta y cinco años, que intelectualmente permanecen
normales. Estas imágenes suelen ser más habituales en los Ganglios Basales y Tálamo y
ser menores de diez milímetros; esto sucede en un setenta por ciento de los casos. Es
evidente que no se puede predecir la función cognitiva a partir de un TAC estándar.
Asimismo, no es poco frecuente que en casos en donde existe una extensa evidencia de
enfermedad cerebro vascular en los estudios de neuroimagen, se constate que estos
individuos están cognitivamente sanos o con mínimas alteraciones. Por ello, este examen
complementario, a mi juicio, no constituye un elemento probatorio de la existencia de un
cuadro demencial que afecte al Sr. Pinochet.
En consecuencia, el problema que nos plantea este peritaje es el de competencia versus
rendimiento. Considero que tanto las alteraciones pesquisadas en su desempeño
cognitivomnéstico así como el resultado del TAC no constituyen un cuadro demencial
y que, por lo tanto, el Sr. Pinochet es competente para comprender, discriminar, decidir,
informar y defenderse de posibles cargos como queda claramente evidenciado en este
informe.
Comentarios de Luis Fornazzari
Análisis Entrevista Clínica
Después de leer detalladamente los informes de los médicos que examinaron al paciente
AJRPU el 30 de septiembre del año en curso, estos documentos me merecen los siguientes
comentarios clínicos:
Dos examinadores (Jorge Tapia, Martín Cordero) describen los aspectos cognitivos y
conductuales del paciente, en cambio el otro examinador (Sergio Ferrer) hace más bien una
descripción en la que enfatiza déficits físicos, limitaciones motoras, lentitud de
movimientos y otros. Sin embargo, de estos informes se pueden extraer las siguientes
conclusiones en relación a la capacidad y la eficiencia de las funciones cerebrales y
mentales del examinado:
A) El paciente demostró una actitud adecuada durante todo el examen, en concordancia con
su edad y también con las enfermedades físicas que lo aquejan actualmente.
B) Demostró así mismo una buena conciencia de enfermedad, de todas sus enfermedades y
particularmente de sus limitaciones físicas. Tiene por lo tanto un buen juicio de la
realidad. En lenguaje neuropsiquiátrico sus funciones cerebrales dependientes de los
lóbulos frontales se presentan normales.
C) La preservación de las normas sociales, su pulcritud, el buen control de sus
emociones, mostrando además un adecuado sentido del humor, nuevamente demuestra funciones
prefrontales muy de acuerdo a su edad y nivel de educación.
D) En ningún momento mostró signos de grandiosidad, y por el contrario respondió
siempre con seguridad y con buena cooperación, cuando no presento signos físicos de
cansancio.
E) Sus funciones ejecutivas tales como planificación y ejecución son descritas como
adecuadas. Por lo tanto en términos neurológicos y psiquiátricos podemos considerar que
su juicio, razonamiento y planificación dependiente de las funciones de los lóbulos
frontales está debidamente conservada. En otras palabras el paciente puede usar en forma
efectiva la información almacenada, para así adecuar y modificar su conducta.
F) Una de las funciones prominentes demostrada por el paciente corresponde a la
preservación de la memoria prospectiva -"el recordar hacer algo en el futuro".
El paciente fue capaz de demostrar que la planificación, organización y sobre todo la
ejecución de funciones tan complejas como el qué hacer en el tiempo de un día están
intactas. Esto fue expresado verbalmente en forma muy coherente y fue fácilmente
entendido por los examinadores.
Interpretación
1) El paciente presenta indemnidad de funciones cerebrales superiores, en concordancia a
su edad y grado de educación.
2) Conducta muy adecuada tanto en relación a normas sociales como especialmente a
atributos personales y privados.
3) Capacidad de organizar sus actividades mentales en tareas tan complejas como las
funciones de una memoria prospectiva muy eficaz.
4) Comparando las entrevistas de Londres en 2000, en Santiago en 2001 y la actual en 2004
no hay diferencia en estas funciones cognitivas conductuales.
5) Las complicaciones de sus enfermedades médicas particularmente diabetes
obesidad/trastornos cardiacos/ y sobre todo los sabidos efectos secundarios de alguno de
los 13 medicamentos prescritos o la interacción entre ellos, pueden ser los responsables
de su lentitud y sobre todo de sus frecuentes caídas y cansancio generalizado.
Análisis de los Minimental (MMSE) efectuados en el paciente en
tres fechas distintas
El MMSE es un test de tamizaje (screening), por lo tanto no hace diagnóstico, pero que
mide en forma breve funciones cerebrales/mentales tan importantes como:
Orientación en tiempo espacio y persona, memoria, atención, concentración,
nominar/nombrar, comprensión de órdenes complejas, verbales y escritas, comprensión de
lectura y escritura, funciones visuoespaciales y visuoconstructivas.
Para la población chilena mayor de 60 años existen dos validaciones y estandarizaciones
del MMSE .La primera efectuada bajo mandato de la Oficina Sanitaria Panamericana (OPS) y
efectuada en Chile por Domínguez en 1988. En esta investigación el puntaje mínimo de
corte es 21. Más de 21 corresponde a población normal, y menos de 21 a trastornos
cognitivos. La segunda estandarización fue conducida a través de un estudio propuesto
por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y fue conducido en la Universidad de
Concepción por Pilar Quiroga en 1993. El puntaje 22 y menos en este estudio diferencia
adultos mayores normales de pacientes con algún trastorno cognitivo. Los puntajes del
MMSE disminuyen normalmente con el aumento de la edad de los pacientes.
Conclusión
Las variaciones cuantificadas desde enero 2000 a la fecha, demuestran variaciones
mínimas, de uno y dos puntos. Además todas las mediciones caen dentro de los limites
normales para la población chilena mayor de 60 años de edad Por lo tanto si consideramos
sólo este test, el paciente tendría trastornos cognitivos leves que no justificarían un
diagnostico clínico preciso.
Lo más importante de este análisis sugiere que el proceso patológico que experimenta el
paciente es esencialmente estacionario. Lo que está en acuerdo con los diagnósticos
establecidos en el 2000, 2001 y ahora. Específicamente no hay progresión de las lesiones
vasculares, que además concuerda perfectamente con los hallazgos encontrados en los dos
scanners cerebrales examinados (enero 2001 y septiembre 2004).
Esto nuevamente reafirma que la patología presentada por el paciente no es progresiva ni
inexorable desde el punto de vista neurológico y psiquiátrico. Más aun los procesos
mentales y conductuales permanecen hasta ahora en niveles normales para la edad y el grado
de educación del paciente y alguno de estos valores incluso sobrepasan el nivel normal
para un octogenario.
Enero 2000 (Norwith Hospital, GB) Puntaje 23/30.
Enero 2001 (Hospital Militar, Chile) Puntaje 24/30.
Septiembre 2004 (Residencia paciente) Puntaje 22/30.
Conclusión general
Basado en las entrevistas, resultado de exámenes publicados y la cuantificacion de los
dos scanners cerebrales disponibles en los años 2001 y 2004 mi impresión clínica es la
siguiente:
1.- El paciente padece un daño cognitivo leve. Todos los Minimental (MMSE) efectuados son
normales para su edad y nivel de educación.
2.- Este daño cognitivo de origen vascular, es el producto de 7 pequeños infartos
lacunares milimétricos todos ellos en áreas subcorticales, con total indemnidad de la
corteza cerebral y sin progresión alguna en los informes independientemente evaluados.
3.- A diferencia de otros trastornos cognitivos progresivos, por ejemplo en las demencias
tipo Alzheimer, este trastorno cognitivo vascular tiene características leves, y no ha
sufrido deterioro desde la evaluación efectuada en 2000.
4.- No hay ningún elemento clínico o de laboratorio disponible para hablar de daño
cognitivo/cerebral de tipo moderado.
5.- La lentitud en las respuesta a las pruebas relativamente simples, puede explicarse
debido a la gran cantidad de medicamentos (13 diariamente) que sin duda por sí e
interactuando entre ellos producen enlentecimiento en este paciente de 87 años.
Luis Fornazzari
Director Clínico del Programa de Neuropsiquiatría
Departamentos de Neurología y Psiquiatría
Centro de Adicciones y Salud Mental
Universidad de Toronto |