La vieja historia que se repite todos los años. Las posiciones de los trabajadores y el Gobierno para lograr un acuerdo epara fijar el salario mínimo -que comenzará a regir el 1 de julio próximo hasta junio de 2006-están muy alejadas.

El miércoles se concretó la primera reunión entre el presidente de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), Arturo Martínez, y representantes del Ministerio de Hacienda. La postura del líder de la multisindical es clara. Exigirá un aumento de 28 mil pesos, para llegar a un sueldo base de 148 mil pesos mensuales y la entrega de un bono de locomoción, de 15 mil pesos al mes.

Según Martínez, están dadas las condiciones para un reajuste de esta magnitud. “El país está mejor, a los empresarios les ha ido bien y algunas compañías han cuadriplicado sus utilidades. Por ello, no veo ningún motivo para que se les niegue a los trabajadores un aumento del ingreso mínimo”.

En tanto, el ministro del Trabajo, Yerko Ljubetic, dijo que un reajuste a la remuneración básica se definirá por parámetros que ya están determinados para este tipo de negociaciones: inflación futura, crecimiento y productividad.

“Cualquier incremento del salario será en la medida de lo posible. Por tanto, nuestras posibilidades están marcadas por una mirada responsable acerca de lo que tiene que ser la conducción de esta materia en el país”, sostuvo el secretario de Estado.

Mientras tanto, el presidente de la CPC, Hernán Somerville, compartió la postura de la autoridad. Para el banquero, el IPC y la productividad deben ser los elementos determinantes a la hora de definir aumentos en la remuneración base.

No obstante, el líder de la patronal es optimista. Sostuvo que los salarios pueden subir en los próximos meses, siempre que se mantenga el crecimiento económico y continué la flexibilización laboral.

EFECTO EN EL EMPLEO

Inseparable en la discusión sobre el reajuste del sueldo base es el efecto en el empleo. Martínez es directo: “el ingreso mínimo no influye. Démosle poder de compra a los trabajadores, que los empresarios reinviertan sus utilidades, que inviertan, y de esa forma vamos a generar más puestos”.

Para Ljubetic, si el aumento de las remuneraciones no se discute bajo parámetros técnicos a realizar, “puede producir un problema para la inserción laboral de sectores particularmente vulnerables, especialmente jóvenes y trabajadores menos calificados”.

En el ámbito académico, la posición es similar. A juicio del economista de la Universidad de Santiago, Guillermo Patillo, un alza salarial mayor a la inflación de los precios, es decir, sobre 3% , “no parece razonable”.

Indicó que en su totalidad, las tasas económicas y de productividad muestran un importante desempeño. Sin embargo, entre los grupos más vulnerables -como jóvenes o personas con escasa capacitación- continúa las elevadas tasa de desocupación. Por este motivo, señaló que un alza sobre el IPC del sueldo mínimo sí puede afectar este sector del mercado laboral.

Las negociaciones continuarán hoy. Según el titular del Trabajo, la idea es llegar a un acuerdo la próxima semana, para promulgar el reajuste dentro de los plazos establecidos, es decir, antes del 30 de junio.

LAS CIFRAS QUE LOS SEPARAN
De acuerdo a las cifras de la Central Unitaria de Trabajadores, alrededor de 700 mil trabajadores viven con el salario mínimo. Desde el 1 de julio de 2004 rige un sueldo base de 120.000 pesos, el que disminuye a $ 90.327 para los empleados mayores de 65 años y menores de 18 años. En tanto, se fijó en $ 78.050 el salario básico mensual que se utiliza para fines no remuneracionales, en el período julio 2004-junio 2005.