Señor Marcel Young,
Subdirector de la Dirección para la
Comunidad de Chilenos en el Exterior del
Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile.
Estimado señor Young:
En respuesta a su amable invitación, fechada el 7 de junio, para participar en el Primer
Encuentro de Comunicadores Chilenos que se realizará del 9 al 14 de julio de 2002 en
Santiago, primero le agradezco su gentileza, y en segundo lugar le comunico que no podré
estar en ese encuentro porque deberes profesionales aqui me impiden viajar a Chile en las
fechas requeridas.
Sin embargo, considerando la importancia de este Encuentro centrado en "la imagen de
Chile en el exterior", me gustaria expresar algunas opiniones a manera de
contribución a este Encuentro, especialmente en relación con los paneles "Chile y
su imagen" y "Chile visto desde fuera", y presentar la siguiente moción al
Encuentro:
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MOCION PRESENTADA POR ROBINSON
ROJAS AL PRIMER ENCUENTRO DE COMUNICADORES CHILENOS EN EL EXTERIOR (Del 9 al 13 de
julio de 2002).
A partir de la madrugada del martes 11 de septiembre de 1973, la imagen de Chile, dentro y
fuera del país, comenzó a sufrir un constante deterioro, proceso que se puede resumir en
dos períodos:
- 11 de septiembre de 1973 hasta marzo de 1990, cuando
la dictadura militar hizo del terrorismo de Estado su estilo de gobierno, y
- Desde marzo de 1990 hasta la fecha, cuando las
autoridades civiles se han visto forzadas, por la presencia en los altos mandos del
ejército, marina, aviación y carabineros, de las mismas personas que ejercieron el
terrorismo de Estado durante la dictadura militar, a tratar de imponer en la sección del
pueblo chileno que fue victimizada sistemáticamente, la "necesidad" de
"perdonar" y "olvidar".
Me parece que el perdón es algo que la mayoría de
los chilenos puede conceder con dignidad (no así la minoría terrorista uniformada que no
perdonó a nadie en casi veinte años de infierno desatado por ellos mismos). Respecto al
"olvido" la situación es más compleja: pueblos que olvidan su propia historia
abren las puertas a la posibilidad que la historia se repita. Si los chilenos olvidaran
los crímenes contra la humanidad cometidos por los terroristas en uniforme, nuevos
criminales disfrazados de "salvadores de la patria" podrán ejercer el
terrorismo de Estado para proteger de nuevo el gran capital extranjero y nacional. Nuevos
"salvadores de la patria" declararán una sección de la ciudadanía chilena
como "enemigos internos" y se abrogarán el derecho de volver a cometer las
atrocidades que harán de nuevo de Chile el país de la brutalidad física, de la
persecución ideológica, de la mentira como sistema, y de la ilegalidad de la fuerza
bruta como legalidad "constitucional". De nuevo Chile será visto en el mundo
civilizado como una vergüenza internacional.
Por eso, me parece que para mejorar la imagen de Chile en el interior y el exterior,
tenemos que reencontrarnos con nuestra historia, señalar a los culpables cualquiera es o
fué su rango en los escalafones militares, describir sus crímenes, someterlos a la
legalidad nacional y facilitar que la legalidad internacional también los juzgue, y
condenarlos a pagar sus deudas con el género humano como todo criminal en uniforme o
vestido de civil.
En Chile y en el extranjero tenemos conocimiento cabal de quiénes fueron los terroristas
que hicieron del crimen contra las personas, política y económicamente, una política de
Estado.
Quiero pedir prestadas las palabras de Roberto Garretón dichas el 24 de septiembre de
1999 en la Mesa de Diálogo sobre Derechos Humanos:
"Sostengo que las violaciones de derechos humanos en Chile fueron institucionales,
sistemáticas, graves y masivas. Por sistemáticas entiendo la creación de toda una
estructura de Estado para imponer una política económica, social, cultural, moral que no
es aceptada por la población, para lo que se hace indispensable "eliminar" por
el exilio, la cárcel, la censura, la muerte o la tortura de los que disienten. Por
institucional entiendo el carácter comprensivo de todo el Estado y sus instituciones
formales (los tres poderes del Estado, la Contraloría, Fuerzas Armadas), o informales
(prensa controlada, por ejemplo) con la política sistemática de violación de los
derechos humanos."
También quiero pedir prestadas las palabras de un testigo, quien fue parte de la
maquinaria del terrorismo de Estado, para describir los niveles de criminalidad sicópata
alcanzados por los terroristas en uniforme:
"Me daba una vergüenza verlos. Si estaban hechos pedazos. No eran cuerpos humanos.
De manera que yo quería armarlos, por lo menos dejarlos en una forma decente, más o
menos (...) Si les sacaban los ojos con los corvos, les quebraban las mandíbulas, todo,
les quebraban las piernas... al final les daban el golpe de gracia. Se ensañaron."
(General (r) Joaquin Lagos., describiendo en Televisión Nacional como Arellano Stark y
sus esbirros asesinaron a los prisioneros políticos en el norte por órdenes de Pinochet
a fines de 1973).
Todo esto es la "imagen" de Chile en el exterior y en el interior. En el
extranjero, Chile es visto como el país del criminal Pinochet que pocos se atreven a
juzgar, Chile es visto en el mismo grupo que la Alemania nazi de Hitler, Kampuchea asolada
por Pol Pot, Indonesia masacrada por Suharto , o Uganda arrasada por Idi Amin.
Por lo expuesto, estimo que nuestra imagen en el exterior nunca dejará de ser la imagen
del Chile deshumanizado creado por los terroristas en uniforme si no nos reencontramos con
nuestra historia, si no echamos por la borda la amnesia que se quiere imponer en el pueblo
chileno, y si no juzgamos a los criminales.
Como una contribución al proceso de reencontrarnos con nuestra historia propongo que este
Encuentro apruebe la siguiente moción:
Proveer a todas las embajadas chilenas en el mundo con copias en inglés, francés y
castellano del informe de la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación, para ser
distribuido a todos los medios de comunicación y organizaciones pro derechos humanos;
Proveer a todas las embajadas chilenas en el mundo con copias en inglés, francés y
castellano de las intervenciones de los miembros de la Mesa de Diálogo sobre Derechos
Humanos para ser distribuidas a todos los medios de comunicación y organizaciones pro
derechos humanos;
Encargar a la Comisión de Verdad, Justicia y Reparación para los Sobrevientes de la
Tortura en Chile que prepare un informe sobre los efectos del terrorismo de Estado durante
y después del infierno pinochetista, y editarlo en los tres idiomas mencionados para ser
distribuido por las embajadas chilenas.
Por supuesto, estas medidas no tendrían ninguna fuerza si el poder judicial y el poder
ejecutivo chilenos no cumplen con su deber de acusar y condenar debidamente a los
criminales en uniforme o vestidos de civil, en servicio activo o en retiro, presentes o
ausentes.
Tratemos de contribuir a cambiar la imagen de Chile cambiando la realidad de Chile para
que las amplias alamedas comiencen a abrirse de nuevo, y nuestro pueblo pueda transitar
libremente entre sus árboles, como pudo hacerlo durante un corto período en nuestra
historia, y solo entonces nuestro pais sera de nuevo un asilo contra la opresión. Sólo
entonces nuestro hermoso sueño será realidad a pesar de todo y para siempre.
Muchas gracias.
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Lo saluda atentamente,
Dr. Róbinson Rojas
Director de "Puro Chile. La memoria del pueblo" (www.purochile.org)
Europa, 18 de junio de 2002
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