De
La Jornada - 27 junio 2008
Rindieron homenaje al presidente y político
chileno a cien años de su natalicio
Allende simboliza la construcción de un hombre y un
mundo mejores
■ Fue ejemplo de la lucha por
el socialismo, la democracia y la liberación en AL,
expresó Pablo González Casanova
■ Cuauhtémoc Cárdenas y
Gonzalo Martínez Corbalá, entre los participantes
Por Arturo Jiménez
Pablo González Casanova, la
noche del jueves 26 de junio, durante su intervención
en el homenaje que se rindió a Salvador Allende en la
sala Silvestre Revueltas del Centro Cultural Ollin
Yoliztli Foto: Marco
Peláez
La validez de la certeza del presidente Salvador
Allende de que ningún golpe de Estado podría impedir
que Chile retomara, tarde o temprano, el camino hacia la
construcción de un hombre y un mundo mejores, quedó de
nuevo avalada la noche del jueves durante una ceremonia
por los cien años de su nacimiento, realizada en la
sala Silvestre Revueltas del Centro Cultural Ollin
Yoliztli.
En el homenaje, parte de diversas actividades en México
por la efeméride, se exhibió el video Memorias de
la esperanza y se recordó la muerte de Allende
durante el asalto por militares a la sede presidencial
en el golpe de Estado de septiembre de 1973, luego de
mil días de una experiencia democrática sin precedente
que buscaba preparar el camino para superar el sistema
capitalista y acceder al socialismo de manera pacífica.
Organizado por el exilio chileno en México, entre
los participantes estuvieron el investigador y ex rector
Pablo González Casanova, el dirigente Cuauhtémoc Cárdenas
Solórzano, el diplomático Gonzalo Martínez Corbalá y
el líder político chileno Jorge Insunza Becker,
quienes hicieron evidente dos certezas más, incluso
demostradas con cifras y porcentajes.
La primera plantea que los gobiernos de izquierda
tienden a mejorar el nivel de vida de la población,
mientras que la segunda advierte que la privatización y
la desnacionalización de los recursos naturales, como
el petróleo o el cobre, provocan un mayor
empobrecimiento del país que la practica y la
transferencia y pérdida de millones de dólares a
empresas privadas locales o extranjeras.
El mito del suicidio
González Casanova, quien hizo un repaso biográfico
de la vida y trayectoria de lucha del médico y político
Salvador Allende, recordó que durante el gobierno de la
Unidad Popular, que comenzó en 1970 tras una elección
democrática, el desempleo disminuyó a 3 por ciento y
que 99 por ciento de los niños pudieron encontrar una
plaza en la escuela.
En un momento dado, dijo, “la izquierda chilena ya
no sólo pugnaba por una política de nacionalizaciones
dentro del capitalismo”, sino que “se proponía
acabar con el propio capitalismo, fuente de la
dependencia, la desigualdad, la miseria y la explotación
de la mayoría de todos los chilenos”. Por eso, agregó,
“el proyecto de la Unidad Popular llamó la atención
en el mundo entero”.
El autor de La democracia en México destacó
la campaña de desestabilización social, política,
económica y criminal del gobierno estadunidense y de la
oligarquía y los militares derechistas y antidemocráticos
del ejército chileno contra el gobierno de la Unidad
Popular, que llevó al golpe de Estado, pero también
mencionó otros factores de la derrota, como la división
de la izquierda y la no organización previa de la
defensa.
González Casanova rechazó el “mito” del
“suicidio” de Allende, que pretendieron crear
quienes lo asesinaron en el Palacio de la Moneda, y
recordó que el presidente chileno luchó durante siete
horas con un pequeño grupo de partidarios y
colaboradores.
El también autor de Sociología de la explotación
dijo que el presidente chileno es un símbolo de
las luchas “de la clase obrera chilena y de los
pueblos latinoamericanos por el socialismo, la
democracia y la liberación”. Y agregó que Salvador
Allende “era mucho más que un orador y más que un líder
de masas, pues no sólo fue un impulsor de la izquierda
chilena y un gran presidente, sino, sobre todo, un gran
revolucionario que le enseñó a la clase obrera a
luchar por el poder”.
El desastre neoliberal
Por su parte, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano dijo
que recordar a Allende significa reafirmar “nuestras
convicciones y compromisos de lucha con las causas por
las que él luchó y se entregó y que siguen vigentes:
la soberanía, la democracia y la igualdad de los
pueblos”.
Su lucha lo llevó a la muerte, agregó Cárdenas,
“pero también a que siga viva hoy su memoria y su
convicción y que represente una figura central en América
Latina, y a que su ideario político contribuya al
avance y desarrollo de nuestra región”. Y por ello
planteó: “Indudablemente, Salvador Allende vive”.
En su turno, Jorge Insunza Becker, dirigente de la
izquierda chilena y ex diputado durante el gobierno de
la Unidad Popular, mencionó los diferentes logros del
periodo allendista en aspectos como salud, educación,
reforma agraria o política exterior, y advirtió sobre
los desastres actuales de las políticas neoliberales.
Mencionó algunos datos para ilustrar la “regresión”
y “crueldad” que representó el golpe militar y sus
políticas “antiestado”, como pasar de 54 por ciento
de participación de los trabajadores en el PIB, a 33
por ciento con la dictadura, “lo que significó que
anualmente 15 mil millones de dólares hayan pasado de
los bolsillos de los trabajadores a los bolsillos de los
grandes empresarios”.
Tras recordar que se desnacionalizaron aún más
empresas de las que se habían nacionalizado con Allende
y plantear que la dictadura utilizó la represión y el
terror para imponer este tipo de políticas, Insunza
agregó que algunas empresas mineras privadas llegaron a
aumentar sus utilidades hasta 16 veces más que antes,
lo que se ha traducido en “resultados catastróficos”,
como lo muestra la producción de cobre, rubro en el
cual “Chile está cediendo al exterior 25 mil millones
de dólares anuales, más de 17 por ciento de su
producto interno bruto”.
Y advirtió para el caso de México que en 2007 Pemex
obtuvo ingresos por 37 mil millones de dólares, pero
que si el sistema fuera aquí el mismo que la dictadura
impuso y que aún persiste en Chile, esa cifra no pasaría
de 9 mil millones de dólares.
Volver a la Doctrina Estrada
Durante la ceremonia Martínez Corbalá, ex embajador
mexicano en Chile en el momento del golpe –encabezado
por el general Augusto Pinochet–, y que ayudó a la
salida de cientos de chilenos para que salvaran la vida
exiliándose en nuestro país, recibió la ciudadanía
honoraria de la nación sudamericana y criticó el
abandono de la antes respetada política exterior
mexicana.
Planteó que debería volverse a la ruta de la
Doctrina Estrada, pues México no debería calificar a
los gobiernos de otros países sino entablar relaciones
diplomáticas con sus estados. Se hubieran ahorrado
“muchos sinsabores” de haberse mantenido dichos
principios, dijo.
En la sala Revueltas prácticamente llena, también
estuvieron entre el público la senadora Rosario Ibarra
de Piedra y el embajador de Cuba en México, Manuel
Aguilera de la Paz, entre otros. Y además se dio
lectura a un saludo de Hortensia Bussi viuda de Allende,
quien vivió en México tras la imposición de la
dictadura militar en su país.
Al final de la ceremonia pudo apreciarse una exposición
fotográfica de los últimos días del gobierno de
Allende, una de cuyas imágenes muestra al presidente
con una pistola en la mano, defendiendo con heroismo y
con su vida la responsabilidad que le había conferido
la mayoría del pueblo chileno, tal y como lo había
prometido antes en uno de sus discursos.
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