De Puro Chile - 26 abril 2009
CUMBRE DE LAS AMËRICAS:
¿CAMBIO DE POLÍTICA O CAMBIO DE ESTILO?
Frida Modak
La quinta Cumbre de las Américas, realizada en Trinidad y Tobago el fin de semana
pasado, se inició en un clima de gran expectación y terminó desinflada. Si eso
significa que se le dio el puntapié de despedida a la política impulsada por el
bushismo sería sin lugar a dudas un hecho positivo, pero de ser así ¿qué sigue?.
Vayamos por partes. Esta cumbre empezó a prepararse inmediatamente después de la
controvertida reunión celebrada en Argentina, donde se efectuó la cuarta cumbre, misma
que estuvo a punto de fracasar y echar por tierra lo que en un comienzo fue
iniciativa de George Bush padre. En consecuencia, todos los países del continente
americano más los caribeños que participan de estas reuniones sabían que tenían una
cita en Trinidad y Tobago los días 17,18 y 19 de abril de este año.
El proyecto de declaración final empezó a circular entre los gobiernos
participantes desde hace dos años, por lo tanto en su contenido se reflejaban las
posiciones del gobierno más repudiado de los últimos tiempos, el de George W.
Bush. Las elecciones presidenciales estadunidenses del 20 de noviembre del año pasado
determinaron que Bush no dejara herederos, lo que implicaba que el proyecto de
declaración ya estaba desfasado.
Transcurrieron exactamente cinco meses desde la elección hasta el inicio de la
cumbre de Trinidad y Tobago, el texto volvió a circular antes de la inauguración pero
por lo visto nadie le prestó mayor atención, incluídos los asesores del presidente
electo de los Estados Unidos. Tampoco se la prestó después el departamento de Estado
ni su titular Hillary Clinton.
Ya había adquirido estado público la crisis económico-financiera y el nuevo gobierno
estadunidense tenía que preocuparse, junto con la bancarrota, de sus fracasadas
guerras en Irak y Afganistán porque ya no puede financiarlas. Nadie se acordó de la
Cumbre de las Américas, instancia que dejó de tener importancia cuando ya no pudo
avanzar hacia la creación del Área de Libre Comercio de las Américas, que era el gran
proyecto de negocios de Bush padre.
Para la nueva administración estadunidense la región latinoamericana y caribeña no
estaba entre sus prioridades, pero la cumbre estaba programada y había que asistir. La
cita se convirtió en el primer encuentro de Obama con todos los presidentes de
América Latina, menos uno, y centró la atención internacional durante el fin de semana
por razones ajenas a la cumbre misma.
ENCUENTRO SIN ENCONTRONAZOS
La expectación creada en torno a la cumbre se debió en gran medida a que ahí se
encontraría Obama con los malos de la película, los presidentes Hugo Chávez, Evo
Morales y Daniel Ortega, satanizados por la administración Bush. A ello se agregaba la
especulación en torno a un eventual cambio en las relaciones de Cuba y Estados
Unidos, después de que el mandatario estadunidense eliminara algunas de las
restricciones impuestas por su antecesor en materia de viajes y remesas.
En la reunión de la Alternativa Bolivariana para las Amèricas, ALBA, creada por el
presidente Chàvez y de la que son parte Bolivia y Nicaragua, entre otros, se había
acordado rechazar el proyecto de declaración porque estaba “descolocado en el tiempo
y en el espacio” y porque no se refería a Cuba ,tema que dejaremos para más adelante.
En este contexto llegó Obama a Trinidad y Tobago y planteó desde el inicio la
posición más conveniente para alguien poco informado del medio en el cual está
participando. Así fue como propuso que se olvidara el pasado, con lo que se
desentendía de lo actuado no sólo por Bush sino por todos sus antecesores. Y como los
presidentes de Nicaragua y Argentina, que hablaron antes que èl, se pronunciaron por
el fin del bloqueo a Cuba, Obama se declaró partidario de un no definido “nuevo
comienzo”con esa nación.
Por alguna razón no explicada, esta cumbre se realizó a tres bandas y con pocas
reuniones plenarias. Obama se reunió primero con los países sudamericanos, donde tuvo
su segundo encuentro con el presidente de Venezuela, con quien ya se había saludado
con un apretón de manos, al tiempo que Chávez le expresaba que quería ser su amigo. En
esta segunda ocasión, Chàvez le regaló el libro Las Venas Abiertas de América
Latina,de Eduardo Galeano, que es una verdadera cátedra sobre la intervención y
explotación imperial en nuestros países.
A los asesores del mandatario estadunidense les molestó el obsequio, porque
resultaba un agregado a una crítica anterior referente a la falta de conocimientos
de historia latinoamericana del presidente de Estados Unidos. Más allá de eso, la
próxima reanudación de relaciones diplomáticas entre Caracas y Washington es uno de
los pocos hechos concretas sucedidos en el marco de la cumbre.
Obama se reunió también con los países centroamericanos y caribeños por separado, lo
que no parece un buen augurio porque si así van a ser las relaciones en el futuro
eso conlleva un debilitamiento tanto de América Latina como del Caribe, lo que junto
a la posición de Obama de olvidar el pasado implica desandar el camino. El pasado es
historia, los pueblos sin historia no tienen futuro y si además están
dispersos, carecen de fuerza para defender sus derechos tantas veces aplastados por
Estados Unidos.
Obama y su equipo son un grupo compacto que tiene un estilo y un proyecto en el que
lo más importante por ahora es recuperar el rol hegemónico que Estados Unidos aspira
a desempeñar siempre. De que lo logren depende su continuidad en el gobierno no sólo
durante ocho años sino por un período prolongado. En esta administración hay un
entendimiento con el grupo de Clinton, del que Obama fue parte en su gobierno, lo que
explica que muchos de sus colaboradores lo hayan sido también del ex presidente.
Y para afianzarse en el gobierno, todos buscan rescatar y renovar las iniciativas de
John Kennedy, fundamentalmente la Alianza para el Progreso, que fue un programa
creado para contrarrestar el impacto de la Revolución Cubana, impulsando reformas
mínimas ,basadas en la frase más importante del discurso con que Kennedy lanzó su
iniciativa: ”a nuestros amigos del sur les pido que den un poco para no perderlo
todo”. Una idea bastante limitada de cambio.
EL NUEVO COMIENZO
El mandatario estadunidense levantó algunas prohibiciones relacionadas con Cuba, como
la limitación impuesta por Bush a los viajes de los cubano-estadunidenses a su
nación de origen y el tope puesto a las remesas que envíen a sus familiares. La
medida adoptada era pedida hasta por los elementos más recalcitrantes de Miami, por lo
tanto, el presidente ni siquiera se arriesgaba a una crítica, como las que ha recibido
por el apretón de manos con su colega venezolano.
En lo demás no hay ningún cambio en la posición de Estados Unidos, pero Obama estima
que después de esa acción, que ya tiene a los empresarios de Florida viendo como
participar en “el negocio”, le corresponde a Cuba acceder a las demandas de
Washington que apuntan al desmantelamiento de la Revolución y sus logros. Por ese
camino no hay nuevo comienzo.
Wayne Smith, el estadunidense que mejor conoce a Cuba, porque
allí cumplió sus primeras misiones diplomáticas, dijo en entrevista con el diario
argentino Página/12 que el camino que sigue Obama es el equivocado, no es Cuba la que
debe hacer gestos en busca del diálogo porque “Las sanciones en esta historia son de
Estados Unidos contra Cuba, no al revés”.
Mientras tanto, el Secretario General de la Organización de Estados Americanos,
José Miguel Insulza, ha anunciado que en la próxima Asamblea de ese organismo
propondrá eliminar el acuerdo por el cual se expulsó a Cuba, porque ya es
obsoleto. El anuncio ha generado expectativas en algunos círculos, sin embargo, dada la
controversia que existe entre el funcionario y el ex presidente Fidel Castro, lo más
probable es que como Cuba ha señalado que no intenta regresar a la OEA, la verdadera
intención de Insulza sea eliminar la sanción para poder decir que Cuba es la que se
margina.
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