De Puro Chile - 19 enero 2009
CUBA
LOS 50 AÑOS DE LA REVOLUCIÓN MARTIANA
Frida Modak
“La clave de la cuestión es que la guerra de independencia de Cuba no se hizo sólo
para liberar al país de la metrópolis española.
“Se hizo, y así lo señaló expresamente Martí, para ‘impedir a tiempo con la
independencia de Cuba que se extiendan por las Antillas los Estados Unidos y
caigan, con esa fuerza más, sobre nuestras tierras de América.´”
Así lo planteó Armando Hart, ex Ministro de Educación de Cuba y actual director del
Instituto de Estudios Martianos de La Habana, en un artículo escrito para un
suplemento periodístico que coordiné y que luego se hizo libro, ambos bajo el título
de “25 Años de Relaciones.América Latina-Estados Unidos”. Al cumplirse 50 años desde
el triunfo de la Revolución cubana resulta importante adentrarse en estos aspectos
porque la inquietud de Martí era compartida por todos los que encabezaron las gestas
independentistas en América Latina.
Las colonias españolas en ese entonces, recibían ofrecimientos de ayuda en su lucha
contra la metropolis, a la par que eran asediadas por cónsules estadunidenses que
buscaban capitalizar estas gestas para su gobierno. En los intercambios epistolares
entre los líderes de la independencia se trata este punto, advirtiendo que hay que
prevenir el peligro de que Estados Unidos se convierta en el nuevo imperialismo en
la región.
Durante años, Gran Bretaña y Estados Unidos compitieron por la supremacía en las
nuevas naciones. Los ingleses dominaron en el sur de lo que es hoy América Latina y
en un sector del Caribe,los estadunidenses en el norte y centro y parte del Caribe
también. Con el tiempo los estadunidenses consolidaron su dominio en nuestra región
mediante invasiones, golpes de Estado y apoderándose de las riquezas naturales.
Si seguimos las citas de Martí hechas por Hart en el artículo aludido, se verá su
asombrosa actualidad:
“Jamás hubo en América, de la independencia acá, asunto que requiera más sensatez ni
obligue a más vigilancia, ni pida examen más claro y minucioso, que el convite que los
Estados Unidos potentes, repletos de productos invendibles, y determinados a extender
sus dominios en América, hacen a las naciones americanas de menos poder, ligadas por
el comercio libre y útil con los pueblos europeos, para ajustar una liga contra
Europa, y cerrar tratos con el resto del mundo.” Y agregaba “De la tiranía de España
supo salvarse la América española y ahora, después de ver con ojos judiciales los
antecedentes, causas y factores del convite, urge decir, porque es verdad, que ha
llegado para la América española la hora de declarar su segunda independencia”.
De ahí que, como lo recuerda Armando Hart, cuando en el juicio por el asalto al
Cuartel Moncada le preguntaron a Fidel Castro quien era el autor intelectual de ese
hecho respondiera: José Martí.
LOS 50 AÑOS
Han transcurrido 50 años desde el triunfo de la Revolución cubana, hecho que generó
una sucesión de acontecimientos debido al impacto que ésta tuvo no sólo en América
Latina sino también en otras regiones de lo que se ha dado en llamar el Tercer
Mundo, especialmente en Africa cuyos países empezaban a acceder a la independencia en
los años sesenta, lo que se evidenció fuertemente en la Conferencia Tricontinental
efectuada en La Habana en enero de 1966, que fue la primera reunión internacional de
gran envergadura convocada por el gobierno cubano.
Para ese entonces Cuba ya había derrotado el intento de invasión organizado por
Estados Unidos en Playa Girón, se había declarado el carácter socialista de la
Revolución, el gobierno estadunidense había logrado que Cuba fuera expulsada de la
OEA y que los países latinoamericanos rompieran relaciones diplomáticas con la isla
y se había producido el conflicto de los misiles soviéticos instalados en territorio
cubano, lo que dio orgen al bloqueo que aún persiste. En octubre de 1965,poco antes
de la Tricontinental, el Partido Unido de la Revolución Socialista Cubana, PURSC, que
unificaba a todas las organizaciones revolucionarias, se había transformado en el
Partido Comunista de Cuba.
La esencia martiana de la Revolución no había cambiado y al igual que en los demás
países latinoamericanos, la raíz histórica que guiaba a los movimientos sociales
encontraba puntos de contacto con el socialismo. Esa fue la característica de todos
los movimientos populares que demandaban cambios en la segunda mitad del siglo XX.
Como respuesta a Cuba, la administración de John Kennedy lanzó un minúsculo programa
reformista al que denominó Alianza para el Progreso, que consistía en hacer una
reforma agraria que el ingenio popular bautizó como reforma de macetero; una reforma
educacional insuficiente que no pudo competir con la alfabetización masiva que
convirtió a Cuba en el primer territorio libre de analfabetismo de América Latina y
una reforma tributaria que estuvo lejos del dicho en que Kennedy basó su
iniciativa: a nuestros amigos del sur les pedimos que den algo para no perderlo todo.
Mientras, la Revolución cubana se consolidaba, corregía errores, ampliaba sus
relaciones políticas, desarrollaba nuevos aspectos de su economía y su solidaridad
con las luchas de otros pueblos la hacía partícipe de sus guerras de independencia y
apoyo invaluable en las tareas de reconstrucción y desarrollo. Los voluntarios
cubanos fueron soldados, médicos, maestros y obreros. Esta actitud se mantuvo aún en
las épocas difíciles.
Las relaciones con el campo socialista también tuvieron momentos complejos porque
Cuba nunca renunció al ejercicio pleno de su soberanía, que es un punto que Estados
Unidos nunca ha aceptado, ni respecto al gobierno de La Habana ni acerca de ningún
gobierno latinoamericano.
PRESENTE Y FUTURO
Cuba ha llegado a este importante aniversario con muchos cambios. El colapso de la
Unión Soviética y del conjunto del campo socialista la afectó en términos económicos
por los acuerdos de complementariedad que existían. Por otra parte, los cubanos
siempre dudaron de los cambios que impulsaba Gorbachov y habían comenzado a
diversificar sus relaciones comerciales, en esa tarea los encontró el derrumbe
soviético. Paralelamente, también empezó a cambiar la situación en otras partes y en
América Latina empezaron a caer las dictaduras impuestas por Estados Unidos para
detener el avance de los movimientos populares.
Y así, al margen de la OEA, a la que a Cuba no le interesa regresar, se empezaron a
reanudar lentamente las relaciones diplomáticas y comerciales. Estados Unidos trató
de impedirlo haciendo que se votara en esa organización el levantamiento de las
“sanciones” a Cuba y logró que fuera rechazado, lo que no impidió que la reanudación
de relaciones continuara y que precisamente en esta fecha Cuba sea parte de la nueva
integración latinoamericana, esa que excluye a Estados Unidos.
Justamente en estos días estuvo en visita oficial en La Habana el presidente de
Panamá, Martín Torrijos, y en los próximos días irán Rafael Correa, de
Ecuador, Cristina Fernández, de Argentina, Michelle Bachelet, de Chile, y se espera
también al mandatario mexicano Felipe Calderón. El presidente Raúl Castro acaba de
estar en Brasil, donde su país se incorporó al Grupo de Río y se gestó la unidad
latinoamericana y del Caribe.
Le corresponde ahora al futuro presidente estadunidense decidir cómo se va a
relacionar su gobierno con Cuba. Barack Obama ha declarado que anularía algunas de
las medidas impuestas por Bush, como la prohibición de viajes de ciudadanos de
Estados Unidos a Cuba y el envío de dinero por parte de aquellos que tienen
familiares en la isla. También dijo que se reuniría sin condiciones con el presidente
cubano, lo que ha generado una curiosa situación, porque la prensa del norte le
pregunta a Raúl Castro si conversaría con Obama y no le pide a éste que aclare sus
dichos.
Castro ha manifestado que está dispuesto a reunirse con quien será su homólogo en un
marco tan simple como el siguiente: “gesto por gesto. Estamos dispuestos a hacerlo
cuando sea, cuando lo decidan ellos, sin intermediarios, directamente, pero no estamos
apurados, no estamos desesperados”. Agregó que Obama levantó “esperanzas excesivas”
que podrá dar pasos positivos, pero que “aunque sea un hombre honesto y sincero,y
creo que lo es, un hombre solo no puede cambiar los destinos de un país y mucho menos
de Estados Unidos...ojalá me equivoque”.
En el acto conmemorativo del 1° de enero Raúl Castro le señaló a los cubanos que los
peligros no han disminuido y que debían tener presente lo que Fidel les había dicho
a todos el 17 de noviembre del 2005: ”Este país puede autodestruirse por sí
mismo; esta Revolución puede destruirse, los que no pueden destruirla hoy son
ellos; nosotros sí, nosotros podemos destruirla, y sería culpa nuestra”. Y hablando en
nombre de los caídos en las guerras de independencia y desde el episodio del
Moncada,el mandatario sostuvo que para evitar que eso sucediera no había que olvidar
que la de Cuba “es la Revolución de los humildes, por los humildes y para los
humildes”, que no había que reblandecerse” con los cantos de sirena del enemigo” y
llamó a la militancia a impedir “que destruyan al Partido”.
El discurso de Raúl Castro no recibió mayor difusión en la prensa internacional, que
optó por referirse a la austeridad del festejo. Sin embargo, sus palabras inciden en
la discusión profunda que se realiza en Cuba sobre la nueva etapa que debe iniciar
la Revolución y que algunos llaman Socialismo del Siglo XXI.
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