Las crónicas de Frida Modak |
De Puro Chile - 15 diciembre 2008
INMIGRANTES
VICTIMAS DE LA CRISIS,EL RACISMO Y EL NEGOCIO
Frida Modak
Si ya era difícil la situación de los inmigrantes en todas partes, la crisis
financiera y económica provocada por el colapso del neoliberalismo ha originado
situaciones más graves aún, porque la respuesta que se le está dando al problema es
el aumento de la represión y los abusos contra quienes se ven obligados a salir de
sus países para buscar una mejor forma de vida. El martes de la semana que termina
murió en Nueva York un ecuatoriano de 31 años que dos días antes había sido agredido
por jóvenes que le lanzaron insultos de carácter racista y homofóbico.
La víctima fue golpeada en la cabeza con un bate de béisbol cuando caminaba con su
hermano, que también fue atacado, y al que tomaba del brazo. A modo de explicación la
policía dijo que los habían confundido con homosexuales, como si eso lo
justificara. Así se evaden responsabilidades y se solapa a los agresores, tal como
sucede también en Europa, donde se han adoptado políticas que evidencian un absoluto
menosprecio hacia los habitantes de los países del sur, trazando una línea divisoria
que cruza mares y océanos y separa continentes.
Los países que se autodenominan desarrollados han lucrado y lucran con las riquezas
de los que de acuerdo a su clasificación somos subdesarrollados, pero la crisis está
mostrando que al interior de sus países se reproduce el mismo cuadro. En Nueva York
escarban la basura en busca de alimentos, porque el alza de los precios ha
significado que el 40 por ciento de sus habitantes tenga dificultades para
comprarlos. En Estados Unidos se está recurriendo también a la compra-venta de
“productos no tradicionales”, por decirlo de alguna manera, para aumentar los
ingresos.
Así resulta que por una “donación” de sangre se pueden obtener hasta 50 dólares, por
una de espermatozoides 100 dólares y en un sitio de donde compran y venden pelo
pagan hasta 2 mil dólares por una cabellera. Los óvulos femeninos legalmente no se
pagan, pero las donantes reciben una “compensación” que oscila entre los 4 y los 6
mil dólares. La oferta está superando a la demanda en todos estos rubros, lo que se
puede considerar como una muestra del grado de deterioro de los ingresos tanto de
los estadunidenses de origen como de los que ya han obtenido la nacionalización.
El flujo de inmigrantes hacia el país del norte ha disminuido según las
estadísticas, pero la crisis ha aumentado la violencia y los abusos en su
contra, incluso los de las autoridades. El panorama en Europa es similar, han
restringido el asilo político y el que contrae matrimonio con un o una europea no
adquiere el derecho a vivir en el país de que se trate, tiene que regresar a su país
de origen y obtener la visa que corresponde para poder volver. Todo es represión y
castigo para los inmigrantes, no para quienes en definitiva han llevado a esta
coyuntura.
EL NEGOCIO DE LAS REDADAS
Las redadas que la policía estadunidense realiza en busca de inmigrantes ilegales
han sido objeto de críticas y condenas dentro y fuera de Estados Unidos, por la forma
y por los abusos que se cometen. Basta tener apariencia de extranjero o hablar con
acento diferente para que lo detengan en una de esas razzias, aun cuando haya
ingresado legalmente. Si quedan niños abandonados mientras a sus padres los detienen
o expulsan, alguna iglesia o institución caritativa tendrá que hacerse cargo de
ellos si son nacidos en Estados Unidos. También hay niños que entran solos e
ilegalmente y son deportados sin mayores consideraciones.
Las redadas han sido comparadas por Jorge Bustamante, relator de las Naciones Unidas
para los Derechos Humanos de los inmigrantes, con las que hacía la policía secreta
nazi contra los judíos. Senadores demócratas han tratado de regular estas detenciones
masivas que se hacen en centros de trabajo y viviendas, pero lo que no se ha abordado
es el negocio que esto representa para los condados que alojan en sus cárceles a los
arrestados, como lo ha dado a conocer Tom Barry,analista del Centro para la Política
Internacional, que dirige el Proyecto Transfronterizo del Programa de las Américas.
Las cárceles estadunidenses están colapsadas, el número de presos ha aumentado ocho
veces desde 1970, hay dos millones y medio de ciudadanos de ese país encarcelados. Los
inmigrantes detenidos en las redadas no tienen cabida en esas cárceles y son
llevados a las de los condados de todo el país, que los reciben gustosos porque les
pagan bien por tenerlos. Los pagos los hacen el Servicio de Inmigración y Control de
Aduanas, ICE, y el Servicio de Alguaciles de Estados Unidos, USMS. El ICE es el que
hace las detenciones, el USMS pertenece al Departamento de Justicia y es el que
transporta a los presos.
Estos dos organismos pagan una cuota diaria a los gobiernos y empresas privadas que
proporcionan camas para los indocumentados detenidos. Durante la administración de
Bush se agregaron 13 mil camas a las instalaciones del ICE y a las que éste ha
subcontratado con empresas privadas, lo que hace un total de 32 mil camas en ocho
centros de detención del ICE y siete subcontratados a la Corrections Corporation of
America y el GEO Group. Hay autorización para llegar a 40 mil camas y al negocio se
han sumado organismos policíacos de estados y distritos porque la paga es buena y
permite superar los déficits presupuestales.
Los condados reciben del ICE y el USMS 48 dólares diarios por preso en algunos casos
y en otros llega hasta los 91, en cambio si los presos son del Estado que
corresponda, éste sólo paga entre 8 y 10 dólares por los presos locales. Los
inmigrantes son un buen negocio.
¿QUÉ HARÁ OBAMA?
Ni en la campaña electoral ni en el tiempo que va corrido desde la elección, Barack
Obama ha hecho algún pronunciamiento claro sobre su política migratoria. Y es que no
es muy fácil abordar el tema cuando hay un racismo latente que ha aumentado en los
últimos meses, tanto por el hecho de que un negro pudiera conquistar la presidencia
del país como porque sectores de los propios negros no consideran a Barack Obama un
negro total. Basta recordar lo que el reverendo Jesse Jackson, una de las grandes
figuras afroamericanas, dijo sobre el ahora presidente electo: ”debería dejar de
actuar como si fuese un blanco”.
El asunto no está en cuán negro sea o se siente, sino en que ha vivido en un período
en el que si bien los problemas raciales no están superados, ya los derechos civiles
se habían conquistado y su propia trayectoria es producto del cambio que eso
significó. Sin embargo, las manifestaciones racistas han abundado en el último
tiempo, tanto contra latinoamericanos como contra ciudadanos negros. Incluso Obama
está siendo objeto de acciones de esa naturaleza, porque no otra cosa son los
reiterados intentos de un abogado por descalificar su elección argumentando que
aunque haya nacido en Hawai no sería ciudadano estadunidense sino británico, porque
su padre era keniano y Kenia era colonia de Gran Bretaña.
En el contexto de todo lo reseñado cabe preguntarse cómo definirá Obama su política
migratoria. Janet Napolitano, a quien ha designado para ocupar el Departamento de
Seguridad Nacional, sostiene que los muros no sirven y que hay que solucionar la
situación de los 12 millones de indocumentados que hay en el país y que no pueden
seguir siendo ciudadanos de segunda. Pero no se ha dicho cómo enfrentarán los
llamados “delitos de odio”, cuando ingresan nuevos miembros al Ku Kux Klan, el racismo
crece en Europa y en los países del Sur parece haber más preocupación por la
disminución de las remesas de los indocumentados.
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