De
Puro Chile - 10 noviembre 2008
En la era Obama
AMÉRICA LATINA DEBE FIJAR SUS METAS
Frida Modak
Que el triunfo de Barack Obama fue impresionante, no hay duda. Según las cifras
conocidas, Obama ganó tanto en el voto popular como en el de consejeros
electorales. Obtuvo 63 millones 459 mil 85 votos populares contra 56 millones 112 mil
23 John McCain. Esto es importante porque hay quienes han llegado a ser presidentes
pese a haber perdido en el voto popular, que es el voto directo de la ciudadanía, pero
que han ganado gracias a los votos electorales en el sistema indirecto que aún se
mantiene en el país del norte. Pero Obama también ganó en los votos
electorales, obteniendo 349, en tanto su adversario logró 162. No siempre sucede que
ambas instancias coincidan.
Además, su partido, el Demócrata, tendrá 255 representantes o diputados y los
republicanos 178, estos últimos perdieron 20, mismos que fueron ganados por los
demócratas. En el Senado, los republicanos tendrían 44 y los demócratas 54
senadores, con lo que amplían la mayoría que ya habían obtenido en las pasadas
elecciones legislativas. En suma, el nuevo mandatario estadunidense tendrá, en teoría,
todos los elementos para iniciar el cambio cuya llegada anunció la misma noche de
la elección.
La magnitud de este triunfo es equivalente al grado que ha alcanzado el rechazo de
los estadunidenses al presidente George Bush y a sus colaboradores.Es un hecho
conocido que la elección y la reelección de Bush no fueron procesos limpios. Su
gobierno impuso guerras mediante la mentira y el miedo, para terminar precipitando
una crisis mundial que en su país ha afectado a millones de personas y ha
determinado que reconociendo su incapacidad,su equipo lo haya hecho a un lado y
sean los del área económica los que tratan de controlar la situación,sin mayor
éxito.
No es frecuente encontrar un mandatario que termine su período en el nivel de
degradación alcanzado por Bush,como lo ilustraron las fotografías de sus
presentaciones públicas en las olimpíadas chinas.También esto influyó en la victoria
de Obama y la derrota de McCain,quien siendo diferente a Bush se rodeó de ex
colaboradores del desprestigiado presidente creyendo que lo llevarían al triunfo.
LO QUE VIENE
Cuando se obtiene una victoria tan aplastante,se adquiere también una
responsabilidad ineludible y a Barack Obama lo esperan situaciones difíciles de
resolver,especialmente en el esquema burocrático de su país.Además, es probable que
se encuentre con que esas situaciones no son como las había planteado la
administración Bush,lo que hará más compleja su tarea porque será presidente de un
país que ha tejido una enorme telaraña de intereses económicos en prácticamente
todas las latitudes y ha establecido innumerables bases militares,acompañadas de
flotas especiales para defender esos intereses,todo lo cual redunda en un costo que
hoy es difícil de mantener.
A eso se agregan las guerras de Irak y Afganistán que sólo han proporcionado
ganancias a los intereses petroleros de los Bush y de su vicepresidente Dick
Cheney.La realidad indica que deben solucionarse esos conflictos si se quiere llegar
a la recuperación económica del país y son los primeros problemas que deberá abordar
el nuevo mandatario.Otras cuestiones de carácter internacional se verán postergadas.
Obama ha prometido hacer un retiro “responsable” de las tropas de su país enviadas a
Irak,pero los iraquíes exigen que eso no sobrepase el año 2011.También sostiene que
los responsables de lo ocurrido el 11 de septiembre de 2001 no estaban en Irak y
que Bush debió buscarlos en Afganistán,por lo que propone sacar las tropas de Irak
y enviarlas allá,pero se va a encontrar con que el problema tampoco es ese porque la
administración Bush ha falseado la realidad afgana y ha creado el mito de que todos
son talibanes,aunque ni siquiera sabe qué son los talibanes.
Si Obama no se enfrenta a la realidad, que no es otra que el plan de ampliar el
conflicto a Pakistán,como está ocurriendo,con la meta de llegar al petróleo de Rusia
y frenar su emergencia como nuevo poder,no podrá terminar con las guerras ni
alcanzar sus objetivos en el plano interno.Pero enfrentarse a la realidad también
implica enfrentarse al poder establecido y a las consecuencias que eso conlleva.Y es
a partir de aquí que podemos especular sobre lo que podrían ser las relaciones de
América Latina con el futuro gobierno de Estados Unidos.
PERSPECTIVA LATINOAMERICANA
Si se revisan los planteamientos de los dos principales candidatos estadunidenses a
la presidencia, se verá que a lo largo de sus campañas prácticamente no se
refirieron a América Latina y cuando lo hicieron no dijeron nada de importancia.Y es
que no estábamos entre los temas que importaban,éramos el sillón viejo que se puede
volver a usar cuando se desee.En otras palabras,ni republicanos ni demócratas han
entendido los hechos ocurridos en nuestros países en la última década.
Las mayores demostraciones del interés estadunidense en América Latina han sido las
numerosas invasiones a nuestros países desde que nos independizamos de España,el
apadrinamiento de los golpes de estado y la imposición de dictaduras militares para
preservar sus inversiones en nuestras riquezas naturales.Cuando las dictaduras no
dieron garantías absolutas,Estados Unidos apoyó democratizaciones limitadas siempre
con el fin de salvaguardar sus intereses y promovió Tratados de Libre Comercio,TLC,a
través de los cuales pretendió establecer una desigual asociación a través del
ALCA,Área de Libre Comercio de las Américas.
El ALCA fracasó, pero se han suscrito un buen número de TLC que han significado un
grado de crecimiento económico, pero sin distribución de la riqueza creada, de modo
que las empresas estadunidenses y las segmentos más ricos logran buenas utilidades y
los pueblos son tanto o más pobres que antes. Pero al mismo tiempo, se ha producido
un despertar político que ha establecido gobiernos más progresistas que han puesto
en marcha procesos de integración, en particular en América del Sur y el Caribe.
Este conjunto de hechos no sólo le ha dado más independencia a América
Latina, también ha originado los recursos que hasta ahora le han permitido enfrentar
en mejores condiciones la crisis financiera. Al mismo tiempo, y así lo consigna el
último informe del Latinobarómetro, la importancia de Estados Unidos ha disminuido
en el concepto de nuestros habitantes y su influencia también. Quiere decir que hay
mayor conciencia acerca de nuestras propias capacidades.
Los análisis acerca de la reciente elección estadunidense señalan que en muchas
localidades del país del norte fue el voto latino el que le dio el triunfo a Barack
Obama, pero eso no implica que él haya adquirido un compromiso con América Latina. Su
mayor pronunciamiento sobre el tema ha sido en relación a Cuba y a la suspensión de
algunas medidas adoptadas su contra por Bush, cuestión demandada también por las
nuevas generaciones de estadunidenses descendientes de cubanos.
No existe una política del próximo presidente de Estados Unidos hacia América Latina
y sus prioridades son otras por ahora. América Latina lo que necesita es respeto a
su identidad, proyectos y decisiones, lo que no sería imposible dados el origen, la
trayectoria y el pensamiento conocidos de Obama. Otra cosa son los obstáculos que él
encontrará internamente, lo que determina que debe ser América Latina la que fije el
marco de las futuras relaciones.
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