AMÉRICA
LATINA
ESTADOS
UNIDOS IMPONE SUS GUERRAS
Frida
Modak
La
reunión del Consejo Permanente de la Organización de Estados
Americanos celebrada el pasado martes 4 de marzo mostró a una
América Latina incapaz de defender los más elementales
principios del derecho internacional. Ante la violación
flagrante de la soberanía territorial de Ecuador por parte de
Colombia, los embajadores de América Latina y el Caribe
contradecían sus propios dichos al intentar que, como si fueran
dos niños peleándose, ecuatorianos y colombianos se amigaran,
echando en saco roto lo que esos mismos representantes habían
dicho en la fase inicial de la reunión al afirmar que la
soberanía territorial de los estados es inviolable, invocando
además la Carta de la OEA.
La
sesión comenzó con la impecable intervención de la canciller
de Ecuador, pais que pidió la reunión del Consejo ante la
agresión de que fue objeto. Enseguida habló el embajador
colombiano, quien en tono agresivo y amenazante minimizó el
ingreso de tropas de su país a territorio ecuatoriano
argumentando el ejercicio del derecho a la legítima defensa y
centró su intervención en leer un prontuario de Raúl Reyes,
segundo hombre de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de
Colombia, FARC, que era el objetivo de la incursión armada y
murió en el bombardeo que helicópteros y aviones colombianos
realizaron contra el campamento guerrillero ubicado en suelo
ecuatoriano. Repartió, además, copias de documentos y fotografías
supuestamente encontrados en los computadores que habrían
pertenecido a Reyes y que comprometerían a los gobiernos de
Ecuador y Venezuela.
Aunque
la mayoría de los embajadores que intervinieron después
insistieron en defender la inviolabilidad de las fronteras, el
planteamiento colombiano provocó el efecto que buscaban: sacar
la agresión a Ecuador del primer plano y poner en tela de
juicio a los gobiernos de los presidentes Rafael Correa y Hugo
Chávez que no eran los acusados. Estas líneas fueron escritas
cuando el Consejo de la OEA estaba en receso, si finalmente la
declaración no fue acorde a la gravedad de los hechos, esa
organización habrá demostrado una vez más que no sirve a los
intereses del subcontinente.
LOS
PROBLEMAS DE FONDO
La
agresión a Ecuador tiene motivos distintos a los que se han señalado.
El Presidente Correa ha reiterado que no prorrogará la
autorización para que siga funcionando en su país la base
militar estadunidense ubicada en la localidad de Manta. Esa base
reemplaza a la que fue la base Howard en Panamá, que Washington
tuvo que cerrar al entrar en plena vigencia los nuevos tratados
sobre el Canal de Panamá. Howard era el punto a través del
cual Estados Unidos controlaba, o espiaba, todo el movimiento aéreo
y de cualquier tipo en América Latina y el Caribe. Lo mismo se
hace desde Manta.
A
eso se agregan las medidas que el Presidente Correa ha tomado
para recuperar el control de la riqueza petrolera del país. Las
acusaciones que el gobierno colombiano ha formulado al de
Ecuador, pretendiendo mostrarlo como colaborador de las FARC con
base en supuestos documentos de Raúl Reyes, quedaron
desmentidas por las declaraciones de la cancillería francesa en
las que se señala que se estaba buscando a través de Reyes una
vía para obtener la liberación de Ingrid Betancourt y otros
once rehenes. Exactamente lo mismo que dijo el Presidente Correa
al desmentir la versión colombiana sobre su relación con las
FARC.
Esto
ni siquiera fue considerado en la reunión de la OEA, donde
aparentemente tampoco conocen la existencia de las tres bases
militares estadunidenses en Colombia, una de ellas en
Villavicencio, la ciudad de la cual partió el operativo para
liberar a Consuelo González y Clara Rojas y que estuvo sometido
a ataques constantes que retrasaron el arribo de las rehenes,
como lo contó después Rojas. Habrá una cuarta base en
Colombia, si Washington no logra impedir el cierre de Manta.
Los
computadores atribuidos a Reyes se multiplican milagrosamente.
Primero se habló de uno, luego de tres y finalmente de cuatro.
Su existencia y contenido sólo lo conocen la policía
colombiana y el FBI estadunidense. Se asegura que los entregarán
a verificación internacional, pero no dicen cuando ni de quien
y ya han perdido toda credibilidad, porque con la tecnología
existente se puede
inventar lo que se quiera. Por lo demás, los documentos
repartidos en la OEA, que hace días están publicados en el
diario colombiano El Tiempo(www.eltiempo.com), que ahora
pertenece a empresarios españoles, se refieren más bien a
apreciaciones o afirmaciones de las FARC y no prueban lo que el
gobierno de Uribe quiere en contra del Presidente Chávez, de ahí
que el Partido Liberal, del que proviene el mandatario
colombiano, y el Polo Democrático, le
hayan recomendado que no lleve el asunto a la Corte Penal
Internacional, a la que el propio gobierno uribista le ha
desconocido facultades y al que se opone Estados Unidos.
LA
SEGURIDAD NACIONAL DE EU
En
medio de estos graves acontecimientos el presidente
estadunidense salió en apoyo de su colega colombiano diciendo
que “estamos al lado de nuestro aliado democrático.” Pero
fue más lejos al señalar que “Mi mensaje al Congreso de
Estados Unidos es
que el Tratado de Libre Comercio(con Colombia) es una cuestión
de seguridad nacional”
y añadió “Si no lo aprobamos, vamos a dejar abandonado a un
aliado cercano y vamos a dañar nuestra credibilidad en la región
y vamos a envalentonar a los demagogos”. El congreso no lo
aprueba por estimar que el gobierno colombiano no registra
avances en la protección a los sindicalistas ni en el
esclarecimiento de los vínculos de funcionarios del gobierno y
parlamentarios con el paramilitarismo.
Y
seguramente por casualidad, el viernes 29 de febrero se
encontraba en Colombia el secretario de Comercio de Estados
Unidos con una delegación de parlamentarios de su país a los
que buscaban convencer para que aprobaran el Tratado. Después
de la incursión a territorio de Ecuador, el diario El Tiempo
publicó una foto de Uribe con el funcionario estadunidense, en
la que el mandatario colombiano está con un celular en la mano
y sobre la cual hay
un titular que afirma que el presidente no durmió en toda la
noche del sábado siguiendo el operativo en suelo ecuatoriano.
Habrá
que ver si ahora se aprueba el TLC, porque aún falta un
elemento importante. El jueves recién pasado se realizó en
ciudades colombianas y de otros países una marcha contra el
paramilitarismo y el terrorismo de Estado. Los paramilitares,
amnistiados de hecho y a los que están vinculados figuras del
gobierno y del parlamento, incluídos familiares del presidente,
asesinaron a 60 mil personas. Cinco mil pertenecían a la Unión
Patriótica, partido que se formó tras acuerdos con el gobierno
de Pastrana como brazo político de las FARC e inicio de su
transformación. Uno de los organizadores de la marcha, hijo de
un senador asesinado, declaró que al inicio el gobierno actual
la había apoyado, pero se desentendió de ella al darse cuenta
de que se denunciaba también al terrorismo de Estado. Esta
marcha no tuvo la misma publicidad que la realizada contra las
FARC, lo que nos lleva al papel que juega el poder mediático,
tema que no se puede soslayar.