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Las crónicas de Frida Modak

De Puro Chile - 21 enero 2008

COLOMBIA

URGE UN NUEVO GRUPO DE CONTADORA

 

Frida Modak

 

La propuesta del presidente Hugo Chávez de darle a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC, estatus de fuerza beligerante como  paso previo para poder iniciar un diálogo de paz, ha sido rechazada por el presidente colombiano y por el departamento de Estado estadunidense. El español Javier Solana opinó a nombre de la Unión Europea coincidiendo con Uribe y con Washington. El gobierno francés dijo que primero las FARC deberían dejar en libertad a los rehenes. A los presidentes latinoamericanos se les entró la lengua, excepto al brasileño Lula que dijo que la liberación de Clara Rojas y Consuelo González indicaría que puede haber otras liberaciones.

No es de extrañar esta reacción a la única iniciativa viable presentada en la última década para abrir camino a la paz en un país donde la violencia se ha enseñoreado desde hace casi 200 años. Hay factores internos y externos. Empecemos por estos últimos. Cuando en la década de los ochenta surgió el Grupo de Contadora, formado por México, Panamá, Colombia y Venezuela, en América Latina campeaban las dictaduras impuestas en nombre de la seguridad nacional estadunidense. Europa empezaba a dar muestras de una vigorosa recuperación económica y buscaba abrirse nuevos caminos después de haber explotado en forma inmisericorde  a los paises africanos. Miraban hacia América Latina y América Latina no los rechazó porque se trataba de gobiernos socialdemócratas inscritos en los liderazgos de personalidades como Willy Brandt y Olof Palme.

Con el respaldo explícito de los europeos y el tácito del campo socialista se logró evitar la guerra generalizada en América Central y se contribuyó a la caída de las dictaduras en América del Sur, si bien  las democracias que surgieron no fueron plenas. Al mismo tiempo el modelo neoliberal se fue imponiendo y creó nuevos nexos entre Europa Occidental y Estados Unidos, desaparecía el campo socialista y muchos de los países que lo integraban se sumaron a la Unión Europea, mientras Rusia sólo ahora empieza a recuperar su estatus y surgen nuevas potencias económicas en Asia. Todo esto repercute en América Latina, donde las democracias conservaron el neoliberalismo y se ataron más aún a él mediante la firma de centenares de  tratados de libre comercio. En este contexto, en el que ni siquiera hay definiciones ideológicas sino intereses económicos de los grupos gobernantes, emerge la situación colombiana, cuyas características se insiste en tergiversar.

LOS GOBIERNOS COLOMBIANOS

Las políticas de los gobiernos colombianos de las últimas décadas del siglo pasado y las del gobierno actual, no tienen ninguna coherencia. Veamos. El entonces presidente Andrés Pastrana inició gestiones de paz a fines de los noventa, en las que uno de sus objetivos era convencer al gobierno estadunidense de que las FARC no se dedicaban al narcotráfico como lo sostenia y lo sigue sosteniendo Washington. Pastrana le dijo a los enviados estadunidenses que no debía confundirse ni mezclarse a la guerrilla con el narcotráfico y logró que representantes de ambas partes se reunieran en Costa Rica en la perspectiva de crear una comisión internacional que contribuyera al logro de la paz, al estilo del Grupo de Contadora. Pastrana incluso llevó al banquero David Rockefeller a entrevistarse con Manuel Marulanda, jefe de las FARC. De esa visita datan las únicas imágenes que se tienen de Marulanda, en las que aparece con una toalla amarilla al hombro. Hoy, frente a la propuesta del Presidente Chávez, Pastrana ha dicho que Colombia debería romper relaciones con Venezuela.

Augusto Ramírez Ocampo fue, como canciller de Colombia, activo miembro del Grupo de Contadora y, además, encabezó la misión de las Naciones Unidas en El Salvador. En una ponencia presentada en el Encuentro Colombo-Español "Paz y Guerra en Conflictos de  Baja intensidad", afirmó sobre la situación en su país Nadie ganará esta guerra fraticida y planteó: Creo en la virtud del diálogo y en la cultura de paz. Estoy convencido que frente a cualquier raciocinio, la paz tiene mucha más contundencia que la guerra; por lo tanto, me parece necesario empezar un  proceso en el cual tratemos de humanizar la guerra y donde hagamos una política de Estado que comprometa a todos los estamentos en su diseño para tener el tiempo suficiente de desarrollar plenamente la negociación sin cambiar de políticas según los hígados del gobierno de turno. Algún problema hepático se debe haber producido para que un hombre respetado internacionalmente rechace ahora una propuesta que conduce a humanizar y terminar la guerra.

URIBE Y OTROS OBSTÁCULOS

En la situación actual de Colombia son varios los elementos que impiden la paz. El primero de todos es la posición del Presidente Uribe que busca la rendición total y absoluta de las FARC o su exterminio, se dice en Bogotá. Esta segunda etapa de la confrontación colombiana dura ya 61 años, pero el mandatario tiene sus causas propias. Responsabiliza a las FARC de la muerte de su padre en un intento de secuestro. Otras versiones señalan que los responsables fueron  los narcotraficantes y se  evoca la amistad familiar entre los Uribe y los Ochoa, un grupo narco. Eran vecinos y compartían la afición por los caballos. Wikipedia informa ampliamente sobre este tema y otros del mismo orden.

En el medio político y periodístico colombiano se señala también la gran diferencia en el trato a la guerrilla y lo ocurrido con los paramilitares, organización, esa sí, de narcotraficantes y asesinos, a los que el gobierno uribista amnistió y con ello se intenta poner fin  al escándalo de la parapolítica, que es el involucramiento de políticos, incluyendo funcionarios del actual gobierno, en las actividades de los paramilitares. Existe la percepción de que se  deseaba o necesitaba un punto final rápido a ese asunto.

La presencia estadunidense en territorio colombiano es otro obstáculo para la paz. Al amparo del Plan Colombia ya se han instalado allí tres grandes bases militares de Estados Unidos, una en Tres Esquinas en  el Departamento de Caquetá, otra en Florencia, también en el Caquetá, la tercera en el Departamento del Meta, en la ciudad de Villavicencio y Estados Unidos presiona para que se abra una cuarta que reemplace a la que tiene en Manta, Ecuador, donde no se les renovará la autorización para ocupar esa localidad y que vence el próximo año. Estas bases son una amenaza para toda América Latina.

En los ochenta la acción de los Grupos de Contadora y de Apoyo a Contadora le limaron las garras a la administración Reagan, pero éstas le han crecido a la de Bush. La iniciativa que dio origen a Contadora partió de México, cuando en el gobierno del Presidente López Portillo el canciller Jorge Castañeda, fallecido el 11 de noviembre de 1997, le dio estatus beligerante a la insurgencia salvadoreña, medida que fue apoyada por Francia y rechazada por El Salvador. Hoy esa misma iniciativa es la que ha planteado el Presidente Chávez.

 

 

 

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