DE
FUJIMORI A PINOCHET: SEMEJANZAS
Y DIFERENCIAS
Frida
Modak
A
raíz del fallo de la Corte Suprema de Chile que concedió
la extradición del ex presidente peruano Alberto Fujimori a
su país, algunos han evocado el caso del ex dictador
chileno Augusto Pinochet, pero más allá de algunas
coincidencias circunstanciales hay diferencias importantes.
La primera de ellas es que Fujimori llegó a la primera
magistratura al ganar las elecciones presidenciales de 1990
y no a través de un golpe de estado como el militar chileno.
Aunque en 1992 protagonizó un autogolpe, eso le permitió
dictar una nueva constitución, ser elegido otra vez y
obtener la elección de un parlamento con una mayoría a su
favor. En 1995 fue reelecto y así fue legitimado en su país
y también por la comunidad internacional.
Su
gestión gubernativa se caracterizó por la imposición del
modelo neoliberal y por la confrontación con las
organizaciones guerrileras que con distintas denominaciones
y liderazgos han estado presentes en la historia del Perú.
Fujimori logró desarticular a Sendero Luminoso y al
Movimiento Revolucionario Tupac Amaru cuando éste ocupó la
embajada de Japón, episodio muy controvertido tanto porque
la muerte de los ocupantes tuvo características de ejecución
como por la actitud de samurai que adoptó el entonces
mandatario ante sus cadáveres.
Al
intentar su segunda reelección la suerte lo abandonó, se
generó una situación caótica y huyó a Japón en
noviembre de 2000, desde donde renunció al cargo pero no
abandonó la idea de reiniciar su actividad política en Perú,
donde el fujimorismo es una realidad, su poderío electoral
se calcula en un 20 por ciento y su hija Keiko
obtuvo la primera mayoría nacional en las últimas
elecciones parlamentarias.
¿TODO
PLANEADO?
En
la perspectiva de regresar a Perú, Fujimori salió de Japón
en un vuelo privado, lo que le permitió no ser detectado en
las escalas realizadas y sobrevolar territorio peruano
porque el plan de vuelo lo permitía. Así llegó a la
capital chilena en noviembre de 2005 y entró legalmente al
país porque aún cuando había orden de detención en su
contra, la policía del aeropuerto, curiosamente, no se
enteró de quien era el personaje, asunto que fue reparado
horas después marcando el comienzo de un proceso de
extradición que duró casi dos años. Y aquí se da la otra
diferencia importante con el caso Pinochet, quien debía ser
extraditado a España, donde había un juicio en su contra
por violaciones a los derechos humanos y se había dictado
la orden de detención que se hizo efectiva cuando llegó a
Londres. Aunque se establecieron las causales para
extraditarlo, se supone que hubo un arreglo político entre
los gobiernos británico y chileno que determinó, después
de dos años, que el ex dictador fuera enviado a la nación
sudamericana por consideraciones humanitarias y sin cargo
alguno. Otros mandatarios han sido juzgados por tribunales
internacionales y no porque no se pudiera hacerlo en sus países
de origen sino más bien por convenir a los intereses
estadunidenses. Esto convierte a Fujimori en el primer
presidente extraditado al país que gobernó, para ser
juzgado allí, lo cual no es un título del que se pueda
presumir.
Al
conocer el fallo dijo a un periódico chileno "Para
empezar, he venido consciente y voluntariamente a Chile,
como una escala para mi viaje de retorno al Perú a fin de
que sean examinados mis casos. Por supuesto que habría
preferido ser extraditado por uno o dos casos; la
expectativa no llegaba a siete. Pero el objetivo de reducir
drásticamente el número de acusaciones se ha conseguido.
Pero ahora voy hacia Perú con un blindaje legal que me
otorga el tratado de extradición y esta sentencia de la
Corte Suprema".
De
los siete casos, dos son por derechos humanos, pero están
tipificados como homicidio calificado y lesiones graves, que
son las ejecuciones extrajudiciales de La Cantuta y Barrios
Altos, los otros cinco casos son por peculado, pago de
sobornos a políticos, intercepción telefónica y
allanamiento ilegal. No hay, según la Fiscal de la Nación
de Perú, ninguna acusación por delitos de lesa humanidad
como sostienen organizaciones defensoras de los derechos
humanos. En este punto también hay una diferencia con los
cargos que se le formularon a Pinochet en Chile, que sí
fueron de lesa humanidad.
LA
REPERCUSIÓN POLÍTICA
Aunque
el gobierno del presidente Alan García cumplió con
la obligación de gestionar la extradición de
Fujimori, el asunto le complica el panorama político porque
los 14 parlamentarios fujimoristas le dan la mayoría en el
parlamento, en lo que podría considerarse una alianza tácita,
que al escribir estas líneas estaba a prueba en la
inminente votación de una interpelación pendiente al
ministro del Interior (Gobernación), del que depende todo
lo relacionado con el trato que reciba el acusado. Esta
alianza tácita ha caracterizado la relación entre estos
dos personajes, García inclinó la balanza a favor de
Fujimori al darle el apoyo del APRA en la segunda ronda
electoral en 1990 y aunque Fujimori enjuició en 1992 a García
y lo forzó al exilio, éste fue avisado oportunamente
cuando lo iban a detener.
El
fujimorismo es una realidad y un proyecto, el ex mandatario
no ha sido desconocido por quienes lo apoyaron, como sucedió
con Pinochet. Su hija, que lidera esa corriente, reclama que
sea tratado como corresponde a un ex presidente de la república
y ha declarado que su padre ha sido y es una opción
presidencial. Alan García, por su parte, promete un juicio
sin odio, ensañamiento
y venganza, apuntando que podría aprovecharse de la situación
porque mi casa fue asaltada, fui privado de la nacionalidad
durante nueve años, pero, afirmó, eso no lo voy a hacer,
agregando que como Jefe de Estado me toca cumplir y hacer
cumplir la Constitución y las resoluciones judiciales.
Fujimori
ya ha empezado a declarar en el proceso por allanamiento
ilegal, en el que él mismo participó, efectuado a la casa
de la ex esposa de su jefe
de seguridad nacional, Vladimiro Montesinos, quien se
encuentra preso. De esa casa el ex presidente sacó cuatro
maletas con videos de sobornos a políticos
y empresarios, que podrían ser usados en su defensa.
Pero el asunto tiene también una vertiente internacional,
que se refiere a las relaciones con Chile, que se
desarrollan con altibajos como consecuencia de la guerra de
1879. Algunos medios fujimoristas han sostenido que con la
extradición Chile
divide a los peruanos.
El
gobierno de García ha anunciado que pedirá
a la justicia chilena la ampliación de los cargos
por los que se puede juzgar a Fujimori, a fin de incluir la
matanza de 42 presos pertenecientes a Sendero Luminoso,
cometida en un penal de máxima seguridad en 1992. El
procedimiento podría determinar que tuviera que ser el
gobierno chileno el que decidiera, cuestión que lo pondría
en una situación no deseada. Por otro lado ha llamado la
atención que se quiera incluir este caso, que podría poner
nuevamente sobre el tapete la ejecución de más de 200
miembros de Sendero Luminoso en 1986, en una acción del ejército
durante el primer gobierno de Alan García.