De Puro Chile - 4 septiembre 2007
SARKOZY
UN
BLAIR A LA FRANCESA
Frida
Modak
Desde
su visita a la residencia familiar de los Bush, el nuevo
presidente de Francia ingresó de lleno al escenario
internacional, buscando un lugar en la carrera por la hegemonía
en momentos en que Estados Unidos se tambalea en su sitial de
superpotencia. Eso no quiere decir que Nicolas Sarkozy vaya a
convertir en confrontación la rivalidad tradicional entre los
franceses, críticos del “american way of life”, y los
estadunidenses, que se refieren con sarcasmo a “la vieja Europa”
simbolizada por París.
En
cierta forma, los anuncios hechos hace pocos días por el
mandatario galo en una reunión con los embajadores de su país
indican que se propone llenar el vacío que dejó el británico
Tony Blair, aliado incondicional de Estados Unidos, pero para
jugar un rol distinto. Auténtico representante de una derecha
renovada en su forma, no en el fondo, los planteamientos de
Sarkozi indican que ha entendido que el mundo unipolar está
llegando a su fin y que hay que admitir la nueva realidad para
lograr una transición pacífica, en lo posible, en la que Europa,
y Francia en particular, recuperen el poder o la influencia que
perdieron en la segunda guerra mundial.
Es
así que ha propuesto la ampliación del Grupo de los 8
incorporando a México, Brasil, India, China y Sudáfrica , y el
ingreso al Consejo de Seguridad de
las Naciones Unidas de Brasil, India, Japón y Alemania,
señalando también que es fundamental que Africa esté
representada en ese organismo. Incluso mostró un pequeño cambio
en su oposición a que Turquía sea parte de la Unión Europea,
señalando que no se opondrá a nuevas negociaciones con ese país,
pero reiterando que es preferible una asociación en vez de
otorgarle membresía plena en ese bloque regional.
Así
fue delineando lo que será su política internacional hasta
llegar a Irak y Estados Unidos. Sostuvo que su antecesor Jacques
Chirac no se equivocó al oponerse a la guerra contra Irak y
afirmó: ”Francia aún está en contra de la guerra” y pidió
un calendario para la salida de las tropas. En relación a
Estados Unidos señaló: ”Aliados no quiere decir alineados y
me siento perfectamente libre de expresar nuestros acuerdos como
nuestros desacuerdos, sin
complacencia ni tabúes”. Al mismo tiempo, se mostró
partidario de que los europeos asuman ”su pleno papel y
responsabilidades para su propia seguridad y la del mundo”
impulsando su planificación, capacidad operativa y desarrollando
un nuevo plan armamentista, asegurando que eso no implica
enfrentarse con la OTAN y que hasta le conviene a Estados Unidos.
LA
REALIDAD
Los
dichos de Sarkozy se producen en medio de una polémica en
Estados Unidos acerca de la permanencia de las tropas de ese país
en Irak y a pocos días de conocerse un informe sobre el estado
de la guerra que deben presentar al congreso el general David
Petraeus, comandante de las fuerzas destacadas en Irak y el
embajador estadunidense en ese país Ryan Crocker. Si Petraeus es
coherente con lo que ha dicho antes, y que reprodujimos en estas
páginas, tendrá que reiterar que “no hay solución
militar para un problema como el de Irak”.
A
eso debe agregarse la posición del jefe de Estado Mayor Conjunto,
Peter Pace, quien según trascendidos en la prensa del norte es
partidario de retirar por lo menos la mitad de las tropas que se
encuentran en Irak, para que las fuerzas armadas estén en
condiciones ”de responder ante otras amenazas”, lo que
obviamente alude a Irán, país que la administración Bush también
tiene en la mira. Y aunque Pace va a ser reemplazado dentro de
algunos días, su sucesor, el almirante Michael Mullen sostiene
lo mismo, al igual que los vocales del Estado Mayor.
Y
eso no es todo, en las esferas militares del norte hay preocupación
porque con el gran despliegue de tropas que se ha realizado, ya
no van quedando soldados para reemplazar a los que se encuentran
en Irak si Bush opta por mantener la ocupación de ese país más
allá de la mitad del próximo año. En otros pronunciamientos,
personal de la Armada, en un artículo publicado por The New York
Times, sostiene que “pensar que se está a la altura de
conquistar a una población recalcitrante es una fantasía”, lo
que incide en las salidas políticas al
problema.
En
el artículo se señala,también, que aunque tienen
los medios y la determinación de luchar “nuestra
capacidad de acción es limitada porque la realidad sobre el
terreno requiere medidas que rechazamos-el uso de la fuerza letal”.
A la gravedad de la afirmación hay que añadir otro hecho, la
falta de soldados no sólo se plantea en Estados Unidos, en Gran
Bretaña se ha dado a conocer hace unas semanas la existencia del
mismo problema. Todo esto ayuda a entender a Sarkozy.
IMPERIALISMO
COMPARTIDO
Si
la salida del berenjenal en que está metido Bush no es militar a
menos que se usen “armas letales”, que suponemos un sinónimo
de atómicas, hay que pensar entonces qué fórmulas, de las
llamadas políticas, se están barajando. Estados Unidos organizó
en Irak unas elecciones cuya transparencia a nadie le consta y de
ellas surgió un gobierno que satisfacía los requerimientos de
los invasores, pero ese gobierno no podía garantizar que la
población aceptara la institucionalización de la política de
fuerza estadunidense. Y en los hechos vemos todos los días las
consecuencias de lo que es una guerra de resistencia a la ocupación
extranjera.
Durante
la segunda guerra mundial los europeos resistieron a los alemanes
y fueron ensalzados por sus acciones y reconocidos como
combatientes contra el nazismo, todo lo cual se plasmó después
en numerosos libros, películas y series de televisión. A los
iraquíes se les ha negado ese estatus y se los considera
terroristas, una de las tantas clasificaciones que Estados Unidos
ha hecho de sus enemigos, entre los que se cuentan también los
“islamistas” y los “militantes”. En este cuadro se
pretende que el gobierno que encabeza el primer ministro
Nuri-al-Maliki solucione el problema creado por los
estadunidenses y que sus propios militares consideran insoluble.
Mientras
en Estados Unidos se pedía la salida de Maliki, el flamante
canciller francés Bernard Kouchner la solicitaba abiertamente y
proponia que lo reemplazara uno de los vicepresidentes, que
estudió en Francia. Bush medio defendió a Maliki diciendo que
era un buen hombre. Kouchner pidió disculpas ante el
emplazamiento que le formuló el iraquí, diciendo que sólo había
repetido ”lo que otros han dicho”, agregando que “todos
dicen que debe renunciar”. Sarkozy ha respaldado a su canciller.
El
mandatario francés está implementando una audaz jugada en la
que espera combinar una salida decorosa para Bush, si existe
alguna, y un nuevo rol internacional para Europa, con Francia
reviviendo su pasado imperial y él en el centro de un
nuevo orden imperialista compartido.
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