Bush
en Irak
SI
SE QUEDA SE MUERE SI SE VA SE MATA
Frida
Modak
En
una de sus últimas conferencias de prensa
George W.Bush dijo que irse de Irak era
fracasar y que él
no podía fracasar. Por lo visto, ni
siquiera
se ha dado cuenta de que fracasó desde
el momento en que decidió invadir Irak porque
su entonces consejera de seguridad nacional
Condoleeza Rice, que en realidad es como su
profesora en cuestiones internacionales, le
dijo que había que hacer guerras preventivas.
Su vicepresidente Richard Cheney, dijo a su
vez que al invadir se iban a dar un paseo por
Irak. Cuatro años y cuatro meses después,
ante la magnitud del fracaso recurren al
chantaje.
No
hay ningún logro que los invasores puedan
exhibir, todo ha sido destrucción y muerte,
tampoco han podido disponer a sus anchas del
petróleo que ambicionaban, puesto que
Bush, Cheney y Rice, están
profundamente relacionados con las grandes
empresas petroleras. El paseo
le ha significado grandes ganancias a la
Halliburton, ligada a Cheney, en otros rubros
que incluyen hasta la venta de alimentos para
las tropas y se dice que un tío del
presidente, hermano menor de su papá, hizo
buen negocio vendiendo equipos para que los
soldados pudieran resistir los efectos de las
armas químicas que Irak no tenía y que
fueron uno de los pretextos para invadir.
Todos
los días mueren cientos de personas en una
confrontación en la que los buenos son los
invasores y los malos son los dueños del país,
porque tienen otras creencias religiosas y
tratan de expulsar a los soldados extranjeros,
lo que los convierte en terroristas. El
absurdo ha llegado a un extremo tal que Bush
dijo en otra conferencia de prensa que Estamos
ahí por invitación del gobierno iraquí. Esa
es una nación soberana. Si dijeran váyanse,
nos iríamos. Pero para que no se lo tomaran
en serio, de inmediato agregó que si sus
tropas se fueran, los resultados serían
catastróficos para los invadidos, como si la
catástrofe no hubiera comenzado con los
bombardeos y desembarco de tropas y el
derrocamiento y ejecución de Saddam Hussein,
cuyo gobierno no era ejemplo de democracia,
pero durante el cual la población no fue
objeto de la barbarie que ha impuesto la
democracia bushista.
El
68 por ciento de los estadunidenses desaprueba
la estrategia
de su presidente en Irak, ese mismo porcentaje
está descontento con
la situación de su país y un 64 por
ciento está insatisfecho con
la política nacional e internacional
del presidente, que ya no es el mandatario más
impopular ni el peor sino que, al tenor de los
sondeos, sería el más fracasado. Y entonces
viene la nueva etapa.
EL
CHANTAJE
En
la semana que termina se dieron a conocer
informes contradictorios sobre la realidad
iraquí. Trascendió, y luego fue silenciada,
la existencia de un informe de inteligencia
según el cual Al Qaeda, nombre que sirve para
justificar todo, se había debilitado. Pero
eso habría sido un punto a favor de la Cámara
de Representantes, que tiene mayoría demócrata
y demanda el retiro de las tropas
estadunidenses de Irak en marzo o abril del próximo
año. Un informe así también podía
determinar que más senadores republicanos se
sumaran a los demócratas y que así ambas cámaras
pidieran el retiro de los soldados. Entonces
apareció un informe del gobierno, según el
cual en Irak habría progreso satisfactorio en
ocho áreas y progreso insatisfactorio, o sea
fracaso, en otras tantas. Por supuesto que las
satisfactorias eran militares y las otras políticas.
Ese
informe incentivó el debate en torno al
retiro de las tropas y entró en escena el
chantaje. El 11 de julio aparecía un informe
gubernamental secreto, entregado por
funcionarios que pidieron
no revelar su identidad, que desmentía
la supuesta debilidad de Al Qaeda y afirmaba
que la organización, cuya existencia y
dirección se atribuye al saudita Osama Ben
Laden, había recuperado su capacidad
operativa y estaba en condiciones similares a
las que dicen que tenía en septiembre de
2001. El informe, titulado Al Qaeda en mejor
posición para atacar a Occidente coincidió
con las declaraciones del director de análisis
de la Agencia Central de Inteligencia, CIA,
ante una comisión del congreso, donde dijo
que además de su recuperación Al Qaeda
demuestra una capacidad creciente para
planificar ataques en Europa y Estados Unidos.
El
13 de julio el Senado del norte duplicó la
recompensa para el que encuentre a Ben Laden,
ahora son 50 millones de dólares y los
augurios terroríficos, no terroristas,
proliferan. En la Casa Blanca se dio a conocer
el 17 de julio un informe de los servicios
secretos estadunidenses que sostiene que Al
Qaeda no dudará en usar armas químicas, biológicas
y nucleares contra Estados Unidos. Pero para
que no cundiera el pánico, la Consejera de
Seguridad Interna de Bush, dijo ese mismo día
que no hay informaciones creíbles sobre un
ataque específico. Curiosamente, tanto en México
como en Chile se produjeron en esos días
atentados con explosivos a los que se busca
vincular con acciones relacionadas con
Irak y Afganistán e incluso con los
chechenos. Y así funciona el chantaje,
provocando temor para acallar las críticas,
teniendo siempre a mano un proyecto de
culpable.
DE
TORTURADORES A MERCENARIOS
En
estos días cobró notoriedad el tema de los
mercenarios que Estados Unidos ha llevado a
Irak bajo la denominación de contratistas. El
asunto, como no podía ser de otra manera, es
parte de un negocio multimillonario y que a la
vez le permite a Washington intervenir en
cualquier país sin mostrar la cara. Basta con
recordar que las Fuerzas Armadas de Colombia,
FARC, tienen retenidos a tres
estadunidenses-contratistas que andaban en
labores no reveladas y por cuya libertad la
administración Bush está dispuesta a liberar
a su vez a Simón Trinidad, uno de los
dirigentes más importantes de la organización
guerrillera.
Esta
mezcla de negocio e intervencionismo se empezó
a hacer pública en los años noventa y desde
entonces su estructura orgánica ha
experimentado variaciones, no así sus
objetivos, y han surgido múltiples empresas
dedicadas a esta actividad, que operan en
distintos lugares y contratan a sus efectivos
en todas partes, siendo América Latina un
gran proveedor
de estos elementos y eso no es casual.
Los contratados en nuestra región son ex
militares que sirvieron a las dictaduras, por
lo general dados de baja o que se retiraron
antes de que pudieran ser objeto de denuncias
por violaciones a los derechos humanos. Este
tipo de individuos, experimentados en represión
y tortura le ahorran a las empresas el
entrenamiento porque a través de sus jefes
locales recibieron en su momento la instrucción
que se entregaba en la Escuela de las Américas.
Esta
situación determinó que la Organización de
Naciones Unidas, ONU, creara un
grupo de trabajo que ha estado
investigando el tema desde hace un par de años
en algunas naciones de Centro y Sudamérica.
El mercenarismo saltó a las primeras planas
de los periódicos a raíz de la información
publicada hace unos días en el diario
estadunidense Los Angeles Times, dando a
conocer que los mercenarios superan a los
soldados estadunidenses en Irak, pero aún hay
mucho más al respecto.