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Las crónicas de Frida Modak
De Puro Chile - 2 julio 2007


En nada ha cambiado
La CIA de siempre:
justificando crímenes y atropellos
 

Frida Modak

 La Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA por sus siglas en inglés) dio a conocer el martes 26 unas 700 páginas relativas a sus andanzas hasta 1973, documentos que fueron bautizados por la agencia como Joyas de la familia, denominación bastante curiosa para documentos relativos a actuaciones delincuenciales, porque todas estuvieron al margen de toda ley, y porque eso de “familia” recuerda a la mafia siciliana, cuyas historias y crímenes son de novela rosa en comparación a las joyas reveladas.
El propósito de esta desclasificación de informaciones no es dar a conocer los hechos a que se refieren los documentos como un acto de contrición, sino que es una forma anticipada de justificar todo lo que ha hecho ahora la administración Bush en su nutrida historia de violaciones a las leyes de su país, a las normas que reglan la convivencia internacional y, especialmente, a los derechos humanos. Y más aún, se intenta involucrar a todos los estadunidenses en los hechos a que aluden los documentos y también en los crímenes actuales.
La CIA se creó en 1947, como sucesora de la Oficina de Servicios Estratégicos, la que a su vez fue creada a propuesta del ya desaparecido Nelson Rockefeller durante la Segunda Guerra Mundial. Su actual director Michael Hayden dijo antes de la publicación de estos documentos: “Lo que pretendemos es contar a los americanos lo que hemos hecho en su nombre”, agregando que muchos de los documentos ya han aparecido en la prensa y son poco favorecedores, “pero es la historia de la CIA”. Hayden sostuvo también que estos documentos dejarán “entrever un tiempo muy diferente y una agencia muy diferente”.
Anticipándose a lo que se diría sobre estas joyas, Hayden escribió en un mensaje a los empleados de la CIA: “En la cobertura de prensa de la desclasificación de hoy encontraremos recordatorios de algunas cosas que la CIA no debió haber hecho. Creo firmemente que la corrección del equivocado sistema de inteligencia que salió de los años 70 le da a la CIA un lugar más fuerte en nuestro sistema democrático. Lo que hacemos ahora para proteger a los americanos, lo hacemos en un poderoso marco de ley y análisis”.

¿Qué cambió?

Ya hemos visto que el objetivo de esta desclasificación es desligarse de un pasado no tan lejano, decirle a los estadunidenses que todo se hace por su seguridad y establecer que lo que le critican a Bush ahora es legal, porque él mismo hizo aprobar, a raíz del 11 de septiembre de 2001, las leyes que permiten todas las aberraciones que lo han llevado a contar con sólo el 25 por ciento de respaldo. Pero lo que es imposible es que convenzan a alguien de que la CIA es distinta ahora.
En los documentos desclasificados se relata uno de los intentos de asesinar al presidente cubano Fidel Castro, hay decenas de intentos, pero calcularon que ese episodio centraría la atención de los medios, como ocurrió, porque mostraba a la CIA “de antes” en tratos con dos reconocidos mafiosos, Roselli y Giancana, que figuraban en la lista de los diez delincuentes más buscados en Estados Unidos. Se desviaba así la atención de los golpes de Estado que propiciaron, de las clases de tortura que impartieron, del espionaje a gobiernos, partidos políticos, organizaciones laborales, intelectuales y artistas de todo el mundo y también de Estados Unidos.
Lo que no lograrán es demostrar que hay una nueva CIA. No se ve renovación alguna en lo que sucede en las cárceles clandestinas que la CIA sigue teniendo en Irak, Afganistán, Guantánamo y Europa, según señaló el legislador suizo Dick Marty en el informe que justamente al día siguiente de la desclasificación de las joyas, presentó ante la Asamblea Parlamentaria de la Unión Europea. “Cientos de personas fueron secuestradas sin control judicial”, y algunas de ellas siguen en esas cárceles, dijo Marty. Es lo mismo que sucedió con el ruso Yuri Ivanovic Nosenko, desertor y ex agente de la KGB, equivalente de la CIA, a quien entre agosto de 1965 y octubre de 1967 tuvieron detenido en una celda especialmente construida en un área boscosa y torturaron de diversas formas para tratar de determinar si era un infiltrado.
Las torturas que se aplican en Guantánamo y en las cárceles europeas de la CIA son las mismas que se aplicaron bajo todas las dictaduras latinoamericanas en los años que contemplan los documentos desclasificados y son también las que se enseñaban entonces en los manuales de la Escuela de las Américas y se siguen enseñando en la “academia” que la reemplazó, ahora en territorio estadunidense. La única diferencia es que hoy las llaman “técnicas novedosas” para interrogar a sus víctimas.
En declaraciones a The New York Times, estudiosos estadunidenses de la CIA y sus manejos, como el cientista político y académico David M. Barrett, han dicho: “No sabemos todo lo que está pasando hoy. Pero me parece que ya hay suficiente evidencia para concluir que las cosas no son tan diferentes hoy”. James Bamford, autor de numerosos libros sobre la CIA, señaló: “Se supone que estos documentos muestran lo peor de lo peor. Pero lo que está pasando hoy hace palidecer por comparación a las Joyas de la familia”.

Los periodistas de la CIA

En los documentos desclasificados hay referencias al acoso a periodistas que denunciaron en su momento las actividades de la CIA, como el caso de Jack Anderson, cuyos archivos son codiciados después de su muerte. Pero de lo que no se habla es de los periodistas que trabajan para la CIA y que reciben un entrenamiento especial. Se les enseña a preguntar de modo que al formular la pregunta lancen ya un mensaje. Por ejemplo, al presidente chileno Salvador Allende solían preguntarle por su “gobierno marxista”, a sabiendas de que no lo era; si no lo refutaba quedaba establecido que lo era y si lo refutaba, de todas maneras la insidia quedaba sembrada.
Hoy, todo lo que sucede en Venezuela lo hace “Chávez”, las agencias noticiosas, europeas y estadunidenses no se refieren a los actos de gobierno sino a las políticas “chavistas” y al “socialismo siglo XXI”. Otro tanto pasa con lo que hace el presidente boliviano, Evo Morales, la toma de posesión de las refinerías compradas a Petrobras no se presentó como el acto de gobierno legítimo y acordado que fue, sino que Evo Morales tomó posesión de las refinerías. Corresponsales de la cadena televisiva estadunidense que transmite en español no hablan del gobierno de Cuba, sino del gobierno comunista de Cuba. Y si se trata de Irán es siempre el gobierno fundamentalista; así como en Afganistán ya no hay afganos, ahora son todos talibanes para justificar la matanza de civiles que realizan las tropas de Estados Unidos y la OTAN. No todos los que usan estos términos trabajan para la CIA, pero la terminología se va imponiendo y con ello se crean hechos políticos.

 

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