Libertad
de expresión
MUCHO
MÁS QUE CONCESIONES
Frida
Modak
La
decisión del presidente venezolano Hugo Chávez de no renovar
la concesión de señal abierta de la televisora RCTV ha abierto
en América Latina un debate de extraordinaria importancia que,
lamentablemente y aunque era de esperar, no tiene cabida en los
que se autodenominan grandes medios, sino en los medios
alternativos. Para entrar al tema nos vamos a referir a lo que
está sucediendo en Honduras, porque permite ir al problema de
fondo.
El
24 de mayo el presidente Manuel Zelaya, del Partido Liberal,
colectividad de centro progresista cercana a la social
democracia, anunció que había dispuesto que a partir del lunes
28 se realizaran simultáneamente y durante diez días cadenas
radiales y de televisión en las cuales informaría sobre la
acción de su gobierno. Y explicó: Nos vemos obligados a
adoptar esta decisión para contrarrestar la desinformación de
los medios sobre nuestra
gestión de 17 meses. Días antes había expresado en
una radioemisora que él no gobernaba al país: Yo apenas tengo
a mi cargo algunas acciones administrativas y añadió: Hay
gente que tiene secuestrados los recursos del Estado en todas
las áreas de la sociedad y no es el Presidente el que gobierna
a Honduras.
El
mandatario indicó
que los dueños de este país, con los que libro una lucha sin
cuartel, son los propietarios de los medios de comunicación,
grupos de mucho poder económico con intereses particulares
motivo por el cual él tenía pocos lugares donde expresarse. El
anuncio de las cadenas originó toda clase de descalificaciones
y condenas, con titulares en las primeras planas de los periódicos
como Totalitarismo. Condenan en Honduras cierre RCTV y gobierno
ordena cadena para hoy. Los artículos de opinión, salvo
escasas excepciones, eran burlescos, faltos de respeto y sugerían
que el presidente estaba llevando a la ingobernabilidad.
Pero
lo más impactante fueron los comentarios atribuidos a los
lectores, como el siguiente:Y donde está nuestro glorioso ejército
que debe defendernos a los hondureños?
Delen un golpe de Estado
a ese loco... Otros eran tan insultantes como
referirse al mandatario como pedazo de basura o decir que está
más loco que una cabra. Transcurrida la primera cadena del día
lunes 28 de mayo, entré los días siguientes a los periódicos
hondureños y nunca pude saber qué había planteado Zelaya, sólo
habia ataques, acusaciones y teorías diversas acerca de si tenía
o no atribuciones para ordenar una cadena de radio y televisión.
REALIDAD
LATINOAMERICANA
En
estos 17 meses de gobierno el presidente Zelaya redujo el poder
absoluto de las transnacionales que controlaban la importación
de gasolina, se negó a
la privatización total de la telefonía, prohibió la apertura
de nuevas minas de tajo abierto, nombró embajador en Cuba y ha
denunciado permanentemente el excesivo peso de los grupos fácticos.
Por esos pecados se ha desatado la campaña en su contra y ahora
se busca plantear una discusión acerca de qué es el Estado y
se intenta ir mucho más allá de las atribuciones
presidenciales en lo relativo al espacio radio-eléctrico. Sobre
la base de que al Estado lo componen el pueblo, el poder
entendido como la capacidad que éste tiene para cumplir su fin
y el gobierno que es el conjunto de los órganos que ejercen el
poder del Estado y del cual el Ejecutivo es sólo una parte, se
oponen las cadenas radiales y televisivas.
Con
estos argumentos y otros parecidos se quiere cuestionar en el
resto de América Latina las facultades que tienen los Estados
en esta materia y que son ejercidas por el gobierno, el que según
el diario hondureño La Tribuna no es el país y mucho menos el
Estado.
La
realidad de los medios en la región también ha salido a la luz
pública en estos días y ésta muestra la concentración de las
concesiones en muy pocas manos, la inexistencia en algunos países
de televisoras de oposición y el largo historial de revocación
y no renovación de concesiones a emisoras de radio y a
televisoras en todos los países del mundo: Uruguay, El
Salvador, Canadá, Estados Unidos, España, Francia, la Gran
Bretaña de Margaret Thatcher y Tony Blair, Irlanda, Rusia,
Bangladesh y no hubo escándalo alguno.
TÉCNICAS
REPETIDAS
Las
acusaciones que hoy se le hacen a Venezuela, son similares a las
que en su momento se le formularon al presidente Allende en
Chile y el asunto de fondo también era el mismo, su gobierno
realizaba una política de recuperación de los recursos
naturales, iniciaba la vía chilena al socialismo y promovía la
integración latinoamericana. En ese marco, la libertad de
expresión y de prensa era irrestricta, por primera vez los
partidos políticos y la Central Única de Trabajadores
accedieron a la propiedad de radioemisoras y la televisión,
en ese tiempo sólo de señal abierta, estaba desde antes,
entregada a los dos grandes universidades del país, la
Universidad de Chile y la Universidad Católica, y no podían
tener publicidad, la ley de televisión les asignaba fondos. Los
partidos también tenían periódicos y revistas. Sin embargo,
se acusaba al gobierno allendista de llevar al país a un
sistema totalitario y de amenazar la libertad de expresión,
pese a que nunca hubo un solo periodista preso o encausado. La
dictadura de Pinochet clausuró diarios, revistas y diarios,
privatizó la televisión, asesinó y desapareció periodistas.
Venezuela
tiene centenares de radios, grandes televisoras privadas que
representan también grandes intereses económicos y un solo
canal estatal. Ahora hay un canal social que opera en la señal
que usaba RCTV, ese es el único cambio registrado en este plano
desde que el presidente Chávez asumió la primera magistatura
en 1998. En contraste, en Chile hay sólo dos grandes empresas
que controlan la prensa escrita, El Mercurio, de carácter
nacional, que es dueño también de todos los diarios de
provincia y fue uno de los gestores del golpe en 1973, y Copesa,
Consorcio Periodístico, Sociedad Anónima, que tiene tres periódicos.
Hay dos diarios de información económica, otro de distribución
gratuita perteneciente a una empresa extranjera y el diario La
Nación, que es del Estado,
siete canales de televisión, cinco de consorcios
privados, uno estatal y otro que
sigue perteneciendo a la Universidad Católica. Hay
apenas una revista política, de derecha, otras dos que mezclan
sociales y política y las demás de farándula. Las radios son
privadas, excepto las comunitarias.
El
espectro periodístico fue transformado por la dictadura primero
y por la actual coalición gobernante que
dejó morir los diarios y revistas
que lograron publicarse en los años finales del
pinochetismo. Sin embargo, personeros de esa coalición,
incluyendo al presidente del Partido Socialista, han declarado
que en Venezuela se da una situación similar a la chilena en
la dictadura y demandan respeto a la libertad de expresión,
se les olvidó que las acciones contra Venezuela son iguales a
las que se emprendieron contra el Presidente Allende. Esto
ejemplifica la gravedad de la situación que se está creando y
la necesidad de un debate sin antiojeras.