COLOMBIA
EL DESTAPE DE LA OLLA ¿SALVARÁ A URIBE?
Frida
Modak
Cualquiera
diría que en Colombia se acaba de descubrir la red que une a políticos,
militares, policías, narcos y para- militares. Detenciones a todos los niveles,
descubrimientos tan asombrosos, como la intervención de los teléfonos, en
fin, pareciera que se está celebrando el día de los inocentes. El gran
denunciante, para completar el cuadro es Salvatore Mancuso, quien hasta hace poco
era el jefe de los paramilitares que integraban las llamadas Autodefensas Unidas
de Colombia, AUC, que supuestamente se desmovilizaron a raíz de las denominadas
negociaciones de paz impulsadas por el presidente Alvaro
Uribe.
La
verdad es muy distinta. Nadie en Colombia ignoraba la existencia de esos grupos
armados, como tampoco lo ignoraba en
el plano internacional cualquier persona medianamente informada de la realidad
colombiana. El motivo por el cual ahora se hace tanto escándalo es que está de
por medio la aprobación en el congreso estadunidense de un Tratado de Libre
Comercio que beneficiará a los mismos sectores a los que pertenecen los que
están siendo detenidos, todos ellos del entorno del
mandatario.
Los
paras surgieron como organización en 1990, con la misión de defender los
intereses de los grupos económicos más poderosos, lo que implicaba también
impedir el surgimiento de líderes populares y descabezar todo movimiento que
amenazara esos intereses. Llegaron a constituir un ejército paralelo con 31 mil
hombres armados y mataron y reprimieron a miles. También actuaron políticamente,
ellos controlaban zonas del país y, según sus alianzas, impedían las
candidaturas a cargos de elección popular de los adversarios de aquel al que
apoyaban o pactaban con algúLos
“paras” surgieron como organización en de los electores en los territorios que
controlaban, todo esto a través de bien pagados
contratos.
El
narcotráfico fue también otra de sus actividades y en gran escala, llegaron a
reemplazar a jefes y se convirtieron en la columna vertebral del poder
político. Cuando Uribe buscó con tanto ahinco desmovilizarlos no dio inicio a un proceso de paz, sino a un
intento de quitarles poder. Pero en la práctica la desmovilización ha sido a
medias. Según informó en febrero de este año la Organización de Estados
Americanos, OEA ,en las zonas que controlaban los paras han surgido 22 nuevos
grupos armados, cuyos componentes son en parte ex integrantes de las AUC. Según
Mancuso hay por lo menos 5 mil hombres que no se sumaron a las llamadas
negociaciones de paz que están dirigidos por un ex para y la Defensoría del
Pueblo informó el añn dirigidos que han
reaparecido los grupos armados bajo el nombre de Aguilas Negras, que se dedican
al narcotráfico y la extorsión en zonas que controlaban los paras. El gobierno
admitió en febrero que desconoce el paradero de 4 mil 731
desmovilizados.
EL NARCO
El
narco tiene una historia que va desde la pugna entre la aristocratizante
oligarquía colombiana y los nuevos ricos surgidos del tráfico de drogas, en un
país que produce el 54 por ciento de la coca
a nivel mundial, hasta la alianza entre ambos y el negocio conjunto con
los paramilitares. Pero hay otro ángulo del narco sobre el cual ya se está
hablando sin tapujos y es la protección que este negocio tendría , cuando se
afirma que se lo está combatiendo.
El
periodista estadunidense Joshua Davis en un artículo que escribió hace un tiempo
para la revista Gatopardo se refiere a las fumigaciones que en el marco del Plan
Colombia realiza Estados Unidos en las plantaciones de coca colombianas,
supuestamente para eliminarlas. El artículo se titula "La super coca",
conocida como Boliviana Negra o Millonaria, que es una variedad resistente al
glifosato que se utiliza y dice Davis "tal parece que los millones y
millones de dólares que invierte Estados Unidos en las fumigaciones sóculo se titula “La super coca”,conocida
como Boliviana Negra o Millonaria,que es una droga".
El
señalamiento de Davis se une al de aquellos analistas que sostienen que el
combate a las drogas es una forma de llevar las utilidades del negocio al país
del norte.
En
el escándalo que se ha desatado ahora se reveló que los organismos de
inteligencia policial tenían 8 mil horas
de grabaciones ilegales a políticos, periodistas y a mucha gente dijo el ministro
de Defensa. Jefes policiales y el titular del Departamento Administrativo de Seguridad, DAS, han admitido
que sus familiares contrataban paramilitares para que resguardaran sus
propiedades. Algunos dicen que también los contrataban para que ejercieran su
poder y les ayudaran a alcanzar
objetivos políticos y económicos o eliminar enemigos. De ahí que un senador
sostenga que dar a conocer la existencia de las grabaciones es un mensaje a los
paras para que no digan lo que saben.
El
propio Comandante en Jefe del Ejército ha sido cuestionado porque a fines de
marzo se le rindió un homenaje en el que los doscientos participantes fueron
transportados en microbuses de empresas vinculadas a los paramilitares. El diario
Los Angeles Times dio a conocer que el general Mario Montoya aparece en informes
de la Agencia Central de Inteligencia, CIA, por haber pactado con los
paramilitares para retomar el control de una región de Medellín. En suma, con
distintas denominaciones, las AUC siguen
actuando.
LAS EXIGENCIAS AL PRESIDENTE
Hasta
aquí hemos presentado un mosaico de lo que sucede en Colombia, que bien podría
contribuir a explicar la insurgencia. No son las FARC el problema del país, sino
este complejo entramado de los grupos de poder. Falta agregar que la existencia
de fuerzas armadas vinculadas con grupos
paramilitares ha originado miles de muertes en los sectores populares y entre
los dirigentes políticos de los partidos de oposición, dirigentes sindicales y en
la población indígena. Hace pocos días se encontraron fosas en la región del
bajo Putumayo en las que estaban enterrados los restos de 105 personas, pero se
estima que el número de víctimas que yacen en esas fosas comunes podría llegar a
3 mil, eso da una idea de las matanzas realizadas.
La
incógnita radica en qué es lo que espera
obtener Uribe. Cuando Bush visitó Bogotá
le advirtió a su anfitrión que la ayuda económica, los miles de millones de dólares que Estados
Unidos ha dado para el llamado Plan Colombia, cuya entrega aprueba año con año el
Congreso, tendrían continuidad si se juzgaba a los político detenidos por sus
alianzas con los paras. Lo mismo le dijeron los congresistas demócratas en su
reciente viaje a Washington y también la aprobación del TLC depende de ello.
Es
obvio que a esa presión se debe lo que está ocurriendo, pero resulta que el
propio Uribe ha sido vinculado con un cartel de la droga y acusado de tener
nexos con los paramilitares. Ël lo ha
negado, pero en esta avalancha de acontecimientos pueden pasar muchas
cosas.