De La Nación - 27 junio 2008
Por Jorge Palacios C.
Allende:
recuerdos personales
“Recién viniste a felicitarme”,
me dijo en broma. “Ustedes como
siempre despistados. En esta elección
en que no me apoyaron gané”. Y agregó:
“Y yo que pensaba nombrarte embajador
en China para alejarte lo más posible
del país”.
Allende era muy amigo de mi hermano Eduardo.
Yo tenía 18 años menos que El Chicho, pero
heredé esa amistad por una mayor afinidad ideológica.
Mi hermano era DC. Veía al Chicho a menudo en
la oficina de mi hermano. Intentaron varios
negocios. Fui testigo de uno: quisieron,
imitando a EEUU, instalar en Chile (país de
vino tinto y pisco sour) unos milk bar. Un
fracaso completo.
Allende era un hombre absolutamente leal con
sus amigos, sin importar su filiación política.
A comienzos de la campaña presidencial de 1964
yo era aún militante del PC. Propuse crear en
el Comando Electoral, un sección original
destinada a llevar al candidato no sólo a los mítines
con partidarios ya convencidos, sino a lugares
donde se combatía: ocupaciones de terreno por
los "sin casa", huelgas con toma de la
industria y luchas de ese tipo. La dirección
del PC aceptó de mala gana. No era su estilo de
trabajo electoral. Yo quedé a cargo de dicha
sección. A los pocos días de su creación -con
el candidato a la cabeza- rompimos el cerco
policial que rodeaba unos terrenos recién
ocupados. El Gobierno esperaba que lloviera y
forzar así a los ocupantes a abandonar sus
"viviendas" de tablas y latas,
techadas con cartones y plásticos. Les
entregamos una camionada de fonolitas. El Chicho
quedó chocho con la acción y me instó a
continuar mi plan. El caso es que en plena campaña
electoral, el PC nos expulsó por organizar un
acto de celebración del aniversario de la
revolución china. Ellos apoyaban al PC soviético
en su discrepancia con el PC chino. Además, en
acuerdo con los dirigentes socialistas, el PC me
retiró su apoyo y pidió que se me expulsara
del Comando Electoral. Allende se opuso
resueltamente a mi salida y les señaló que yo
seguiría allí como representante suyo.
Su sentido de la lealtad hizo que Allende
confiara en Pinochet y otros militares hipócritas
y traidores. En la revista Causa ML publicamos
en 1971 un informe del sociólogo yanqui Roy
Allen Hansen sobre las Fuerzas Armadas chilenas.*
El informe se basaba en un cuestionario a
oficiales en servicio activo de la Academia de
Guerra y la Escuela Politécnica de las FFAA.
Además, 38 generales fueron entrevistados. El
informe provenía de una universidad
reconocidamente controlada por la CIA. Allende
nos invitó a Robinson Rojas y a mí a conversar
del informe. Las preguntas acerca de las
amistades sociales de los principales jefes de
las FFAA y muchas otras mostraban claramente que
se trataba de un sondeo para establecer la
factibilidad de un golpe de Estado. Le
planteamos a Allende esta posibilidad y se
indignó. "Jamás nuestras FFAA se prestarían
para algo semejante. Son leales y patriotas",
replicó.
Justo después de su derrota electoral en
1964 (por estrecho margen), nos entrevistamos
con él. Estaba muy decepcionado por el fracaso.
"Parece que ustedes tienen razón",
nos dijo. "Jamás llegaremos al poder por
la vía electoral. No quiero ser candidato de
nuevo". Su pesimismo duró menos que un
suspiro en boca de enamorado. En 1970, fue de
nuevo como candidato y triunfó. Nosotros no
participamos en esa elección. Cuando Allende
era ya Presidente, fui a La Moneda a hablar con
Osvaldo Puccio padre. Quería pedirle que
intercediera para liberar a militantes nuestros
encarcelados a raíz de un mitin un tanto rudo.
Estaba en eso cuando pasó El Chicho con su edecán.
"Recién viniste a felicitarme", me
dijo en broma. "Ustedes como siempre
despistados. En esta elección en que no me
apoyaron gané". Y agregó: "Y yo que
pensaba nombrarte embajador en China para
alejarte lo más posible del país". Lo tomé
como una broma, pero poco después me llamó
para que hablara con Armando Uribe, el futuro
embajador, y lo ayudara a entender la
idiosincrasia china.
Cuando los partidos de Gobierno se retiraron
del programa televisivo "A esta hora se
improvisa", en que estaban siendo muy
maltratados, nos invitaron a participar en él.
Pensaban que el programa (con más de un millón
de televidentes) moriría por falta de polémica,
pero sobrevivió. Salvador, al inicio, se indignó
con esta participación pero luego nos enviaba
mensajes y datos para fustigar a los momios. Una
noche llegó como invitado sorpresa el
comandante de la Fuerza Aérea, Ruiz Danyau. Venía
de uniforme y con escolta armada. El Presidente
me envió con la encargada de prensa de La
Moneda un mensaje para que lo denunciara: él le
había pedido su renuncia ese día y no tenía
derecho a presentarse de uniforme y con escolta.
A la mensajera no la dejaron entrar al edificio
de la Universidad Católica, desde donde se
trasmitía el programa. Sólo supe del mensaje
al volver del exilio. Yo le pregunté a Ruiz
Danyau a la ocasión: ¿Las FFAA son defensoras
de la Constitución y leyes chilenas? "Por
supuesto", respondió. "Son garantes
de la legalidad del país." ¿Eso significa
-le dije- que si hay jefes que pretenden violar
esa legalidad, la tropa puede tomar las armas
contra ellos? "¡Qué pretende!", me
replicó, "¿que yo hable contra la jerarquía
y la disciplina de las FFAA?".
*Nota de Róbinson Rojas: quienes se interesen en leer el reportaje en Causa ML citado por Jorge Palacios
en esta crónica de La Nación, pueden hacerlo pulsando
aquí. El informe de Roy Hansen formaba parte
del siguiente reportaje en Causa ML No. 21,
julio-agosto 1971, Santiago de Chile: Por Róbinson Rojas Las Fuerzas Armadas Chilenas (I)
El papel de los militares en el gobierno UP
Las Fuerzas Armadas Chilenas (II)
Promover las reformas y oponerse a la revolución
Las Fuerzas Armadas Chilenas (III)
El informe de los yanquis sobre las fuerzas armadas chilenas
Mi reportaje fue traducido al inglés, francés y alemán. Fue incluído en el
libro publicado en Estados Unidos "The Chilean Road to
Socialism", editado por Dale L. Johnson, Anchor Books, 1973.
Dale L. Johnson escribó la siguiente introducción a mi cronica:
"From CAUSA ML, No. 21, July-August 1971. This is the first of
a three-part article. Part two, not included here, is an analysis
of military thinking on key questions. The third part, also omitted
here, is based upon a study by Roy Allen Hansen, "Military culture
and Organizational Decline: A Study of the Chilean Army" (Ph.D.
dissertation, University of California, Berkeley, 1966).
"There is very little public information on the military in
Chile. To my knowledge, there are only three studies of the Armed
Forces that address themselves to the basic question of the role
of the institution in the process of development and socio-
political change of the country. Two of them are by non-Chileans:
Alain Joxe, "Las Fuerzas Armadas en el sistema politico de Chile"
(Santiago: Editorial Universitaria, 1970), and a Ph.D. dissertation
by Roy Hansen (University of California, Berkeley, 1966). The
third, reprinted here, is by Róbinson Rojas, a Chilean socialist.
It is a penetrating analysis, which raises extremely uncomfortable
questions and was not well received by sectors of the Popular Unity.
In a preface to the article the author states that Prensa
Latinoamericana (Socialist Party press), which normally prints the
magazine CAUSA ML, refused to take this issue, giving as a reason
that "the CAUSA ML articles damage the left image of 'Companero'
Allende." Robinson Rojas replies, "... we want to make clear that
our principal enemies continue to be Yankee imperialism and the
oligarchy of the city and countryside. Our differences with the
government are precisely its political actions with respect to the
basic enemies that we consider conciliatory and of grave
consequence".
|