De La Nación - 9 octubre 2007
Hace
40 años el Ché
Por Jorge Palacios C
Hace 40 años el Che Guevara, fue
asesinado en la localidad de La Higuera (Bolivia) el 9 de octubre
de 1967. Fue un héroe, que dio su vida por la liberación de los
pueblos latinoamericanos. Su concepción política de cómo
llevar a cabo esa revolución, fue profundamente equivocada. Lo
que persevera de su sacrificio, es su
ejemplo personal de comprometer su vida en aras de un ideal
revolucionario. Prefirió el combate al ejercicio del Poder en
Cuba.
La estrategia errónea de suponer que bastaba la acción
de un “foco guerrillero”, para incitar a los pueblos
latinoamericanos a rebelarse, vino de París. Fue planteada en un
ensayo del intelectual Regis Debray, publicado en 1965 en la
revista “Les Temps
Modernes”. Fidel
Castro, invitó de inmediato a Debray a Cuba y lo consagró como
estratega teórico de los “focos guerrilleros”, que
desencadenarían el proceso revolucionario en América Latina.
Esa estrategia ha fracasado, no sólo en Bolivia, sino también
en Venezuela, México, Perú y Colombia.
El Che, se instaló en medio de una selva desconocida en
Bolivia a comienzos de noviembre de 1966, con unas dos docenas de
guerrilleros, a revolucionar el Continente. En abril 1967, a raíz
de la que fue la única emboscada exitosa contra el ejército
enemigo, proclamó su fe en el surgimiento de “varios
Vietnam”, inspirados en la lucha que él y los suyos libraban
en Bolivia. Sólo que en Vietnam, fue todo el pueblo el que se
levantó en armas contra los invasores imperialistas. Los propios
bolivianos, habían derrocado a un dictador en 1952 , pero con
una insurrección popular. En cambio, ese mismo mes de abril, el
Che confiesa
“La base campesina sigue sin desarrollarse
aunque parece que mediante el terror planificado, lograremos la
neutralidad de los más, el apoyo vendrá después. No se ha
producido una sola incorporación”…
La terrible paradoja que enfrentó el “foco guerrillero”
comandado por el Che, fue la
necesidad de esconderse de los campesinos, cuya conciencia
revolucionaria pretendían despertar a través de triunfos
militares. A cinco meses ya de la implantación de la guerrilla,
el Che escribe en su Diario
“Estamos rodeados por 2 mil hombres en un radio de 120 kilómetros,
y se estrecha el cerco, complementado por bombardeos con NAPALM;
tenemos unas 10 o 15 bajas”. Cinco meses después, en un
resumen de lo hecho en agosto 1977, expresa: “Seguimos sin
contacto de ninguna especie y sin razonable esperanza de
establecerlo en fecha próxima. Seguimos sin incorporación
campesina, cosa lógica además, si se tiene en cuenta el poco
trato que hemos tenido con éstos”… Y en el resumen de
septiembre, a una semana del cerco y de la batalla que puso fin a
su guerrilla, el Che consigna
“Las características son las mismas del mes pasado, salvo que
ahora sí el Ejército está mostrando más efectividad en su
acción y la masa campesina no nos ayuda en nada y se convierten
en delatores”. Y agrega con ironía respecto al teórico del
“foco guerrillero”: “El francés planteó con inusitada vehemencia lo útil
que podría ser fuera (de Bolivia)”.
Entretanto, EE.UU., había formado en Panamá un batallón
anti-insurgente de 800 bolivianos, adoctrinados por veteranos de
Corea y Vietnam. Envió, además, a Bolivia radares electrónicos,
5 cazas P-51, varios helicópteros, y dos H-19; así como, armas,
municiones, alimentos y carpas para los soldados que combatían
la guerrilla. La acción armada del Che, sobrevivió sólo 11
meses. Su última foto vivo, fue al lado de un agente de la CIA
con uniforme militar boliviano.
Es verdad que la existencia de una guerrilla fue
importante en Cuba para el control del Poder. Pero el gobierno de
Batista se derrumbó, no sólo debido al combate de los
guerrilleros, sino a otros múltiples factores
corrupción, grave crisis económica, retiro del apoyo del
gobierno yanqui, poderosa oposición política, división y
derrotismo en las Fuerzas Armadas, huelga general de los
trabajadores y, por último, la huida del propio Batista al
extranjero.
Lo importante ahora es que el pueblo de Bolivia y otros
pueblos de América Latina, comienzan a movilizarse contra sus
opresores y explotadores. Lo hacen, conscientes de sus fuerzas,
de sus intereses y de sus derechos. Y tienen éxito en su lucha,
sin necesidad de teóricos trasnochados. Ahora sí, una
intervención armada norteamericana, enfrentaría seguramente
varios Vietnam.
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