De
Puro Chile - 14 junio 2008
Manejos oscuros de los
servicios de inteligencia chilenos
en el calvario de la documentalista Elena Varela López
Por Ernesto
Carmona
La cinematografista Elena Marisol
Varela López, 42 años, ignoraba que la inteligencia chilena
seguía sus pasos y la fotografiaba cada vez que entrevistaba
personajes para su documental Newen Mapuche ("Energía del
universo mapuche" en lengua mapudungu), en particular
cuando conversaba con un joven dirigente indígena prófugo de
la Justicia. Cree que fue sindicada como cabecilla de una
organización terrorista bastante compleja y rebuscada, según
la descripción de sus acusadores, simplemente por su capacidad
intelectual y su simpatía por la reivindicación de tierras de
la etnia mapuche. Permanece en prisión preventiva, sin derecho
a libertad bajo fianza mientras sigue la investigación, más o
menos como los cautivos de Guantánamo. Los acusadores deberían
comprobar los cargos en 6 meses, pero la Justicia suele
prorrogar a discreción estos plazos.
La incriminación de Varela López
en dos asesinatos, el asalto a una agencia del Banco del Estado
y a una sucursal del Instituto de Normalización Previsional (INP),
tiene toda la apariencia de un montaje de la Agencia Nacional de
Inteligencia (ANI) fabricado durante tres años en una llamada
Operación Paciencia, probablemente en connivencia con la Fiscalía
de la zona indígena, en la Octava Región de la Araucanía.
La prisión preventiva dictada por
la jueza Andrea Urbina para que la Fiscalía investigue ocurre
bajo el estado de derecho de un país con un gobierno socialista,
donde están ocurriendo cosas tan extrañas como una fallida
operación secreta de la CIA para secuestrar en Iquique a un
ciudadano libanés supuestamente vinculado a Hezbollah. Esta
historia, revelada por el diario de gobierno La Nación, no tuvo
ninguna repercusión. Nadie preguntó quién autorizó esas
operaciones extranjeras que suponen el ingreso de armas, equipos
de espionaje y efectivos que en cualquier país ameritaría una
autorización del Congreso Nacional.
¿Gobierno ciudadano o
gobierno represivo?
No participé en ningún crimen, soy
inocente de los cargos; no he asaltado bancos ni matado gente; sólo
soy una mujer de izquierda con cierta capacidad intelectual para
hacer documentales de memoria histórica y de derechos humanos,
declaró la realizadora Varela López, cuando la directiva del
Colegio de Periodistas de Chile la visitó el sábado 7 de mayo
2008 en el Complejo Penitenciario de Rancagua, la nueva cárcel
privatizada. No tienen nada que me vincule… Ha sido terrible,
pero estoy bien; no he tenido participación en ninguna cosa; es
insensato, dijo. Las otras dos mujeres tampoco: es un montaje al
estilo de antes, de los tiempos de dictadura, con medidas ilícitas
para la democracia y vigilancia de inteligencia para justificar
una supuesta red de insurgencia, añadió la autora de
documentales.
Un periodista no tiene por qué
creerle de buenas a primeras a una inculpada, aunque ésta sea
documentalista, en cierto modo una profesión afín. Su tarea es
informar, en lo posible desde todos los ángulos; no juzgar como
ya lo hizo con Varela la mayoría de la prensa chilena y tampoco
servir de caja de resonancia de terceros, incluyendo a la policía,
los servicios secretos del Estado y el controvertido ministerio
Público de la zona mapuche ocupada hace varios años por
fuerzas militarizadas de Carabineros de Chile sin que se haya
producido ningún debate público sobre la deuda histórica de
tierras indígenas y esta virtual situación de guerra sucia
interna, demasiado parecida a la ocupación de Palestina.
Pero después de una larga
conversación con esta mujer izquierdista, su versión resulta
plausible y mucho más convincente que la acusación tan
ligeramente santificada como verdad absoluta por la prensa y la
televisión chilenas. Los medios locales suelen juzgar por su
cuenta mucho antes que la Justicia dicte sentencias definitivas,
pero cuando éstas aparecen los casos yacen sepultados en el
olvido más recóndito. Las víctimas de este terrorismo mediático
muchas veces se calan años de cárcel sin que se repare su
honorabilidad gratuitamente destruida por los medios y ciertos
periodistas. La gran prensa jamás pide disculpas. Tampoco le
gusta que la critiquen.
¿Qué es la ANI?
La ANI en una entidad secreta de
inteligencia creada recientemente a imagen y semejanza del
FBI/CIA para la lucha interna contra el terrorismo, en estos
tiempos democráticos, que no impiden al Estado Chile librar su
guerra semisecreta contra la etnia mapuche bajo el disfraz mediático
de la lucha antiterrorista. La legislación que ampara los
procedimientos arbitrarios contra los delitos mapuche es la Ley
Antiterrorista Nº 18.314, dictada el 17 de mayo de 1984 por el
poder legislativo de la dictadura de Augusto Pinochet, a fin de
determinar y combatir las conductas terroristas de sus
adversarios. Puede ser una coincidencia fortuita que esos
adversarios de ayer sean hoy son más o menos las mismas
personas que gobiernan al país. Dictada en una pequeña
habitación de La Moneda por dos o tres legisladores designados
a dedo por el dictador, la normativa antiterrorista ha sido
modificada y por consiguiente, legitimada en democracia, al
igual que la Constitución de Pinochet de 1980. Ha sido una ley
prácticamente premonitoria porque se parece demasiado a la
Patriot Act y demás normas autoritarias establecidas por George
Bush II después de los atentados del 11 de septiembre 2001.
El grupo terrorista
Elena Varela enfrenta acusaciones
bastante pesadas. La primera, ampliamente difundida por la
prensa, es que lidera una célula terrorista mirista, o sea, del
extinto Movimiento de Izquierda Revolucionaria, MIR. El fiscal
de Rancagua, Servando Joaquín Pérez Ojeda, la acusó
formalmente el 8 de mayo fue arrestada el día anterior de
conformar, con otros imputados [en ésta y en las sucesivas
citas se incluyen las incoherencias de lenguaje, faltas de
ortografía y sintaxis del texto original] una organización
cuyo objetivo es cometer robos con intimidación en lugar en que
se encuentren grandes sumas de dineros en efectivo como Bancos,
Agencias de INP o camiones de valores, dinero que es destinado
al beneficio propio y a la mantención de lo que ellos llaman un
trabajo político como la colocación de bombas y la ayuda a
chilenos detenidos en el extranjero como el señor Hernández
Norambuena. Se trata de asociación ilícita para delinquir, según
la Ley Antiterrorista.
Hay ciertas incoherencias. Por
ejemplo, el señor [Mauricio] Hernández Norambuena, 50 años,
pertenece o pertenecía al Frente Patriótico Manuel Rodríguez,
distinto al MIR y más cercano al Partido Comunista. Se escapó
espectacularmente en helicóptero desde la cárcel de alta
seguridad de Santiago el 30 de diciembre de 1996, junto a otros
tres presos, y actualmente cumple en Brasil una condena a 30 años
por el secuestro del empresario Washington Olivetto.
El segundo delito imputado a Varela
fue un intento de robo con homicidio, donde hubo cuatro muertos,
dos asaltantes y dos guardias, sin que el hurto llegara a
consumarse: "Los cuatro imputados nombrados [Kenny Sánchez,
Elena Varela, Sergio Reyes y Leticia Cárdenas], más entre
otros el prófugo Juan Moreno Venegas y los fallecidos Alfredo
Hermosilla y Carlos Aedo, se concertaron para atacar una plaza
de pagos del INP, ubicado en la Comuna de Machalí, el 10 de
junio del año 2005 se desarrollaba en dicho lugar un pago de
pensionados, afiliados a la Institución Provisional mencionada
en un Recinto Municipal".
La formalización del Fiscal añade:
Custodiaba el lugar un guardia de Prosegur Jaime Labraña Horta
y también se encontraba en el lugar un particular Evaristo
Moreno Carrasco, irrumpió en dicho recinto un grupo armado con
la finalidad de apropiarse de los $80.000.000 [160.000 dólares],
en efectivo que ahí se encontraban, dispararon al guardia y
también a Moreno Carrasco que intentó auxiliar al
primero y ambos estas víctimas fallecieron a consecuencia de
los disparos. El guardia, esto es Labraña, alcanzó a
repeler el ataque y disparar a los asaltantes, falleciendo en el
lugar el delincuente Alfredo Hermosilla Candia y siendo
encontrado fallecido en Peñaflor, Carlos Aedo Videla, otro
asaltante abandonado en la vía pública por sus compañeros.
Machalí se encuentre a 100 km al norte de Santiago, cerca de
Rancagua. Pero Varela bien pudo soportar la incomodidad de un
viaje de 900 km con tal de delinquir, porque tiene domicilio en
Los Laureles N° 31, Lican Ray, Villarrica, 800 km al sur de
Santiago. Trabajaba como encargada de cultura en Pucón, a 25 km
de su residencia, o sea, era empleada pública, funcionaria del
ministerio de Cultura.
Un tercer delito fue el asalto a una
oficina del BancoEstado, donde ayudó a llevarse 20 millones,
unos 40.000 dólares. El día 20 de diciembre de 2004 reza la
formalización de cargos, a eso de las 09:00 horas, las personas
ya indicadas [Kenny Sánchez, Elena Varela, Sergio Reyes y Jorge
Pineda] junto a otros individuos entre ellos Cristian San Martín
Morales y Carlos Aedo, llegaron hasta la localidad de Loncoche
en la Región de la Araucanía, irrumpieron en el Banco del
Estado de esa localidad e intimidaron a los empleados y al público
que se encontraba en el lugar, los intimidaron con armas de
fuego y a un guardia le dispararon e hirieron, causándole
heridas menos graves y de esta forma consiguieron apropiarse de
$20.000.000, que era parte del dinero que mantenía la Institución
Bancaria, Pineda ingresó armado al lugar, Sánchez y Reyes se
mantuvieron en las inmediaciones, en los vehículos para la
huida. La cuarta imputada mencionada por este delito la Sra.
Varela participó en la planificación del delito y en el
ocultamiento de los autores materiales.
El Fiscal Pérez Ojeda, quien aspira
a la jefatura de la Fiscalía en la VI Región de OHiggins
Rancagua, dejó constancia de otro delito que afecta a Flor Domínguez,
ex encargada de Cultura en Ercilla, 600 km al sur de Santiago,
en plena zona mapuche. Domínguez es la única persona entre los
inculpados a quien Varela dice haber conocido en seminarios y
reuniones regionales del sector Cultura y de la burocracia del
Estado en la zona. El Fiscal añade la acusación hace presente
que existe un cuarto delito por el cual ya se ha comunicado la
investigación respecto del Señor Kenny Sánchez y la Sra. Flor
Domínguez, se investiga también su participación en el delito
de Tenencia de armas de fuego, dos armas cortas que fueron
las precisamente ubicadas el día de ayer 07 de mayo de 2008, en
el domicilio que ellos comparten en Ercilla y lo que justifica
la existencia de este cuarto delito es precisamente el haber
hallado estas armas en el domicilio que tienen a su cargo.
¿Quién es Elena Varela?
Los antecedentes de Elena Varela se
relacionan más con el arte y la cultura que con terrorismo,
mirismo o frentismo. Se describe como una mujer de ideas de
izquierda y como muchos otros ciudadanos de este país observa
con preocupación la inexistencia de una política seria del
Estado Chile y de la gran prensa frente a las demandas de la
etnia mapuche, a pesar de los continuos reclamos de
organizaciones locales y extranjeras de derechos humanos, entre
ellos el Consejo de DDHH de Naciones Unidas. Según el censo de
2002, el 4,6% de los habitantes de Chile pertenece a etnias y el
87,4% de esa población indígena es mapuche. El 33% vive en la
Novena Región de la Araucanía, en tanto el 30,3 reside en
Santiago. Es decir, se trata de unas 200.000 personas que viven
en la Araucanía, donde 10 años antes residía el 52% de los
mapuches, según lel censo de 1992. La estrategia de todos los
gobiernos pareciera consistir en ganar tiempo hasta que los
mapuches se extingan por completo para seguir aprovechando sus
tierras hasta la eternidad.
Varela Escribe, produce y dirige
documentales, es compositora y gestora cultural, encabeza la
Productora Ojo Films, fue fundadora de la Escuela de Todas las
Artes y de la Orquesta Sinfónica de Niños de Panguipulli, en
la llamada Araucanía. Después del asesinato del mapuche Alex
Lemus, de 17 años, herido de muerte por Carabineros en la
represión de una manifestación por tierras el 7 de noviembre
de 2002, la realizadora comenzó investigar los orígenes del
conflicto del pueblo mapuche con el Estado, como lo han hecho
otros cinematografistas, intelectuales e historiadores. Así
concibió la idea del documental Newen Mapuche, 90 minutos,
terminado en 2007, con apoyo financiero parcial otorgado en 2005
por el Fondo Audiovisual de la Corporación de Fomento de la
Producción (Corfo) y por el Consejo Nacional de la Cultura y
las Artes.
Varela trabajó con un equipo
integrado por Joel Zúñiga, asistente de dirección; Flor
Rubina, productora ejecutiva; Eduardo Ramírez, productor;
Mauricio Durán, asistente de producción y producción periodística;
Inti Briones, director de fotografía; Boris Herrera, sonido;
Javier Guiñes Gaona, música original; y Paula Talloni, montaje.
Varias de estas personas fueron detenidas, como asimismo algunos
entrevistados por la documentalista.
Newen Mapuche también fue uno de
los diez proyectos seleccionados para el festival DocSantiago
2007, un evento del Santiago III Festival Internacional de Cine,
SANFIC3, por estimarse que indaga en las causas y efectos del
actual conflicto entre las comunidades indígenas y las empresas
forestales. DocSantiago 2007 fue un encuentro de productores y
realizadores interesados en obtener financiamiento de la
televisión para sus proyectos.
Despojo policíaco
En sus indagaciones, Varela
entrevistó varias veces a un dirigente clandestino que le dio
claves e información para comprender el conflicto, en
particular el crecimiento del sector forestal que durante los últimos
30 años ha ganado decenas de miles de millones de dólares
exportando celulosa extraída del bosque del territorio indígena.
El entrevistado explicó las razones que consideró su
organización, presuntamente la Coordinadora Arauco-Malleco,
para adoptar una política radical en su lucha por las tierras,
en sintonía con la cosmovisión mapuche. También influyó la
desilusión ante el fracaso de la Ley 19.253 de apoyo indígena
en Chile, un paño de agua tibia promulgado en 1993 por el
gobierno de Patricio Aylwin. El documental la hizo viajar por la
zona en conflicto, visitó comunidades mapuche, registró
relatos de atropellos y conoció de cerca la reivindicación de
las tierras ancestrales arrebatadas a los indígenas en un
proceso de 500 años que todavía continúa.
Junto con arrestarla, la policía le
incautó sus pertenencias, objetos de arte y muchísimo material
de trabajo, por ejemplo las cintas de "Sueños del
Comandante, otro proyecto documental cuya investigación y guión
fue financiada con un Fondo CORFO 2006. Estas cintas contienen
testimonios de familiares de las víctimas y sobrevivientes de
las matanzas de la dictadura en Liquiñe, Panguipulli, en 1973,
e imágenes de la represión posterior al episodio de la
guerrilla de Neltume, de la década de 1980. Varela dijo que
relata la historia del Complejo Maderero Panguipulli, el
Movimiento Obrero Campesino, la Caravana de la Muerte y la
guerrilla del MIR en los 80, episodio conocido como la guerrilla
de Neltume, en el sur de Chile. Todo esto, todo este trabajo,
todas las cintas con entrevistados, ha sufrido la misma
experiencia, han sido requisados por la Policía de
Investigaciones, dijo.
Ha sido requisado todo tipo de
material audiovisual, grabaciones, entrevistas, material de
artes, como, banderas de épocas, lienzos, afiches y otros,
explicó Varela. Así también material escrito, guión, diarios
y libros, entrevistas a ex militantes, mapuches y otros como
presos y dirigentes.
En una dramática carta que dirigió
al Consejo de la Cultura y las Artes y al Fondo Audivisual,
Varela clamó porque le devuelvan sus cosas: Junto con esto, el
resguardo de material fílmico, la devolución de todas las
cintas, celuloides, equipos de filmación y sonido requisado,
los materiales de artes que han sido mal utilizados para
desprestigiar este hermoso proyecto y mi labor como
documentalista, como armas de juguetes, disfraces, banderas,
lienzos, platería mapuche, megáfonos, celulares, cámaras
fotográficas, fotos, escritos, guiones e investigación escrita,
información de currículum, facturas de la empresa,
comprobantes de compra de nuestros materiales y otros gastos,
los que han sido requisados y que involucran este proyecto.
Elena piensa que la ANI comenzó a
seguirle los pasos con la Operación Paciencia cuando supo que
había entrevistado al joven mapuche clandestino, porque al
interrogarla y maltratarla le mostraron pruebas o fotografías
donde aparece con personas con quienes efectivamente conversó,
pero también le exhibieron fotos trucadas, o photoshopeadas, en
que su rostro figura entre los miembros de la plana mayor de la
Coordinadora. Varela se encuentra encerrada en una celda aislada,
sin calefacción, bajo temperaturas inferiores al grado cero,
sin luz, sin comunicación con el exterior, sin derecho a leer o
ver las noticias. En la recepción del penal existe una
instrucción para el personal de Gendarmería que logramos leer
cuando ingresamos: No dar absolutamente ninguna información
sobre los siguientes presos, rezaba más o menos el texto. Entre
los nombres figuraba el de Varela.
¿Por qué piensas que te acusaron
precisamente a tí?, le pregunté. Se quedó pensando un
instante. Después de muchas dificultades, porque la autorización
primero no había llegado y después apareció una para el día
siguiente, logramos conversar con ella en una salita, tras pasar
rejas, censores electrónicos, cacheo y otros controles, todo
esto sin maletines, celulares, grabadores ni cámaras. La
visitamos Luis Conejeros, presidente nacional del Colegio de
Periodistas; Tebni Enrique Pino, secretario general, y el autor
de esta nota, consejero nacional. Afuera había un sol radiante,
pero adentro hacía frío y se sentía la humedad típica de una
edificación relativamente nueva. Elena estaba abrigada con un
suéter de lana.
Creo que me eligieron porque piensan
que soy la única persona que tiene capacidad intelectual y
organizativa como para liderar un grupo, dado mis antecedentes
de documentalista y fundadora de entidades culturales, respondió.
Secreto profesional
Varela relató que hay gente que está
dentro de la película que ya está presa. El secreto
profesional o a la confidencialidad de las fuentes protege a los
periodistas pero no a los documentalistas. Luis Conejeros,
presidente del Colegio de Periodistas, explicó que los
periodistas están protegidos por el secreto profesional, por
ejemplo al entrevistar a un prófugo de la justicia, pero en el
caso de los documentalistas existe un vacío legal debido a la
antigüedad de la ley y a que el género documental es
relativamente nuevo.
Los periodistas también temen que
los archivos de Varela sean utilizados maliciosamente por
Investigaciones y por la ANI. Un comunicado del
Colegio manifestó temor de que los organismos policiales
utilicen los archivos de la cinematografista para involucrar a
otras personas en delitos reales o imaginarios, principalmente
porque Elena Varela ha realizado numerosos documentales y
entrevistas durante la vigencia de la democracia en Chile.
Conejeros añadió que cualquier persona que haya dado una
entrevista corre el riesgo de ser involucrado por el sólo hecho
de haber depositado su confianza en el entrevistador.
Juan Carlos Gedda, Presidente de la
Asociación Gremial de Trabajadores
del Audiovisual y Cine de la Araucanía, dijo que se violó el
derecho a la confidencialidad de las fuentes, tema que en el
caso del trabajo periodístico se encuentra debidamente
resguardado y que pone en riesgo, en este caso particular, a las
personas que han entregado confiadas su testimonio y que dan
cuenta de la oposición a un modelo económico y forestal que
atenta contra la continuidad y sustentabilidad de su ecosistema
y de su cultura, junto a los espacios vitales que ellos ocupan.
Añadió que el trabajo que por descripción hacen de él sus
realizadores, denuncia la violencia que se ejerce contra las
comunidades mapuche que luchan por esta causa.
En medio de tanta aberrante violación de derechos resulta
curioso que el 21 de mayo 176 países miembros de la Asamblea
General de Naciones Unidas eligieran a Chile como … miembro del
Consejo de Derechos Humanos (CDH), junto con Brasil y Argentina,
por tres años, a partir del 20 de junio.
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