A cien años de su nacimiento
Hacen falta hombres, de
la envergadura
de Salvador Allende
Eduardo Artés
El 26 de junio se cumplen cien años del
Natalicio del Presidente Salvador Allende Gossens; dado el
destacado lugar que ocupa su figura en la historia política
nacional e internacional, como un destacado luchador por la
soberanía de los pueblos, por la independencia nacional y la
justicia social, se anuncian cientos de actos, homenajes,
declaraciones, artículos, etc...
Como ya es normal, cuando se trata de personajes relevantes en
la lucha social, veremos como, desde los intereses y ubicación
de clase de los autores, se pintarán diversos Salvador Allende
en búsqueda del que mejor les sirva, desde la "concertación",
junto a frases comunes, usarán su figura para tratar de esconder
sus rostros reaccionarios, neoliberales y pro-imperialistas, y
sin duda, jóvenes rebeldes mostrando la fotografía de Allende
con una ametralladora, sostendrán con entusiasmo que "Allende
no transó, con una ametralladora él combatió".
Los comunistas partimos reconociendo en Allende a un gran líder
y luchador democrático, antiimperialista, a un socialista
honesto, al presidente que encarnó aspiraciones de justicia y
cambio social muy profundas en los trabajadores y pueblos de
Chile, a quien pagó con su vida el ser consecuente con el
programa de gobierno presentado frente al pueblo, al tiempo que
tenemos presente que la figura de Salvador Allende va asumiendo
nuevas dimensiones, de acuerdo a los niveles y requerimiento de
la lucha popular, de allí que levantemos su figura al calor del
combate por la soberanía, la independencia y la justicia social.
Algunos usarán el centenario del nacimiento de Salvador
Allende para revivir elucubraciones fantasiosas y fatales sobre
"vías pacíficas al socialismo", o de "revolución"
sin revolución, de integración en el aparato estatal burgués y
de su transformación paulatina, hasta colocarlo al servicio de
los trabajadores y otras formulaciones que bien sabemos, y no sólo
porque así lo enseña el marxismo-leninismo, sino que por la
propia experiencia de la Unidad Popular, no nos conducen al
socialismo, sino que a enfrentar desarmados en lo ideológico,
político y material a la reacción y al fascismo.
Nosotros los comunistas, desde el PC(AP), sin confundir las
cosas, sosteniendo la vía insurreccional de masas como camino
verdadero para que, de acuerdo a la realidad de Chile, se
produzca la toma del poder político por parte de los
trabajadores y del pueblo, aprendemos de la lucha democrática y
popular de las amplias mayoría nacionales, cuyo acumulado en el
pasado significó la instalación de Salvador Allende en la
Presidencia de la República, reconocemos en ella, uno de los
momentos altos vividos hasta hoy en Chile, en relación al
protagonismo y conquistas populares de orden democrático y
antiimperialistas.
Como comunistas, no buscamos en Allende la explicación de la
tragedia del golpe militar fascista del 11 de Septiembre de 1973,
menos aún en el amplio movimiento de masas que lo acompañó,
por el contrario, Salvador Allende, de acuerdo a su formación
democrática, de izquierda, socialista, laica y masón, se puso
por entero al servicio de lo que él creía, en la posibilidad de
producir los necesarios cambios en beneficio de las mayorías,
desde la institucionalidad republicana burguesa, su consecuencia
en ese sentido, como ya hemos dicho, le costó la vida, él fue
un tremendo factor de unidad popular en el sentido amplio de la
palabra, la responsabilidad recae en la ausencia de una verdadera
comprensión marxista-leninista de la revolución, del carácter
de clase del Estado, del papel de las fuerzas armadas y de orden,
en las ideas revisionistas que se habían apoderado de las
cabezas de quienes se reclamaban "comunistas",
incumpliendo así el papel de vanguardia de la clase obrera, de
Estado Mayor de la Revolución, de organizadores, promotores y
dirigentes del asalto al poder, de destructores del Estado
Capitalista y de constructores del nuevo Estado, del Estado
Socialista.
Hoy, en medio de tanto oportunismo, de "socialistas"
neoliberales y a sueldo de los imperialistas, hacen falta hombres
consecuentes, demócratas, patriotas y socialistas de la
envergadura de Salvador Allende para avanzar tras la revolución
Democrática Popular antiimperialista y abrir las compuertas a la
Revolución Socialista.
¡Salvador Allende vive y crece en las luchas democráticas
y populares!
Chile, 6 de junio del 2008