MESA
de DIALOGO por los DERECHOS HUMANOS
Un diálogo para la verdad y la justicia
Intervención de Sergio Valech* el 31 de agosto de 1999
* Monseñor
Ahora yo tomaría brevemente la palabra, para
expresar un sentimiento que tuve cuando me llamó el Señor Ministro, que éste era un
problema en el que se procuraría -con la amplitud de miras, con la generosidad de todos-
llegar a la verdad sobre los Detenidos Desaparecidos. No tanto como para juzgar una época
de Gobierno Militar, más que todo buscar la verdad respecto de estas personas que hoy no
nos acompañan y que, sin duda, causan un dolor permanente en un grupo numeroso de
nuestros conciudadanos.
Recordar simplemente la responsabilidad de la
sociedad entera en todos esos acontecimientos, A veces fue por la falta de denuncia, por
la falta de entereza para afrontar las dificultades y para encarar lo que sucedía, y en
esto, también la justicia, a la cual se recurrió innumerables veces por medio de
instituciones que se dedicaron a la atención de estos casos y que no encontraron un eco
ni tampoco la intención de investigar y de llevar adelante procesos que podrían, sin
duda, haber evitado muchos de estos dolorosos acontecimientos. Me refiero a los recursos
de amparo, que se presentaron cerca de nueve mil y que sólo se consiguió un número tan
modesto que no llega ni a los 24 casos, incluyendo el de Contreras Maluje. Y por supuesto
que se recurrieron, se aceptaron, pero no se logró absolutamente nada.
Por eso, no sólo a los militares, a los
uniformados, habría que hacerles, representarles estos acontecimientos, sino que también
a quienes pudieron de alguna forma, a través de las leyes, a través de la justicia,
encontrar una solución a estos problemas.
Yo pienso que esta Mesa a que se ha llamado
ha servido enormemente para que se tomara conciencia a nivel nacional. Generalmente, y
durante todos estos años, hemos visto que ha habido una "defensa" y un
"ataque", que no ha habido la inquietud para encontrar un camino de solución,
de buscar una verdadera reconciliación, y la reconciliación no puede ser de otra manera
que por medio de la verdad. La verdad nos hará libres y, ciertamente, el conocimiento de
los hechos da satisfacción y por lo menos da comprensión y lleva naturalmente a
apaciguar los ánimos. Por eso yo espero que esta Mesa, conforme a lo que planteó don
Gonzalo Vial, que sea un diálogo más directo entre abogados y uniformados, pueda llevar
adelante la finalidad que todos esperamos y que el país espera.