REVISTA DE LA CEPAL - NUMERO EXTRAORDINARIO
CEPAL CINCUENTA AÑOS
REFLEXIONES SOBRE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE
Para solicitar un ejemplar de
este Número Extraordinario favor contactar publications@eclac.cl
haciendo referencia al código (LC/G.2037-P), Octubre 1998
II. El método
histórico-estructuralista, basado en el argumento de la "condición
periférica"
La CEPAL se desarrolló como una
escuela de pensamiento especializada en el examen de las tendencias económicas y sociales
de mediano y largo plazo de los países latinoamericanos. Prebisch le imprimió ese rasgo
fundamental desde sus orígenes. El espacio de esa " cultura" fue ocupado por
una pléyade de intelectuales que reúne a algunos de los principales historiadores
económicos de América Latina.2/
Se conoce la motivación original que explica la inclinación cepalina por las tendencias
históricas. El programa de reflexión e investigación inaugurado por Prebisch en 1949 se
desprendía esencialmente del diagnóstico de la profunda transición que se observaba en
las economías subdesarrolladas latinoamericanas, que evolucionaban del modelo de
crecimiento primario-exportador, "hacia afuera", al modelo urbano-industrial
"hacia adentro".
El enfoque histórico fue instrumentalizado poderosamente por la teoría
"estructuralista" del subdesarrollo periférico de Prebisch.3/ La perspectiva
estructuralista se instaló en el centro de los análisis, como consecuencia directa del
objeto de reflexión que se proponía la institución. Se trataba de examinar el modo como
se daba la transición "hacia adentro" en los países latinoamericanos,
transición que se suponía radicaba en la condición de que el proceso productivo se
movía en el marco de una estructura económica e institucional subdesarrollada, heredada
del período exportador.
En otras disciplinas de las ciencias sociales, como la lingüística y la antropología,
donde se origina el "estructuralismo", éste correspondió típicamente a un
instrumental metodológico sincrónico o ahistórico. En cambio, en el análisis
económico cepalino el estructuralismo es esencialmente un enfoque orientado por la
búsqueda de relaciones diacrónicas, históricas y comparativas, que se presta más al
método "inductivo" que a una "heurística positiva". De ahí
provienen los fundamentos esenciales para la construcción teórica del análisis
histórico comparativo de la CEPAL: las estructuras subdesarrolladas de la periferia
latinoamericana condicionan -más que determinan- comportamientos específicos, de
trayectoria desconocida a priori. Por tal motivo, merecen y exigen estudios
y análisis en los que la teoría económica con el sello de la universalidad sólo puede
emplearse con reservas, para poder incorporar esas especificidades históricas y
regionales.
En otras palabras, el enfoque histórico-estructuralista cepalino implica un método de
producción del conocimiento muy atento al comportamiento de los agentes sociales y a la
trayectoria de las instituciones,que se aproxima más a un proceso inductivo que a los
enfoques abstracto-deductivos tradicionales.
Liberado de marcos deductivos rígidos y esquemáticos, el pensamiento cepalino tiene así
la capacidad de adaptarse con facilidad a la evolución de los acontecimientos, a través
de continuas revisiones de sus interpretaciones, lo que no significa la pérdida de
coherencia político-ideológica o de consistencia analítica. A su vez, parte de la
investigación cepalina es una reflexión crítica basada en una visión introspectivo de
sus propios desarrollos analíticos.
La riqueza del método cepalino reside, pues, en una fértil interacción entre el método
inductivo y la abstracción teórica formulada originalmente por Prebisch.
La oposición entre "periferia" y "centro", que desempeñó un doble
papel analítico, ilustra este punto.
Primero, sirvió para afirmar que la estructura mencionada determinaba un patrón
específico de inserción en la economía mundial como "periferia", productora
de bienes y servicios con una demanda internacional poco dinámica, importadora de bienes
y servicios con una demanda interna en rápida expansión y asimiladora de patrones de
consumo y tecnologías adecuadas para el centro pero con frecuencia inadecuadas para la
disponibilidad de recursos y el nivel de ingreso de la periferia.
Segundo, derivó en la idea de que la estructura socioeconómica periférica determina un
modo singular de industrializar, introducir el progreso técnico y crecer, así como un
modo peculiar de absorber la fuerza de trabajo y distribuir el ingreso. 0 sea, en sus
características centrales, los procesos de crecimiento, empleo y distribución del
ingreso en la periferia serían distintos de los que ocurren en los países centrales. Las
diferencias deben hallarse en el hecho de que las economías periféricas poseen una
estructura poco diversificada y tecnológicamente heterogéneo, que contrasta con el
cuadro observado en los países centrales. En éstos, el aparato productivo es
diversificado, tiene una productividad homogénea durante toda su extensión y mecanismos
de creación y difusión tecnológica y de transmisión social de sus frutos que son
inexistentes en la periferia.
No se trataba de comparar el subdesarrollo periférico con la historia pretérita de las
economías centrales, como quería Rostow (1956), sino de identificar los desdoblamientos
históricos singulares de la especificidad de sus experiencias, en los que cabía esperar
secuencias y resultados distintos de los que se dieron en el desarrollo céntrico. Ya en
su texto inaugural de 1949, Prebisch alertaba sobre la especificidad del proceso de
crecimiento en las circunstancias estructurales y periféricas de los países de América
Latina, y exigía un espacio analítico para estudiarla (CEPAL, 195 la, p. 4).
Furtado fue el intelectual que más se dedicó a revestir el análisis cepalino con el
ropaje de la legitimación histórica. Sus libros sobre historia económica brasileña y
latinoamericana (1959 y 1970) -seguramente los dos textos de historia económica de la
región más leídos en todo el mundo- son obras primordiales del método estructuralista
cepalino, que tuvieron como función deliberada defender la importancia de entender el
subdesarrollo como un contexto histórico específico que exige teorización propia. Se
dedicó a la tarea no sólo como historiador sino también como teórico del
subdesarrollo. (Furtado, 1971).4/
Indice del Artículo
- Próxima Sección |