REVISTA DE LA CEPAL - NUMERO EXTRAORDINARIO
CEPAL CINCUENTA AÑOS
REFLEXIONES SOBRE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE
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haciendo referencia al código (LC/G.2037-P), Octubre 1998
NOTAS
1/ La
bibliografía de la CEPAL es voluminosa, de modo que en el presente texto nos vimos
obligados a omitir muchas referencias importantes. También existen numerosos trabajos de
evaluación del pensamiento de la institución, entre los cuales cabe mencionar, por
ejemplo, los de Hirschman (1963), Cardoso (1977), Rodríguez (1981), Gurrieri (1982),
Pazos (1983) y Hodara (1987).
2/ Pertenecieron a la CEPAL o estuvieron
bajo su radio directo de influencia autores de libros clásicos de la historia económica
de los países de la región, como Aníbal Pinto, (1956) para Chile, Celso Furtado, (1959)
para Brasil y Aldo Ferrer, (1979) para Argentina.
3/ Rodríguez (1981) fue el que mejor sisternatizó el
análisis fundacional de Prebisch en la CEPAL, destacando sus elementos teóricos.
4/ Posteriormente, el autor mejoraría
la formulación integrándola a la idea de que el subdesarrollo corresponde a una forma
"cultural" históricamente determinada de uso "de excedente
social". La bibliografía relativa a esa idea figura en una autoevaluación hecha por
el autor en una recopilación del Banco Mundial (Furtado, 1984).
5/ Anibal Pinto destaca este punto en un texto que no revela
su autoría, titulado El pensamiento de la CEPAL (1969), una recopilación de
textos clásicos de las dos primeras décadas de la institución.
6/ El mensaje cepalino y el contenido en la nueva
"teoría del desarrollo" eran los mismos: industrializar como forma de superar
el subdesarrollo y la pobreza. La CEPAL se movió admirablemente en ese contexto.
Su campo de divulgación del mensaje era fértil aunque -como relata Pollock (1978)
refiriéndose al auge macartista- no siempre exento de tensiones. En el plano de la
conveniencia histórica, la ideología cepalina le venía como anillo al dedo a los
proyectos políticos de varios gobiernos del continente. En el plano analítico, el
mensaje general estaba plenamente sintonizado con el meollo de la teoría del desarrollo:
los países subdesarrollados merecían una formulación teórica independiente o a lo
menos adaptada, porque en aspectos relevantes funcionaban en forma diferente a los
desarrollados.
7/ La violenta contracción de la capacidad para
importar en los años treinta y sus repercusiones sobre las economías latinoamericanas
constituyeron la referencia histórica principal para que Prebisch elaborara la
distinción entre el modo de funcionamiento de las economías de los países
industrializados y el que se observaba en las economías especializadas en bienes
primarios. J. Hodara (1987) reseña las ideas de Prebisch contenidas en los informes
anuales del Banco Central de la República Argentina entre 1936 y 1942. Felipe Pazos
(1983) caracteriza a los años treinta y cuarenta como la fase del pensamiento
latinoamericano orientada a las políticas monetarias anticíclicas.
8/ En forma simultánea e
independiente, Singer (1950) presentaba el mismo análisis.
9/ El mismo argumento lo desarrollaría
con elegancia Lewis en 1953, en su texto clásico sobre la oferta limitada de mano de obra
(véase Lewis, 1960). Sólo mucho después, Prebisch (1959), al parecer estimulado por
Chenery, haría una versión académicamente rigurosa de la idea
10/ Por mucho tiempo reinó en el
pensamiento latinoamericano la idea absoluta de que la "sustitución de
importaciones" era la forma de industrializar en América Latina, y que la
"dinámica sustitutivoa era el modelo de crecimiento de la región. Alrededor de
mediados de los años setenta la escuela de Campinas en Brasil, constituida por
intelectuales de origen cepalino, se opuso por primera vez a la equivalencia entre los
conceptos de "industrialización" y "sustitución de importaciones":
el proceso de industrialización sería portador de una lógica y de un dinamismo
independientes de la mera sustitución de importaciones, ya que se proyectaba debido a
decisiones de acumulación de capital orientadas a la formación de una capacidad de
oferta sin "una demanda reprirrúda por restricciones a la importación".
11/ Con respecto a las críticas equivocadas
a la CEPAL, véase, por ejemplo, Assael (1984).
12/ Los economistas de la CEPAL siempre
coincidieron entre sí respecto al tratamiento analítico de la brecha externa, pero no
siempre coincidieron en el análisis de la brecha del ahorro. Por un lado, Prebisch,
Furtado y tal vez una fracción mayoritaria enfatizaban la brecha como barrera fundamental
al crecimiento. Por otro, los economistas que trabajaban en la línea de Aníbal Pinto
preferían destacar los problemas de "financiamiento" de la inversión,
recusando "keynesianamente" la idea de que había ahorro insuficiente. Entre
éstos, se destacan los influyentes cepalinos brasileños que estuvieron en la CEPAL a
comienzos de los años sesenta bajo la orientación de Pinto, o sea, Conceiáo Tavares,
Antonio Barros de Castro y Carlos Lessa. Los dos últimos son coautores de la obra
titulada Introduao á economia,uma abordagen estructuralista (Castro y Lessa,
1967), prologada por Pinto.
13/ Una primera incursión en este
tema, que ya diseña las bases de la planificación, consta en el texto ya citado Problemas
teóricos y prácticos del crecimiento económico (Prebisch, 1952).
14/ En el caso brasileño, Celso Furtado realizó
la labor en 1953 - 1954, en colaboración con Regino Botti, en las dependencias del
recién creado Banco Nacional de Desarrollo Económico (BNDE), en Rio de Janeiro.
En esa ocasión se formó con tal objetivo el Grupo MiXtO CEPAL-BNDE.
15/ En la bibliografía del ILPES sobre
planificación consúltense, entre otros, los libros Discusiones sobre planificación (ILPES,
1966) y Experiencias y problemas de la planificación en América Latina (ILPES,
1974). La referencia bibliográfica principal sobre Jorge Ahumada es su libro Obras
Escogidas (Ahumada, 1986).
16/ Respecto al autor, véase la antología compilada
por Adolfo Gurrieri (1980
17/ Los
partidos comunistas de orientación soviética mantenían la posición de que era
necesario fortalecer una "alianza democrático burguesa", entre una supuesta
burguesía nacionalista y los trabajadores, para romper con las relaciones de producción
---el latifundio y el imperialismo-- que impedirían el avance de las fuerzas productivas,
es decir, la industrialización. Los que disentían de esa posición acogían la idea de
los dependentistas marxistas de que una alianza de ese tipo sería históricamente
inviable, porque la burguesía local dependía y estaba asociada al imperialismo. De
varios analistas de la realidad agraria recibían la idea de que el campo ya se comportaba
en forma capitalista. por lo que no cabía la interpretación de tener que superar una
supuesta etapa "feudal". La conclusión era que se equivocaban los que
proponían como estrategia una etapa "democrático burguesa", y que la
estrategia correcta sería pasar directamente al socialismo
18/ Ya en 1975 surgieron las primeras críticas de
la CEPAL (1975a) a ese modelo. Se señalaba la insustentabilidad del endeudamiento a
mediano y largo plazo y la ilusión tanto de que las exportaciones seguirían
expandiéndose como en años anteriores como que los intereses permanecerían bajos para
siempre.
19/ El fin del ciclo expansivo mundial
determinó el comienzo de una etapa totalmente nueva de la historia regional. Las dos
novedades serían, primero, una creciente inestabilidad macroeconómica que. perduraría
por mucho más de una década y, segundo, y más permanente, la presencia creciente del
sector financiero en el centro de los acontecimientos económicos.
20/ Léanse sobre el tema, por ejemplo, los
artículos de Hirschman (1980) y Streeten (1979).
21/ Prebisch mantendría todavía en el
libro Transformación y desarrollo: la gran tarea de América Latina (1970) un tono
tácticamente esperanzado, que desaparece en su última obra, Capitalismo periférico,
crisis y, transformación (1981) --en la que propone una "síntesis entre
liberalismo y socialismo", y propugna la gestión autónoma de las grandes empresas
por los trabajadores, en un régimen de mercado pero en el que el Estado condicionara y
regulara el uso social del excedente.
22/ Otro de los textos
iniciales en la discusión de estilos lo elaboraría un equipo encabezado por el
argentino Oscar Varsavsky en el Centro de Estudios del Desarrollo(CENDES, 1969) en
Venezuela. El trabajo se sirve de un modelo matemático para hacer comparaciones entre los
efectos de diferentes "estilos" de desarrollo, ordenados en torno a parámetros
definidos por el autor. El rigor formal del modelo matemático operado por Varsavsky
entusiasmó a varios cepalinos a comienzos de los años setenta.
23/ Véase, asimismo, el Informe sobre
un criterio unificado para el análisis v la planificación del desarollo (Naciones
Unidas, 1973).
24/ Sobre esos temas, véase, por
ejemplo, en los años sesenta, CEPAL(1963b y 1965), y en los años setenta
CEPAL (1970 y 1975a).
25/ Norberto González (1972), Secretario
Ejecutivo de la CEPAL en los años ochenta, elaboró un estudio a comienzos de los años
setenta que hace proyecciones a mediano y largo plazo sobre las brechas de ahorro y
divisas.
26/ Con el sugestivo título El desarollo
desde dentro -un enfoque neoestructuralista para la América Latina, Osvaldo
Sunkel publicó en 1991 una recopilación de textos de varios autores que él encomendó a
fines de los años ochenta y comienzos de los noventa, y que representó un esfuerzo de
renovación estructuralista paralelo al de Fajnzylber.
27/ En el vocabulario cepalino la
"competitividad auténtica" se opone a la "competitividad espuria",
expresión acuñada por Fajnzylber para denotar la capacidad de competir basada en la
depreciación cambiaría y los bajos salarios (véase, por ejemplo, CEPAL, 1990, p. 80).
28/ Sobre el tema, véase el documento
Fortalecer el desarrollo. Interacciones entre macro y microeconomía, coordinado
por Oscar Altimir y presentado al período de sesiones de 1996 (CEPAL, 1996). En lo que
toca a la esfera de la cuestión social, véase la publicación anual el Panorama
Social de América Latina, una presentación de indicadores sociales de carácter más
descriptivo que analítico, coordinado por Rolando Franco y Pedro Sáinz. Véase,
asimismo, sobre el tema, La brecha de la equidad. América Latina, el Caribe y la
Cumbre Social (CEPAL, 1997a), amplio documento coordinado por Rolando Franco y Osvaldo
Rosales.
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