Los antecedentes del Centro de Estudios Nacionales de Desarrollo (Cenda) coinciden con los análisis de otros investigadores en la materia, cifrando en unos mil millones de dólares -en moneda de la época- las pérdidas fiscales por privatizaciones en dictadura.

Sin embargo, el monto resulta parcial para el objetivo que se propone la comisión investigadora que preside el diputado socialista Carlos Montes, pues sólo se refiere a 27 de las 500 empresas que se quiere incluir en el informe final, de las cuales 118 ya están procesadas por los parlamentarios.

“Fueron muchos miles de millones de dólares los que estuvieron en juego y se sabe que el precio al cual se vendieron las empresas perfectamente puede ser la mitad de lo que indicaba el valor de libro de las mismas empresas en ese momento”, planteó el director del Cenda Manuel Riesco, quien asistió junto a Hugo Fazio a la comisión investigadora.

En la oportunidad, los directores del mencionado centro de estudios trazaron un vínculo entre la investigación de los diputados y las cuentas de Augusto Pinochet en el banco Riggs. “La cantidad de recursos públicos que se traspasaron al sector privado fue inmensa, y a la luz de lo que se ha visto hoy día en el Riggs, es muy probable que parte de esos fondos también hayan ido a beneficiar a funcionarios del régimen, empezando por el propio dictador”, sostuvo Manuel Riesco.

Asimismo establecieron entre los principales beneficiarios de las devaluadas privatizaciones al ex yerno de Pinochet, Julio Ponce Lerou, y José Yuraszeck.

“Es bien sabido que el yerno del dictador, siendo un oscuro funcionario de Conaf, pasó a ser jefe de la corporación y al poco tiempo – después de vender cientos de miles de hectáreas que habían sido expropiadas por la reforma agraria- terminó de dueño de muchos fundos muy valiosos. Repitió la gracia en Soquimich, porque lo pusieron ahí con la misión de vender la empresa y se quedó con la empresa”, planteó Riesco.

Respecto del caso Yuraszeck, apuntó que “él era un funcionario sin un peso propio, sin embargo, con créditos muy blandos aprovechando el cargo de cercanía con el dictador se quedó con una de las empresas eléctricas, construyó un imperio y hoy día es un millonario”.

Muchos de los antecedentes entregados se basan en los resultados de la comisión presidida por Raúl Sáez, “que estudió este tema y llegó a la conclusión que comparando el valor de libro, que es el valor contable de cada una de las empresas, con el valor en que se vendieron, la diferencia solamente en eso aparece de más de mil millones de dólares”, como planteó el director del Cenda.

Detalló que, por ejemplo, la Compañía de Acero del Pacífico (CAP) se vendió en 160 millones de dólares mientras el valor de libro era de 337 millones de dólares, IANSA se vendió en 6 millones de dólares y el valor de libro era 40 millones de dólares, y que diferencias similares en magnitud de produjeron “en Endesa y en la mayoría de las empresas, con lo que hubo un gran traspaso de riqueza pública a empresarios privados. La suma de todas las cosas es del orden de mil millones de dólares de esa época”.

El diputado Montes valoró los antecedentes y manifestó que respaldan otros que se manejan en la comisión, haciendo hincapié en que la cifra es un piso para la investigación de la Cámara, pues “el problema es que las empresas fueron 500 y normalmente todos los estudios y análisis se han centrado en 10 o 12 y a lo más hay una lista de 27, y el resto no se ha tomado ni en cuenta. Para 27 empresas se da una cifra de unos mil millones de dólares de la época, pero son 500. El resto tal vez no sean tan importantes del punto de vista del PIB pero son muy importantes del punto de vista del empleo”.