MANUEL RIESCO DESMENUZA LA INEQUIDAD QUE REFLEJAN LOS RESULTADOS DE
LA PSU
Ningún país en América Latina sufrió el desmantelamiento de la educación pública
como Chile, dice el economista. La ola privatizadora entrega sus frutos: el 70 % de los
mejores puntajes en la PSU proviene de colegios pagados, esos que cubren apenas el 8% de
la población escolar. Pura elite.
Por Antonio Valenci
Manuel Riesco Larraín se educó en el Saints George
College. Es ingeniero civil industrial en la Universidad de Chile, master en ingeniería
economía y doctor en economía política. Acaba de obtener un 4,5% de los votos como
candidato a senador del Juntos Podemos por Santiago Oriente. Fuera del Congreso, no cesa
su trabajo en el Centro de Estudios Nacionales de Desarrollo Alternativo Cenda desde donde
descuera la política educacional de las últimas décadas.
Los resultados de la PSU, manifiesta, no son otra cosa que parte de un sistema craneado
e implementado por la dictadura y administrado en alguna medida por los gobiernos
concertacionistas. Llevamos casi treinta años con políticas privatizadoras y el
mercado no ha solucionado nada. Al contrario. Crea y recrea inequidades. Según la
Universidad de Chile, el 70% los puntajes nacionales provienen de colegios particulares
pagados, colegios donde estudia el 8% de la población escolar. Sólo el 10% es de
colegios municipalizados, se enfada.
La causa principal, afirma Riesco, es la Ley Orgánica Constitucional de Enseñanza
(LOCE). Es la madre del cordero porque desmanteló, como no ocurrió en ningún
país de América Latina, la educación pública para fomentar la privada. Su modelo
privatizador de la educación en todos sus niveles la ha puesto en manos del mercado que
no ha resuelto nada. Al contrario. Hay que derogarla y tener una nueva ley centrada en
aspectos puramente docentes, añade.
Riesco da un paso más. Afirma que el modelo de educación tiene como telón de fondo
un sesgo ideológico. La educación de hoy es una revancha de la derecha por el rol
que jugó el sistema público en el cambio social en décadas pasadas, en la
transformación social de Chile. Por eso intervinieron colegios y universidades, separaron
al Pedagógico, bajaron al mitad el gasto público en educación y privatizaron casi todo,
sentencia el economista.
Con cifras de la Universidad Católica en mano, señala que hoy el gasto público en
educación recién son similares a los de 1970 en montos, pero no en proporción del PIB:
bajó del 7% al 4%. Lo que ha crecido, a partir de 1981, es el gasto privado, pero se ha
concentrado en los sectores de mayores ingresos. Lo grave es que a partir de 1990,
buena parte de la recuperación del gasto público no se ha destinado al sistema público,
sino a los colegios particulares subvencionados, que recibieron más de tres cuartas
partes de las nuevas subvenciones, mientras las escuelas municipalizadas menos de la
cuarta parte, afirma Riesco.
Su corolario es taxtativo. El mercado neoliberal no ha resuelto ni en el sistema
de pensiones, ni el sistema de salud ni la educación. Es hora de cambiarlo.