SANTIAGO, diciembre 12.- Mientras miles de personas
concurrían a la Capilla Ardiente de la Escuela Militar para despedir
los restos del fallecido general Augusto Pinochet la madrugada del
martes, un hecho interrumpió la tranquilidad del ambiente: Un hombre de
aproximadamente 30 años lanzó un salivazo al ataúd, acto de agravio
que fue percatado por los asistentes al hall.
"Esta persona, de improviso detrás mío y una
vez que yo ya había pasado, se acerca de manera muy tranquila y le
arroja un escupitajo. Esta situación no fue detectada de inmediato por
la guardia, sino que reaccionó limpiando el féretro" dijo un
testigo de la situación.
El autor del hecho fue Francisco Cuadrado Prats, nieto
del ex comandante en jefe del Ejército, general Carlos Prats, antecesor
de Augusto Pinochet en el cargo, informó TVN.
Prats murió asesinado junto a su cónyuge, Sofía
Cuthbert, en manos de la desaparecida Dirección de Inteligencia
Nacional (DINA) el 30 de septiembre de 1974 en la ciudad de Buenos
Aires, producto de la explosión de una bomba colocada debajo del piso
de su automóvil.
Cuadrado Prats, hijo de la embajadora de Chile en
Grecia, Sofía Prats Cuthbert, reconoció vía telefónica con el canal
estatal haber escupido el féretro, explicando que era “la última
oportunidad para expresar su desagrado con la figura de Pinochet y su
molestia con la decisión del Ejército de rendir honores militares, a
quien, según él, asesinó a su abuelo”.
Tras efectuar la acción, Cuadrado Prats, que esperó
junto a dos personas por más de dos horas para ingresar a la Escuela
Militar, fue seguido por adherentes de Pinochet que se encontraban en la
Capilla Ardiente. El grupo con golpes de pies y puños agredió a Prats.
Policía militar debió intervenir, la cual lo condujo
a un recinto aledaño y posteriormente lo sacó de la Escuela Militar.
Cuadrado Prats añadió que el propio subdirector del
instituto castrense fue quien lo llevó al exterior.
Testigos oculares del hecho afirman que tras efectuar
la ofensiva acción, y tras ser recriminado por algunos adherentes, el
hombre adujo que efectuó la acción debido a que Pinochet “había
asesinado a sus dos abuelos”.
El Ejército optó por bajarle el perfil al hecho, que
sólo por momentos interrumpió la tranquilidad de los asistentes al
velatorio.