Hilando bien fino, sólo
seis de los actuales generales de la República cuentan a su haber con una impecable hoja
de vida en materia de derechos humanos, porque no han estado adscritos a la DINA, no se
graduaron en la Escuela de las Américas ni públicamente han sido cuestionados por
ningún incidente relacionado con el tema. por Ana Verónica Peña
Fuente:...PrimeraLínea
En medio de la polémica surgida en torno a la credibilidad de los informes entregados por
las FF.AA. sobre los detenidos desaparecidos, el Presidente Lagos advirtió que a finales
de año, cuando le toque nominar entre la quina de oro al sucesor del general Ricardo
Izurieta, considerará, entre otros antecedentes, "el pasado" de los candidatos.
El escueto mensaje posicionó por primera vez una variable que los otros mandatarios
concertacionistas no se habían atrevido a reconocer en público.
Ya es conocido el cuestionamiento que han sufrido, en menor o mayor grado, algunos
integrantes del actual alto mando con relación a "su pasado" en materia de
derechos humanos. Entre ellos, la segunda antigüedad de la institución, Juan Emilio
Cheyre, sindicado en un testimonio judicial como partícipe de un Consejo de Guerra en el
Regimiento Arica de La Serena, en 1974.
A pesar que se reconoce al interior del Ejecutivo que, en esos tiempos, ningún teniente
-cargo que ostentaba entonces Cheyre- podía negarse a participar en uno de estos juicios
sumarios sin arriesgar su propia vida, igual el antecedente será un duro escollo por
salvar para el más idóneo sucesor de Izurieta, al menos desde el punto de vista del
proyecto institucional que se quiere preservar.
Complicada también es la situación del Director Nacional de Inteligencia del Ejército,
Roberto Arancibia Clavel, sobre quien pesó recientemente una solicitud de procesamiento
por "obstrucción a la justicia" en el caso Tucapel Jiménez. Se le acusaba de
haber tenido conocimiento de intentos de subalternos por impedir que algunos agentes de la
CNI confesaran ante la justicia. Sin embargo, la Corte de Apelaciones confirmó la
negativa del ministro Sergio Muñoz a encausarlo, pero le dirigió a todos ellos una
"censura" a su actuación.
Una situación más compleja, por cierto, enfrentan los actuales generales de la
República en cuyo currículum figura su destinación a la DINA. Más que mal, la propia
Corte Suprema, en su fallo condenatorio en el caso Letelier, la consagró como "un
organismo criminal". En esta situación están Julio Cerda Carrasco, Mariano Peppi
Onetto, Alvaro Guzmán Valenzuela y Oscar Izurieta Ferrer, primo del actual comandante en
jefe.
Los tres últimos coinciden también en adjuntar en su currículum el ser graduados de la
tristemente célebre Escuela de Las Américas, semillero de los más sangrientos
dictadores latinoamericanos y formadora de los más ilustres torturadores. El caso del
primo del comandante en jefe es el más sintomático, pues no fue una, sino dos veces a
instruirse en guerra antisuvbersiva al país del norte, en 1970 y en 1975.
Entre centenares de oficiales chilenos graduados de esa escuela, figuran también los ex
directores de la CNI Humberto Gordon Rubio y Odlanier Mena; el asesino de Tucapel
Jiménez, Carlos Herrera Jiménez; los destacados agentes de seguridad Miguel Krassnoff,
Fernando Lauriani y Armando Fernández Larios; además del coronel José Zara, el de los
corvos acerados, y el propio hijo mayor del dictador, Augusto Pinochet Hiriart.
La décima antigüedad del Ejército, Carlos Molina Johnson, no fue a estudiar pero sí a
dar clases a la Escuela de las Américas, entre el 6 de enero de 1992 y el 18 de marzo de
1993.
De los 41 integrantes del actual mando, no han sido relacionados a casos polémicos, ni
cargan con su paso por la DINA o la Escuela de Las Américas, sólo 10 generales. Entre
ellos el jefe de sanidad, el auditor general y el obispo castrense, que no corren la
carrera por la comandancia en jefe. En los restantes, se encuentra el general Adolfo
Vásquez Moreno, ex fiscal militar que absolvió en primera instancia al agente de la CNI
Osvaldo Romo y sobreseyó el proceso por la desaparición del amigo personal de Lagos,
Arsenio Puopin que hoy figura en las listas entregas a la mesa de diálogo como lanzado al
mar.
Con todo, sólo seis generales cuentan con su hoja de vida impecable en materia de
derechos humanos como para integrar la quina de Lagos. En orden de antigüedad: Hernán
Reyes Santelices (3ª), Alejandro Martin Junemann (4ª), Hugo Arias Sáez (5ª), Juan
Carlos Salgado (12ª), Gonzalo Jara Padilla (13ª) y Enrique Slater Escanilla (33ª).
Todos ellos tienen menos de 38 años de servicios, por lo que su permanencia en el
Ejército es absolutamente viable. De todas maneras, más allá de los intereses
presidenciales, Lagos deberá contar también con la colaboración de Izurieta para tan
osado cometido que demandaría la llamada a retiro este año de al menos 11 generales.
Sábado 27 de enero 2001
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