Otro de los grandes
temas escamoteados por la gran prensa de EE.UU.:
Buscan derogar ley de DD.HH. de 200 años
porque afecta a las corporaciones*
por Jim Lobe*(El poder lucha en Estados Unidos por derogar una antigua ley de
derechos humanos que castiga crímenes cometidos en el exterior: ésta es la segunda
gran noticia "más censurada" del anuario "Proyecto Censura 2005", de
la Universidad Estadal de Sonoma, California).
Traducción de Ernesto Carmona
El Fiscal General Juan Ashcroft intenta sepultar una de las leyes de Derechos Humanos
más antiguas del mundo, la ATCA, o "Alient Torts Claim Act" (Acta de Demandas
por Agravio en el Extranjero), que castiga a líderes gubernamentales, a corporaciones
transnacionales y a altos jefes militares que hayan cometido abusos contra los derechos
humanos en países extranjeros1.
Organizaciones como Human Right Watch (HRW) se oponen vehemente a la derogación de
esta ley, una de las pocas que permite a las víctimas de violaciones de derechos humanos
demandar legalmente a poderes como gobiernos o corporaciones multinacionales. La tentativa
de acabar con la ley comenzó menos de un año después que el Noveno Tribunal de
Apelación de Circuito ordenó que la Unocal Corporation indemnizara a campesinos de
Birmania afectados en sus derechos por los efectos de un oleoducto construido por la
compañía. Procurando terminar con esta ley, la Administración Bush está abriendo
eficazmente la puerta para que los abusos contra los derechos humanos continúen tapados
por un velo en sus relaciones con el extranjero.
El ATCA existe desde que George Washington promulgó en 1789 esta legislación contra
la piratería. Un resquicio poco conocido de esta ley otorga a los ciudadanos
extranjeros el derecho a demandar civilmente en las cortes de Estados Unidos por
violaciones del derecho internacional. Después de utilizarse sólo dos veces en sus
primeros 200 años de existencia, la ley ha sido invocada en unos 100 juicios desde 1980.
Ese mismo año se ordenó pagar 10 millones de dólares a la hermana de un paraguayo que
fue víctima de torturas y asesinato a manos de policías de su país que vivían
ilegalmente en EE.UU. La ley abrió la posibilidad de que ciudadanos extranjeros buscaran
justicia en las cortes de EE.UU.
El lobby de los grupos de negocios argumenta que los abogados de derechos humanos y los
tribunales interpretan con demasiada amplitud la ATCA, aplicando incorrectamente la ley.
La Administración Bush, que considera a esa ley como una interferencia para su política
exterior, aspira a que se archiven los juicios de ciudadanos no-estadounidenses que
potencialmente podrían desconcertar a gobiernos extranjeros cuya cooperación EE.UU.
necesita para su guerra contra el terrorismo.
Los críticos de las acciones recientes de la ATCA también alegan que el estatuto
original no otorga ninguna autoridad real y solamente pavimenta una vía para que lo haga
el Congreso, que debería definir por separado qué violaciones se podrían ventilar en
las cortes.
Según un artículo del Wall Street Journal, mantener la ley podría comprometer
aspectos de la guerra contra el terrorismo. "Un empleado o un contratista del
gobierno de EE.UU. que trabaje aplicando la ley con alto riesgo, en operaciones militares
o de inteligencia, podría ser enjuiciado por su participación", dijo Mark Rosen, un
capitán de marina jubilado, especialista en publicaciones sobre defensa y seguridad
interna.
Actualización de Jim Lobe:
La "Foreign Tort Claims Act" se ha utilizado como una herramienta importante
de los activistas de derechos humanos para evitar la impunidad en abusos severos cometidos
en el exterior, ordinariamente por gobiernos represivos, pero cada vez más por EE.UU. y
las corporaciones que por lo menos colaboran en él, pasando por alto las prácticas
abusivas de los gobiernos locales y de sus fuerzas de la seguridad. A fines de marzo, por
ejemplo, un juez federal de San Francisco rehusó archivar la demanda que puede obligar a
Chevron-Texaco Corporation a responder por los abusos de una plataforma petrolera
nigeriana operada por una subsidiaria de la compañía. Por supuesto, Unocal y Exxon Mobil
enfrentan juicios similares.
ATCA -o más exactamente la campaña contra ATCA- ha suscitado un incremento de la
atención durante los últimos dos años. En los hechos, recientemente he visto algunas
publicaciones del New York Times atacando a la ATCA en nombre de una coalición de
corporaciones multinacionales.
Una cantidad de pleitos continúan ventilándose a través del sistema judicial
federal, pero solamente uno ha llegado al Tribunal Supremo. Se trata de un juicio, que
invocó la ATCA, iniciado por un ciudadano mexicano que fue secuestrado por cazadores de
recompensa y trasladado a EE.UU. donde lo mantienen -indebidamente- en conexión con el
asesinato de un agente de la DEA en México. El mexicano demandó al gobierno de los
EE.UU. y al cazador de recompensa, amparándose en la ATCA. Un jurado le concedió 25.000
dólares por daños. Para abundar en este caso, que podría ser muy importante para el
futuro de la ATCA, recomiendo una nota de Linda Greenhouse, en el New York Times del 31 de
marzo de 2004, que resume la discusión y los alegatos orales. Al mismo tiempo, Dolly
Filartiga, el demandante en el primer caso ATCA a partir de 1980, mereció una
publicación en el New York Times del 30 de marzo de 2004 titulada "Cortes
Americanas, Justicia Global". El fondo del asunto también se incluye en el editorial
del Washington Post publicado una semana después (4/6/04) bajo el título
"Derechos Humanos en Tribunales".
El caso de Unocal fue tratado por los jueces ante las demandas que sentaron a la
compañía en el banquillo hace apenas -aproximadamente- un año, pero todavía no se ha
dictado sentencia. Generalmente, la decisión tarda alrededor de un año, pero hay
especulación. La corte de apelaciones también desea esperar hasta que el Tribunal
Supremo decida el caso de México.
Hubo una cierta cobertura del caso de Unocal en los grandes medios de comunicación
pero principalmente sobre el proceso en la corte estadal, que no confía en la ATCA. Se
prestó mucho más atención a qué es la ATCA y a por qué se la ataca.
Earth Justice and the Center for Constitutional Rights (Justicia en la Tierra y el
Centro para los Derechos Constitucionales) están extremadamente involucrados en la
campaña contra la ATCA. Para más información, son buenas fuentes estas organizaciones,
así como Human Rights Watch.
*) Jim Lobe, periodista estadounidense, corresponsal de la agencia Inter. Press Service
en Washington, publicó este trabajo en "One World Net" y "Asheville Global
Report" el 19 de mayo de 2003 bajo el título "Ashcroft va contra 200 años de
Ley de Derechos Humanos". La selección fue evaluada por los académicos Meri
Storino, Ph.D, y los investigadores estudiantiles: Brian Ferguson y Lawren Lutrin.
1) Esta ley permitió también castigar civilmente a un grupo de generales de El
Salvador que residen en EE.UU. y al criminal chileno Armando Fernández Larios, integrante
de la Caravana de la Muerte, denunciado ante un tribunal de Florida por Zita Cabello de
Barrueto, residente de California que es hermana de Winston Cabello, una de las cien
víctimas torturadas y asesinadas. El fallo de culpabilidad contra Fernández de esta
causa fue apelado ante el tribunal federal.
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