18 abril 2005 ¿Son posibles las elecciones en Haití?
Por Camila Bassaletti
Haití enfrenta una vez más, una grave crisis económica, social y
política. Menos del 40% del pueblo haitiano tiene acceso al agua potable mientras que la
esperanza de vida tan solo alcanza los 49 años de edad. Mientras los índices de
violencia política y criminal no cesan de incrementarse, es conveniente entonces
preguntarse sobre la factibilidad de llevar adelante un proceso electoral.
La historia refleja la constante inestabilidad de su sistema político.
Durante el siglo XX, hubo al menos 10 golpes de Estado, y tan solo 7 elecciones
presidenciales. Se trata de un sistema fragmentado donde la polarización juega un rol
central. El enfrentamiento entre los que desean el retorno de Aristide y los ex militares
que colaboraron a su derrocamiento se esta volviendo cada vez mas intenso. Asimismo se
sabe de la existencia de un gran número de armas en ambos bandos frente a la
imposibilidad de llevar a cabo aun un proceso de desarme adecuado.
El temor de muchos candidatos a definir abiertamente su postura
política es otro factor relevante, considerando que actualmente existen al menos unos 50
partidos políticos, requiere de bastante valentía querer participar en la carrera
política. La población civil esta defraudada de lideres que solo han sabido sacar
provecho personal y lucrar con las esperanzas de este desilusionado pueblo. Esta historia
reciente cargada de sangre y saqueo convierten a estas próximas elecciones en un nuevo
campo de batalla. Después de 200 años de independencia, la dependencia de Haití hacia
la comunidad internacional persiste.
Frente a este complejo escenario, la cuarta misión de Naciones Unidas
juega también un rol importante. Existiendo los recursos necesarios uno se pregunta como
la comunidad internacional no logra colaborar de modo más permanente a la transformación
de la realidad haitiana. Las raíces de la miseria en Haití provienen de múltiples
factores sin lugar a dudas, probablemente la educación cívica y su difusión ayudaría a
fortalecer este débil sistema político. Cuando se habla de democracia, de derechos
humanos es importante primero asegurarse de su aprendizaje, de un proceso a largo plazo
que requiere de la entrega y del compromiso de muchos actores tanto nacionales como
internacionales.
Por el momento se espera para fines del mes de abril, el comienzo del
registro nacional de electores. Se trata de una nueva tarjeta de identificación para
poder votar en las próximas elecciones. Con esta herramienta se busca tener mas control
sobre la base de datos de los votantes de este modo se podrá impedir en cierto modo el
fraude, como por ejemplo que una misma persona vote varias veces. Se tratará de que estas
inscripciones se implementen a lo largo de todo el país incluso en las zonas rurales más
apartadas. En conjunto con la OEA, el gobierno interino haitiano y la MINUSTAH (Misión de
Naciones Unidas para la Estabilización de Haití) se llevará a cabo este registro
electoral permanente.
Solo a partir de este instante y del éxito de dicha inscripción
podremos tener mayor claridad para proyectar los distintos escenarios de las elecciones en
octubre. Por ahora solo podemos desear que el proceso de registro electoral se haga dentro
de un clima mas pacifico, ojala se reduzcan los niveles de violencia que desde el año
2004 han cobrado la vida a mas de 400 haitianos y que durante el ultimo mes le han
significado tres bajas internacionales a la MINUSTAH.
Camila Bassaletti
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