Las elecciones parlamentarias del pasado domingo 23 de octubre en Argentina le dieron el triunfo a lo que se ha denominado “el proyecto Kirchner”. Quien encarnó este proyecto y le dio un triunfo rotundo fue la esposa del mandatario, Cristina Fernández, que ganó la elección senatorial en la provincia de Buenos Aires con 45 por ciento de los votos. En esta provincia, equivalente al Estado de México en la distribución territorial argentina, se concentra 37 por ciento de los votos a nivel nacional y es, a la vez, el gran bastión del voto peronista. El triunfo de  Cristina Fernández tiene, por lo tanto, un doble significado.

El Partido Justicialista, el peronismo, obtuvo cerca de 45 por ciento de los votos, sumadas todas sus corrientes. La del presidente, Frente por la Victoria, se llevó algo más de 40 por ciento de esos sufragios y derrotó o vio caer derrotados a los grandes adversarios de Kirchner. En las esferas gubernamentales se habla ya del mandatario como único líder del peronismo y se analiza la reelección presidencial.

Según la reforma constitucional realizada en tiempos de Ménem, el mandato de los presidentes dura 4 años y pueden reelegirse para un período inmediato. Con estas modificaciones y algunas interpretaciones caprichosas, Ménem logró quedarse en el cargo durante diez años. El kirchnerismo considera ahora la estrategia a seguir para el 2007 y de ello surgen cosas importantes.

Se estima que con este resultado electoral se pueden intentar nuevos pactos. Las fuerzas consideradas son el Frente de País Solidario, FREPASO, que fue gobierno con Fernando de la Rúa hasta que Carlos Alvarez, Chacho, renunció a la vicepresidencia de la república que ocupaba. Otro sector político al que se mira es al bloque socialista, oposición de centroizquierda cuyo líder Hermes Binner alcanzó un triunfo importante en la provincia de Santa Fe. Kirchner es partidario de la existencia de dos grandes conglomerados políticos, centroizquierda y centroderecha y quiere liderar la centroizquierda, en la que se inscribe.

LOS DERROTADOS

Las alternativas que se consideran en el entorno presidencial presidencial, toman en cuenta las repercusiones que tendrán en el liderazgo peronista las derrotas experimentadas por los principales adversarios de Kirchner. El primero de ellos Carlos Ménem, que perdió la elección senatorial en su provincia natal, La Rioja, y que será senador porque la lista dio para dos. Es su primera derrota y se da en términos humillantes para él, pero quería fuero parlamentario ante las denuncias por corrupción que se le han hecho. En la elección presidencial pasada debió enfrentarse a Kirchner en la segunda vuelta, pero como sabía que perdería, renunció a esa posibilidad para que su rival asumiera la primera magistratura con 22 por ciento de los votos a su favor, motivo por el cual permanentemente buscó descalificarlo.

Hoy no le queda más que admitir que el kirchnerismo le ganó en toda la línea, encarnando un proyecto que implica también el triunfo del mandatario y su esposa, mientras Ménem parece haber fracasado también en su vida personal. Como se recordará, se casó con la ex Miss Universo chilena Cecilia Bolocco, que proviene de una acaudalada y aristocratizante  familia, pese a lo cual trataron de darle una imagen cercana a la de Eva Perón, sin que asumiera sus posiciones y discurso político. El fracaso publicitario quedó en evidencia cuando Bolocco, peinada como Evita, se tomó una fotografía envuelta en un abrigo de pieles que semejaba la bandera argentina y recibió un rechazo generalizado.

La pareja tiene un hijo de  un año, el ex-presidente vive hace largos meses en Argentina y ella ha vuelto a la televisión chilena, donde conduce un costoso espacio. Aunque dicen que el matrimonio no se ha roto hay indicios de que no llenó las expectativa de ninguno. Los otros adversarios derrotados el domingo fueron Eduardo Duhalde, expresidente y ex-gobernador de la provincia de Buenos Aires, y Luis Barrionuevo de la provinmcia de Santa Fe.

Fue precisamente a la esposa de Duhalde a la que Cristina Fernández derrotó en la provincia de Buenos Aires, al obtener 45 por ciento de los votos contra 20 por ciento de Hilda González, Chiche. Duhalde fue compañero de fórmula de Ménem en 1989, pero la ruptura entre ambos se dio antes del término del primer mandato menemista. Ahora las alianzas quedan abiertas en el sentido que busca Kirchner, conformar un vasto sector de centroizquierda en el que Ménem no  debería tener cabida porque los suyos fueron gobiernos neoliberales, pero en política todo es posible.

CRISTINA FERNÁNDEZ

Abogada de profesión, política desde que estaba en la universidad, Cristina Fernández ya era senadora cuando su esposo ganó la presidencia de la república y ha sido en el ejercicio de su cargo que ha desarrollado su mayor actividad, no como primera dama. Su rotundo triunfo en esta elección se debe justamente a eso y a que comparte con el mandatario un proyecto político al que ambos contribuyen y que hasta ahora ha ido alcanzando sus metas. Más allá del desastre económico que le heredó de la Rúa, las medidas tomadas por Kirchner para enfrentarlo son consideradas como ejemplo en otras partes, donde se destaca que fue capaz de decirle que no al Fondo Monetario, porque primero estaban los argentinos.

Mientras en muchas partes de América Latina se tiene esa visión y seguramente que ahora la imagen de Cristina Fernández de Kirchner se agrandará, la periodista Olga Wornat ya le ha obsequiado un libro. En “La reina Cristina”, la Wornat no logra encontrar hechos que denunciar, según las notas de los corresponsales sudamericanos. Lo más llamativo que se señala es el mes que estuvo en prisión durante el gobierno derechista de  Isabel, la viuda de Perón, periodo en el cual presas que habían cometido asesinato le pidieron consejo profesional. Otro aspecto es su actividad política entre 1976 y 1980 en la universidad, años en los que vio como sus compañeros eran asesinados o desaparecían, incluyendo uno que ella ocultó en su casa.

Todo eso, más la lucha política, dice Wornat, ha endurecido a  Cristina Fernández, pero como no hay denuncias que hacer, afirma que ella ama u odia y que buscará la presidencia si ella y su esposo llegan a la conclusión de que debería hacerlo, porque todo lo deciden juntos.