De Puro Chile - 6 julio 2005
IRAN
Y LOS IMPERIOS
por Frida
Modak
Potencia por
sí mismo en sus orígenes, Irán tiene una historia en la que se alternan su poderío y
las conquistas de que es objeto por parte de aquellos que sucesivamente configuraron
imperios en la región. Los primeros signos de su existencia se remontan al siglo XVIII
A.C. Conocidos como medos, iranios o persas, conquistaron la llanura mesopotámica y con Ciro el Grande, entre 559 y 530 A.C.,
extendieron sus fronteras al Asia Menor y Afganistán, otros las llevarían hasta Grecia,
Egipto,Turquestán y parte de la India.
Este imperio
fue conquistado a fines del siglo cuarto antes de Cristo por Alejandro de Macedonia, pero
reconquistaron su independencia y ya en el año 641 de la era cristiana fueron
conquistados por los árabes, período en el cual fueron islamizados, si bien mantuvieron
su lengua y su propia orientación en las artes y las letras, tuvieron una vida cultural
de gran riqueza. Sería largo enumerar los cambios de dominio y de recuperación de la
independencia que durante un período los convirtieron en la potencia hegemónica desde la
India hasta Siria entre los siglos XVI y XVII, cuando tuvieron que enfrentarse a los nuevos imperios de la época.
Fueron
dominados por los rusos y los ingleses, que en el tratado de 1909 se repartieron el país
en zonas de influencia económica, que dio a una compañía inglesa las concesiones petroleras. La ocupación militar
del país por esos dos imperios durante la primera guerra mundial, unido a la corrupción
e ineficiencia estatal,originaron la revolución de 1921, que une siglos de historia con
los acontecimientos actuales.
EL
PETROLEO
La
revolución de 1921 la encabezaron el periodista Sayyid Tabatai y el comandante de la
guardia Reza Kahn, este último ocupó el ministerio de guerra hasta 1923, en que pasó a desempeñarse como Primer Ministro. En 1925 la
Asamblea Nacional destituyó a Tabatai y Reza ocupó el trono. Se propuso instituir un Estado
moderno, fuerte en lo militar y neutral en lo internacional. En función de eso denunció los tratados que reconocían derechos de
territorialidad a extranjeros, abolió el uso del velo obligatorio en las mujeres,
reformó la educación y la salud y canceló
las concesiones petroleras a los ingleses.
Los objetivos
de este estado, al que llamó Irán en 1935,
fueron resistidos por los europeos, pero Reza insistió en mantener la neutralidad durante
la segunda guerra mundial. En 1941 no permitió el paso de armas de los aliados a los
soviéticos a través de territorio iraní y en agosto de ese año el país fue invadido, el ejército derrotado
y el sha exiliado. Fue sustituido por su hijo
Mohammed Reza Pahlevi, educado en Europa, proclive a favorecer los intereses extranjeros y
que gobernó tutelado por ingleses y soviéticos hasta el fin de la guerra.
En 1949 con
una constitución que limitaba los poderes del
sha, los sectores nacionalistas y progresistas ganaron la mayoría parlamentaria y
respaldaron al primer ministro Mohammed Mossadegh, que intentó nacionalizar el petróleo
y expropiar a la Anglo Iranian Oi Co. Bloqueado económicamente el país, Mossadegh fue
derrocado en 1953 por un golpe organizado por la Agencia Central de Inteligencia,
CIA, de Estados Unidos, país que ya intervenía en Medio Oriente desplazando a los
soviéticos. Mossadegh murió en prisión en 1967.
El sha
promovió la entrada de las transnacionales y a modo de modernización fomentó una
occidentalización que fue rechazada por el clero. Finalmente se ganó también el rechazo
de los comerciantes debido a la expansión de
las empresas extranjeras. Como consecuencia de todo ello la oposición en su contra se
generalizó y tuvo que dejar el poder y el país en 1979.
EL
CAMBIO
Desde la
caída del sha los iraníes han buscado conciliar las posiciones de laicos y religiosos.
Las relaciones con Estados Unidos nunca han sido buenas, en particular desde que en 1979
un grupo de estudiantes ocupó su embajada en Teherán y dio a conocer documentos
relativos a la intervención estadunidense en los asuntos internos de Irán. Washington,
por su parte, armó al gobierno iraquí de Saddam Hussein durante la guerra Irán-Irak, en
la perspectiva de acabar con un gobierno que no era de su agrado, pero terminó por
invadir Irak y derrocar a Saddam, lo que le ha generado a Bush una situación que le
impide invadir también a su enemigo inicial.
El asunto es
complejo. No se puede decir que en Irán exista un régimen teocrático con las
características que los estadunidenses le quieren atribuir, hay un cambio, más lento de
lo que las administraciones del norte quisieran, pero acorde con la realidad iraní. Los
gobiernos que se han sucedido han ido liberalizando usos y costumbres, pero no han
modificado lo que, sobre todo ahora, quiere la administración Bush, el acceso a las
riquezas del país.
De ahí
deriva la confrontación con la que se busca tensar la situación a raíz del proyecto de
Irán de desarrollar la energía nuclear con fines pacíficos. La administración Bush
quiere hacer de esto un gran juicio internacional que culmine con algún tipo de intervención. La Unión Europea,
que no se había sumado al escándalo estadunidense, empieza a modificar sus posturas,
como lo acaba de hacer el canciller alemán Gerhard Schroeder en su reciente viaje a
Washington, como si eso pudiera ayudarle a remontar le pérdida de respaldo que amenaza
con poner fin a su carrera política.
La Casa
Blanca cuestiona la reciente elección presidencial iraní, haciendo abstracción de las
irregularidades registradas en la reelección de Bush. Por su parte, el presidente electo
de Irán, el conservador Mahmud Ahmadinejad, ha dicho que su país no necesita
realmenteestablecer relaciones con Estados Unidos, que van camino del progreso y
trabajarán con todos los países que no les muestren animosidad. Subrayó que la
moderación será la política principal de
este gobierno, que no habrá lugar para el extremismo, que el suyo será un gobierno
amistoso, compasivo, justo, al servicio del pueblo y que impulsará las inversiones
extranjeras y nacionales, en particular las de iraníes que viven en el exterior. |