BUSH
TODO EL PODER
Frida Modak (7 noviembre 2003)
Con un toque de suspenso,la campaña presidencial estadunidense terminó
cuando se esperaba que se iniciara una larga disputa en torno a los resultados que, hasta
temprano en la mañana del miércoles pasado,confirmaban los pronósticos de empate entre
el presidente Bush y el senador Kerry.Ohio se convertía en la Florida de estos comicios y
el compañero de fórmula de Kerry, el senador John Edwards ,aseguraba que se defendería
la voz de los electores y que todos los votos serían contados.La situación cambió
a media mañana cuando Kerry decidió conceder el triunfo a Bush,con quien se
comunicó telefónicamente,lo que equivalía a reconocer que su contendiente había
ganado.
La razón de Kerry,como lo señaló en el discurso en que hizo pública su
decisión, fue el peligro que a su juicio representa la división existente en su país,
que quedó de manifiesto a lo largo de la campaña electoral, y la necesidad de buscar
acciones comunes.En esa perspectiva,afirmó que no había votos para ganar Ohio y
que el resultado de las elecciones debían decidirlo los votantes y no las
cortes.Pero también dijo que era vital que cada voto contara y se contara, lo que
además de reflejar su postura en ese punto fue una concesión a Edwards que, según
trascendió, se oponía a admitir la derrota antes de que terminara el conteo de los
votos.
Kerry se comprometió a hacer lo que estuviera de su parte para
superar la división del país ,ganar la guerra contra Irak y la guerra contra el
terrorismo, así como para restaurar la reputación de Estados Unidos en el mundo.En
respuesta, cuarenta y cinco minutos más tarde, Bush calificaba al senador demócrata como
muy amable y señalaba que podía estar orgulloso de su
esfuerzo.Después de eso, reiteró todas las posiciones ya conocidas, tanto respecto a la
economía estadunidense como a las guerras en que está empeñado,con frases como
nuestros militares llevaron justicia al enemigo y honor a nuestro país
y nuestra nación se ha defendido y con buenos aliados lucharemos la guerra contra
el terrorismo con todos nuestros recursos.
En ningún momento admitió que el país estuviera dividido,lo soslayó
afirmando que para el logro de los objetivos que acababa de reiterar necesitaría el apoyo
de los que habían estado con Kerry y lanzó consignas como un solo país un
solo futuro y cuando trabajamos juntos no hay límite a nuestra
grandeza.Con esto queda planteado el asunto de fondo,que es determinar si los
demócratas buscarán sus propias definiciones y caminos o continuarán tratando de
asemejarse a los republicanos en el intento de captar votos, en circunstancias que ya
tienen numerosas pruebas de que cuando, sin mayor costo, se les da a elegir entre la
imitación y el original, los votantes,como todo consumidor, prefieren al original.
De esta manera, fortalecido y legitimado al obtener la mayoría de los
votos populares y de los votos electorales, así como la mayoría en la Cámara de
Representantes y el Senado,la administración Bush está en condiciones, más que antes,
de hacer lo que desee, su poder no tiene límites porque la realidad internacional
también indica que no tiene contrapeso como quedó de manifiesto cuando invadieron
Irak.El vicepresidente Cheney, que es el cerebro gris,fue claro para decirlo:estas fueron
las elecciones con la mayor participación de la historia, el presidente logró el mayor
número de votos populares en la historia y concluyóseguiremos adelante para servir
y proteger al país que amamos.Señaló que Bush tieneun liderazgo sin
temores,lo que le gusta a los estadunidenses y que es lo que
necesitamos para los próximos cuatro años.
El gesto de Kerry no encontró respuesta y el resto del mundo no puede ver
con tranquilidad lo que ha ocurrido en la superpotencia.Esto nos lleva a otras
consideraciones,como el éxito indiscutido de Carl Rove, a quien el propio Bush reconoció
como el arquitecto de su campaña,al centrarla en la llamada guerra al
terrorismo,continuando la prédica iniciada desde el mismo 11 de septiembre de 2001,en una
acción publicitaria de la que lo menos que se puede decir es que partió
extraordinariamente bien estructurada,talvez demasiado,para ser producto de una verdadera
tragedia como la de las torres gemelas de Nueva York,fuera quien fuera el responsable de
ese hecho.
La campaña del miedo,que culminó con otra oportuna reaparición de Bin
Laden o su fantasma, fortaleció a los sectores más fundamentalistas, los más
intolerantes religiosamente hablando y revivió,en consecuencia, el pensamiento más
ultrista de la moral puritana. En contraste, el estado de Nueva York, víctima principal
de esos acontecimientos, le dio un triunfo arrollador al demócrata John Kerry, con lo que
demostró que pese a lo ocurrido la vida sigue y los problemas no resueltos se mantienen
en la agenda porque se han agravado en los cuatro años de Bush.Esto ilustra sobre la
profundidad de las divisiones en el país del norte.
Por otra parte,el sistema electoral estadunidense, que representa los
intereses de los grupos económicos que han predominado en ese país desde su
independencia,también demostró sus contradicciones. La buena suerte de Bush le permite
decir que ganó en todas las instancias de esa cuestionada modalidad,pero lo que no
puede decir es que se contaron todos los votos y de que todos los votos contaron en su
elección.Y no puede porque según la tradición en el momento en que uno de los
candidatos reconoce el triunfo del otro, el conteo de los votos cesa.Eso no sólo está
referido a los votos que se estaban procesando en Ohio, sino también a los llamados
absentee voters, que son los que por encontrarse fuera envían sus sufragios por correo.
Este sector se estima en un 8 por ciento del electorado y en los distintos
estados se consideran de maneras diferentes.Unos exigen que los votos hayan sido
despachados en una fecha no posterior al día de la elección para considerarlos válidos,
otros, como el estado de Florida, exigen que ya estén entregados a más tardar a las
siete de la noche del día de la elección.En esta oportunidad no hubo discusión ni sobre
este ni sobre otros aspectos cuestionables para el resto del mundo en este particular
sistema de votación porque Kerry le puso punto final al tema.
Sin embargo, eso no quiere decir que esté superado,cada vez se alzan más
voces en Estados Unidos, que demandan un sistema electoral orgánico, no como este
en el que cada municipio puede imponer una modalidad y en el que no existe registro
electoral ni nadie que realmente controle quien tiene derecho a voto.Como de costumbre los
estadunidenses califican o descalifican a los demás, exigiendo condiciones con las que
ellos no cumplen.
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