Frida Modak
El Seminario Internacional titulado "Democracia,Política y
Estado",realizado hace algunos días en la capital mexicana, volvió a demostrar que
la realidad anda por un lado y sus intérpretes por otro.El objetivo de la reunión era
discutir el informe sobre la democracia en América Latina, realizado por el Programa de
las Naciones Unidas para el Desarrollo, PNUD,cuya elaboración dirigió el ex-canciller
argentino Dante Caputo.Con la asistencia del presidente y el canciller de México, Vicente
Fox y Ernesto Derbez,el documento fue presentado por el Secretario General de la ONU,Kofi
Annan,quien dijo que la democracia en nuestra región no ha respondido a las necesidades
de los más pobres, ha incrementado la desigualdad y el voto no ha producido
trabajos estables, ni mesas bien provistas,ni derechos de propiedad y muchos pueblos
indígenas siguen sin participar en la vida pública.
Nada que los latinoamericanos no supiéramos,sólo que hasta ahora no se
lo reconocía en estos términos,porque se priorizaba el espejismo de la democracia
representativa,si bien se siguió aludiendo a la democracia con los lugares comunes de
siempre.Hay que recordar que hasta hace muy pocas semanas se sostenía que la democracia
representativa era sinónimo indiscutible de democracia y que a través de la
Organización de Estados Americanos,OEA,se la señaló como la única forma de democracia
admisible y se elaboró la llamada Carta Democrática,según la cual los países miembros
deben respaldar a cualquier gobierno electo que se enfrente al rechazo masivo de sus
gobernados,lo que dio lugar a episodios lamentables como el apoyo al régimen de Fujimori
en Perú, para citar un caso.
El desencanto con la democracia que descubrió el PNUD se viene
manifestando desde hace bastante tiempo y tiene razones que tampoco son nuevas.El siglo
XIX fue el de la independencia latinoamericana y también de la consolidación
institucional de los países, lo que en algunos originó confrontaciones violentas, golpes
militares,gobiernos autoritarios y conflictos que hasta hoy no se superan, como el de
Colombia que tiene su origen en la confrontación entre liberales y conservadores,aunque
se intente darle otro cariz para que esos sectores políticos puedan mantener su
excluyente alternancia en el poder.
El siglo XX fue el de la consolidación de los Estados, el de las luchas y
las conquistas sociales por conglomerados de trabajadores organizados.El de las
revoluciones liberales y nacionalistas, de efímeras experiencias socialistas o
progresistas en la primera mitad.Y en la segunda mitad,de movimientos perdurables como el
peronismo,satanizado por populista,hasta llegar a los gobiernos militares nacionalistas y
revolucionarios ,a la revolución socialista de Cuba y al gobierno constitucional de
transición al socialismo que encabezó Salvador Allende en Chile.
Todos estos intentos de abrir paso a gobiernos que representaran
genuinamente el sentir latinoamericano fueron combatidos y aniquilados por Estados Unidos
a través de intervenciones directas o indirectas,excepción hecha de las revoluciones
mexicana y cubana. Los regímenes más estables y duraderos han sido las dictaduras
militares del cuartelazo en Centroamérica y de la Seguridad Nacional estadunidense en
América del Sur.La democratización que se inició en los ochenta tuvo que ser pactada
con Washington y por lo tanto dio origen a democracias condicionadas, en el marco del
modelo neoliberal y globalizador.Y no es casual que Estados Unidos promoviera a Chile como
ejemplo del modelo,ya que investigaciones posteriores al golpe militar establecieron que a
través de estudios realizados en la Universidad de Notre Dame, ese país fue seleccionado
desde 1954 como el que presentaba las mejores condiciones para ensayar la aplicación del
neoliberalismo.En este seminario participó un académico de esa universidad, que centró
su intervención en que la democracia debe promover la ciudadanía y el bien general a
través del Estado que, por lo visto,ya no es tan malo.
Pero el seminario será uno más y el informe del PNUD otro de
tantos,porque no se fue al fondo del asunto, que es el modelo económico que ha generado
la enorme pobreza en que vive América Latina y el mundo en desarrollo, el Sur.La pobreza
no es la responsable de que la gente deje de creer en la democracia sino la persistencia
en el modelo empobrecedor.Las encuestas revelaron que al producirse la democratización en
nuestra región, las prioridades de la gente eran trabajo con remuneración justa,
atención de salud y educación,por encima de la vigencia de los derechos
humanos,entendiendo como tales el fin de la represión.
Hoy las cosas han empeorado,no se reprime como antes,pero la pobreza es
mayor y la democracia no la combate,sólo habla de hacerlo.Uruguay tiene los salarios mas
bajos del Mercosur,el 70 por ciento de los 7 millones de hondureños es pobre y de ellos 2
millones seiscientos mil viven con menos de un dólar al día.Pese a la recuperación
económica,el desempleo volvió a crecer en Argentina en el segundo trimestre del año.En
Chile los indices de pobreza, 23 por ciento,y de indigencia ,5.6 por ciento, no han
cambiado en los últimos cinco años dice un informe y se estudia una modificación en la
forma de medirla porque se ha señalado que el sistema actual no se ajustaría a los
cambios ocurridos en el país.
A nivel mundial, el desempleo se mantiene alrededor del 10 por ciento en
la Unión Europea y en Estados Unidos la pobreza va en aumento, ya alcanza al 12 por
ciento de la población y en ese mismo porcentaje ha subido en los últimos años la
cantidad de personas de la clase media que pasan a ser pobres,un millón 300 mil personas
llegaron a esa condición el año pasado.Hay 88 millones de jóvenes desempleados en el
mundo y el año 2003 el desempleo mundial alcanzó la cifra record de 185.9 millones de
personas, el 6.2 por ciento del total de la fuerza de trabajo según informó la
Organización Internacional del Trabajo,OIT.
De la precariedad del empleo y de otras cuestiones,básicas para la
vigencia de la democracia, no se habló en el seminario, que contó con la asistencia de
varios expresidentes conservadores o defensores del modelo económico en boga,como Julio
María Sanguinetti, de Uruguay; Valentín Paniagua, de Perú; Belisario Betancour de
Colombia, y Felipe González ,de España.