El trabajo de distribuir los fondos encubiertos en Santiago recayó en gran parte
sobre la CIA. Los políticos chilenos que gopearon las puertas de la embajada para pedir
financiamiento directo generalmente se retiraron con las manos vacías. "Recibió una
respuesta vaga y le cambié el tema", informó el consejero de la embajada, Robert
Stevenson, ante la petición de dinero de Jaime Tormo para el Partido Radical . Para no
dejar huellas de los aportes a la campaña de la DC -una filtración podía acabar con la
carrera de Frei Montalva-, los fondos no fueron entregados directamente a las arcas del
partido. Los agentes y diplomáticos norteamericanos sabían que "había demasiados
chilenos astutos que se podrían quedar con el dinero", y estaban conscientes de las
desventajas del escaso control sobre el dinero. Pese a ello, como explica Ralph Dungan, ex
embajador en Chile durante los años '60, los fondos "fueron enviados desde cierta
distancia, a través de terceras personas o alguna institución".
Un documento de la CIA confirma que "un número de intermediarios fue movilizado
para que pasaran el dinero a los DC". En algunas ocasiones los fondos eran
presentados como de "particulares", y en otras "traspasados al partido a
través de un empresario privado". "Lo importante era que no quedara ningún
rastro de aquella entrega", explica Dungan.
Pese al secretismo, los archivos consignan el nombre de Salvador Pubill, definido por
los estadounidenses como "el principal recaudador de fondos y representante de la
comunidad empresarial DC". Catalogado como "un hombre pragmático", para
Washington "su trabajo era muy importante para Frei".
Pubill, que durante el gobierno de Eduardo Frei Ruiz-Tagle fue nombrado cónsul en
Barcelona y hasta hoy reside en esa ciudad, era el responsable de informar a la embajada
norteamericana del estado de las finanzas de la campaña del '64.
A medida que se acercaba elección presidencial, el tesorero mantuvo informados a los
diplomáticos norteamericanos sobre el incremento de los gastos de la campaña. "La
jerarquía DC considera que se necesita una mayor cantidad de votos en la zona rural. Este
mayor esfuerzo costará un adicional de 40 mil escudos por mes", afirmaba un despacho
del 14 de abril de 1964. Cuatro meses después, Pubill volvía a demandar dinero.
"Los gastos de Frei aumentarán a $ 700 mil. El necesita fondos por unos $ 400 mil
mensuales hasta el día de la elección".
Los norteamericanos ya conocían bien este discurso de Pubill. Cinco meses antes, en
una cena con los diplomáticos de EE.UU. en su propia casa, Pubill había sido directo en
su petición. Tras exponer sobre las crecientes necesidades de fondos del partido,
solicitó "asistencia del gobierno norteamericano o de sus afiliados".
El mensaje fue transmitido a las autoridares correspondientes: "Comunicamos al
embajador las preocupaciones de Pubill, que a menos que la DC reciba asistencia adicional,
las posibilidades de que gane Allende se ven incrementadas", escribió un agente tras
la velada.
¿Cuánto sabía Frei?
Pese al caudal de ayuda política y financiera, una pregunta que permanece sin
respuesta es hasta qué punto el propio Frei Montalva estaba enterado del origen y la
magnitud de los fondos que su campaña recibía.
La Comisión Church concluyó en 1975 que "después de un largo debate, el Grupo
Especial habría decidido no informar al candidato del apoyo encubierto de EEUU".
Según Ralph Dungan, "es posible que nadie hubiese sabido el total de la ayuda,
porque era distribuida a través de distintos canales y diferentes personas". Dungan
cree que "es posible que nadie haya querido informarle a Frei, para que tuviese de
ese modo la posibilidad de negarlo todo en caso de que los fondos fuesen revelados".
En los documentos desclasificados sólo surgió una pista de cuánto sabía Frei. El 21
de noviembre de 1963, Pubill invitó a una cena a su asistente, Manuel Sánchez; a Robert
Stevenson, consejero político de la embajada, y R.V. Fimbres, el segundo secretario.
Luego de una larga introducción en la que el tesorero de Frei dio a conocer el incremento
de los gastos, Pubill declaró "que actuaba con completa discreción a la hora de
reunir fondos, y que el comité de la campaña prefería no preguntar por la fuente de las
platas". Sin embargo, dejó claro que "sólo le comenta a Frei de dónde
proviene el dinero".
Conociera o no la verdadera magnitud de los aportes, Frei se encargó de mostrarse
agradecido de la ayuda norteamericana. Dos semanas después de su arrolladora victoria en
las urnas, el 4 de septiembre del '64, y en calidad de presidente electo, se reunió con
los diplomáticos estadounidenses y les "expresó su agradecimiento por la
cooperación de la embajada y de la misión Agencia de Cooperación Internacional".
Según el mismo cable, el líder de la DC "manifestó su deseo de que Estados Unidos
continúe ayudándolo y que nosotros (los funcionarios de la embajada) lo apoyemos a crear
una atmósfera amistosa para su gobierno en Washington". |