Monseñor Sergio Valech habla del Informe sobre la
Tortura y del rol del general (R) Augusto Pinochet: Monseñor Sergio Valech:
"Todo gobernante debe responder por las cosas que suceden en su gobierno"
Reacio a exigir gestos de perdón, el hombre que encabezó el trabajo de la Comisión
sobre Prisión Política y Tortura considera que cada cual debe asumir, en conciencia, su
responsabilidad por los horrores del pasado. Sin embargo, asegura que el Poder Judicial
debe repensar su actitud de esos años.
De La Tercera: 04-12-2004
Monseñor Sergio Valech está cansado. Cuando relata el trabajo que realizó la
Comisión Nacional sobre Prisión Política y Tortura, su mirada se va hacia la ventana y
un largo silencio precede las respuestas. Es cansancio y también dolor. A sus 77 años,
monseñor Valech ha hecho un largo camino en la defensa de los derechos humanos. El mismo
se declara como un "momio renovado", porque proviene de una familia con raíces
más bien conservadoras, pero desde su paso por la Vicaría de la Solidaridad -entre 1987
y 1992- supo de los excesos y los apremios ilegítimos a miles de chilenos, y no calló.
Lo doloroso, dice, ha sido enterarse ahora de detalles escabrosos. Y advierte de inmediato
que esa verdad debe decantar en la sociedad y no ser utilizada para sacar dividendos
políticos. "El aprovechamiento político me preocupa, me desagrada", sentencia.
Monseñor, usted ha dicho: "Nos hemos encontrado con un mundo que habíamos
olvidado". ¿Qué ha significado para el país traer al presente un pasado tan
doloroso?
Creo que para los afectados fue una ocasión que les permitió hacer como una catarsis
y poder admitir una experiencia que mantenían guardada interiormente. Fue como haberle
dado un espacio a esa verdad que estaba oculta bajo el silencio.
¿Y cómo procesó usted los resultados de este informe?
A raíz de mi trabajo en la Vicaría de la Solidaridad, ese mundo no me era
desconocido. Sin embargo, en esta oportunidad se vieron las cosas con mucho detalle. Uno
queda asombrado de los dolores que tuvo que sufrir mucha gente, tanto física como
psicológicamente. Los detalles eran tenebrosos y me dejaron con una preocupación
interior muy grande. He pensado mucho en cómo una sociedad puede llegar a esos extremos.
¿No sabía que el tema de las torturas había sido tan brutal?
No, porque en ese entonces no había tiempo para profundizar. Era tanta la rapidez con
la que teníamos que actuar, que no se hablaba mucho. En la Vicaría se recogían los
casos y presentábamos los recursos de amparo, que fueron cerca de 27 mil, pero nunca supe
las cosas con tanto detalle. Además, las mismas personas no querían contar con tanta
claridad aquellas situaciones, porque eran muy humillantes para ellos. Con el tiempo, las
cosas maduran...
¿Por qué cree que este informe se pudo hacer ahora y no antes?
No lo sé. Era necesario que este dolor saliera a la luz para darles paz interior a
muchas conciencias. El Presidente Lagos, al formar la comisión, expresó: "No hay
mañana sin ayer". A nosotros nos tocó lo más duro: mirar el ayer, pero sin duda
que eso fue muy necesario para poder mirar el mañana. Y allí es donde cada cual debe
asumir su responsabilidad.
La reacción de la derecha, ¿ha sido reparadora para la reconciliación?
Mire, yo respeto la libertad de todas las personas. Es un derecho humano. Cada cual
actúa de acuerdo a su conciencia. Las presiones no siempre son buenas.
¿Hubiese querido un reconocimiento más explícito de todos los sectores?
Creo que ha habido un reconocimiento muy amplio. Lo que pasa es que las cosas avanzan
lentamente. Hay que respetar el tranco de cada cual. El tiempo irá trayendo la
comprensión y la necesidad de asumir una realidad en la cual todos, mal que mal,
participamos.
"No soy juez"
Las Fuerzas Armadas han enfrentado de manera distinta el resultado de este informe.
¿Qué opinión le merece?
Insisto: yo respeto la conciencia de las personas. No voy a juzgar a uno ni a otro. No
soy juez.
¿Hubo o no una política institucional para torturar personas?
Por el número de detenidos de la primera etapa, vale decir de 1973 y 1974, pareciera
que sí había una línea para detener a las personas. Ahora Hermógenes Pérez de Arce
habla de un decreto que decía que no se debía torturar. Es curioso. Nunca oí eso.
En su opinión, ¿era gente que actuaba por la libre o cumplía órdenes?
Por la multiplicidad de casos y la homogeneidad de los apremios, se podría pensar que
existió una norma a la que debían someterse quienes cumplían órdenes superiores.
¿Y qué rol jugaron los civiles que apoyaron al régimen?
Es probable que los que estaban a cargo de la parte económica no sabían lo que estaba
pasando. Esa gente estaba concentrada aplicando doctrinas e ideas económicas que habían
conocido en Chicago, que estaban como ajenos a lo que sucedía alrededor suyo.
¿Y los civiles que estuvieron en áreas más políticas del gobierno?
...Es posible que no hayan tenido conocimiento del detalle de lo que estaba pasando,
porque la Dina y la CNI actuaban fuera de toda gobernabilidad visible y la cuenta se la
daban a sus superiores.
¿Qué rol le asigna al general (R) Pinochet?
Pobre viejo, dejémoslo tranquilo...
¿Pero cree que él supo o no lo que estaba pasando?
No sé si él supo de los detalles. Pero creo que, en general, todo gobernante debe ser
responsable de las cosas que suceden bajo su gobierno. Naturalmente, el grado de
responsabilidad debe medirse de acuerdo a su conciencia, pero la sociedad lo mide de
acuerdo a las consecuencias que se vivieron.
¿Por qué es tan ecuánime y delega las responsabilidades a la conciencia de cada
uno?
Porque uno no puede convertirse en juez. Yo soy testigo y puedo asegurar que hubo,
desgraciadamente, torturas aberrantes contra mujeres, hombres y niños. Esa injusticia
debe ser reparada. Ahora, que uno tenga que pedir perdón o no, eso le corresponde a cada
cual.
Hasta ahora, verdad y justicia eran demandas que caminaban juntas. Ahora que se sabe
la verdad, ¿debe haber justicia?
Cada persona tiene derecho a recurrir a la justicia si siente que sus derechos han sido
violentados. Pero no olvidemos que mucha de esta gente recurrió a la justicia y no pasó
nada. Eso fue muy serio.
¿El Poder Judicial debiera hacer un mea culpa?
Yo no llamo a nadie a hacer mea culpa. Eso depende de cada uno, pero es sorprendente
que durante 30 años no se haya actuado ni se haya hecho nada por alcanzar la verdad... O
sea, han pasado años con una lentitud enorme en cuanto a la reacción de la justicia. Sin
duda, la justicia es un poder del Estado que tendría que repensar un poco lo que
sucedió. |