Estados Unidos no sólo estaba al tanto de las tácticas de represión
del régimen del fallecido ex gobernante chileno Augusto Pinochet, sino
que decidió encubrirlo y apoyarlo, según documentos desclasificados
difundidos hoy en Internet.
La organización independiente National Security Archive, vinculada a
la Universidad George Washington, colocó hoy en su página de Internet
una serie de documentos oficiales desclasificados que "ilustran el
historial de represión del ex dictador".
"Estos documentos no dejan duda de que los servicios de
inteligencia de EEUU estaban muy al tanto de la represión de Pinochet
después del golpe en 1973. Pero en reuniones de alto nivel, el Gobierno
decidió seguir apoyándolo", dijo a la agencia Efe Peter Kornbluh,
encargado del Proyecto de Documentación sobre Chile de National
Security Archive.
"La muerte de Pinochet le ha negado justicia a sus víctimas,
pero los documentos desclasificados contribuyen a un veredicto decisivo
de la historia sobre sus atrocidades", agregó.
La mayoría de los documentos divulgados en Internet hoy
provienen de un conjunto de 24.000 desclasificados durante el gobierno
del presidente estadounidense Bill Clinton poco después del arresto de
Pinochet en Londres en octubre de 1998.
Entre los documentos figuran archivos de la Agencia Central de
Inteligencia estadounidense (CIA) sobre el papel del gobierno de
Pinochet en el asesinato con coche bomba del ex canciller chileno
Orlando Letelier y su ayudante estadounidense Ronnie Moffitt en
septiembre de 1976 en Washington.
También figuran tres informes biográficos de Pinochet elaborados,
uno por la CIA y dos por la Agencia de Inteligencia de Defensa (DIA), y
transcripciones de reuniones en las que el entonces secretario de Estado
norteamericano, Henry Kissinger, se resistía a presionar al Ejército
chileno para corregir sus violaciones de los derechos humanos.
Uno de los documentos, un memorándum del departamento de Estado,
destaca que el número de ejecuciones sumarias cometidas diecinueve días
después del golpe contra el ex presidente Salvador Allende totalizaba
320, el triple de la cifra reconocida públicamente.
En otro documento, dos días después del golpe, el departamento de
Estado afirma que "el Gobierno de EEUU desea dejar claro su deseo
de cooperar con la Junta militar y ayudar en cualquier medida adecuada".
Ese documento de "bienvenida", según National Security
Archive, reconoce que lo mejor es evitar "demasiada identificación
pública entre la Junta y el Gobierno de EEUU".
El domingo pasado, un portavoz de la Casa Blanca, Tony Fratto, dijo
que el gobierno de Pinochet representó un "período difícil"
en la Historia de Chile y que EEUU elogia la construcción de una nueva
sociedad chilena "basada en la libertad, la ley y el respeto a los
derechos humanos".
"Nuestros pensamientos están hoy con las víctimas de su régimen
y sus familias", dijo Fratto.
Kornbluh señaló que esas declaraciones oficiales no sólo son
"certeras" y "conmovedoras" sino que "representan
un cambio significativo de su política de hace 33 años, cuando la Casa
Blanca le dio la bienvenida a Pinochet".