LOS PROCESADOS
Benavides Escobar nació en 1912, casado y con una hija, era
general de Brigada y director del Comando de Institutos Militares el 11 de septiembre de
1973 y ese día dirigió las tropas situadas al oriente de la Avenida Vicuña Mackenna y
actuó como enlace de comunicaciones.
En 1958 estuvo en la Misión Militar de Chile en Washington y realizó el Curso de
Instrucción de Fort Montmouth. En 1971, era director de la Academia de Guerra. Tres años
después ascendió a general y fue designado comandante en jefe de la V División del
Ejército, con sede en Punta Arenas. En junio de ese año, fue nombrado Ministro del
Interior, en reemplazo del general Oscar Bonilla, el que a su vez ocupó la cartera de
Defensa. Benavides estuvo en Interior hasta 1978, cuando fue puesto por Pinochet al frente
de Defensa, secretaría de Estado que encabezó hasta 1980.
Por su parte, el general de Brigada Aérea (r) Enrique Montero Marx, estudió leyes en
la Universidad Católica y fue ministro del Interior entre el 22 de abril de 1982 y el 10
de agosto de 1983.
Durante el año 2000, Montero Marx fue interrogado por el juez Joaquín Billard, como
parte del exhorto de la justicia norteamericana que reactivó las investigaciones por el
asesinato en Washington del ex canciller Orlando Letelier y de su secretaria Ronnie
Moffit. Actualmente, es asesor jurídico de la Fundación Paz Ciudadana y asesor del
diario El Mercurio. |
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El flanco que Guzmán abrió a los civiles de
Pinochet
Procesamiento de los generales (R) César Benavides y Enrique Montero Marx por los
crímenes de la Operación Colombo, apunta a responsabilidad política en violaciones a
los derechos humanos, pues magistrado argumenta que como ministros no podían ignorar
el régimen de privaciones de libertad ilegales que se estaba perpetrando.
-Lea parte de la resolución del juez Guzmán
En una decisión judicial que enciende una nueva luz de alerta entre los civiles que
ejercieron altos cargos durante el régimen militar, el ministro Juan Guzmán Tapia
procesó como cómplices de secuestro calificado y reiterado de las víctimas de la
Operación Colombo a los ex ministros del Interior del régimen militar, César Benavides
Escobar y Enrique Montero Marx.
Aunque se trata de dos generales en retiro uno de la FACH y el otro del
Ejército-, de fructificar esta resolución en las instancias superiores del Poder
Judicial, marcará un importante precedente en otras causas que persiguen
responsabilidades políticas en las violaciones de los derechos humanos registradas
durante el gobierno de facto de Augusto Pinochet.
Ello, debido a que Guzmán fundamentó sus procesamientos en el rol que desempeñaban
en el gabinete del gobernante de facto, resaltando que atendidas las funciones que
realizaban era imposible que desconocieran el régimen de privaciones de libertad ilegales
que sistemáticamente se estaban perpetrando, y no obstante a ello informaran que no se
tenía antecedentes sobre las denominadas detenciones de las víctimas, cooperando a la
ejecución de aquellos secuestros calificados por actos simultáneos.
Los mismos argumentos fueron ocupados por Guzmán para añadir un nuevo encausamiento
contra Benavides, esta vez en el marco de la Operación Cóndor, en su calidad de
cómplice en el caso de cinco miristas desparecidos en Argentina en 1976, entre ellos
Edgardo Enríquez.
Por ello, el abogado querellante en Operación Colombo, Hernán Quezada, valoró la
decisión de Guzmán de apuntar la responsabilidad de los colaboradores de Pinochet, tanto
en materia militar como civil.
El ministro Guzmán ha concluido que estas personas tuvieron responsabilidad en
la operación que se montó para encubrir estos desaparecimientos de más de cien personas
en nuestro país. Desde ese punto de vista, no sólo tienen responsabilidad política
administrativa, sino que eventualmente responsabilidad criminal también, expresó
el jurista.
Quezada agregó que consideramos que el ministro Guzmán está culminando una
fase de esta investigación judicial, esclareciendo las responsabilidades de quienes
participaron en estos hechos y nos parece que es altamente positivo.
Fantasmas para Fernández
La explicación de Guzmán para dictar estos procesamientos contra altos cargos
políticos de la dictadura es similar a los fundamentos expuestos por los abogados Alfredo
Morgado y Julia Urquieta en la querella que, a días de difundirse el informe sobre
prisión política y tortura, interpusieron en contra del ex dictador Augusto Pinochet y
su otrora ministro del Interior Sergio Fernández, en representación de veinte personas
que sufrieron apremios ilegítimos durante el régimen militar.
En el escrito, que ahora se encuentra en manos del juez Joaquín Billard, se indica que
hay antecedentes de que ambos fueron cómplices de los apremios sufridos por
28 mil torturados. Cuando se detenía a personas y eran derivadas a centros de
detención, no se informaba a los familiares y tampoco cuando se recurría a los
tribunales; pareciera que había oficios, circulares, instrucciones precisas de las
autoridades públicas, que ordenaban a los organismos de seguridad no dar
información, argumentó el abogado del PPD Alfredo Morgado.
De allí la importancia de la resolución emitida ayer por Guzmán, pues hasta ahora
las condenas y procesamientos por violaciones a los derechos humanos se han centrado en
los autores materiales e intelectuales de estos crímenes, y no en quienes como
Fernández, Benavides y Montero ocuparon altos cargos en ese gobierno de facto, y tuvieron
en esa calidad conocimiento del accionar de los organismos represivos.
César Benavides. |
No en vano, el ex subsecretario del Interior, y actual presidente de la UDI Jovino
Novoa se sorprendió ayer con la resolución del magistrado, y declaró que la
justicia está ignorando hechos fundamentales como la prescripción, la Ley de Amnistía,
y sin conocer los antecedentes me cuesta creer que haya argumentos jurídicos para este
procesamiento.
La responsabilidad de Interior
De hecho, la declaración que Montero Marx efectuó ante Guzmán en el caso de la
Operación Colombo detalla que los informes sobre detenidos desaparecidos que emitió
durante su paso por La Moneda se rigieron por una normativa dictada por el general Oscar
Bonilla en 1973, que exigía informar al Ministerio del Interior de cualquier detención
ordenada en el marco del Estado de Sitio, correspondiéndole a esa cartera dictar un
decreto exento que especificara la autoridad responsable del arresto y del detenido.
Enrique Montero Marx. |
Por ello, el Poder Judicial solicitaba a Interior ese decreto exento cuando se
interponía un recurso de amparo, y aunque Montero Marx argumenta que la DINA no siempre
se atenía a este procedimiento -por lo que el ministerio respondía a las cortes que no
tenía conocimiento de su detención-, el magistrado lo procesó ayer por el secuestro de
Juan Rosendo Chacón Olivares, Carlos Gajardo Wolf, Jorge Hernán Müller Silva y Juan
Carlos Perelman Ide.
Lo mismo vale para César Raúl Benavides, encausado como cómplice de los crímenes de
secuestro calificados de 16 personas: Francisco Eduardo Aedo Carrasco, Rubén Arroyo
Padilla, Jaime Buzzio Lorca, Antonio Cabezas Quijada, Juan Rosendo Chacón Olivares, Luis
Eduardo Durán Rivas, Héctor Garay Hermosilla, Eduardo Francisco Miranda Lobos, Jorge
Alejandro Olivares Graindorge Benítez, Carlos Freddy Pérez Vargas, Sergio Reyes
Navarrete, Ariel Salinas Argomedo, Teobaldo Tello Garrido, Segundo Toro Romero, Víctor
Manuel Villarroel Gangas y Héctor Zúñiga Tapia.
La operación en detalle
La investigación que lleva adelante el juez Guzmán busca esclarecer la detención y
posterior desaparición de una veintena de opositores al régimen militar registrada en
julio de 1975 a causa de supuestos enfrentamientos en Argentina.
El caso, que consta de 36 tomos y se encuentra en estado de sumario, investiga el
montaje comunicacional de supuestos hechos en Argentina- como una maniobra de
desinformación, que se inició en julio de 1975, para encubrir la desaparición de 119
personas que presuntamente terminaron su vida en el centro de detención ilegal Villa
Grimaldi.
Este plan de desinformación culminó con la publicación, por parte de la Dirección
de Inteligencia Nacional (DINA), de dos listas de detenidos desaparecidos correspondiente
a los 119 nombres.
Ya en enero de este año, el ministro Guzmán sometió a proceso en el marco de
la Operación Colombo- a la cúpula de ese disuelto organismo represivo, y encausó como
autores de secuestro calificado a los generales (r) Manuel Contreras y César Manríquez
(ex subsecretario de Guerra); los brigadieres (r) Pedro Espinoza y Miguel Krassnoff; el
coronel (r) Marcelo Moren Brito; el ex gendarme Orlando Manzo Durán; el suboficial (r)
Basclay Zapata; el coronel (r) de Carabineros, Conrado Pacheco Cárdenas; el mayor (r)
Maximiliano Ferrer Lima, y el ex agente Osvaldo Romo Mena.
Todos ellos figuran como autores de los secuestros calificados de Carmen Bueno Salinas,
Jorge Müller Silva, Roberto Aranda Moreno, Modesto Espinoza Pozo, Carlos Gajardo Wolf,
Rodrigo Ugas Morales, y los hermanos Aldo y Carlos Pérez Vargas, quienes fueron
aprehendidos entre agosto de 1974 y febrero de 1975.
Anteriormente, el 2 de septiembre de 2004, el juez Guzmán procesó a 16 ex agentes de
la DINA por 34 víctimas. |
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