José Carrasco
En memoria de José Carrasco Tapia:
En Chile tampoco hay justicia para los periodistas
asesinados o desaparecidos
por Ernesto Carmona - Septiembre 2005
(especial para Argenpress.org)
Una vez más se cumplió en este septiembre
con el triste ritual de un homenaje a la memoria de los periodistas asesinados y
desaparecidos personificados en José Carrasco Tapia, ultimado el 8 de septiembre de 1986,
un día después del atentado fallido contra Augusto Pinochet. Como todos los años, la
convocatoria del Colegio de Periodistas fue atendida por un centenar de colegas, amigos,
familiares y compañeros de trabajo de "Peppone" en un sencillo acto en el mismo
lugar en que fue acribillado con 23 impactos de bala en venganza por la acción no lograda
contra el dictador, hoy una estrecha vereda contigua al muro sur del Cementerio Parque del
Recuerdo, al borde del intenso tráfico de la nueva autopista Av. Américo Vespucio Norte,
en Huechuraba, Santiago.
José Carrasco es el emblema de todas las
víctimas del periodismo cuyos asesinos suelen llevar una vida normal y hasta parecen
personas "respetables". En los pocos casos acogidos por los tribunales, los
victimarios están siendo favorecidos por la justicia, pero si llegan a ser condenados
apenas reciben penas leves. Pero lo poco que hace el Poder Judicial lo deshace el
Presidente, y así "las instituciones funcionan", como dice el jefe del Estado,
con la puerta del indulto presidencial abierta y ahora, la amenaza de generalizar la
indulgencia mediante una ley especial introducida en el Senado por la extrema derecha
pinochetista, una iniciativa "valorada" por Ricardo Lagos, quien después
enfrió su apoyo.
El periodista José Carrasco no tuvo nada
que ver con el atentado fallido a Pinochet, pero fue asesinado en represalia junto a otros
tres opositores a la dictadura que tampoco estuvieron involucrados en la acción
Abraham Muskablit, Felipe Rivera y Gastón Vidaurrázaga, cuyo recuerdo
se va sepultando lentamente en el olvido, en casi veinte años de impunidad fortalecida
por el propósito encubierto pero irrenunciable de gran parte de la clase
política de poner un "punto final" a todos los crímenes contra los derechos
humanos acaecidos durante la dictadura (1973-1990) para "cerrar definitivamente las
heridas" a más de tres décadas del golpe. Todas estas cosas ocurren de preferencia
en septiembre, "mes de la patria" en que ocurrieron todos los golpes de estado,
en que antaño se realizaban las elecciones presidenciales y se conmemora toda suerte de
efemérides, incluida la fiesta nacional del 18 y la parada militar del 19.
Septiembre es el mes en que una gran parte
de Chile recuerda a sus muertos y desaparecidos victimados por la dictadura, mientras
centenares de autores victimarios circulan libremente por las calles. Jorge Vargas Bories,
el principal asesino de Carrasco, llegó a ser entrevistado en 2003 como
"padre ejemplar" de una concursante exitosa de la televisión pública, más
influida por los partidos de derecha que por el Estado, merced a la voluntad suprema del
Presidente Ricardo Lagos expresada cada vez que designa al directorio de TVN, "la
televisión de todos los chilenos". Los jueces que han estado a cargo del caso
Carrasco saben desde hace años quiénes fueron sus asesinos, que son los mismos que
intervinieron en "Operación Albania" y otros grandes crímenes masivos y
emblemáticos. Pero nada ocurre, sólo pasa el tiempo...
Y el tiempo transcurre a favor de los
autores de los crímenes, vistan o no algún uniforme. Los juicios demoran tanto que los
victimarios mueren... pero de viejos, como ocurrió en agosto con el general de ejército
Carlos Forrestier Haensgen, el suegro del comandante en jefe que se fue al otro mundo
cargando a sus espaldas por lo menos 23 muertes y desapariciones conocidas por los
tribunales. Y una vez fallecidos y despedidos con "dolor" en un funeral de
honor, el aparato de propaganda del Ejército y las declaraciones de los próceres
políticos presentan a estos personajes como "víctimas" ...de una mortificante
justicia que lesionó sus "derechos humanos" con largos procesos judiciales
donde no alcanzaron a probar su "inocencia" para pasar a la historia militar
inmaculados como "próceres", pero igual admirados por sus pares y
la opinión pública que escucha los dichos de los barones de la política que aparecen en
la televisión. Hace tiempo que este país vive el "revés", la otra dimensión
de la realidad contraria al anverso, en un "reality show"
interminable, con abundantes premios y donde los medios y los dichos públicos imponen la
realidad virtual hasta desaparecer a la real. Y se vende al mundo una imagen virtual de
plena democracia y prosperidad bajo el slogan "todos somos chilenos"... Chile no
es lo que parece ser, pero no importa...
Procesos sin grandes avances
En 17 años (1973-2000), la dictadura
asesinó o hizo desaparecer a 23 periodistas, 9 estudiantes que estaban terminando la
carrera, 20 fotógrafos, radiodifusores, documentalistas y trabajadores de muchos otros
oficios ligados a la comunicación y a tareas afines, como los obreros gráficos, que
suman en total más un centenar de secuestrados y desaparecidos o asesinados, sobre un
total nacional de 2.905 víctimas documentadas oficialmente, por la Comisión Rettig y
otras instancias.
Los periodistas y trabajadores afines suman
101, según el libro Morir es la Noticia, es decir, el 3,5% de un total nacional de 2.905
víctimas, donde hay 1.720 ejecutados (59,2%) y 1.185 desaparecidos (40,8%), de acuerdo a
la Comisión Nacional de Reparación. En treinta años, se han dictado setencias en
escasos 18 asesinatos, apenas el 1,05% de los 1.720 ejecutados, y sólo están en la
cárcel los responsables de una sola desaparición, el 0,08% de 1.185 casos la de
Miguel Angel Sandoval Rodríguez. La virtual expulsión del Poder Judicial del
magistrado Juan Guzmán Tapia, el único que se atrevió a juzgar a Pinochet, ha sido un
duro golpe a la justicia de verdad, una maniobra que allanó el camino a las intenciones
de indultos y de "punto final" que hoy se sustentan abiertamente. Todos los
casos de periodistas y trabajadores de la comunicación fueron registrados en el libro
Morir es la Noticia (1997), que se encuentra gratis y completo, con sus 432 páginas de
papel y centenares de fotografías en http://shop.logos.it/users/carmona/index y otros
sitios de Internet.
Según la Fundación de Ayuda Social de las
Iglesias Cristianas (FASIC), apenas hay 46 uniformados condenados como "reos
rematados", por lo tanto "técnicamente" habilitados para recibir el
indulto que Ricardo Lagos le otorgó en estos días a Manuel Contreras Donaire el
asesino del sindicalista Tucapel Jiménez, pero 24 de esos condenados ya están en
libertad porque las penas fueron demasiado suaves. Entre esos 46 que visten uniforme, hay
20 del Ejército, 23 de Carabineros y tres civiles, incluyendo a tres generales del
ejército que cumplen tranquilamente en sus casas las penas "remitidas" de
escasos 800 días, Fernando Torres Silva, Hernán Ramírez Hald y Hernán Ramírez
Rurango.
Hay un cuarto general, Augusto Pinochet, a
quien la justicia pelotea como balón de fútbol o una papa caliente, que por
años viene quitándole la inmunidad de "ex Presidente", por la vía del
"desafuero", para declararlo "loco" inmediatamente después,
condición de "salud" que lo exime de ser procesado. Precisamente, esta semana
Pinochet fue desaforado para ser procesado por el caso de "Los 119", llamado
también "Operación Colombo", una acción de "inteligencia
periodística" enmarcada en la "Operación Cóndor" que intentó justificar
la desaparición en Chile de 119 personas que fueron presentadas a la opinión pública
como asesinadas por sí mismas, durante grandes batallas por "el botín del MIR"
en "las ensangrentadas pampas argentinas", todo esto gracias a la edición de
diarios y revistas que jamás volvieron a imprimirse, fabricados sólo para dar esta
"noticia" en Buenos Aires y Curitiba. Pero al día siguiente, el jueves 15, la
Corte Suprema rechazó otra petición de desafuero contra Pinochet para ser procesado por
la "Operación Cóndor". El siguiente paso del sainete serán los exámenes
médicos que volverán a declararlo "loco". Y "el show debe
continuar".
En total, el poder judicial procesa hoy a
372 uniformados que son candidatos a los nuevos indultos que propicia un proyecto de ley
introducido en el Senado con apoyo inicial de dos senadores del gobierno y el respaldo
inicial del Presidente para "cerrar heridas", quien decidió
aguardar qué ocurrirá en la Cámara Alta. Según el FASIC, de los 372 uniformados
procesados por los tribunales, 64 están involucrados en más de un caso, ya que los
crímenes más crueles y emblemáticos fueron cometidos por un mismo grupo de personas
(http://www.fasic.org).
La causa de José Carrasco ha tenido por lo
menos tres jueces en casi 20 años. El actual insructor del proceso, el ministro Hugo
Dolmetsch, de la Corte de Apelaciones de Santiago, en agosto de 2004 aseguró al Colegio
de Periodistas que dictaría sentencia a más tardar en octubre, pero ha transcurrido un
año sin que haya novedades. Sin embargo, abundan las malas noticias en numerosas otras
causas que atañen a periodistas o trabajadores de la comunicación que escasamente fueron
reseñadas por la prensa, de acuerdo al Informe FASIC para el primer semestre 2005,
preparado por la periodista Nancy Guzmán.
El caso Diana Aron
En la causa de la desaparecida periodista
del MIR Diana Aron Svigilsky, la Corte de Apelaciones aplicó el 1 de junio de 2005
la Ley de Amnistía de 1978. La víctima fue baleada en la calle el 18 de noviembre de
1974 y, herida como estaba, la trasladaron al centro de torturas Villa Grimaldi, de donde
desapareció paa siempre. La llamada Ley de Amnistía de 1978 que no fue aprobada en
ningún parlamento sino literamente "dictada por el dictador" otorgó
impunidad a los autores de violaciones de derechos humanos ocurridas desde el golpe de
estado del 11 septiembre de 1973 hasta que fue llamado a retiro el director de la DINA,
general Manuel Contreras, el 27 de marzo de 1978. Votaron a favor de este fallo el
ministro Víctor Montiglio y la abogada integrante Ángela Radovic, mientras el voto
disidente correspondió al magistrado Carlos Gajardo.
Los beneficiados por esta amnistía a
sentencias de primera instancia son el general (r) Juan Manuel Contreras Sepúlveda,
condenado a 15 años; el brigadier (r) de ejército Miguel Krassnoff Martchenko,
sentenciado a 10 años de presidio; el coronel (r) del ejército Pedro Octavio Espinoza
Bravo, 10 años por el delito de secuestro calificado; el coronel (r) del ejército
Marcelo Luis Morén Brito, 10 años como autor de secuestro calificado; el civil adscrito
al ejército Osvaldo Enrique Mena Bravo, condenado a 10 años por secuestro calificado.
El abogado querellante de FASIC Nelson
Caucoto, que también representa a la familia en la causa de José Carrasco Tapia,
consideró el fallo como una lamentable involución y dijo que "en Chile solamente
puede suceder una situación de esta naturaleza, en que jurídicamente se da la
aplicación de un decreto-ley que es absolutamente espurio, que es inmoral y que no
podría ser aplicado ni aquí ni en ninguna parte". El abogado de Manuel Contreras
calificó el fallo como "correcta aplicación del derecho".
Este fallo causó indignación entre los
abogados de derechos humanos, puesto que redactó la sentencia el ministro Víctor
Montiglio, el sustituto del juez Juan Guzmán en estas causas. Montiglio ha rechazado
todas las peticiones de desafuero contra Pinochet, siempre ha favorecido con su voto a los
militares procesados y hoy está a cargo de las causas conocidas como "Operación
Colombo", "Operación Cóndor", "Conferencia" y "Caravana de
la Muerte".
Diana Aron aparece en las listas entregadas
por Manuel Contreras a la Corte Suprema como "colaboración" personal, una sarta
de mentiras en que la hace aparecer "muerta en combate" por la "Unidad
DINA". El abogado Caucoto presentó a la Corte Suprema un recurso de casación en la
forma y en el fondo.
Novedades en otras causas
José Tohá
En la causa por José Tohá González,
socialista, ex director del diario Las Noticias de Ultima Hora y ministro de Defensa de
Salvador Allende cuando el general Carlos Prats dirigía el Ejército, el juez
Jorge Zepeda Arancibia sometió a proceso a los coroneles Ramón Pedro Cáceres Jorquera y
Sergio Fernando Contreras Mejía, de la Fuerza Aérea (FACH), como autores del delito de
torturas mientras estuvo preso en el Hospital Militar de Santiago, donde fue estrangulado
el 15 de marzo de 1974 pero su asesinato se disfrazó como "suicidio" por
ahorcamiento, según el testimonio del médico Alfonso Chelén, hoy de 77 años, perito de
la policía que examinó el cadáver todavía fresco en 1974 y fue botado de su trabajo
por no prestarse a la farsa firmando la causa de muerte que le habían preparado. El
magistrado aplicó el Artículo 150 del Código Penal: "El empleado público que
aplicare a una persona privada de libertad tormento o apremios ilegítimos, físicos o
mentales, u ordenare o consintiere su aplicación..." Según nuevos testimonios, el
ex ministro Tohá era trasladado desde el Hospital Militar a la Academia de Guerra de la
FACH para ser sometido sistemáticamente a torturas.
En el caso de José Sampsom Ocaranza,
trabajador de prensa izquierdista de Iquique, víctima de "secuestro calificado"
después de fusilado jamás apareció su cuerpo, al igual que los de otras nueve
personas el principal inculpado, el general de ejército Carlos Forrestier Haensgen,
suegro del comandante en jefe Juan Emilio Cheyre, murió en agosto 2005, a los 85 años.
En mayo, su defensa solicitó el sobreseimiento, alegando isuficiencia física para
"guiar correctamente su defensa ante los tribunales de justicia". De este modo,
23 crímenes quedaron impunes, porque también fue responsable de otros 14 fusilamientos
que quedaron como "homicidios calificados" por haber aparecido los restos.
José Leonardo Pérez
En el caso del articulista no vidente y
socialista José Leonardo Pérez Hermosilla, del diario del gobierno allendista La
Nación, el ministro Alejandro Solís sometió a proceso el 7 de marzo a siete miembros en
retiro del ejército y a uno de la Policía de Investigaciones por la desaparición de la
víctima, secuestrada el 3 de enero de 1974 por la FACH en la Plaza de la Constitución,
frente al palacio La Moneda, y trasladada para su posterior desaparición al
centro de detención y torturas de Tejas Verdes, donde era jefe el entonces coronel Juan
Manuel Contreras Sepúlveda, el fatídico fundador de la DINA. Los procesados por
"secuestro calificado" son este sujeto que llegó a general del
ejército, el coronel (r) del ejército David Adolfo Miranda Monardes, el médico
coronel (r) del ejército Vitorio Orvieto Teplinzki, el teniente coronel (r) de ejército
Raúl Pablo Quintana Salazar, los mayores (r) del ejército Mario Alejandro Jara Seguel y
Klaudio Erich Kosiel Horning, el prefecto (r) de Investigaciones Nelson Patricio Valdés
Cornejo y el suboficial mayor (r) del ejército Patricio Laureano Carranca Saavedra.
Gabriel Vergara
En la causa del radiodifusor del MIR Fernando
Gabriel Vergara Vargas, fundador de radioemisoras clandestinas asesinado en la calle
el 15 de diciembre de 1984, el 10 de febrero 2005 la jueza Raquel Lermanda, del 9º
Juzgado del Crimen de Santiago, notificó las acusaciones por delito de homicidio
calificado contra 6 ex agentes de la CNI, el coronel (r) del ejército Aquiles Mauricio
González Cortés, el mayor (r) del ejército Alvaro Julio Corbalán Castilla, el capitán
(r) del ejército Luis Arturo Sanhueza Ros, los suboficiales Luis Hernán Gálvez Navarro
y Francisco Javier Orellana Seguel y el empleado civil del ejército (r) Jorge Fernando
Ramírez Romero. Tres de los acusados testimoniaron que Francisco Javier Cuadra, actual
rector de la Universidad Diego Portales y ministro Secretario General de Gobierno al
ocurrir el crimen, concurrió hasta el lugar en que Vergara yacía acribillado, en
compañía de Álvaro Corbalán Castilla, también jefe de los sicarios del periodista
José Carrasco Tapia, asesinado una madrugada en que este mismo ministro Cuadra de
Pinochet estaba de turno en el palacio de gobierno.
Jaime Aldoney
En la causa por desaparición del
periodista y concejal de Limache, Jaime Aldoney Vargas, la Ministra de la Corte de
Apelaciones de Valparaíso Gabriela Corti se inhabilitó el 28 de junio para seguir
investigando el caso. Aldoney fue detenido el 12 de septiembre de 1973 y trasladado a la
Base Naval El Belloto, desde donde desapareció. La jueza adoptó su decisión tras
manifestarse de acuerdo con el sobreseimiento definitivo, argumentando que ya estaba
prescrita la causa que involucra a siete miembros de la marina. La Corte de Apelaciones de
Valparaíso deberá decidir si acoge la medida para nombrar a un nuevo ministro que siga
instruyendo el caso.
Charles Horman
Leonardo Henrichsen
Hay otros juicios que siguen activos
gracias al tesón de los abogados y familiares, pero que últimamente no han registrado
novedades, como el del periodista estadounidense Charles Horman, a cargo de la
abogada Fabiola Letelier e incoado por su viuda, Joyce, quien vive en Nuea York, otra de
las causas que atendía el juez Juan Guzmán Tapia, defenestrado por jubilación, después
de negársele el ascenso a ministro de la Corte Suprema y cortarle su carrera profesional.
En otros asesinatos, los familiares nunca reclamaron justicia, como es el caso del
cmarógrafo argentino Leonardo Henrichsen, de la Radio y TV de Suecia, ultimado por
el ejército en las calles céntricas de Santiago, el 29 de junio de 1973, en un conato de
alzamiento castrense poco antes del golpe militar definitivo del 11 de septiembre de 1973.
La ceremonia por José Carrasco
El homenaje a José Carrasco fue, por
tanto, un acto por todos los periodistas y trabajadores de la comunicación victimados,
cuyos retratos colgaban de la pared exterior del cementerio, frente a la autopista. La
conducción de la ceremonia estuvo a cargo de Lucía Sepúlveda, del Departamento de
Derechos Humanos del Colegio de Periodistas. El Consejero Nacional Luis Conejeros leyó un
saludo de Olivia Mora Campos, madre de los hijos de Carrasco, y a la vez, expresó
palabras emotivas en recuerdo de Carrasco y su trayectoria, pese a que no lo conoció, en
tanto Ernesto Carmona dio a conocer un mensaje de la Federación Latinoamericana de
Periodistas (FELAP) suscrito por el Tesorero, Guillermo Torres Gaona, e indicó que se
trataba de otro crímen impune.
También intervinieron Ethel Pliscoff,
presidenta del Consejo Metropolitano del Colegio; María Verónica Martínez, presidenta
del Círculo de Periodistas de Santiago; Fernando Sagredo, del colectivo Agrupación de
Periodistas Jóvenes; Héctor Rolla, por la Asociación de Periodistas Jubilados; Marcia
Scantlebury, a nombre de los compañeros de trabajo de la víctima en revista Análisis; y
Francisco Olea, concejal socialista de La Reina, amigo de Pepe Carrasco.
Entre los presentes se encontraba Graciela
Orellana, prima de Carrasco, y Luisa Martínez, familiar; además de Cecilia Alzamora,
Secretaria General del Colegio; Patricio Martínez, Secretario General del Consejo
Metropolitano; Nancy Ortiz, Consejera Metropolitana; Luis Arnez, director del Círculo y
consejero metropolitano; las periodistas Juanita Rojas, Patricia Collyer, Rosse Marie
Graep, Bernardita Aguirre, José Luis Córdova, Mirtha de Vargas, Hugo Olate, Carlos
Antonio Vergara, Rubén Andino, Manuel Julio, Jorge Cárcamo, Gustavo Medina, Enrique
Rojas y numerosos otros amigos y colegas de José Carrasco.
Todas las personas que intervinieron
coincidieron en reclamar justicia por este asesinato y se manifestaron contrarias al
proyecto de imponer una legislación de "punto final", mediante el consenso
político entre legisladores de la extrema derecha y algunos de la coalición de gobierno,
no todos. |