por Ibar Aybar(*)
Nombre
Eugenio Pascual Santos Lira Massi |
Lugar y fecha de nacimiento
1934, en Santiago |
Especialidad
Columnista político |
Lugar y fecha de muerte
París, Junio de 1975 |
Actividades
Redactor político de Clarín y Puro Chile. Comentarista en radios
Agricultura y Santiago. Conductor «La Entrevista Impertinente' en Canal 13 de TV de la
Universidad Católica. Autor de "La Cueva del Senado y los 45 Senadores"
"La Cámara y los 147 a Dieta" y "Ahora le toca al Golpe" |
Eugenio Lira Massi, "El Flaco Lira" murió silenciosamente en junio de
1975, a los 41 años, en una modesta y solitaria pieza de un barrio parisino, a pocos
meses de su arribo a Francia. Permaneció largo tiempo enclaustrado en la embajada
francesa donde buscó refugio cuando la junta militar incluyó su nombre entre los
proscritos por el nuevo régimen.
Este encierro maniató su libertad y sus derechos legales. Pero también melló su
cuerpo y su espíritu. Conociendo la sensibilidad de Eugenio Lira, creo que falleció,
además, de pena y espanto por tanto crimen desatado desde el 11 de septiembre de 1973.
Lira no tenía otro pecado que ser un periodista connotado, ingenioso, lleno de talento
y de profunda sensibilidad social, buen amigo y cultivador de la amistad fraterna. Para
algunos enemigos de la verdad, no era más que un impertinente. La presión internacional
contra la dictadura de Pinochet, permitió que finalmente viajara a París para morir en
la flor de la vida. Fue enterrado en el famoso "Le Pére Lachaise"
cementerio poblado de personajes históricos.
Al redactar estas líneas, lo siento asomándose sobre mi hombro, muerto de curiosidad
por ver lo que escribo, como lo hacía en Clarín. Por su sonrisa socarrona adivino que no
le gustan los elogios funerarios. Eugenio, con su estilo cáustico, gozaba burlándose de
sus propias desgracias y disfrutaba criticando las siutiquerías y tonterías de los que
se consideraban intocables.
Su deceso produjo sorpresa y revuelo en la colonia exiliada. Los conserjes del edificio
llamaron a la policía porque hacía días que no veían al inquilino que llamaban 'El
Flaco Lira',. Según la policía, no hubo intervención de terceros. La autopsia
dictaminó derrame cerebral.
Cuando recibí la mala noticia me fui a tomar un trago a Montparnasse, un hermoso
barrio de terrazas y bistres cafetineros donde a menudo me esperaban el Flaco Lira y otros
amigos para seguir arreglando los entuertos del mundo. Recordé los días en que lo
conocí en Santiago, por 1962, durante el mundial de fútbol.
El Flaco trabajaba en Clarín y yo en radio Minería. Nos hicimos amigos rápidamente.
Sus comienzos
Fue el Gato, Alberto Gamboa, director del famoso Clarín quien convirtió a Lira en
periodista. Ambos vivieron su niñez en el glorioso barrio Independencia que se proyectaba
jubiloso desde la Estación Mapocho hasta la Plaza Chacabuco. El Flaco, que se
desempeñaba como escribiente civil en la Central de Carabineros, ubicada muy cerca del
diario, le dijo a su viejo amigo que le gustaría hacer retratos, caricaturas o monitos en
su periódico, porque creía tener mano diestra para el dibujo. Alberto le dijo que sí. Y
así, inocentemente. El Flaco partió con sus monitos, sin sospechar que al poco tiempo
estaría oficiando como sagaz reportero. Como era lógico, sus colegas lo bautizaron
"El Flaco Lira".
En los años 60 no era fácil destacarse en Clarín como buen periodista, ingenioso,
burlón, gracioso, impertinente y talentoso. Había un ramillete de pesos pesados,
empezando por su propietario, Darío Sainte Marie, Volpone, cuyos editoriales cortaban
cabezas de ministros y políticos connotados. Seguían su tranco demoledor y viperino,
reporteros como Hernán Millas, "El Chico" Torres, "El Viejo Leo"
Raúl Morales, Román Alegría, "El Peineta' Gutiérrez, Oscar Vásquez, "El
Chico" Oviedo, Juan Carvajal, "Pelao"Arellano, Oscar Vega y, por supuesto,
el mismo Gato Gamboa, excelente titulador.
El Gato era el director de orquesta en ese aplaudido concierto de periodismo
democrático, sabroso y popular, como las cazuelas. Clarín, desde su nacimiento, se
había fijado su estilo burlesco, gracioso y de humor auténticamente chileno, tónica que
no abandonaría jamás. Sus titulares de primera página eran como éste:
Lo atropello un camión
QUEDO COMO COCA COLA:
BIEN HELADO
En 1967 el diario creció, se modernizó e incluyó un suplemento dominical a cargo de
José Gómez López, a quien muchos colegas consideran el mejor periodista que se dio en
Chile en los últimos años. Yo era reportero de Moneda del nuevo equipo que se proponía
convertir a Clarín en el diario más influyente, al aproximarse las elecciones de 1970.
El Flaco Lira ya había desarrollado sus propias alas. Su incisivo humor le abrió las
puertas de emisoras de gran audiencia como las radios Santiago y Agricultura. También
empapó con su inagotable vertiente satírica las páginas de la revista Topaze.
A un año de los comicios del 70, Clarín imprimía diariamente 280.000 ejemplares, el
tiraje más alto alcanzado en la historia del periodismo, por lo que su influencia sería
determinante para las pretensiones de los candidatos presidenciales: Salvador Allende, de
la Unidad Popular (socialistas, comunistas, radicales de izquierda, MAPU, Izquierda
Cristiana y otras agrupaciones menores); Radomiro Tomic (demócrata cristiano ) y Jorge
Alessandri (derechista).
El astuto Sainte Marie, que desde 1952 a 1964 había apoyado sin reservas las
postulaciones presidenciales de su viejo amigo Salvador Allende, cambió inesperadamente
de candidato para las presidenciales de 1970: su apoyo sería para Radomiro Tomic, seguro
vencedor, y no para Allende, que debería pasar por la ventanilla de pagos y cancelar sus
avisos políticos.
Los periodistas, allendistas hasta la médula, manifestamos nuestra oposición al
cambio de postura ideológica del diario, pero el dueño se mantuvo incólume. Por ello,
un grupo de reporteros abandonó ese medio para fundar un diario que apoyaría sin tapujos
la campaña de Salvador Allende, al que denominaron "Puro Chile" como
los primeros versos de la canción nacional. E y José Gómez López, subdirector y
director, respectivamente, del nuevo diario, estimaron que otros colegas debían quedarse
en Clarín para golpear en ambos frentes y, en tal sentido me pidieron apoyo desde mi
cargo de jefe de Crónica.
Los izquierdistas de Clarín logramos que los litógrafos, la gente del taller y los
gráficos colaboraran para que las notas y fotos del Chicho fueran más llamativas que las
de Tomic. Por su parte, Volpone cedió el espacio de «La Columna Impertinente» de Lira
para que Augusto Olivares, amigo personal de Allende y vocero de su campaña presidencial,
publicara "El Strip Tease de la Noticia"
Vidas paralelas
Por vinculaciones profesionales y humanas, me correspondió vivir momentos alegres,
apasionantes y trágicos al lado de Eugenio. El destino se encargaba porfiadamente de
reunimos. Desde el 15 de septiembre del 75 estuve detenido, primero en el Estadio
Nacional, más tarde en el campo de concentración de Chacabuco y, luego, en el Estadio
Chile, de donde salí en libertad condicional en febrero de 1974.
Me dirigí a la embajada de Francia para tener noticias de mi esposa francesa y de mis
hijos. El embajador Fierre de Menthon, con gran deferencia, me dijo: «Su esposa e hijos
partieron a Francia bajo nuestra protección. La represión es brutal y su vida corre
peligro. Le recomiendo no salir de aquí, donde encontrará varios de sus compañeros que
han vivido situaciones similares a la suya:
Luego me condujo a una habitación de la Embajada donde había tres refugiados que los
militares reclamaban: Eugenio Lira, Alexis Guardia y Raimundo Beca. El impacto del
encuentro fue grande. A Eugenio le relaté los sufrimientos en cárceles y campos de
detenidos. También las torturas que sufrí a manos de sus "colegas" carabineros
cuando me preguntaban por él.
--«¿Dónde está fondeado el miserable "Paco Lira" ? A ese canalla lo vamos
a destrozar de a pedacitos por traidor a la institución. Trabajaba con nosotros y se
pasó al enemigo. Lo vamos a matar y no descansaremos basta detenerlo. Habla o te
mataremos por encubridor:
--«Yo no soy ningún traidor... Nunca lo he sido ni lo seré. Los traidores son ellos.
Se achaplinaron con su juramento de respetar la Constitución, de servir a la patria y de
ofrecer obediencia al Presidente Allende. Pero sí estos badulaques insisten en detenerme,
vamos a seguir jugando al «TomyJerry» como en las tiras cómicas», argumentó el
Flaco, recuperando su buen humor.
Reencuentro en París
Un año después, los militares dieron el pase para que Eugenio dejara la sede
diplomática. Con una sonrisa tímida y triste, no habitual en él, deambuló solitario
por los grandes bulevares parisinos, en momentos en que los brotes primaverales asomaban
radiantes en las ramas de los árboles. Nos reencontramos una hermosa tarde soleada y
olorosa, regada de fragancias silvestres, de ésas que ayudan a espantar las cuitas más
profundas.
En una acogedora terraza del Barrio Latino, un Flaco Lira más relajado, se entretenía
observando el desfile de hermosas jovencitas, despampanantes, coquetas, escotadas,
desbordantes de sonrisas contagiosas. Volviéndose a mí, hizo su primer comentario
burlón, como en los viejos tiempos: «Mire compadre, tengo la ligera impresión que aquí
cagó la cacareada gracia y belleza de la mujer chilena:
--"Todavía nos quedan las empanadas y el vino...», repliqué, conciliador.
--«Las empanadas tal vez--acotó el Flaco--, porque este sabroso vinito francés que
estamos paladeando no tiene nada que envidiarle a nuestros mostos criollos:
Estos diálogos se acabaron cuando E fue instalado en el nicho 24942, justo al lado de
la sepultura del cantante popular Héctor Pavéz, fallecido ese mismo año. La tumba se
convirtió en sitio de peregrinación. En una ocasión acompañé a José Gómez López,
Domingo Politti y Raúl Pizarro, colegas de «Puro Chile' y "Clarín», al "Pére
Lachaise" Gómez viajó desde Bremen, Alemania, donde fue desterrado tras pasar
tres años encarcelado. Politti, desde Bolivia y Pizarro, de Chile. Pensativo frente al
nicho de Lira, Pepe soltó el chorro que le oprimía el alma:
--"Oye «Flaco» chaplín --le recriminó con aire de indignación--: ¿Cómo se
te ocurre morirte ahora, cuando Pinochet y sus miserables milicos están dejando la cagada
en Chile? Justo cuando más necesitamos de tu ingenio, de tu irreverencia, te echas el
pollo así no más...»
Para bajar la tensión y evitar los lagrimones, el 'Gordo' Politti desenfundó
sorpresivamente un botellón. Le sirvió un vaso de pisco chileno al difunto, en un tiesto
que servía de florero.
--"Salud, mi Flaco querido; dijo. Y nos sumamos mecánicamente al brindis
funerario, levantando nuestras copas. Pepe se paseaba de un lado a otro, agitado y
desafiante, como incitando a Eugenio para que saliera de su tumba y lo acompañara en su
recorrido, en una nueva marcha hacia la vida.
También hubo pisco para nuestro viejo amigo Pavéz, y para estar a tono con él,
entonamos "Un gorro de lana, te mandé a tejer, para el frío invierno...
»Luego de algunos minutos de silencio, dejamos en sus nichos un ramillete de rojos
claveles y regamos los floreros hasta el rebalse, con pisco y vino tinto. El 15 de octubre
de 1979 el cuerpo de E fue repatriado y sepultado en el Cementerio General de Santiago.
(*) Ibar Aybar, periodista titulado en la Universidad de
Chile, trabajó en Clarín, radio Minería y Fortín Mapocho. Regresó a Francia en mayo
de 1995.