En colaboración
con la diplomacia chilena y otras cancillerías, EEUU
boicotea la cumbre del Movimiento de Países No
Alineados (MPNA) a efectuarse esta semana en La Habana.
Los 116 países No Alineados surgieron tras la
Conferencia de Bandung que emergió en 1955 como un
foro de 29 naciones relevantes del hemisferio Sur recién
independizadas
de los imperios coloniales europeos y empeñadas en
exhibir su equidistancia de los dos grandes bloques
mundiales enfrentados en la llamada guerra fría.
Hoy ya no existe el campo
soviético, pero EEUU impone un proyecto imperial
planetario mediante guerras e invasiones. Frente a
esta nueva realidad, el MPNA conserva plena vigencia
como bloque de países… no alineados con el imperio.
El bloque agrupa a dos tercios de la humanidad pobre
que vive en el Sur del planeta y cobija a 850 millones
de habitantes con hambre.
Los No Alineados representan un obstáculo para los
designios imperiales de George Bush y sus aliados
incondicionales, como el británico Tony Blair, a
quien su partido Laborista le está cobrando su
descarada sumisión al plan imperial estadounidense.
Unos 80 jefes de estado ya confirmaron su presencia en
la XIV Cumbre de La Habana. El encuentro comenzará el
11 de septiembre con reuniones de cancilleres y
enviados especiales, en tanto los presidentes y jefes
de estado se reunirán del 14 al 16.
Chile, “aliado” de facto
En reuniones de coordinación efectuadas en el ámbito
de Naciones Unidas en Nueva York, el equipo chileno
que conduce el embajador Heraldo Muñoz respaldó la
imposición de enmiendas no consensuadas al texto del
proyecto de declaración final. El Movimiento utiliza
la infraestructura de la ONU, a la vez que preconiza
el fortalecimiento de la organización mundial y la
democratización del Consejo de Seguridad.
Chile siempre apoya los designios de EEUU en el seno
de los No Alineados. Se incorporó al Movimiento en
1973 pero ratificó su adhesión en 1990, cuando
Augusto Pinochet le entregó la “presidencia” a la
Concertación de Partidos por la Democracia. Sin
embargo, nunca un presidente chileno asistió a cumbre
alguna de los No Alineados y Michelle Bachelet
mantendrá esa tradición. Tampoco enviará al
canciller Alejandro Foxley sino a Paulina Veloso,
ministra de la Secretaría General de la Presidencia,
y al vice canciller Alberto Van Klaveren, funcionario
de carrera en RREE.
La participación de Veloso como “representante
especial” podría entenderse como una buena señal,
a juicio de ciertos observadores de la política
exterior que ven en Foxley a un colaborador
incondicional de los propósitos de Bush ejecutados
por su secretaria de Estado, Condoleezza Rice.
Veloso se reunirá en La Habana con la delegación de
Venezuela, durante un encuentro que será escenario de
múltiples reuniones bilaterales, tal como ocurre en
otras cumbres y en la Asamblea General de la ONU, que
sesionará entre el 12 y el 21 de septiembre.
Si Foxley impone sobre Bachelet su criterio de votar
con EEUU por Guatemala, invocando un inexistente
“consenso” y adversando la aspiración de
Venezuela al sillón vacante del Consejo de Seguridad,
la diplomacia chilena le dará de nuevo la espalda a
sus vecinos y a los países políticamente más
influyentes de América Latina, que a la vez son los más
independientes de EEUU, pero también se alejará de
un fingido interés por el bloque MERCOSUR y
traicionará el respaldo otorgado a José Miguel
Insulza en la Secretaría General de la OEA, elección
que tampoco fue del gusto del imperio.
En la región latinoamericana y del Caribe existen 24
miembros de los No Alineados. Según la prensa
internacional, los más altos representantes
imperiales del comercio y la diplomacia han visitado
Paraguay, Argentina, Colombia, Brasil, Perú y
Uruguay, entre otras naciones, para lograr que sus
gobiernos no participen en la Cumbre o si asisten, lo
hagan al más bajo nivel. También les pidieron que
formulen propuestas conflictivas pero de interés para
Washington y una vez presentes en Cuba atiendan los
requerimientos de la “disidencia interna”.
Thomas Shannon, Secretario Asistente para Asuntos
Interamericanos; Everett Eissentat, Representante
Comercial para las Américas; y Mary Sullivan,
Directora para el Cono Sur y Brasil, han desplegado
una intensa actividad ante los gobiernos de la región
desde el 31 de julio, de acuerdo a informes de
Reuters, DPA, Total News, Folha de Sao Paulo, El
Comercio de Lima y La República de Montevideo.
Más presiones de EEUU
Históricamente, EEUU boicotea cualquier esfuerzo del
Sur por constituirse en un bloque geo político
potencialmente capaz de oponerse a sus designios
imperiales. En vísperas de la VI Cumbre de los No
Alineados, en 1979, EEUU inventó una “crisis”
para entorpecer la realización del encuentro
utilizando la presencia en Cuba de 20 aviones soviéticos
Mig 23.
Brasil rechazó esta vez una solicitud de EEUU para
que “presione por una apertura política en Cuba”
durante la Cumbre, formulada justo cuando se conoció
la enfermedad de Fidel Castro, quien probablemente
presidirá el encuentro de presidentes y jefes de
estado del 14 al 16. La Oficina de Intereses de EEUU
también boicotea la cumbre entre las representaciones
diplomáticas acreditadas en La Habana, utilizando el
nuevo lenguaje edulcorado adoptado últimamente por
Bush ante la proximidad de las elecciones legislativas
de su país, cuyos resultados se perfilan
desfavorables.
Las críticas domésticas a la política imperial de
Bush recrudecen incluso entre figuras estadounidenses
reconocidamente conservadoras. Por ejemplo, Madeleine
Albright, Secretaria de Estado de Bill Clinton, dijo:
“El recelo hacia EEUU aumentó en forma constante en
Europa en los últimos 10 años, mientras el
sentimiento anti-EEUU domina en el mundo árabe. La
credibilidad de EEUU se está hundiendo”.
Zbigniew Brzezinski, sucesor de Henry Kissinger en el
Consejo de Seguridad Nacional bajo el gobierno de
James Carter y uno de los forjadores de la Conferencia
Trilateral de Tokio que en los ‘70 teorizó sobre el
actual ordenamiento mundial, expresó: “La política
externa de EEUU generó una fuerte hostilidad, en
particular contra su Presidente. En América se
desarrolla un resentimiento contrario a EEUU y a su
gobierno”.
EEUU se opone a todo lo que sea de interés para los
Países No Alineados. Se negó a firmar la declaración
de la ONU estableciendo un impuesto a las ventas de
armas para combatir el hambre, propuesta de Brasil suscrita
por 113 países, la mayoría del Sur. Tampoco acató
la resolución contra el bloqueo a Cuba renovada
durante 13 años consecutivos y aprobada la última
vez por 185 de los 192 estados miembros de la
organización. Asimismo, estimula las políticas
guerreristas de agresión contra El Líbano, Palestina,
Siria, Irán y otros países miembros de los No
Alineados.
Pequeña historia
Los 29 países recién independizados del colonialismo
europeo que se reunieron en Bandung hace más de medio
siglo intentaron protegerse de un mundo bipolar que
los dejaba fuera y sólo los consideraba escenario bélico
del tipo guerra de Corea. Hoy Fidel Castro es el único
sobreviviente de los fundadores de Bandung, que reunió
a líderes que ingresaron a la historia con la
estatura del indio Jawaharlal Nehru, el egipcio Gamal
Abdel Nasser, el premier chino Chou En Lai y el
vietnamita Ho Chi Minh, entre muchos otros dirigentes
de Africa, Asia, Oriente Medio y América Latina.
La Conferencia de Bandung elaboró 10 principios para
cimentar un nuevo orden internacional, entre otros,
Respeto por la integridad territorial y soberanía,
No-agresión, No-intervención en los asuntos internos
de otras naciones, Igualdad y beneficio mutuo y
Coexistencia pacífica. Además, rechazó los pactos
militares de Varsovia y de la Organización Tratado
Atlántico Norte (OTAN), respectivamente encabezados
por la URSS y EEUU, exigió el fin de la carrera
armamentista de las dos superpotencias y abogó por un
desarme nuclear general y completo.
La conducción de Josip Broz Tito fortaleció la
alianza de 29 países. El líder que en la antigua
Yugoslavia logró unificar a serbios, croatas, bosnios,
montenegrinos y otras etnias, en Belgrado, 1961,
convirtió formalmente a la Conferencia de Bandung en
Movimiento de Países No Alineados, que de
inmediato adquirió una importante presencia mundial
ante los bloques antagónicos encabezados por
EEUU y la Unión Soviética.
El Movimiento casi no tiene burocracia ni demasiadas
instancias orgánicas. Rotativamente, cada país
miembro puede ser cabeza y sede del Movimiento por
tres años, después de ser anfitrión de una Cumbre,
situación que esta vez le corresponderá a Cuba.
Propuestas de Cuba
Fidel Castro, o quien lo represente en la Cumbre,
planteará el no a la guerra, el desarme y una
democratización a escala mundial. Propondrá el
predominio de la solidaridad internacional en la
apertura de un nuevo camino hacia el multilateralismo,
en oposición al esquema unipolar que EEUU impone por
chantaje y la fuerza de las armas. La clave para
alcanzar esos objetivos es el fortalecimiento del
Movimiento, a fin de que influya efectivamente en la
paz, la seguridad y el desarrollo.
En esta óptica, Cuba planteará que “el
multilateralismo es la única vía practicable y
realista para la búsqueda de soluciones a los
problemas fundamentales en materia de paz y seguridad
internacional”. También propondrá rescatar el espíritu
original de la carta de la ONU, firmada en San
Francisco en 1945, y una reforma integral de la
organización de acuerdo con los tiempos actuales,
junto con la democratización del Consejo de Seguridad
y el apego a los principios del derecho internacional
que garantizan la soberanía de las naciones, la
integridad territorial, la independencia y la no
injerencia en los asuntos internos de otros estados
amenazados… por EEUU.
Asimismo, abogará por el cese de las presiones económicas
y políticas unilaterales que impiden el desarrollo de
los pueblos, por ejemplo el bloqueo a Cuba. Los
derechos económicos, sociales y culturales deben
considerarse derechos humanos, en armonía con los
derechos civiles y políticos. Para los cubanos, el
nuevo Consejo de DDHH no debe convertirse otra vez en
un aparato discriminatorio contra los adversarios políticos
de EEUU, como fue la anterior Comisión de DDHH.
Otro planteamiento cubano será que sólo la unidad y
cooperación económica de los países pequeños puede
hacer frente a las amenazas de los grandes. La
propuesta evoca la decisión de la cumbre del MERCOSUR
que en Córdoba, julio de 2006, acordó neutralizar el
bloqueo estadounidense vendiendo a Cuba 380 millones
de dólares anuales en alimentos. Para la
supervivencia de la especie humana y tal como se
encuentra el mundo actual, los cubanos piensan que es
clave “desarrollar la cooperación económica y un
nuevo orden internacional económico, comercial,
democrático, justo y equitativo”.
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