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REDH - Red Solidaria por los Derechos Humanos
:: Uruguay

1.1.- VIOLAN ORDEN DE "NO INNOVAR" EN BATALLÓN 13

Enviado por COMCOSUR AL DÍA (Nº1026)

    • MILITARES REMOVIERON FLORA SUPERFICIAL EN EL BATALLÓN 13. (La República)
    • IGLESIA RESPALDA EL INGRESO DE TÉCNICOS A BATALLONES 13 Y 14 (El Observador)
      • "NO ABRIR LAS CÁRCELES"
    • GOBIERNO EXPLICA LAS CONDICIONES PARA LA LIBERACIÓN DE LOS PRESOS - (Últimas Noticias)
      • A CARGO DEL PATRONATO
    • LOS ARCHIVOS DE LA REPRESIÓN (*) - Rubén Olivera (Brecha)
      • URUGUAY
      • PARAGUAY Y ARGENTINA
      • DEMASIADO

1.2.- ¿NI JUSTICIA NI PRISIÓN PARA LOS MILITARES?

Enviado por COMCOSUR AL DÍA (Extractado del envío Nº 1024)

MINISTRA DE DEFENSA:

NINGÚN MILITAR SERÁ SOMETIDO A LA JUSTICIA PENAL EL GOBIERNO NO PIENSA LLEVAR EFECTIVOS 'A PRISIÓN' (El País)

Nota de REDH: De ninguna manera podemos limitarnos al reenvío de la crónica, de modo que sobre el punto nos referiremos especialmente en un próximo envío. CDP - REDH

:: Argentina

2.1.- DENUNCIA PÚBLICA.-REGIMIENTO INFANTERIA 9

Enviado por CPDH Corrientes y Mirta Clara

2.2.- MENSAJE DEL GRUPO DE CURAS EN OPCIÓN POR LOS POBRES

Enviado por Eduardo de la Serna

2.3.- ZONCERAS ARGENTINAS (POR OSVALDO BAYER)

PAGINA 12, 26 Marzo 2005

2.4.- ARGENTINA: UN SILENCIO ABRUMADOR (POR LAURA BONAPARTE)

PAGINA 12, Jueves 24 de Marzo de 2005

:: Uruguay

1.1.- VIOLAN ORDEN DE "NO INNOVAR" EN BATALLÓN 13

Enviado por COMCOSUR AL DÍA (Nº1026)

Fecha de Envío: Sábado, 26 de Marzo de 2005 09:46 a.m.

COMCOSUR AL DÍA ESPECIAL - AÑO 7 - Nº 1026
Sábado 26 de Marzo de 2005
Producción: Andrés Capelán
Coordinación: Carlos Casares y Yessie Macchi
COMCOSUR / COMUNICACIÓN PARTICIPATIVA DESDE EL CONO SUR

"NO TE OLVIDES DE OLVIDAR EL OLVIDO" - JUAN GELMAN

 

1) MILITARES REMOVIERON FLORA SUPERFICIAL EN EL BATALLÓN 13. (La República)

Una investigación del canal de televisión para abonados TV LIBRE reveló que dos efectivos militares removieron flora superficial en una zona que estuvo comprendida en la medida cautelar de "no innovar", a metros del "Sitio A" de interés arqueológico, donde varios testigos indicaron que hubo enterramientos clandestinos de los detenidos desaparecidos durante la dictadura civil y militar.

Según las imágenes transmitidas el jueves, la flora fue removida en un área del Batallón de Infantería Blindado Nº 13, un predio militar que está bajo sospecha de jueces y fiscales penales, así como de las organizaciones defensoras de los Derechos Humanos, al igual que el cercano Batallón de Infantería Paracaidista N° 14. La remoción de la flora superficial, que podría dificultar la labor de los profesionales universitarios que analizarán los eventuales movimientos de tierra donde habrían habido cementerios ilegales, causó estupor y conmoción entre magistrados de la Justicia Penal.

El hecho denunciado generó similar preocupación entre los propios universitarios que encabezarán la investigación administrativa que emprenderá el Poder Ejecutivo para esclarecer el destino de los detenidos desaparecidos, cuyos cuerpos nunca fueron hallados. Los profesionales, que ya colaboraron con la Justicia Penal y ahora se aprestan a formar parte de la investigación del gobierno, saben que la flora superficial de cualquier terreno puede dejar evidencia de la existencia de cuerpos enterrados, así
como de la cal que haya podido ser utilizada para evitar toda identificación de los cuerpos.

La flora crecida sobre la superficie permite, además, localizar las zonas donde, según testimonios, se habrían hecho las denunciadas remociones de tierra que, se aseguró, fueron realizadas en 1984 para exhumar los cadáveres que luego habrían sido cremados. Ayer trascendió que la fiscal en lo penal de 2° Turno, Mirtha Guianze, a cargo de la indagatoria del "homicidio" de la maestra Elena Quinteros que derivó en el procesamiento del ex canciller de la dictadura, Juan Carlos Blanco, pediría el lunes al juez en lo penal de ler. Turno, Juan Carlos Fernández Lecchini, la incorporación al expediente de todas las imágenes que emitió el canal TV LIBRE.

Empero, a nivel del Poder Ejecutivo no se quizo hacer comentarios al respecto, aunque altas fuentes oficiales dijeron que una intervención en el terreno como la descrita no debía ser considerada "relevante". Elena Quinteros habría sido muerta y enterrada en el Batallón 13, un destino similar al que habría padecido María Claudia Irureta Goyena, la esposa de Marcelo Gelman, el hijo del poeta argentino Juan Gelman, joven asesinado en Argentina y fondeado en un río. La Comisión para la Paz consideró "confirmada" la desaparición de Quinteros, pero estimó que el cuerpo de la maestra habría sido enterrada en el Batallón 14, de donde fue exhumado, el segundo semestre de 1984, y luego cremado y tirado al Río de la Plata.

Sobre los batallones 13 y 14 pesó una medida cautelar judicial de "no innovar" en los predios para preservar toda prueba que pueda comprobar la existencia de remociones de tierra para ocultar los cuerpos de los presos asesinados, o posibles restos de cementerios clandestinos. La medida fue levantada a solicitud del gobierno electo que pretende averiguar el destino de los desaparecidos. En el caso del Batallón 13, la medida cautelar abarcaba un radio en torno a una cancha de fútbol existente, en uno de cuyos lados habrían sido enterrados algunos presos políticos. Luego, se restringió a los sitios de interés arqueológico, a partir del informe de los investigadores universitarios. En el caso del Batallón 14, la medida cautelar comprende todo el predio.

No obstante, los profesionales universitarios que colaboraron con la Justicia Penal establecieron, dentro del Batallón 13, cinco sitios de interés arqueológico para realizar prospecciones en busca de probar que hubo enterramientos y posteriores remociones. Los sitios pudieron ser identificados gracias a un relevamiento de foto aérea tomadas en distintas techas que dejaron en evidencia ciertos cambios en colores de la flora superficial donde hubo remociones. Las prospecciones arqueológicas en el Batallón 13 comenzarán por los cinco sitios de interés, y luego continuarán en el Batallón 14, recién cuando los profesionales terminen el relevamiento de las fotos aéreas que vienen elaborando, como ya lo hicieron en el 13.

2) IGLESIA RESPALDA EL INGRESO DE TÉCNICOS A BATALLONES 13 Y 14 (El Observador)

El arzobispo de Montevideo, Nicolás Cotugno, expresó que el gobierno "está dando pasos adelante" con la decisión de ingresar a los batallones 13 y 14 para indagar si allí hubo enterramientos de presos políticos durante la dictadura militar. El prelado, quien presidió la Comisión para la Paz durante el gobierno de Jorge Batlle, espera que las nuevas investigaciones puedan darse en un contexto de "serenidad y objetividad para poder llegar a encontrar, si existen, estos restos y darles digna sepultura", según dijo a la prensa.

Para Cotugno, la Ley de Caducidad habilita la posibilidad de "extremar todos los intentos para poder llegar al paradero de los restos de los desaparecidos". Según afirmó, la Comisión para la Paz -que en el gobierno de Batlle investigó el destino de los desaparecidos- "hizo lo que se pudo". El arzobispo señaló que el gobierno de Tabaré Vázquez "está dando pasos adelante". Afirmó que los mismos deben "darse en un contexto de serenidad y objetividad para poder llegar a encontrar, si existen, estos restos y darles digna sepultura. Es un realidad humana a la que todos tienen y tenemos derecho", sentenció.

El arzobispo de Montevideo consideró que el país se encuentra en una nueva etapa que permite para llevar adelante esos trabajos. "Hemos visto, en el contexto de estos últimos acontecimientos, que hay una base amplia de madurez y consenso", respondió Cotugno. Recordó que el secretario de la Presidencia de la República, Gonzalo Fernández, integró la Comisión para la Paz, lo que significa que "se está siguiendo un proceso que ya se había comenzado", y acotó que aguarda que el mismo llegue a "una feliz conclusión".

"NO ABRIR LAS CÁRCELES"

Cotugno también se refirió a la posibilidad de liberar a reclusos primarios y con delitos leves. En ese sentido, el eclesiástico afirmó que "a veces hay que ir a la letra de la ley y, sobre todo, al espíritu". "Lo que nos
interesa a todos es que también los detenidos puedan tener condiciones de vida humana. Si existe hacinamiento en las cárceles, entonces hay que buscar alguna salida", indicó. Pero añadió que "evidentemente la solución no consiste en abrir las cárceles y que todo el mundo vuelva a la situación de
antes con la posibilidad de volver a delinquir".

Cotugno afirmó que el gobierno debe salvaguardar el derecho de la sociedad "a no ser agredida y herida". Afirmó que "si hay personas que han delinquido, la sociedad se defiende mediante el sistema jurídico vigente que es el Derecho Penal". No obstante, estimó que "si no hay condiciones carcelarias acordes con la superpoblación, entonces deben buscarse soluciones adecuadas. Hay que salvaguardar la sociedad y también la dignidad de las personas".

En otro orden, aseguró que la Iglesia está "totalmente disponible, como siempre lo ha estado, para colaborar con todas sus fuerzas y lograr que quienes se encuentran en situaciones de necesidad tengan lo más pronto y profundamente posible la posibilidad de alcanzar condiciones de vida acordes con su condición humana". Acotó que el presbítero Uberfil Monzón se encuentra ocupando un cargo de responsabilidad a nivel
institucional -director del Instituto Nacional de Alimentación- y que ello es "una forma de la Iglesia de estar comprometida y caminar codo a codo con todos aquellos que buscan soluciones positivas a situaciones que son
realmente alarmantes".

3) GOBIERNO EXPLICA LAS CONDICIONES PARA LA LIBERACIÓN DE LOS PRESOS - (Últimas Noticias)

El gobierno, a modo de advertencia para los reclusos, precisó en un borrador de la ley de descongestionamiento carcelario que el beneficio forma parte de una política de Estado y no un "libertinaje", al tiempo que como "respuesta política" a los detractores de la iniciativa indicó que los liberados que infrinjan la ley volverán a las mismas condiciones de detención "de oficio y sin más trámite".

El Poder Ejecutivo se encargó de señalar con absoluta precisión las condiciones que regirán la liberación de los reclusos que sean amparados por la ley de descongestionamiento carcelario. La atención prestada a este extremo apunta a que los presos tomen conciencia de la magnitud de la medida pero, también, forma parte de la estrategia política ya que permitirá atenuar las críticas de los opositores.

Muchas idas y venidas se han producido desde que el ministro del interior, José Díaz, anunció medidas para aliviar la situación de hacinamiento en que se encuentran los centros penitenciarios. La oposición ha cuestionado la iniciativa del Ejecutivo esgrimiendo, como argumento principal, el alto
grado de vulneración que sufrirá la seguridad de la sociedad ante la liberación de más de un millar de reclusos. Sin embargo, el gobierno ha tomado sus recaudos para rebatir tales cuestionamientos cuando comience el debate a nivel Parlamentario.

En el borrador del 11 de marzo que fue presentado a los legisladores y que está siendo sometido a modificaciones, el gobierno se anticipó a la discusión. Allí precisó que "en caso de incumplimiento al régimen de vigilancia (de los reclusos liberados), el juez decretará de oficio y sin más trámite la revocación del beneficio, debiéndose reintegrar el procesado o penado al establecimiento de detención". Sin rodeos el Ejecutivo precisó en el documento que con tal medida pretende dar "una doble señal": "por un lado, un mensaje institucional para quien acceda al beneficio de que se trata de instrumentar una política de Estado y no un 'libertinaje'; por otro lado, también es una válvula de escape como respuesta política, pues ha de
esperarse que iniciativas de esta naturaleza tengan sus detractores, quienes -seguramente- recurrirán al argumento de que el otorgamiento de la libertad les permitirá volver a delinquir sin consecuencias".

A CARGO DEL PATRONATO

Tal como había sido anunciado por Díaz, el gobierno procura "continentar" la salida de los delincuentes y sospechosos a través del Patronato Nacional de Encarcelados y Liberados. Según el documento, esa asociación tendrá a su cargo la "vigilancia" de los excarcelados, que, según normas ya existentes, deberán declarar el lugar en que pretenden residir y no podrán modificarlo sin previo aviso al Patronato, tendrán que atenerse a las reglas de inspección que éste fije y adoptar "oficio, arte, industria o profesión".

Por otra parte, en estos momentos, el gobierno define si concederá libertad anticipada a quienes hayan cumplido la mitad de su pena o sus dos terceras partes. En el borrador del 11 de marzo se dispone la liberación para quienes hayan cumplido la mitad de la condena. Sin embargo, según publicó "El Observador" el miércoles pasado, serán liberados quienes hayan alcanzado dos tercios de la sentencia y se deja a criterio de la Suprema Corte de Justicia resolver sobre quienes hayan llegado al 50% de la misma.

El gobierno también estudia cómo se concretará, en la realidad, el sistema de redención de la pena, previsto para que el trabajo y el estudio del preso le rebajen la condena. Según el mencionado borrador, se prevé perdonar un día de condena cada dos de trabajo o estudio. La oposición, mientras tanto, ya comenzó a cuestionar las ideas del gobierno, y recordó que la prioridad del gobierno debe ser garantizar la seguridad de la mayoría y no abrir las puertas de las cárceles para que salga cualquiera.

No obstante, el documento especifica claramente que se dará tratamiento diferente a quienes accedan a la libertad anticipada excepcional y que, en caso de reincidir, deberán regirse por las normas existentes, según las cuales la Suprema Corte de Justicia es la que decide si el delincuente regresa o no a su centro de reclusión.

4) LOS ARCHIVOS DE LA REPRESIÓN (*) - Rubén Olivera (Brecha)

En los últimos años han ido apareciendo los llamados "archivos de la represión", entendiéndose por ellos los archivos de los represores. Son archivos políticos confeccionados por organismos de inteligencia policíaca o militar, para investigar la vida partidaria, religiosa, estudiantil, sindical. Transitan por gobiernos dictatoriales y democráticos, sirviendo indistintamente a unos y otros sin que su contenido sea conocido por la población, que es quien los financia. El hecho de que su existencia trascienda los períodos dictatoriales instala una problemática que no se agota con el estudio de su función en esos períodos. Algunos ya tienen datos desde las primeras décadas del siglo XX y contienen la vida entera de personas.

URUGUAY

Es en 1978 que en Uruguay aparecen los dos tomos del libro Las Fuerzas Armadas al pueblo oriental y el libro UJC, escuela de comunismo (este último, según el testimonio del ex policía José Calace, obra del comisario Víctor Castiglioni y del inclasificable Jorge Gundersoff, primero militante comunista, después colaborador, para terminar en integrante de la Dirección Nacional de Información e Inteligencia, DNII o DI). Los organismos militares organizan allí un relato de la represión con base en las informaciones de sus archivos. El Servicio de Inteligencia de la Defensa (SID) era el encargado de las operaciones encubiertas. Según el testimonio en 1980 del ex marino Hugo García Rivas, el Organismo Coordinador de Operaciones
Antisubversivas (OCOA) tenía su computadora en La Tablada o "Base Roberto" (Camino de las Tropas y Melilla). Todavía no estaba la base de informaciones que el S2 del Fusna (Inteligencia de Fusileros Navales), construye con el trabajo de colaboradores del Partido Comunista "quebrados" en la tortura.

Los colaboradores produjeron tantos datos que al lugar comenzó a llamársele "la computadora". Estaba a cargo del entonces teniente de navío Jorge Tróccoli, quien había traído la idea de sus coordinaciones con la esma de Argentina.

En 1985, ante la solicitud de informes en el Parlamento, las autoridades dijeron que los antecedentes producidos durante la dictadura militar fueron destruidos o desaparecidos. En 1995 un envoltorio dejado anónimamente en el escalón de la entrada de Brecha destapó la mentira. Era parte del material de inteligencia (fotos y carpetas) que, según el informante anónimo, se encontraba en el segundo piso de la Jefatura de Policía de Canelones. A través de una llamada telefónica aclaró que ese material había sido retirado del lugar en 1989, que lo habían retornado hacía unos días para pasarlo a una computadora y que era un archivo paralelo al de la Dirección de Inteligencia en la Jefatura de Montevideo. Al día siguiente, tres diputados se apersonaron por sorpresa y confirmaron su existencia.

Los periodistas de Brecha evaluaron que tendría más de cuarenta años, que abarcaría unas 400 mil fichas personales, constatando que los seguimientos - incluidos los de políticos- llegaban hasta comienzos de los años noventa y que agentes infiltrados investigaban tanto a los integrantes de un Centro Comunal Zonal, como a personas que tenían banderas o calcomanías de radios de izquierda en sus autos o casas. Las informaciones seguían alimentando fichas comenzadas en época de dictadura y todo iba a una mesa central de informaciones. A pesar de la inconstitucionalidad evidente, la justicia no investigó el hecho, y el ministro Opertti adujo la "inercia" del funcionamiento de los servicios de inteligencia (ahora llamados Dirección
General de Información de Defensa, sustituta del SID, y Dirección Nacional de Inteligencia del Estado).

En 2003 ocurre un caso particular. Con motivo de cumplirse los 20 años de la marcha al estadio Franzini, legisladores integrantes de la llamada Semana 83 implementada por la Asociación Social y Cultural de Estudiantes de la Enseñanza Pública (ASCEEP) obtuvieron, a través de contacto ministerial, que
la DI les diera fotos y documentos de sus archivos. El inspector, que "estuvo muy amable", llegó a la reunión con varias carpetas conteniendo cientos de fotos donde los legisladores se reconocieron gracias a la lupa
que el oficial les prestó. Repasaron los volantes guardados, la lista completa de adhesiones leídas, los informes sobre la evolución de la marcha, las consignas que se cantaron en la oportunidad y los discursos que se
dijeron. Se permitió incluso que este material apareciese en un disco compacto conmemorativo. Como ha ocurrido en otros países, se comprobó que uno de los mejores archivos de la historia de las luchas políticas en
Uruguay lo tiene la Policía. Y quedó claro también que estos archivos no se destruyen, sino que siguen siendo usados.

Del archivo de la cancillería salió el manuscrito realizado por Alvaro Álvarez, director de Política Exterior de la dictadura en el momento, por el que se pudieron proseguir las actuaciones contra Juan Carlos Blanco por la muerte de Elena Quinteros. Hubo que esperar a la confirmación de un perito calígrafo para que Avarez aceptara que fue él quien escribió el tristemente famoso "qué hacer con la mujer". También fue a partir de otro archivo, el de informantes anónimos de la Comisión para la Paz, que Blanco logró su
excarcelación al usarse a su favor los testimonios de represores que confirmaban la muerte de Elena, cambiando la carátula a homicidio excarcelable.

Es en Brasil donde se gesta uno de los episodios más novelescos en cuanto a la obtención de documentos de la represión. Siendo un archivo hecho público por los "reprimidos", su origen es la duplicación secreta de archivos de represores, puntualmente de los tribunales militares. En 1979 el presidente João Figueiredo aprueba una ley de amnistía para todos los hechos políticos entre 1964 y 1979. Para tramitarlos los abogados de los presos y exiliados podían y debían acceder al archivo del Supremo Tribunal Militar. Éste,
dentro de la habitual obsesión burocrática del registro, anotaba todos los detalles del proceso, incluidos los testimonios de los que se arriesgaban a declarar haber sido torturados. Con fondos de la Iglesia se establece el
plan de copiar todo lo que se pueda y comienza a trabajar una cadena secreta de producción que abarcaba 12 abogados que retiraban carpetas, y empleados que fotocopiaban, clasificaban y ordenaban los materiales.

En 1983 vieron con sorpresa que habían logrado duplicar todo el archivo, más de un millón de páginas. Trabajando sobre los datos, establecieron los lugares de detención, informantes, torturadores médicos implicados, lista de represores, descripción de muertes, descripción de ocho mil procesos,
etcétera. El trabajo final abarcó 12 tomos, pero se esperó al comienzo de la democracia para publicar un libro de divulgación masiva conteniendo un resumen del mismo. Influenciados por la frase "Nunca más", recién acuñada en Argentina, el libro, aparecido en 1985, se denominó "Brasil: Nunca mais". Este material pasó a ser el único archivo militar obtenido hasta el momento en el continente, ya que los demás son policiales.

También en Brasil se da una situación impensable para los demás países de la región. En 1988, por reforma constitucional, se incorpora el derecho de hábeas data, por el cual todo ciudadano puede acceder a los registros oficiales sobre su persona (posteriormente, toda la región lo incorpora). Los organismos de inteligencia de la policía (en cada estado había un Departamento de Ordem Politica e Social, DOPS) habían dejado de funcionar en 1983. En 1992, por presión de los organismos de derechos humanos, algunos de
los archivos de los DOPS (previamente "limpiados" por la policía y a veces tirados en depósitos) comienzan a pasar a universidades y otros organismos públicos.

El de Rio de Janeiro databa de 1933, contenía 3 millones de fichas y mil libros robados. Es por una foto en los archivos que un joven llamado João Carlos conoció la cara de su padre y otras personas encontraron fotos, con signos de tortura, de sus familiares declarados como desaparecidos. A comienzos de 2005 el activista brasileño Jair Kriscke denunció que el gobierno de Lula no deja abrir los archivos que aclararían las desapariciones ocurridas en la llamada guerrilla de Araguaia, ocurrida en 1974.

PARAGUAY Y ARGENTINA

En Paraguay y Argentina se descubren dos importantes archivos policiales, respectivamente: el llamado Archivo del Terror en 1992 y el de la Dirección de Inteligencia de la Policía de la Provincia de Buenos Aires en 1998. Una denuncia anónima de un policía arrepentido que, según algunas opiniones,
sería una maniobra política para culpabilizar a oponentes, es el origen del archivo paraguayo. Martín Almada, uno de quienes lo descubrió, denunció posteriormente que materiales que exponían a la CIA (como un manual sobre cómo mantener vivos a los torturados) habían desaparecido.

Más allá de las extrañas "limpiezas", se encontraron 740 libros encuadernados, 115 libros de "Informes de Guardia", 574 carpetas sobre partidos políticos, casi 9 mil fichas de detenidos, unas 2 mil cédulas y pasaportes, 543 casetes con grabaciones de paneles, conferencias, homilías, discursos y programas radiales, 10 mil fotografías y miles de informes sobre fiestas familiares, casamientos, etcétera. Cobró gran trascendencia por contener documentos que confirmaban la existencia de la coordinación represiva en el continente, conocida como Plan Cóndor. Microfilmado, declarado por la UNESCO como "Memoria del mundo" y a cuidado del Poder Judicial, ha servido para iniciar juicios y separar a funcionarios implicados en torturas.

Por su parte, los organismos de derechos humanos de La Plata, provincia de Buenos Aires, consiguen que el gobierno local les entregue en usufructo la sede de la Dirección de Inteligencia de la Provincia de Buenos Aires.

Mayúscula fue la sorpresa cuando descubrieron el archivo oculto detrás de una pared simulada en la planta baja del edificio. El mismo, iniciado en 1957, contiene material que ocuparía 3.300 contenedores, 90 cuerpos de estanterías con 600 estantes, 700 quilómetros lineales de papel. Cuenta con más de 3,8 millones de folios, que, con la misma obsesión que en Auswichtz, contienen 300 mil fichas personales, 750 casetes de video VHS con filmaciones propias y de programas televisivos, 160 casetes de audio con grabaciones de eventos y escuchas telefónicas (asociaciones cooperadoras, clubes deportivos, sociedades de fomento, etcétera). En el año 2000 fue cedido por ley a la Comisión Provincial por la Memoria que trabaja en su
desclasificación, mapeo y digitalización. Sus estantes lucían frases como"El postulado parte de la base de saber quién es quién, es decir, tener registrado a los buenos para saber quiénes son cuando dejan de serlo".
Quizás por ello, algunos de los prontuarios se abrían temprano, abarcando niños, cuyos pedidos a embajadas de materiales para trabajos escolares los volvían sospechosos.

DEMASIADO

Los dos archivos han opacado en ambos países el descubrimiento de otros menores que seguían operativos. En Argentina se sigue en la búsqueda de la lista de desaparecidos, que los militares dicen haber destruido, pero que, microfilmada, se sabe en depósitos de cajas suizas. La información puede ser evitada incluso por la militancia política de acuerdo a la "tolerancia al horror". No es casualidad que la periodista Jan Rocha, corresponsal en Brasil del diario inglés The Guardian, cuente en una entrevista que el problema que tenía en la época era que en su país "mucha gente simplemente no creía" lo que ella escribía (citado por Samarone Lima en L da Silva Cátela, Los archivos...). De la misma manera, Raúl Aragón dice en la
intervención argentina durante el encuentro de comisiones de la verdad, que muchas de las constataciones hechas por la CONADEP no fueron incluidas en el informe final porque "eran de tal nivel de crueldad que iban a ser rechazadas por inverosímiles por la opinión pública ".

(*) Por razones de espacio hemos extractado lo más sustancial de esta nota. MONTEVIDEO/URUGUAY/26.03.05/COMCOSUR AL DÍA

ARRIBA ^^^


1.2.- ¿NI JUSTICIA NI PRISIÓN PARA LOS MILITARES?

Enviado por COMCOSUR AL DÍA (Extractado del envío Nº 1024)

Fecha de Envío: Jueves, 24 de Marzo de 2005 01:00 a.m.

MINISTRA DE DEFENSA:

NINGÚN MILITAR SERÁ SOMETIDO A LA JUSTICIA PENAL EL GOBIERNO NO PIENSA LLEVAR EFECTIVOS 'A PRISIÓN' (El País)

En un programa especial de la Televisión Española dedicado a Uruguay emitido en la madrugada del martes, la ministra de Defensa Nacional, Azucena Berrutti, sostuvo que el gobierno de la coalición de izquierdas no impondrá "ningún riesgo" para los militares, al tiempo que aseguró que "ningún"
integrante de la institución "será sometido a la Justicia Penal ni llevado a prisión". "Simplemente -declaró Berrutti- los familiares de los detenidos-desaparecidos tienen derecho a saber qué pasó con esos compatriotas en las unidades militares".

En el programa titulado "Primavera uruguaya", que duró cerca de una hora y abordó el acceso del Encuentro Progresista al poder, la secretaria de Defensa dijo que aspira a unas Fuerzas Armadas "poco numerosas", "bien remuneradas y equipadas" y que rompan con los "resabios de la época de la dictadura" cuando ejercían "funciones que no deberían tener, ni son cometidos militares".

Sobre el punto, el secretario de la presidencia, Gonzalo Fernández, dijo que el gobierno tiene el compromiso de cumplir con la ley de Caducidad, investigando sobre el destino de los desaparecidos. "Eso no se ha cumplido en los gobiernos anteriores", relató. También, el presidente Tabaré Vázquez afirmó que su administración se propone indagar "para llegar al fondo de esta herida profunda" y buscar una respuesta sobre "qué ha pasado en Uruguay" para dar cuenta "a los ciudadanos y a la sociedad".

El ministro de Ganadería, José Mujica, también dio su versión: ratificó que existe el compromiso de cumplir con el artículo 4º de la ley de Caducidad para "intentar saber la verdad". El líder del Movimiento de Participación Popular afirmó que es necesario "averiguar mucho más sobre cómo fueron las cosas". "Que se sepan las cosas es un castigo más que suficiente", sentenció.

No obstante, Mujica reafirmó una visión autocrítica sobre el papel del movimiento tupamaro y sus consecuencias. "Estuvimos a punto de tocar el cielo con las manos, cambiar las relaciones de producción y distribución. Y en lugar de eso, creamos una burocracia espantosa. Hubo un montón de errores. Por aquel lado no era. Ahora, que no nos pidan que estemos conformes con el mismo mundo que combatimos", apuntó.

Asimismo, entrevistado el ex presidente Julio Sanguinetti, dijo que la ley de Caducidad significó la contrapartida del lado militar, ante la amnistía que su primer gobierno (1985-1990) promovió para la guerrilla. Enfatizó que los guerrilleros cargaron con "20 o 30 crímenes que no se juzgaron nunca". "Fue una resolución para el perdón, una condición para la paz", sostuvo.

ARRIBA ^^^

:: Argentina

2.1.- DENUNCIA PÚBLICA.-REGIMIENTO INFANTERIA 9

Enviado por CPDH Corrientes y Mirta Clara

Fecha de Envío: Miércoles, 23 de Marzo de 2005 03:09 p.m

COMISIÓN DE DERECHOS HUMANOS DE CORRIENTES
Personería jurídica Nª 046/04

La causa por violaciones a los Derechos Humanos de Corrientes, tiene una serie de testimonios sólidos y creíbles que involucran personal del Ejército y de Gendarmería Nacional en graves delitos tales como desaparición forzada y torturas en concurso real.

No obstante en un intento desesperado de sus abogados defensores intentaron presentar a los hechos como producto de una conspiración de los denunciantes, llegando incluso a solicitar el allanamiento de la Subsecretaría de Derechos Humanos, de la casa del querellante Ramón Artieda y del local en el que se reunía la Comisión de DDHH de Corrientes, con el agravante de que éste último era un local prestado y no se dio a publicidad, lo que evidenciaba un trabajo de inteligencia por parte de sectores vinculados a la defensa.

Pues bien, el texto que sigue ( la denuncia por privación ilegal de libertad agravada por torturas y lesiones graves de Carlos Alberto Achar Carlomagno) es un testimonio claramente coincidente con los vertidos a la Causa y no contemporánea a la misma ya que data de 1987 lo que hecha por tierra la débil e insostenible teoría de la conspiración.

CAMARA FEDERAL DE APELACIONES, Resistencia, Chaco.

Expte. N. 23.103 /1987 Fº 254 – LIII

ACHAR CARLOMAGNO, Carlos Alberto S/ su denuncia

 

DENUNCIA POR PRIVACIÓN ILEGAL DE LIBERTAD AGRAVADA POR TORTURAS Y LESIONES GRAVES.

 

EXCMA CAMARA FEDERAL

 

CARLOS ALBERTO ACHAR CARLOMAGNO, argentino, DNI 8.594.802, nacido el 16 de agosto de 1951, en la ciudad de Corrientes (Prov. de Corrientes) con domicilio real en calle Junín 1734, 1er piso de la Ciudad de Corrientes, constituyendo domicilio legal en los Estrados de este Tribunal, con el patrocinio letrado del Dr. Ramón C. Leguizamón, ante VE. Comparezco y digo:

I- Vengo a formular denuncia criminal contra las personas que se mencionan en el relato de los hechos que realizaré y en los que he sido víctima de privación ilegal de libertad. Torturas con lesiones físicas y psíquicas, lo que encuadra en los tipos penales previstos por arts 142, inc 1,5, 6 CP, que sanciona con penas de 3 a 15 años de prisión (según redacción Ley 21.338 por aplic. Art. 2 CP dado que actualmente se tipifican los mismos hechos en los arts 142 bis, inc 2 cuya sanción es de 10 a 25 años de prisión o reclusión) en concurso real con el Art. 90 del C.P. ( Art. 55 CP).

II- COMPETENCIA. Teniendo presente que el Art. 10 de la Ley 23049 determina que el Consejo Supremo conocerá mediante el procedimiento sumario en tiempo de paz, establecido por los arts 502 a 504 del Código de Justicia Militar y que la Excma. Cámara Federal tiene facultades para fijar plazo para la terminación del juicio, en el que interviene y que incluso puede asumir el conocimiento del proceso cualquiera fuese el estado en que se encuentre, vengo a pedir que atento a que las personas incriminadas pertenecían a las Fuerzas Armadas, que disponga el procedimiento mas rápido y diligente que estime, dado que por aplicación de la Ley 23492, en un lapso no mayor a treinta días podrían prescribir acciones penales y quedarían impunes los autores de hechos atroces, contrarios a la libertad, a la vida, a la dignidad y a los derechos humanos.

En razón de la exigüidad del término y siendo un deber impuesto por la ley evitar la prescripción de la acción penal y la impunidad, será incluso pertinente el avocamiento directo de la Excma. Cámara a la instrucción y a practicar la citación a indagatoria y en su caso a ordenar la detención y prisión preventiva de los incriminados.

HECHOS.- La madrugada del 21 de agosto de 1976, siendo aproximadamente las 3:00 hs, irrumpieron en mi domicilio de la calle Mendoza 1265 un grupo de personas armadas que dijeron pertenecer a fuerzas de seguridad, a pesar que la mayoría de ellos iban vestidos de civil, había también soldados con uniforme militar del Ejército, de Gendarmería y también de la Policía Provincial.

Las personas que dirigían el operativo, como dije, iban vestidos de civil, pero con pilotos y borceguíes del Ejército. Una vez que me identifiqué ante uno de ellos, que más tarde reconocí como el Subteniente Barreiro, me pegó un fuerte culatazo de ametralladora, que me tiró al suelo boca arriba, inmediatamente me dio vuelta y pisándome la cabeza y torciéndome un brazo me llamaba con un nombre para mi desconocido “Martín”, a la vez que daba ordenes para que se presente en mi dormitorio el Teniente “Iván” (que como supe más tarde se trataba en realidad del Teniente 1ro. Losito), además daban ordenes para que encierren a mi abuela de 67 años en su habitación, sacándola de la mía a golpes y a empujones. Posteriormente me encapucharon y me esposaron las manos, una vez en la calle me tiraron dentro de un vehículo, cuyo piso era acanalado, cayendo arriba de una mujer, también atada y vendada, luego de un trayecto de unos quince minutos nos detuvimos en un lugar donde al parecer se produjo otro allanamiento y detuvieron a otras personas, una de ellas de sexo masculino fue arrojado dentro del vehículo en que íbamos.

De allí partimos a un lugar que parecía alejado de la ciudad, primero por un camino de cemento cortado y en mal estado, luego doblamos a la derecha en declive por un camino de tierra y después de un trayecto mas o menos corto, el vehículo se detuvo y dieron orden de que abrieran una tranquera. Una vez atravesada la misma, a los pocos metros fuimos descendidos violentamente del vehículo, con empujones, golpes de puño y cachiporras, caminamos unos metros y subimos dos o tres escalones, después fuimos introducidos en una habitación donde nos ataron al respaldo de una cama y posteriormente de un banco de madera, permaneciendo en esa posición más de 12 hs., según mis cálculos. Durante esas horas éramos golpeados e insultados regularmente, también nos decían que iban a torturarnos y que después nos matarían.

En ese lapso, yo trataba de ubicarme donde me encontraba, a través de los ruidos que escuchaba, como ser el ruido de autos y camiones que transitaban por una ruta cercana al edificio, esos ruidos parecían aminorarse como para pasar un puente que parecía estar relativamente cerca del lugar donde nos hallábamos. También escuchaba regularmente el ruido de un balde que caía al agua, por lo que presumí sería un pozo de agua o aljibe, que debía encontrarse muy cerca de la casa.

Cuando sería ya cerca de la noche escuché la vos de una mujer que pedía agua y que le aflojaran las ataduras; inmediatamente reconocí la voz de S. M., a quien llamé por su nombre, respondiéndome afirmativamente. A raíz de esto recibí un fuerte puñetazo en el estómago y otro en la cara. Pocas horas después sentí que desataban a un hombre que estaba cerca de mí y lo conducían a otra habitación, poco después empecé a oír terribles gritos de dolor, lo que duró bastante tiempo (una o dos horas).

Cuando los gritos cesaron, escuché pasos que se acercaban, me desataron y me introdujeron dentro de una habitación, una voz me ordenó que me desnudara, fui conducido hasta una cama sin colchón, con elásticos de metal, fui atado con alambre al respaldo de la cama, una voz me dijo que me iban a torturar con picana eléctrica y que me convenía colaborar y decir “la verdad”. Inmediatamente después me introdujeron un objeto metálico muy fino dentro del pene y otro objeto también metálico, como un lápiz, dentro del ano. Una persona que parecía ser médico, auscultó y dijo que podían empezar, al tiempo que recibí una fuerte descarga eléctrica que me producían dolores indescriptibles. Así empezó un interrogatorio, mezclado con insultos, vejaciones y amenazas contra mi vida y la de mis familiares. Las descargas eléctricas se repetían sin cesar, al tiempo que me formulaban preguntas. Esto se repitió durante un tiempo que me pareció eterno, pero que calculo duró mas de una hora, hasta que el médico dijo que pararan porque “empezaba a entrar en convulsiones”, dejándome un rato tendido en la cama y después empezaron a desatarme, en esta circunstancia me dijeron que la próxima “sesión” sería peor y que también iban a traer a mi abuela y mi padre para ser torturados. Me levantaron de la cama, al pisar el suelo me pareció que este era de tierra o de ladrillo con mucha tierra (no veía porque estaba encapuchado), me vistieron y me sacaron al exterior, que parecía ser una galería con piso de ladrillo y me ataron a una columna de metal no muy gruesa, desde allí escuché nuevamente la voz y gritos de S. M. En ese momento me desataron, me esposaron y me pegaron una trompada que me hizo rodar en declive hasta un “patio” de césped, allí tendido me dejaron un buen rato, cerca de mí sentía la respiración y ayes de un hombre, le pregunté su nombre en voz muy baja y me respondió “Ramón”. También seguía oyendo los ruidos de motores, como así también el olor y ruido de animales (vacas) un poco más alejado de donde estábamos. Tiempo después me levantaron y me introdujeron nuevamente en la habitación ; allí me dijeron que me iban a sacar la capucha y que debía mirar solamente al frente donde vería una cama, que si levantaba la vista o giraba la cabeza me matarían (detrás de mí había una persona que me apoyaba el caño de una pistola en la nuca), abrí los ojos y vi tendida en la cama a S. M., desnuda, con un cable que le salía de la vagina y otros cables como pegados con tela adhesiva a los pezones. Me dijeron que iba a presenciar la tortura de Silvia porque había contradicciones entre mi interrogatorio y el de ella. Es así que comenzaron a torturarla y hacerle preguntas, indicándoseme que yo debía verificar las respuestas si eran positivas o no. En la penumbra que rodeaba la cama pude distinguir la figura de tres personas: “el médico”, el que interrogaba y de otra persona sentada junto a una mesa donde había un bulto cuadrado parecido a una batería de automóvil; al final me empujaron violentamente cayendo arriba de S., entre risotadas e insultos me decían que la viole o que por lo menos le chupara la vagina. Ante mi negativa me levantaron y empujaron contra una pared que parecía un tabique de madera, empezaron a golpearme, a quemarme con colillas de cigarrillos e insultarme. En ese momento les pedí que por Dios dejaran de torturarnos, esto los enfureció más, siguieron las torturas al tiempo que me decían que Dios estaba del lado de ellos y que por lo tanto ellos eran Dios.

Momentos después, bajo amenaza de muerte, me subieron a un automóvil para llevarme a reconocer una casa, yo iba sentado en el regazo de una persona, siempre vendados los ojos. Al cabo de una media hora mas o menos, llegamos al Barrio Pujol, a la entrada de este Barrio me sacaron las vendas para poder indicarles el camino. La persona en la cual yo iba sentado me sostenía la cabeza para que no girara, aún así pude ver que se trataba de una camioneta Ford o Chevrolet de color amarillo claro o crema, como la casa que yo debía identificar quedaba a la izquierda de la calle, giré la cabeza para indicarles cual era y allí pude distinguir que el conductor de la camionera era el Capitán Demarchi y al lado de él estaba el Teniente 1ro Losito; una vez llegados a la casa me tiraron al suelo de la camioneta, viendo así que la persona que me traía en su regazo era el subteniente Barreiro, también por sus voces pude deducir que se trataba de los mismos que nos habían torturado a Silvia y a mí momentos antes. Una vez comprobado que la casa estaba vacía volvieron a la camioneta y mientras me vendaban de nuevo los ojos el Capitán Demarchi me dijo :”Hijo de puta ahora te vamos a reventar como le hicimos a los Cachos”. “Sabés de quien hablamos?” me preguntó el Subteniente Barreiro, yo respondí que no, entonces Barreiro me dijo; “Del Cacho Ayala y el Cacho Barozzi; al Ayala lo reventamos en la tortura y a Barozzi de un tiro en la cabeza y después lo tiramos en la laguna, esa que está cerca de la “quinta”, para que las palometas terminen con ellos”. Cuando llegamos de vuelta a la “quinta” me ataron a una silla, me pegaron un rato y después me dijeron “esta noche volvemos, o colaboras o te reventamos”. Pasaron muchas horas, yo pedía agua pero no me querían dar; después ya muy tarde alguien me desató y me llevó otra vez a la habitación , ahí me hicieron desnudar, me ataron nuevamente con alambre a “la parrilla” y me pusieron una especie de tela adhesiva en las tetillas, el estomago, el pene y los testículos, luego me tiraron un balde de agua fría y comenzó el interrogatorio mientras alguien con una especie de punzón me pinchaba las tetillas, el pene y los testículos, la corriente eléctrica me hacía saltar de dolor y la capucha me asfixiaba, en un momento dado como la capucha no me permitía hablar me la sacaron y quedé con las vendas en los ojos atada con alambre. El interrogatorio siguió y en un momento dado hice un fuerte movimiento debido al dolor y la venda se soltó y vi por un momento a tres personas sobre mi, vi al “médico” con un estetoscopio colgado al cuello (que como supe más tarde, se trataba en realidad de un doctor en Psiquiatría de apellido Aleson , al subteniente Barreiro y al teniente 1ro Losito. Esa noche la tortura duró más que la anterior, hasta que el médico dijo que yo estaba a punto de reventar. Pararon un rato y después me llevan de la cama entre dos, me dijeron que caminara, di un paso y caí perdiendo el conocimiento por
completo.

A partir de ese momento entré en un estado de semi- inconciencia durante un largo período (quince días mas o menos) la mayor parte de ese tiempo pasé con delirios y visiones y por momentos recobraba el conocimiento y plena conciencia. En uno de esos momentos es que recuerdo que estaba dentro de una pequeña pieza muy iluminada, acostado en una cama con colchón y sábanas que tenían el sello del Hospital Militar del RI9. También en una de esas oportunidades vi penetrar en la habitación al Dr. Aleson con una jeringa que me inyectó en el brazo. En ese momento, entró otra persona, el Capitán Demarchi, al tiempo que sentía que perdía el control de mi cuerpo y entraba en un estado de somnolencia, mientras estas dos personas no cesaban de hacerme preguntas. Esto se repitió una o dos veces más.

Al cabo de unos días sentí que me transportaban entre dos soldados a un lugar muy cerca de allí (después supe que se trataba de una cuadra de madera donde funcionaba el casino de suboficiales dentro del mismo Regimiento). Allí en una pequeña celda improvisada seguí por un tiempo más en estado de extrema debilidad, siempre sentía que entraban y salían personas que me hacían preguntas y parece que yo respondía cosas incoherentes.

Hasta que una mañana me desperté mas conciente, entró el teniente 1ro Losito y me preguntó “que fecha es hoy”, yo traté de calcular y respondí que debía ser 24 o 25 de agosto, él me respondió que era el 14 de septiembre. Al otro día volvió y me repitió la misma pregunta, a la que yo respondí 15 de septiembre, entonces me dijo :”bueno, ahora ya estás bien” y ordenó a dos soldados que me llevaron al baño debido a mi debilidad física, me sentaron en una silla bajo la ducha. Cuando me sacaban del baño vi que traían a S. M. al baño. Días mas tarde me comunicaron que tendría visita; era de mi padre. Momentos antes vendaron mis heridas en las muñecas, la parte de arriba de mi mano derecha y me pusieron un parche en la entreceja debido a una herida causada por los alambres de la venda que no cicatrizaban. Me dijeron que solamente debía decir que estaba bien y que si mi padre me hacía alguna pregunta yo debía mirar primero al mayor Karlson , que el me iba a hacer una seña si respondía o no, también me advirtieron que las manos las debía tener bajo la mesa sobre mis rodillas . La habitación estaba rodeada de soldados con ametralladoras entonces trajeron a mi padre sostenido por dos soldados debido a su precario estado de salud y lo sentaron al otro extremo de la mesa, la entrevista duró diez minutos. Mi padre pidió que se me permitiera abrazarlo pero el mayor Karlson no lo permitió. Al volver a mi celda vi que dos soldados traían a la Dra. M.A, esposada, desde el sector de los baños, días después volví a encontrar a la misma persona dentro del baño donde estaban los lavaderos.

A partir de ese momento los interrogatorios se reiniciaron casi todos los días mezclados siempre con insultos, golpes y amenazas de muerte.-

Una mañana el subteniente Barreiro me comunicó que esa noche me iban a fusilar debido a mi falta de colaboración. Cuando ya era muy tarde entraron a mi celda Barreiro y Losito , me encapucharon y con una gruesa cuerda me ataron los brazos desde la cintura hasta los hombros, uno de ellos me sacó los zapatos, porque decían que donde iba no los necesitaría, también reconocí la voz de Barreiro cuando me dijo: “hijo de puta, ahora vas a ir a reunirte con los cachos al fondo de la laguna”, me subieron a un vehículo e hicimos un corto trayecto, yo presumo que podría ser atrás de las ex_instalaciones de Molinos Río de la Plata, ya que al bajar del vehículo sentí que pisaba tierra y pedazos de hormigón, bajamos por una especie de escalones y llegamos a un lugar donde había arena y barro con fuerte olor a pescado, después sentí que me metían en el agua hasta la rodilla y me apoyaban el cañón de una pistola en la sien al tiempo que Barreiro me decía :”que vas a gritar, Viva Perón! O Viva los Montos! , yo nada respondí y sentí el gatilleo del revolver, pero estaba descargado.

Días después escuché y vi que traían nuevos prisioneros, frente a mi celda en el sector de las duchas alojaron a dos personas, una de apellido Núñez (Luis) y otra de apellido Almirón, también escuchaba las voces y llantos de M.A., S. M. y el de una mujer rubia procedente de Goya , profesora, que estaba en avanzado estado de gravidez a quien mas tarde vi. Un día me llevaron al sector de los piletones para que me afeitara y peinara porque íbamos a tener una visita muy importante, horas después abrieron la puerta de mi celda y desde allí se presentó el General Cristino Nicolaides, y dijo que todo lo que había pasado me lo tenía merecido y que así íbamos a aprender lo que era el Ejército Argentino, entre otras cosas.

Esa noche vino el cabo 1ro Pérez y nos comunicó que por orden del General Nicolaides nadie dormiría y que debíamos permanecer de pie toda la noche. Este cabo siempre nos maltrataba e intentaba a abusar de las mujeres.

Después me cambiaron al sector de las duchas porque todas las noches traían nuevos prisioneros , entre ellos a Raúl Merlo y a otra mujer embarazada que la pusieron en mi celda. Me alojaron junto con Núñez y Almirón (Chengo).

Fue en ese tiempo que empezaron las “visitas” del padre Luchetti, capellán del Regimiento. Este sacerdote nos decía que estábamos allí porque Dios nos castigó, que debíamos colaborar con los militares; él, Luchetti es testigo del estado en que nos encontrábamos a causa de las torturas. Le pedíamos ayuda pero el nos decía que lo teníamos merecido que así “íbamos a pagar nuestras deudas con el Señor”; en una oportunidad una mujer que estaba en una celda al lado de la mía se confesó con Luchetti, a los pocos minutos después que se retiró el sacerdote, escuchamos entraban los interrogadores y le hacían preguntas, mientras la golpeaban, en base a la confesión secreta que le había hecho al capellán. Cuando estos terminaron entró nuevamente Luchetti y le pidió disculpas diciéndole que su deber era defender a Dios y la Patria. A mi también siempre me pedía que me “confesara” con él.

También en esos días trajeron detenido a Rogelio Tomasella, quien estaba herido de dos balazos y lo alojaron al final de la cuadra. Esta persona es oriunda de Goya.

A fines de octubre fui trasladado a la Alcaidía de la policía provincial junto con Rogelio Tomasella; allí nos alojaron en la misma celda donde se encontraban otros dos detenidos, un ex diputado de apellido Ferreira , refugiado uruguayo y un sacerdote de apellido Orlandini de la ciudad de Goya. A los pocos días trajeron otros doce prisioneros procedentes también del Regimiento, eran entre otros Raúl Ángel Francia (de Formosa), Mario Arquero, Miguel A. Miño, Ramón Cura, Moisés Belsky, Luis Núñez, Chengo Almirón, Raúl Merlo, Miguel Buzzo, Parodi, (de Misiones), Valentín Molina, Juan Basualdo, y la Sra. de Belsky. Durante varias noches Ramón Cura fue interrogado y torturado en el primer piso de la Jefatura de la Policía Provincial.

La primera semana de noviembre me llevaron de vuelta al Regimiento, en una camioneta verde olivo, conducida por el Tte. 1ro Losito, al llegar a la puerta del Casino de Suboficiales me vendó los ojos y me condujo al sector de los piletones, la venda me quedaba floja así que pude ver que allí se encontraba el capitán Demarchi, quien me golpeó al tiempo que me decía que colaborase o iría de vuelta a la “parrilla”. Me mostraron, Demarchi y Losito, dos o tres álbum de fotos, después Demarchi salió y Losito me dijo que me parara en la puerta de los piletones , por un momento pude ver que el casino estaba lleno de prisioneros; inmediatamente después me sostuvo desde atrás los párpados y me dijo que abriera los ojos solamente si el retiraba las manos , pero a pesar de eso yo podía distinguir a mi alrededor, entonces empezaron a traer uno a uno a varios prisioneros, que al verme hacían signos negativos con la cabeza. Entre otros pude reconocer interiormente a las siguientes personas: Fernando Piérola, estudiante de Arquitectura, Fernando tenía las piernas llenas de heridas infectadas. Fuimos compañeros en la Facultad de Arquitectura. Luis Díaz, estudiante de la Facultad de Ciencias Económicas, oriundo de la ciudad de Mercedes, quien se encuentra actualmente desaparecido. Dora Noriga o Noriega, a quien conocí en una asamblea de delegados estudiantiles de la Facultad de Arquitectura . Dorita se encontraba embarazada y muy débil; después supe que a causa de las torturas el bebé había muerto y como no se lo sacaron se le pudrió adentro, ella también figura como desaparecida; María Julia Morresi de Piérola, también estudiante de Arquitectura , actualmente vive en Resistencia, Chaco. Oscar Vargas, esposo de Dorita Noriega, también delegado estudiantil.

Después de esto volví a los piletones, donde Losito me ofreció un cigarrillo; se escuchaban lamentos y gritos de dolor. Entonces el me dijo :”¿escuchás?, hay momentos en que no aguanto más; si ustedes colaborasen, esto se terminaría pronto”. “Ahora voy a hablar con el jefe a ver que hacemos con vos”. Salió y yo me quedé sin vendas ni esposas en los piletones, como a los veinte minutos volvió y me llevó de vuelta a la Alcaidía, donde permanecí por espacio de 6 meses.

El 14 de abril de 1977 me trasladaron a la Unidad Penitenciaria n. 7 de la ciudad de Resistencia. En abril de 1979 soy trasladado a la Unidad Penitenciaria n. 2 de la Ciudad de La Plata . En noviembre de 1979 soy trasladado nuevamente a la U7 de Resistencia , para ser pasado, según se me dijo a la Justicia Civil, cosa que finalmente no ocurre. En febrero de 1980 me llevan nuevamente a la U2 de La Plata , donde en el mes de julio del mismo año fui internado en el Pabellón Psiquiátrico a raíz de una reacción psíquica a causa de haber pasado quince días en calabozos. El 23 de Noviembre de 1980 estando aún internado en el Psiquiátrico, me dieron la Libertad Vigilada

Durante estos cuatro años y tres meses, además de estar privado de mi libertad, sin causa ni proceso, yo y mis familiares solicitamos el derecho de Opción para salir del país , lo cual me lo negaron siempre a pesar de tener visa para Bélgica, Canadá y Estados Unidos de Norteamérica.

En el mes de octubre de 1981, estando aún bajo el Régimen de Libertad Vigilada fui citado al Comando de la Ciudad de Corrientes, allí el General Piotti, luego de una larga arenga sobre la teoría de la 3ra. Guerra Mundial, me dijo que sería puesto en libertad total con la condición que hiciera uso de alguna de mis visas para salir del país de inmediato y que en el caso de que alguna vez volviera ya sabía lo que me harían. En esta audiencia se encontraban también presentes mi padre y un auditor de apellido Esquiner.

El 31 de Noviembre de 1981 partí hacia Canadá con el status de refugiado político donde en el mes de agosto de 1985 el gobierno canadiense me otorgó la carta de ciudadanía canadiense y el pasaporte canadiense, conservando siempre mi ciudadanía argentina.

Finalmente en el mes de Diciembre de 1985 regresé a mi país.

RESERVA DEL CASO FEDERAL. Desde ya y para el hipotético caso que se invocara la prescripción de las acciones penales al amparo de las normas de impunidad regladas por la Ley 23 492, dejo planteada la inconstitucionalidad de la citada Ley por las siguientes razones que en su momento, de ser necesario, serán ampliadas: a) vulnera de modo flagrante y categórico el principio de igualdad ante la ley consagrado por el Art. 16 de la C.N. al privilegiar con impunidad a quienes han sido los autores o de cualquier modo responsables del genocidio mas ignominioso que padeciera la sociedad argentina a lo largo de su historia .b) Tal privilegio que priva al Estado Soberano de uno de sus atributos imprescindibles a su subsistencia y que lo constituye el ejercicio de la potestad represiva y en que solo caben las amnistías para los delitos políticos, de los que siempre, invariablemente se excluyen los hechos atroces, lo contrario al derecho de gentes y a la humanidad, todo lo cual constituye una grave afectación al princio republicano de la racionalidad incito en el Art. 1ro de la C.N. c) Es igualmente contrario al Art. 31 de la C.N conforme al cual las leyes, los tratados suscriptos por la Nación, son la Ley Suprema.

En orden a ella, la Nación Argentina ha suscripto los tratados y convenciones que protegen los derechos humanos y se ha comprometido ante la comunidad internacional a respetar y hacerlos respetar. (Declaración Universal Derechos Humanos.- Convención Americana de Derechos Humanos. Pacto de San José de Costa Rica , ratificado por Ley 23054).

Por cierto que la impunidad destinada a privilegiar a los autores del genocidio mas aberrante que asolara nuestro país constituye patente desprotección a los derechos humanos , que se protegen impidiendo su violación y sancionando a quienes lo han violado.

Por todo lo expuesto a V. E pido :

1. Me tenga por presentado, con el domicilio constituido y por formulada denuncia

2. Se disponga la instrucción de la causa penal, corriéndose vista al Sr. Fiscal de Cámara

3. Se tenga presente que solicito la intervención conferida por el Art. 100 bis del Código de Justicia Militar, conforme a la reforma introducida por el Art. 9, con todas las facultades que se me otorgan , tales como la de ser notificado de resoluciones, intervenir en el procedimiento judicial para lo que intervendrá mi letrado patrocinante quien acreditará la representación pertinente.

4. Se requiera a la Jefatura del Estado Mayor del Ejército o de donde corresponda, con el máximo de urgencia, la situación de revista y destino del personal militar incriminado, en su caso sus domicilios y datos de identidad.

5. Se tenga presente la cuestión federal por inconstitucionalidad de la Ley 23492

Será Justicia

Carlos Alberto Achar Carlomagno

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2.2.- MENSAJE DEL GRUPO DE CURAS EN OPCIÓN POR LOS POBRES

Enviado por Eduardo de la Serna

Fecha de Envío: Jueves, 24 de Marzo de 2005 02:35 p.m.

Mensaje a la sociedad y las comunidades

(grupo de curas en Opción por los Pobres)

"El profeta denuncia también los pecados internos de la Iglesia. ¿Y por qué no? Si obispos, papa, sacerdotes, nuncios, religiosas, colegios católicos estamos formados por hombres, y los hombres somos pecadores y necesitamos que alguien nos sirva de profeta para que nos llame a conversión... Sería muy triste una Iglesia que se sintiera tan dueña de la verdad que rechazara todo lo demás. Una Iglesia que sólo condena, una Iglesia que sólo mira pecado en los otros y no mira la viga que lleva en el suyo, no es la auténtica Iglesia de Cristo" (mons. Oscar Romero, Homilía del 8 de julio de 1979).

Ante algunas voces de miembros de la comunidad cristiana a la que pertenecemos que aluden a una supuesta campaña contra la Iglesia, o contra el cristianismo, queremos hacer pública nuestra opinión:

1. la reacción de numerosos medios de comunicación frente a las desacertadísimas declaraciones del Obispo Castrense merecieron una justa respuesta, que en algunos casos también la hubiéramos esperado de nuestros pastores;

2. Nos parece razonable que en los medios de comunicación haya gente de diferentes credos, confesiones religiosas, y también quienes no las tienen; su compromiso no es con la Iglesia, sino con la verdad. Y creemos que eso los acerca a Dios mucho más que cerradas actitudes corporativas;

3. No desconocemos que también en los medios hay quienes no obran con verdad, sino movidos por otras razones, pero lo cierto es que la causa de esa actitud de hoy, no radica en una campaña "desde afuera" contra la Iglesia, sino en algunas voces que "desde adentro" la desacreditan y hacen objeto de crítica, y hasta de burla; en la falta de gestos y de autocrítica, y la resistencia al diálogo con quienes piensan distinto.

4. Hace ya algún tiempo (1 de marzo de 2003) hemos señalado la inconveniencia de la existencia del obispado castrense; queremos reiterarlo en este momento, a fin que las Fuerzas Armadas puedan recibir el auténtico mensaje de Jesús que los invita a una sincera conversión, contribuyendo con la justicia, denunciando lo que saben de su pasado oscuro, revelando los archivos que hubiere para que se sepa qué y quién fue responsable de la suerte de los desaparecidos, y de la actual y falsa identidad de los menores nacidos en cautiverio. Como todos los cristianos, las Fuerzas Armadas no necesitan una voz que los aplauda o que sea cómplice, sino que los llame a la verdad, a la justicia y a la sincera conversión.

De esta manera, esta Pascua que se avecina mostrará a todos la fuerza luminosa de la vida que se eleva sobre la oscura sombra de la muerte.

24 de marzo de 2005
Jueves Santo
(y 25° aniversario del martirio de mons. Oscar Romero)

 

P. Marcelo Ciaramella - P. Marcos Alemán sj- P. Eduardo de la Serna,
delegados nacionales del grupo de curas en la Opción por los Pobres

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2.3.- ZONCERAS ARGENTINAS (POR OSVALDO BAYER)

PAGINA 12, Buenos Aires-Argentina, 26 Marzo 2005

Zonceras argentinas

Por Osvaldo Bayer

La rabia y la inmensa tristeza. Recordar aquel 24 de marzo. Que será para siempre la fecha de la gran vergüenza argentina. Videla. El ridículo asesino repitiendo ante los periodistas extranjeros: "No están ni muertos ni vivos, están desaparecidos". La crueldad y el cinismo son insuperables. Como los grandes crímenes de la historia de la humanidad. Pero tal vez más refinados, más truculentos, más perversos. Sádicos. Castrenses, beatos.

Están desaparecidos. Los niños del enemigo se roban para criarlos en familias católicas. Esto basta. Y los flojos, los pusilánimes de siempre apostaron a la obediencia debida y el punto final. La Argentina. Mi país. País con desaparecidos y con niños con padres putativos asesinos de sus padres. La Argentina, cristiana y católica. Videlas, Baseottos, Masseras, Camps, Plazas...

Los asesinos están entre nosotros, se llamó un desesperado film alemán de posguerra, de esa Berlín devastada. Tratar de explicar lo inexplicable. En la Argentina, veintinueve años después. Los asesinos están entre nosotros.

En ese aniversario veintinueve voy a recordar a un buen amigo. Se llamó Augusto Conte. Fue dirigente del Partido Demócrata Cristiano. En él se exacerbó la tragedia. En Alemania nos encontramos en un congreso de derechos humanos. Y una noche me dijo que la única forma de superar esa tragedia era la muerte. Y no la vida como habían preferido las Madres de Pañuelo Blanco al ganar las calles. El, sí se había dedicado a la lucha por la verdad al desaparecer su amado hijo mayor. Augusto María.

Me miró con enorme tristeza, y agregó: "Pero mi error fue tan grande que el único futuro mío es ir en búsqueda de mi hijo, allí desde donde no se regresa".

No hubo forma de convencerlo. Poco después él mismo buscó su muerte. No encontró otro remedio para "pagar mi culpa" como él definía su error. La cosa fue así. En plena dictadura de la desaparición, el departamento de su hijo Augusto María fue allanado por una patota del Ejército. El joven no estaba. Como de costumbre, se robaron todo y el resto lo destruyeron.

Esto causó verdadera consternación en Augusto Conte, el padre. Se puso en contacto con el hijo para preguntarle si él pertenecía a alguna organización perseguida. El hijo le contestó que no, que evidentemente se trataba de un error. Entonces Augusto Conte cometió el más grande error de toda su vida. El había sido amigo o compañero de colegio del general Suárez Mason, en ese momento comandante del 1º Cuerpo de Ejército. Le resultaba un asco ir a verlo, pero estaba en juego la vida de su hijo. Fue así como le dijo a su hijo Augusto María: bien, a ese error hay que aclararlo, si no te va a costar la vida. Yo conozco al general Suárez Mason. Le voy a pedir una entrevista. Vamos los dos y vos le aclarás personalmente que contigo están siguiendo una pista falsa. Y así se hizo.

El general de la Nación -como gusta llamarse- aceptó que lo fueran a ver. Los recibió muy amable. Escuchó al hijo de Conte y a su padre. Y entonces les puso la trampa. Un general argentino tramposo, deleznable, despreciable por los siglos de los siglos de la historia de la humanidad. Le pidió a Conte que el hijo permaneciera unas horas en el cuartel del 1º de Infantería para limpiar todos los antecedentes y dejar todo aclarado. Y ellos aceptaron, crédulos, la palabra del general argentino. Augusto Conte dejó el despacho del artero. Su hijo quedó. Y desapareció para siempre.

El llanto desesperado acompañó el relato. "Yo soy el culpable", me lo repitió cien veces. Mil veces.
El general desleal, cuando cayó la dictadura, se fue a vivir a Estados Unidos, basándose en sus "antepasados" norteamericanos. Pero los Estados Unidos no lo aceptaron y lo expulsaron. Total ya lo habían usado para la represión y el cuidado de sus intereses: les había resultado muy útil. Pero ya bastaba y lo tiraron por la borda como basura. Así paga el diablo.Pero hete aquí que lo que queremos decir es otra cosa: la lenidad con que ciertos sectores de la sociedad argentina toman a los represores.

Si lo mencionamos a Augusto Conte es para lamentar profundamente cómo su partido, el Demócrata Cristiano, por el cual él luchó tanto e hizo tantos esfuerzos en su vida, hoy acepta la afiliación de un represor, nada menos de un agente del Batallón 601, cueva del plan de la desaparición de miles de hombres, mujeres y niños.

El mayor Carlos Antonio Españadero, que actuó al servicio de la sangrienta represión bajo el seudónimo de mayor Peirano, es nada menos que miembro de ese partido. Sí, es demócrata y cristiano. El llamado "mayor Peirano" es el mismo que actuó en la embajada alemana para atender a los parientes de desaparecidos de origen germano. Parece un film de horror: la embajada alemana permitió y respaldó en darle al "mayor Peirano" el puesto de consejero de los desesperados. Los familiares -ya en el tiempo de la democracia- lo denunciaron como a alguien que trataba de obtener todos los datos posibles de las acciones que estaban haciendo esos parientes para saber algo de sus desaparecidos.

Un oficio infame el del mayor Peirano. Lo denuncié al tal mayor Carlos Españadero alias Peirano en una contratapa de este diario, en una nota titulada "El amable mayor Peirano", y cómo la embajada alemana le había dado esa tarea. Dije: el citado oficial "tuvo la misma función que cumplió en el vicariato castrense el conocido monseñor Graselli. Se hacía atender a los desesperados familiares de los desaparecidos, por los lobos. Disimulados como consejeros, de aire bonachón y palabras de consuelo. Los lobos. Feroces, cínicos, que pasaban de inmediato los datos a sus superiores". Denuncié en esa nota el caso del teólogo alemán profesor Käsemann, cuya hija Elisabeth fue asesinada por la dictadura de Videla. Este catedrático vino a la Argentina a rescatar el cadáver de su hija. La embajada alemana lo puso en contacto con "un oficial del ejército argentino", me relató el profesor Käsemann. "Ese oficial me dijo que sí, que era posible dar con el cuerpo de Elisabeth, pero que eso costaba 26.000 dólares".

El padre de Elisabeth, cuando me relató este episodio me dijo "siento ira, vergüenza y duelo" y agregó: "Me avergüenzo de haberme prestado a ese sucio negocio cuando tendría que haberlo rechazado indignado y haberme conformado con el recuerdo de mi hermosa hija viva". Cuando le pregunté si iba a hacer un juicio por ese dinero, me contestó: "A Judas no se le reclamó jamás que devolviera sus dineros". Sentí una profunda vergüenza que dura hasta hoy.

Cuando denuncié esto en este diario, el mayor Españadero publicó en Internet (http: //home.ba.net/-gastonsa) una desaforada diatriba contra mi persona donde me califica con sorna de "justiciero". Como "justiciero" él define a una persona "atractiva hasta seductor, diestro en el uso de cualquier arma", pero que actúa "al margen de las leyes que es una manera de suponer que son delincuentes" y, "por supuesto, el justiciero no está solo, como los terroristas sabe que a través de otros justicieros organizados en grupos de poder pueden aterrorizar hasta a la Justicia". El mayor Españadero reconoció sin problemas que prestó servicios en el Batallón 601, de 1970 a 1980, y como si fuera poco fue jefe de Situación General. En la Alemania de posguerra, los jerarcas nazis que cubrieron esos puestos fueron condenados a prisión perpetua en cárceles comunes. Aquí, en la Argentina, están libres o presos en sus domicilios, cobrando jubilaciones y pensiones. Y el tal mayor Españadero, además, participa en congresos sobre "Seguridad". Obediencia debida y punto final.

Yo denuncié al mayor Españadero al comandante del Ejército general Balza en ese tiempo. Para que iniciara las investigaciones del caso. Pero, como escribí: "Pero Balza ese día no leyó el diario, faltó, estuvo ocupado o tal vez dedicado a la natación". Y hoy es embajador en Colombia. Zonceras argentinas.
Por eso, por el respeto a Conte y por lo que significa que Españadero perteneció al Batallón 601 en la desaparición de personas, les pido a los dirigentes de la democracia cristiana que lo expulsen del partido al mayor Españadero, alias Peirano. Será justicia. Será dignidad.

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2.4.- ARGENTINA: UN SILENCIO ABRUMADOR (POR LAURA BONAPARTE)

Página 12, Jueves 24 de Marzo de 2005

Un silencio abrumador

Laura Bonaparte*

Página/12 - Buenos Aires

Hoy es miércoles. Apuntaba a ser un día como todos cuando alguien de un país del continente asiático pide hacerme una entrevista. Es un periodista de una cadena de TV. Me vestí un poco más arreglada que de costumbre. Elegí ropa, casi automáticamente y, como de costumbre, me vestí de negro, me calcé los zapatos también negros, de tacones. Vendrían con un hombre que había estado exiliado y a quien yo no
conocía personalmente, sólo de nombre.

Iba a comenzar este testimonio recordando que todos mis hijos formaban parte del coro del profesor Shultis, de Castelar. Pero Noni, Aída Leonora, además de ser pianista, era la mezzosoprano del coro. Su voz era de un timbre cálido, limpio y de amplio registro. Además, ella era la campeona de truco del Colegio Nacional de Morón. Y luego seguí contando que mi hijo mayor tocaba la guitarra, era tenor en el coro, como mi hijo Víctor, que estudiaba violoncello, y mi hija Irenita, soprano, y su instrumento era el arpa.

Pero Irenita era una realmente dotada para la cerámica. Ella hizo su bachillerato en la Escuela de Cerámica. Su escultura, El despertar, obtuvo la mención en la Primera Exposición Internacional de Cerámica que se hizo en este país. Resalto esto porque todos eligieron lo que ellos querían hacer. Mi casa era una fiesta. Mientras el fotógrafo preparaba su cámara, algo conversé con este señor. El se presentó con un "¿te acuerdas de mí?" y casi sin darme tiempo a responder no, no me acuerdo, comenzó a recordar él, con enorme cariño no sólo a Noni sino que también habló de Adrián Saidón, pareja de Noni, al que le decíamos Cacho y padre del hijo de ambos.

No fue mucho lo que habló. Se refirió, muy emocionado, sólo a unaúnica situación, el momento del asesinato de Cacho el 24 de marzo de 1976. A Noni, mi hija, pareja de Cacho, y mamá del bebé, la habían matado el 24 de diciembre de 1975. Cacho había alzado el bebé que había tenido con Noni, único hijo de ambos, y se fue a vivir con otros compañeros en Avellaneda. Estaban todos juntos compartiendo una casa antigua pero lo suficientemente grande como para estar todos como una familia. Cacho estaba clandestino. El pensaba que si le pasaba algo, si caía preso o si no volvía, el bebé quedaría bien cuidado por las compañeras y los compañeros. Y las compañeras y compañeros aceptaron con todo el amor que les tenían a Noni y a Cacho.

Bueno, pues este señor, ahora de algo más de cincuenta años, era uno de los que habían alquilado la casa de Avellaneda. El era uno más de los que compartían la vivienda con Cacho y su bebé recién nacido. El hombre que llegó a mi casa habló de lo que yo ya sabía, de cómo lo habían matado a Cacho. Pero él me confirmaba aquello que el papá de Cacho también me había contado. Su testimonio era auditivo. No vio nada. Sólo escuchó los estampidos.

Cacho había salido a comprar facturas para el mate. Eran las siete de la mañana del día del golpe y debía llevar a su bebé al hospital para que le revisaran el oidito. Por eso se había levantado más temprano que de costumbre, tomaría unos mates y luego partiría con su bebé al hospital. Salió bastante temprano a comprar las facturas. Antes de llegar a la puerta de su vivienda con la bolsa de facturas en la mano, calentitas las medialunas y las bolas de fraile, algunos churros, en fin, las necesarias para compartir el mate con los compañeros.

Al pisar la primera baldosa de la vereda de su casa, se dio cuenta de que un coche de la policía seguía sus pasos. Con la bolsa de facturas en una mano, pasó por la puerta de su casa, decidió no entrar y seguir caminando, pasar de largo, como si su vivienda quedase en alguna otra cuadra y de esa manera salvar a su hijo y a sus compañeros. Estaba ya a una cuadra de su casa, el coche con los genocidas apuró y desde ese lugar dispararon todas sus armas sobre él. Sabía por el papá de Cacho que su espalda había quedado perforada por múltiples disparos.

El hombre joven que estuvo con los coreanos filmando, en mi casa, confirmaba, no había visto, pero sí oído, él sólo había oído, los atronadores, múltiples disparos. Automáticamente rodearon al bebé de su compañero, envolviéndolo en un abrazo. Cacho les había salvado la vida a su bebé y a ellos mismos, sus compañeros y ellos todos juntos, rodearon al bebé.

Hace de esto 29 años. Sin embargo todo me pega como reciente. A veces pienso que aunque no lo reconozca sigo esperando a mi hija, a su compañero, con los brazos ocupados por su bebé. Han pasado 29 años de este tan brutal episodio. El bebé al que su padre le salvó la vida ya es un joven hombre. Es bello y generoso. Y muy inteligente. Es hijo de esa pareja de jóvenes, ambos de un altruismo enorme.

Para mí el pasado y el futuro hubieran quedado fuera del tiempo, suspendidos, en una mirada o en horribles estampidos. Este es otro tiempo, medible de otra manera. Un tiempo que repentinamente se hace tan actual, que insiste en la confirmación del recuerdo. Es que el recuerdo terriblemente doloroso, con otro dolor, es también por la confirmación que aquello, el acto infame de la matanza brutal, efectivamente existió. Seres que existieron para vivir y para que otros vivan.

Nunca he dejado de pensar en el relato minucioso, lo necesitaba en ese entonces, que don Alberto, el papá de Cacho, me había contado. El tuvo dos versiones: una, la de los policías cuando le indicaron el lugar donde su hijo iba a ser enterrado, en uno de los cementerios. El vio el cuerpo de su hijo, no alcanzó a contar los orificios de las balas, cree que eran más de veinte. Cubrió lo que quedaba del cuerpo de su hijo con la sábana. Y cerró la caja y lo llevó solo con su pena al cementerio. El otro relato es el de los compañeros de su hijo que escucharon, dentro de la vivienda, la brutal masacre.

No deja de asombrarme ese énfasis casi fanático por conocer toda la verdad. Tal vez espero que alguien, con el mismo énfasis, me diga: Laura, estás equivocada; tus hijos viven, nadie murió, la gente no es tan cruel como creés, dejá de pensar mal de la gente, los militares no eran así como aparecen. Quiero fanáticamente abrir este deseo y meterme en él como ocurrió con la cueva de Alí Babá y encontrar allí a todos mis desaparecidos, darles un abrazo, sacarlos de esa oscuridad del enterramiento tan canalla, tan clandestino, y realizar el proyecto de mi familia, recuperar el canto, el tallado en la piedra, la risa, la música. El silencio es abrumador.

* Psicóloga, miembro de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora.

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Carlos D. PÉREZ
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