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Al Qaeda, ¿está ganando o perdiendo la guerra? (II)
Ricardo Rodríguez
CEPRID
1 -VII -07

Al Qaeda, ¿está ganando o perdiendo la guerra? (I)

Las subcontratas ideológicas

Podrían sumar muchos miles los que han llegado de los países de la periferia de Irak a combatir, cumplir entrenamiento o tarea de martirio y multiplicarse. Este osado despliegue ha estado acompañado del novedoso sistema que ha desarrollado Al Qaeda de “franquicias” formados por docenas de organizaciones en más de una treintena de países. Estas especies de “subcontratas ideológicas” de Al Qaeda, no se encuentran vinculadas orgánicamente a la organización pero actúan motivadas ideológica, política y religiosamente, más allá del componente de incitación que imprime Osama bin Laden como jefe absoluto de la organización. Más bien, son cuerpos periféricos que se agregan a la lucha siguiendo la estrategia de Al Qaeda de manera independiente y con plena libertad operativa. Su multiplicación asombra a las fuerzas de seguridad de los países de la zona que comienzan a mirar con creciente preocupación las consecuencias de la aventura de la Casa Blanca. Este es otro de los elementos que el Pentágono no contaba y que ahora deben enfrentar globalmente. Decenas de gobiernos no involucrados o más o menos neutrales en esta guerra son arrastrados en esta dinámica y deben hacer frente a nuevos y problemáticos escenarios.

Aunque varias veces han falsamente anunciado su muerte, las encuestas de opinión continúan asegurando al líder de Al Qaeda una popularidad creciente entre jóvenes musulmanes de todos los segmentos sociales en los países árabes y musulmanes. Su estatura de líder carismático ha prendido como un reguero de pólvora en Pakistán, Bangladesh, Cachemira, Bosnia, países de África y ahora penetra con fuerza en el Líbano, en Palestina, en Siria, en Filipinas, en Indonesia, en Jordania, Marruecos y Argelia. El caso de Al Qaeda en el Magreb, de reciente formación, podría agrupar según investigadores, unas 40 organizaciones o grupos más o menos organizados que se encontraban dispersas en todo el norte y centro del África. Al parecer, los resultados del viaje de Sayd al Adel a la zona, comienzan a dar frutos.

Con el paso del tiempo, se ha demostrado dudoso y hasta falso que bin Laden haya estado en algún momento desvinculado de sus bases por el acoso del Pentágono o la CIA. Quizás, en algún período, inmediatamente después de los primeros ataques en Afganistán, la cúpula se encontró un tanto “tocada”, pero muy lejos de colapsada o desligada de sus bases. El abandono del grueso de las fuerzas de los EEUU del territorio de Afganistán y, consecuentemente, dejar en la estacada la guerra contra Al Qaeda para acometer la invasión de Irak, les dio un impulso considerable al punto que sus tropas realizan hoy operaciones conjuntas con los talibanes y oficialmente han creado Al Qaeda en Afganistán. Han ocupado el “vacío” junto a otras muchas fuerzas que casi controlan la mitad del país mientras Karzai continua encerrado en su palacio protegido por mercenarios del mayor ejército privado del mundo, la empresa de seguridad estadounidense Blackwater. Y más allá de esto, se han establecido de manera sólida en Irak, país en el cual no tenían un solo militante hace sólo tres años.

La organización ortodoxa islámica, sin duda, se ha fortalecido, ha crecido, se organizan mejor, se comunican con mayor secretismo; utilizan una inmensa variedad de métodos, se desplazan con mucha habilidad y cautela y reclutan centenares de hombres debido a la irónica situación creada en el mundo con la “guerra contra el terrorismo”. Esto, les permite reemplazar a los mandos en cuestión de horas como ha sucedido en Arabia Saudita, Afganistán e Irak. Rastreadores estadounidenses de Internet aseguran que hoy podrían existir en el mundo unas 7.500.- páginas web y foros yihadistas, en circunstancias que para los atentados del 11-S tenían sólo 15. Algunas de estas páginas en Internet, con mensajes encriptados con metodologías de punta son impenetrables, incluso para la más avanzada tecnología de Silicon Valley. Más allá de sus múltiples páginas web, portales y foros, es notable el uso que los salafistas realizan del auspicio de Yahoo alquilando espacios para construir sus propios portales y diseminar propaganda de gran efectividad en los foros de Yahoo. Allí se encuentran desde las más encendidas alocuciones de bin Laden, Zawahiri o al-Zarqawi así como, videos, comunicados actualizados, descripción de operaciones, mensajes de todo tipo, manuales de instrucción militar, cursos para fabricar bombas, instrucciones para atentados terroristas, citas del Corán, fatuas de imanes, homenajes a mártires y hasta guías metodológicas para construir y operar armas convencionales y nucleares.

Un análisis de los Foros salafistas en la red revela que los islamistas ortodoxos destinan en forma persistente a sus “especialistas” a revisar los medios de comunicación de Occidente en busca de información que tenga implicaciones operacionales inmediatas para la “guerra santa”. Estos datos, comunicados con celeridad a sus comandantes en terreno, incrementan la efectividad de sus combatientes, les ayuda a dar virajes tácticos, les abre nuevas perspectivas en cuanto a escoger ataques y aumenta notablemente la moral de combate. Sus páginas web, foros y plataformas en la red han llegado a ser no sólo propaganda o guerra psicológica avanzada, sino una parte integral de la “guerra santa”. “El remedio ha resultado mucho peor que la enfermedad”.

Sus aparatos y redes de propaganda han adquirido una profesionalidad y un nivel técnico muy elevado. Sus videos se pasean por la red a disposición de cualquier navegante. Las fogosas proclamas de Ayman al Zawahiri, el número dos de Al Qaeda y brazo derecho de bin Laden, llegan a las pantallas de estaciones de TV por satélite comentando hechos sucedidos dos días después de los acontecimientos, en circunstancias que hace sólo dos años, lo videos hacían referencia a hechos acontecidos meses atrás en el tiempo. Esto demuestra habilidad y destreza avanzada en construcción de redes muy efectivas y versátiles. Todo esto, lo realizan bajo la atenta mirada de unos 100 agentes de la CIA, Inteligencia Militar, FBI, ISI, docenas de escuchas de la Agencia de Seguridad Nacional, de 14 satélites espías y 40 aviones Predator sobrevolando 24 horas la frontera afgano-pakistaní, que es el lugar geográfico donde la inteligencia americana ubica a bin Laden. Solo que esta frontera es totalmente montañosa, inhóspita y tiene el tamaño de España.

Consecuentemente, Al Qaeda y sus aliados no se han encontrado ni se encuentran en una situación desesperada, dando golpes de locos, desmoralizados, realizando acciones espontáneos y ataques sin planificación alguna como algunos medios afirman en la cúpula del Imperio, sino que se encuentran cumpliendo una estrategia planificada con dedicación exclusiva y con un alto grado de imaginación y disciplina. Están ahí, pero no están ahí. Corresponde todo este accionar a una especie de “guerra prolongada” en la concepción maoísta de la guerra y concuerda con la proyección que hace el Pentágono que señala que esta “guerra contra el terrorismo” podría durar por lo menos unos 25 años. Una generación dice Cheney, el vicepresidente de los EEUU. No afirman que podría durar 100 años o más, porque asustarían a mucha gente y sería un hecho contraproducente. Ellos deben mentir como notoriamente lo hacen día a día y asustar a la gente. Pero no mucho, porque la gente no es tonta, y a veces, por lo menos la mitad de los ciudadanos, se entera de los groseros y descarados embustes, y que fueron estos y no aquellos, los responsables y ejecutores de los terribles atentados en Madrid, atrapando de paso, una vez más, al gobierno de Aznar en gruesas mentiras a la ciudadanía. Y, en ocasiones, no siempre, la mentira desfachatada es castigada electoralmente.

Las consecuencias palpables de esta “guerra contra el terror” es que va acompañada de la guerra preventiva, la guerra contra la verdad, la guerra contra los derechos cívicos de las personas, la guerra contra la justicia, la guerra contra los DDHH, la guerra contra los Tratados Internacionales y podemos seguir indefinidamente. Así las cosas, dentro de algunos años, podrían enrolar a nuestros hijos o nietos para ir a defender Andalucía.

Subsiguientemente, y analizando los presupuestos destinados a la guerra por ambas partes, no puede sino llamar la atención la colosal diferencia de recursos observando al Congreso de los EEUU aprobar otros 100 billones de dólares para intentar lo imposible. Pero no siempre el vencedor es el que tiene más recursos monetarios que quemar. La Historia está llena de ejemplos. Han invertido miles de millones de dólares en los aeropuertos y ningún centavo en casi 7 mil kilómetros de frontera con México más allá de la planificación de la muralla de 6 mil kilómetros diseñada para impedir el flujo migratorio del sur que ellos mismos provocan.

Las posibilidades de un ciber-ataque como el que ocurrió contra Estonia hace menos de un mes, abre otro frente, descuidado en extremo por los EEUU y no considerado como una prioridad de defensa. Su presupuesto alcanza solo a 96 millones de dólares: una insignificancia, comparados a los 100 mil millones de dólares destinados a las guerras en Irak y Afganistán. Toda esta montaña de dinero también podría servir para lanzar el esperado ataque a Irán. “Sólo necesitamos diez días y mil misiles crucero” dice un general de la entidad sionista muy al tanto de los preparativos.

Es una guerra global asimétrica, se mire por donde se mire. Pero hay otras diferencias. Aseguran algunos economistas que los multimillonarios recursos de todo tipo obligados a “quemar” anualmente por las acciones o amenazas de Al Qaeda a los EEUU, podrían llevar al país a la bancarrota en 10 o 15 años. Pero qué importa. La industria armamentista llegaría forrada a las puertas del Apocalipsis que también pregonan los fundamentalistas sionistas-cristianos instalados en la capital del Imperio. Hay que hacer notar aquí que cuando Al Qaeda planificó su estrategia no se había producido la invasión a Irak, lo cual aumenta considerablemente el drenaje de dólares quemados en una guerra en que sólo Aznar afirma que USA está ganando.

O sea, antes sólo existía Al Qaeda y estaba básicamente localizada en varios campamentos en Afganistán con una que otra célula incrustada en algunos países árabes y en Europa. Una estimación conservadora indica ahora que las amenazas se han multiplicado por 30 o por 40, a pesar de lo poco que interviene en alocuciones de incitación Osama bin Laden.

Con anticipación a la invasión del ejército estadounidense a Afganistán, Al Qaeda se replegó ordenadamente de sus campamentos, trasladó sus archivos, ordenadores, armas, pertrechos, insumos y personal hacia puntos muy diversos. Dejó atrás, para cubrir sus retaguardias y las rutas de escape de sus fuerzas de elite, a parte de una considerable fuerza insurgente que según los propios americanos “resultó ser una potente fuerza militar de combate”. Mientras tanto, la cúpula planificaba en Tora Bora la siguiente fase.

Consiguientemente, al contrario de lo que han dicho los propagandistas de Washington, el ejército invasor no luchó contra los restos o remanentes andrajosos de Al Qaeda que salieron con vida de los bombardeos a los campamentos de la organización musulmana, sino contra una fuerza insurgente altamente entrenada y capaz, que nunca tuvo la intención de atrincherarse, de enfrentar y morir por la causa frente al monumental poder de fuego que desplegaba el Pentágono y la CIA. Por lo demás, cuando la aviación norteamericana dejó caer miles de toneladas de bombas en los campamentos, ya nadie deambulaba en sus entornos. Estaban vacíos. Algunos comandantes, al frente de pequeños destacamentos de 20 o 30 hombres, habían comenzado a “desaparecer” desde el mismo 11 de septiembre siguiendo instrucciones personales del propio bin Laden. En conocimiento de lo que se avecinaba y siguiendo instrucciones precisas de la cúpula de Al Qaeda, las células se expandieron en todas direcciones. No es aventurado expresar que los comandantes militares de Al Qaeda conocían al dedillo y aplicaban muy bien la experiencia de guerrillas de Mao en China y de Ho Chi Ming en Viet-Nan. Las bajas que sufrieron los insurgentes se localizaron en las inmediaciones de Tora Bora, donde la aviación de los EEUU descargó miles de toneladas de bombas contra las posiciones que protegían las rutas de escape de la columna vertebral de la organización y sus líderes.

Los comandos de avanzada del ejército de los EEUU y operativos de la CIA que localizaron al grueso de las fuerzas de Al Qaeda al norte de Jalalabad, en las cercanía de Tora Bora, rehuyeron el combate y se mantuvieron a muchos kilómetros de los insurgentes protegidos por helicópteros y aviones de combate. Utilizaron sus maletines cargados con millones de dólares para comprar servicios a “señores de la guerra” afganos que tampoco estaban interesados en luchar de igual a igual con las fuerzas de Al Qaeda. Y así, durante días y noches, Osama bin Laden y la columna vertebral de su organización fue desapareciendo de las pantallas de todos los artilugios americanos. Y el Mullah Omar, máximo líder de los talibanes, escapó de Kandahar sentado en el asiento trasero de una moto por entre las piernas de los americanos. Hasta el día de hoy, nadie tiene ni un indicio sobre el paradero de estos hombres.

Por lo tanto, Al Qaeda abandonó Afganistán en buenas condiciones y no al revés como nos han hecho creer durante largo tiempo los voceros de la guerra contra el terror: como una fuerza militar derrotada, intentando en vano reagruparse bajo una lluvia interminable de bombas. Naturalmente, perdieron unos mil hombres de acuerdo a cifras entregadas por voceros de la CIA, un precio normal para quienes habían atacado el corazón de América. Es más, nunca tuvieron en sus mentes los llamados “guerrilleros santos” reagruparse o reorganizarse sólo sobre la frontera afgano-paquistaní. Es posible que esta situación se aplique más certeramente a los talibanes, pero no a Al Qaeda.

La apresurada estrategia de EEUU, lejos de terminar con la organización la dispersó y la obligó a tomar medidas que no se encontraban en los manuales contrainsurgentes del Pentágono haciéndola notablemente más potente y más amplia. (Un caso similar sucedió en Colombia en la llamada también torpemente “guerra contra las drogas”. Habían dos carteles muy bien localizados: el de Medellín y el de Cali. Los destruyeron y ahora hay 120 carteles operando en Colombia).

Documentos secretos que han filtrado ex agentes de la CIA demuestran que la retirada de Afganistán de Al Qaeda en previsión de los masivos ataques americanos, no fue más que el traslado, previa y meticulosamente planificado, de una base a otras múltiples bases en un amplio radio de acción. El objetivo central de las fuerzas invasoras, que en un principio era liquidar completamente la cúpula de Al Qaeda y del Gobierno talibán y a sus operativos más notables, fracasó por completo y las bajas de la organización a nivel de sus fuerzas elite fueron mínimas, como mínimas fueron las bajas de sus fuerzas insurgentes considerado el desproporcionado poder de fuego de ambos bandos.

De la cúpula efectiva de Al Qaeda formada por unos 15 a 20 hombres, los EEUU solo mataron al jefe militar supremo, el egipcio Mohammed Atef, a su esposa y a sus hijos, cuando un misil impactó en la casa en que estaban escondidos en Kabul. Del contingente capturado, el hombre de mayor valor es Khalid bin Attash y el Comandante en Jefe del aparato de Operaciones Internacionales, el kuwaití Khalid Sheikh Mohammed (cerebro del atentado del 11-S), ambos recluidos actualmente en Guantánamo después de pasar años en cárceles secretas de la CIA. También fue apresado el Comandante de los campamentos de entrenamiento, el palestino Abu Zubaydah y otros valiosos operativos internacionales como el yemení Ramsi bin Al Shiby, el eslabón europeo entre Mohamed Atta y Osama bin Laden en los atentados de USA y el operativo de Indonesia, Hambali. Algunos capturados o muertos no tienen el valor estratégico que los americanos alegan, aún maximizando las personalidades para dar continuidad a los embustes.


La política del todo vale

Otros salafistas con dudosa o presunta implicación con Al Qaeda fueron secuestrados en varios países de Europa por agentes de la CIA y llevados en vuelos secretos a cárceles clandestinas en Polonia y Rumania como ha quedado demostrado por una Comisión Investigadora del Parlamento Europeo. Ciertos secuestrados fueron entregados a países como Egipto o Jordania donde fueron torturados durante muchos meses y posteriormente dejados en libertad sin cargos.

Estas actividades ilegales y delictuales desarrolladas por la Casa Blanca con la anuencia de sus aliados y que responde a una política de “todo se vale”, han minado severamente en el mundo la precaria credibilidad y el respeto con que aún contaba la clase política dirigente de los EEUU. Estos graves hechos, sumados a otros tantos como el uso de las torturas y la denegación de justicia en Guantánamo y Abu Graith, ha alienado a decenas de gobiernos neutrales. Existe la impresión y la certeza en millones de personas que los EEUU hablan de democracia pero en realidad, aplican las políticas de los peores dictadores de la Historia.

Al Qaeda se ha beneficiado enormemente de la insensata política del presidente Bush y esto, obviamente nos afecta a todos. En este aspecto, también contribuye marcadamente la política de Israel contra los palestinos y su invasión y destrucción del Líbano más recientemente. Asimismo, el aumento sostenido del precio del petróleo ha significado mayores cuotas de aportaciones de hombres de negocios y potentados del Medio Oriente, fundamentalmente de la Península Arábiga a las arcas de Al Qaeda, resolviendo de lleno los problemas económicos que tuvieron en determinados momentos para mantener su costosa estructura. Curiosamente, antes del 11-S los flujos de dinero salían de las cajas centrales de Al Qaeda para financiar operaciones y ataques en todo el mundo. Se ha constatado que ese flujo hoy, se mueve en sentido contrario. Los dólares y euros fluyen de las múltiples bases que ha establecido Al Qaeda en dirección a la cúpula, lo que indica que la dirigencia de la organización tiene suficientes recursos para mantener una costosa maquinaria de guerra luchando en varios frentes contra la superpotencia.

Al invadir Irak, los EEUU trasladaron el centro de gravedad de la lucha contra Al Qaeda desde Afganistán hacia el centro de los países árabes, acercando el conflicto a Europa y situándolo entre países con graves conflictos larvados por la propia intervención colonial y neo colonial. Un escenario ansiado desde hacía muchos años por Al Qaeda entregado como un regalo por la arrogancia imperial. Territorialmente, los EEUU colocaron a Al Qaeda en una excelente posición geográfica y sus consecuencias, ya se hacen sentir en la amplia periferia de Irak.

Aunque Washington sabe que más temprano que tarde Al Qaeda atacará nuevamente en su territorio continental, aseveran que no lo han logrado gracias “al éxito que tiene en el mundo la lucha contra el terrorismo” y que “es mejor para la seguridad de los EEUU combatir el terrorismo en Afganistán e Irak que en los suburbios de Hollywood o Virginia”. Todo esto es falso ya que es ridículo pensar que bin Laden se proponga invadir a los EEUU. Tampoco es verdad que los “daños infligidos a la organización islámica-salafista de bin Laden mantiene sus aparatos paralizados y a sus hombres en fuga permanente y, por lo tanto, incapaz de ejecutar acciones como la del 11-S en los EEUU”. Es probable que no puedan repetir el secuestro de cuatro aviones y su uso como misiles contra centros de poder o edificios emblemáticos ni tampoco trasladar 20 operativos en líneas aéreas comerciales a los EEUU para realizar un ataque, pero por la frontera mexicana pasan todos los días centenares de latinos de múltiples nacionalidades y bien pueden pasar los operativos de Al Qaeda necesarios para una operación de envergadura. En los últimos años han ingresado ilegalmente a los EEUU, 12 millones de personas sin control alguno.

Al mismo tiempo, bien puede haber pensado bin Laden que atacar en estos momentos contribuiría a unir y cohesionar la grave división que se aprecia en círculos dirigentes políticos de Washington y, por lo tanto, concentran fuerzas en Irak y en otros frentes y esperan que la Casa Blanca se desgaste aún más en el brutal drenaje de dólares y hombres. En el mes de mayo los muertos de los EEUU alcanzan una cifra casi record en toda la guerra, cantidad que también es engañosa ya que no contabilizan como bajas a los latinos residentes en USA que hacen el servicio militar para obtener papeles, sino solo a aquellos que tienen la nacionalidad estadounidense. Tampoco son contabilizados los mercenarios o contratistas cuyas bajas sobrepasan los mil hombres muertos y casi cuatro mil heridos en el transcurso del conflicto.

Expresamos que antes de la invasión de Irak, Al Qaeda no tenía a nadie en el país. Hoy, sus fuerzas insurgentes tienen jaque a la superpotencia y al borde de la derrota militar a pesar de toda la tecnología, el poder de guerra y casi medio millón de hombres contando las fuerzas armadas estadounidenses, los ejércitos mercenarios delicadamente llamados “contratistas” y las fuerzas iraquíes de policía, policía militarizada, ejército y otros cuerpos de milicias tribales que colaboran con los ocupantes a cambio de dólares.

Según analistas militares y de seguridad de los EEUU, miles de militantes y simpatizantes de decenas de países se infiltran a través de las porosas fronteras de Siria, Jordania, Arabia Saudita, Irán y Turquía fortaleciendo a las fuerzas de la organización denominada Estado Islámico de Irak, un frente de agrupaciones radicales del cual Al Qaeda representa una parte fundamental. Estas mismas fuentes revelan también que Irán presta considerable ayuda a la resistencia iraquí con armamento de nuevo tipo, entrenamiento y asesoramiento en varios planos a sectores de la guerrilla shií. Qué duda cabe que Irak se ha convertido en un descomunal campo de entrenamiento para todos los estamentos de las fuerzas de Al Qaeda por la estupidez del presidente Bush y el grupo de neoconservadores que se han apoderado de la Casa Blanca.

Pero eso no es todo. Al Qaeda ha iniciado un programa masivo de exportación de guerrilleros desde Irak hacia otros países. Importa aprendices y exporta especialistas. En abril del 2007, funcionarios gubernamentales de Arabia Saudita dijeron que habían arrestado a 172 hombres que planeaban atacar y destruir instalaciones petroleras, edificios gubernamentales y cuarteles del ejército. Muchos de aquellos hombres -presumiblemente de Al Qaeda dijeron los funcionarios sauditas- se habían entrenado en Irak. Lo mismo acontece en Somalía, en Marruecos, en Argelia y ahora en el Líbano.

Mientras mayor sea el tiempo que las fuerzas de los EEUU y sus aliados permanezcan en Irak, mayor será la fuerza de Al Qaeda, mayores sus posibilidades de expansión y penetración en la región y mayor será su capacidad de luchar en varios frentes y mayores serán sus opciones de alianzas en la zona axial del planeta.

Dennis Pluchinsky ex alto funcionario de análisis de inteligencia del Departamento de Estado expresa que “el entrenamiento militar en guerra que lleva a cabo Al Qaeda significa una mayor amenaza para Occidente que aquellos extremistas entrenados en Afganistán ya que Irak ha llegado a ser un verdadero laboratorio de las tácticas de guerrilla urbana”.

En definitiva, si como muchos analistas predicen, los EEUU o Israel ataca a Irán, la situación se tornaría insostenible ya no sólo para los EEUU y Gran Bretaña sino que también afectaría a la OTAN y, naturalmente, a toda Europa. Marcaría el momento de una gran inestabilidad política y económica en todo el mundo. Toda la zona del Medio Oriente podría inflamarse. Para entonces, una ofensiva mundial de no solo Al Qaeda sino de múltiples organizaciones islamistas ortodoxas, tanto sunitas como shiítas, podría acarrear consecuencias impredecibles y marcar el inicio de una “colaboración táctica” entre las dos vertientes principales del Islam tal y como acontece hoy en algunas zonas de Afganistán. Prevista por los analistas para corto tiempo la derrota de USA en Afganistán e Irak, la fecha también marcará, sin duda, el nuevo ataque de Al Qaeda a los EEUU.

En conclusión, cito Michael Scheuer, ex agente de la CIA, con 22 años de experiencia en el Islam, Jefe y fundador de la Unidad Secreta ALEX encargada de la persecución y ejecución de Osama bin Laden desde su creación en 1996. Uno de los hombres con mayor conocimiento de Al Qaeda en el planeta.

“La guerra en Irak ha establecido como verdadero todo lo que bin Laden ha dicho: que los EEUU destruirán cualquier gobierno fuerte en el mundo árabe, que buscará destruir a los enemigos de Israel, que ocupará militarmente los lugares sagrados del Islam, que se apoderará del petróleo que pertenece a los árabes y que reemplazará las leyes de Dios por las leyes del Hombre. Al Qaeda ha encontrado un refugio seguro en Irak para una gran cantidad de hombres que, por primera vez, le entrega el acceso directo a la Península Arábiga, a Turquía y a los países del Levante. Posiblemente hemos escrito la orden de defunción para Jordania…todo esto representa una tremenda ventaja para Al Qaeda que ha movido el centro de su guerra miles de millas hacia el oeste…la gente de esa zona está dispuesta a morir para impedir el éxito de nuestras políticas y nosotros no podemos matarlos a todos uno por uno”.


Ricardo Rodríguez es periodista y escritor. Ha publicado en la Editorial Txalaparta “¿Cuántas veces en un siglo mueve sus alas el colibrí?” Marzo 1999; “El desafío de Bin Laden” Septiembre 2002 y “La Ruta del Esqueleto” Marzo 2006.
 
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