El
obispo Alejandro Goic, presidente de la Conferencia
Episcopal de Chile formuló una advertencia que abrió
un debate en ese país, pero que tiene validez universal
porque apunta directamente a la feroz explotación de
que son objeto los trabajadores como consecuencia de las
reglas que el neoliberalismo ha impuesto para anular las
conquistas sociales,aún cuando la legislación laboral
no haya sido abrogada todavía en algunos países.
Goic
presidió la comisión que el gobierno de Lagos designó
para elaborar un informe sobre las violaciones a los
derechos humanos del régimen militar, comisión que
entregó un detallado documento después de recibir las
denuncias de decenas de miles de personas. Hace unos días,
el obispo intercedió en el conflicto de los mineros del
cobre que son subcontratados por empresas distintas a
las que operan los minerales y contribuyó a la solución,
pero eso le dejó una visión clara de la realidad
laboral chilena, en la que los subcontratados no ganan
lo mismo aunque realicen igual trabajo y sus derechos
tampoco son iguales, porque el objetivo es debilitar a
los trabajadores y sus organizaciones.
El
obispo llamó a analizar las escandalosas
diferencias económicas del país advirtiendo que
si no hay una mayor justicia social el conflicto va a
venir. Al mismo tiempo, criticó a los medios porque dan
cobertura cuando la iglesia habla de moral sexual, pero
no cuando habla de moral social y de crecer en equidad y
justicia social. Señaló que sobre el salario mínimo
quizás pueda discutirse el monto, pero el sueldo ético
es algo libre, no impuesto por ley y es el paso que hay
que dar hacia un país más equitativo
¿QUIÉN
PAGA?
Las
palabras del obispo Goic fueron bien recibidas, salvo
por una senadora del partido creado para apoyar a
Pinochet,la que señaló que Goic no entendía nada de
economía porque las medianas y pequeñas empresas no
podrían pagar un sueldo de 250 mil pesos(470 dólares),
rango en que lo estimó el religioso. Y ahí empezó la
polémica. Otro senador, del mismo partido al que nos
hemos referido apoyó al obispo y dijo que su propuesta
era similar a la que él mismo había presentado en
orden a que se calculara un sueldo que cubriera el costo
de la canasta básica (47 mil pesos,88 dólares) para un
grupo familiar
de cuatro personas, por lo tanto debería ser de 216 mil
pesos (407 dólares. El salario mínimo actual es de 144
mil pesos(270) dólares.
La
nota diferente la puso Sebastián Piñera, quien disputó
la presidencia con Michelle Bachelet en la segunda ronda
de las elecciones presidenciales pasadas. Piñera, que
es el hombre más rico de Chile y aspira a postular
nuevamente en 2010 por la Alianza derechista, planteó
que debía buscarse un salario consistente en la suma de
los ingresos de cuatro integrantes de un grupo familiar,
estimando un mínimo de 68 mil pesos por cada uno (128 dólares),
lo que hace un total mensual de 272 mil pesos (510 dólares).Pero
agregó que si el grupo familiar no alcanzaba a reunir
esa suma, el Estado debía completarla. Recibió
innumerables críticas, porque eso favorecería el pago
de salarios individuales muy bajos y el costo que se
cargaría al Estado lo pagarían todos a través de los
impuestos. La democracia cristiana propuso convocar a
una mesa de diálogo sobre el tema.
Mientras
esta discusión se iniciaba, la presidenta Bachelet daba
la bienvenida a lo expuesto por el obispo Goic,
manifestando que era el
momento de cerrar las brechas existentes y que,
como país que crece, Chile tiene que asumir que la
desigualdad extrema es una vergüenza inaceptable y este
no es un tema de izquierdas o derechas, agregando que
tampoco de pro-empresarios o anti empresarios, de
gobierno o de oposición sino un tema país y pidió que
al momento de enfrentar los problemas no se quedaran sólo
en los discursos.
SE
CUADRUPLICA LA DESIGUALDAD
En
la reunión que acaba de efectuar el Consejo
Internacional de Amnistía Internacional en Yautepec,
estado de Morelos, se señaló que la diferencia entre
las personas de mayores y menores ingresos se ha
cuadruplicado en los últimos 15 años, según
publicó el periódico Reforma. El ex jefe de la
misión de Naciones Unidas en Sudán ejemplificó
diciendo que en 1990 un rico tenía 30 pesos y el pobre
un peso, pero en la actualidad el rico tiene 130 pesos y
el pobre sigue teniendo sólo uno.
En
este contexto, la idea del sueldo ético tiene una
innegable validez. Los sostenedores del modelo
neoliberal se defienden argumentando que no se pueden
aumentar los salarios porque entonces se elevan los
costos de las empresas y de esa manera éstas no pueden
crear nuevos empleos. La realidad indica que con todas
las prerrogativas que han obtenido, tampoco crean
empleos. Lo que en forma generalizada se ha puesto en práctica
para combatir la pobreza son los programas asistenciales
como el mexicano Oportunidades o Chile Solidario, que
con distintas denominaciones no sólo existen en los países
menos desarrollados, sino que ahora se pretenden
implementar también en los países ricos, como lo
demuestra el interés estadunidense por conocer e
implementar Oportunidades.
La
realidad de las grandes empresas y particularmente de
las transnacionales no justifica sus lamentos. Si
regresamos a Chile, nos encontraremos con que en el
primer semestre de este año 343 empresas han aumentado
sus utilidades en un 12 por ciento, lo que sumaba 7 mil
65 millones de dólares y sus ventas
habían crecido un 10 por ciento, superando los
119 mil 714 millones de dólares. Pero aún
faltaban por considerar otras 357 empresas, entre ellas
las dos más grandes, la Corporación del Cobre, Codelco,
que administraba las minas nacionalizadas en el gobierno
del Presidente Allende, y la minera Escondida,
transnacional que explota el yacimiento más grande del
país. Los datos entregados después por Codelco señalan
que sus excedentes, o utilidades del semestre fueron de
4 mil 670 millones de dólares, cifra que será muy
inferior a la que surja de la información de las
transnacionales que explotan la mayoría de las
minas de cobre chilenas.
Y
en todas partes se dan situaciones similares. Tomemos
como ejemplo a la petrolera estadunidense Conoco, que
opera en Venezuela y que reportó que en este primer
semestre sólo tuvo
una utilidad de 301 millones de dólares, en contraste
con los más de 5 mil millones de dólares que logró el
año pasado, debido a la nacionalización de la Faja del
Orinoco. Dinero para pagar sueldos éticos existe de
sobra en el mundo, no se hace porque el modelo apunta en
otro sentido, a la acumulación de riqueza para acumular
poder y por eso se cancelan las conquistas sociales y se
implanta la subcontratación para dejar indefensos a los
que menos tienen.
En
este contexto, después de los dichos del obispo Goic y
el cardenal Errázuriz, la iglesia chilena anunció que
revisará los ingresos de todo su personal, incluido el
subcontratado.