POSADA
CARRILES
EL
TERRORISTA CONSENTIDO DE WASHINGTON
Por
Frida
Modak
El
martes pasado una jueza federal de Estados Unidos desestimó todos los cargos
que el gobierno de ese país le había formulado
a Luis Posada Carriles, un cubano nacionalizado venezolano que capitanea
a un grupo de “cubano americanos” como les dicen en el norte
a los que en Cuba apodan
“gusanos”. Lo habían detenido bajo el cargo de fraude migratorio, por haber
ingresado a territorio estadunidense en forma ilegal a través de la frontera
con México. Posada, que durante décadas ha trabajado para la estadunidense
Agencia Central de Inteligencia, CIA, no podía ingresar legalmente porque es prófugo
de la justicia en el caso del avión de Cubana de Aviación , al que ese
individuo y sus subalternos le pusieron una bomba en 1976, haciéndolo explotar
y causándole la muerte a 73 personas.
No
es ese el único hecho terrorista en que está envuelto Posadas,él ha sido un
elemento importante en todos los actos de terrorismo ocurridos en América
Latina y el Caribe, patrocinados por el gobierno estadunidense y la CIA. Las
organizaciones de “cubano-americanos” tuvieron también activa participación
en la Operación Cóndor, que bajo la batuta de Pinochet y con el conocimiento
y la aprobación de Washington, implementaron las dictaduras sudamericanas en
los años setenta y ochenta para perseguir,detener, torturar y asesinar a sus
opositores en cualquier país en que se encontraran.
El
atentado contra el avión cubano se produjo el 6 de octubre de 1976,quince días
antes,el 21 de septiembre de ese mismo año,en pleno centro de Washington, en
Sheridan Circle,había ocurrido otro atentado terrorista.Una bomba explotó en
el automóvil en que viajaba Orlando Letelier,ex embajador de Chile en Estados
Unidos y ex ministro de Defensa en el gobierno del Presidente Salvador
Allende,causándole la muerte.Poco antes la dictadura le había quitado por
decreto la nacionalidad chilena.En este
acto y en la bomba colocada en el avión cubano actuó el mismo grupo de “cubano-americanos”,cuyos
cabecillas eran Luis Posada Carriles y Orlando Bosch, este último incluso
vivió en Chile protegido por el régimen pinochetista.
Cometieron
muchos otros crímenes en la región caribeña,en Guyana especialmente,y también
estuvieron vinculados con otros
atentados cometidos en Europa contra figuras latinoamericanas
opuestas a las tiranías respaldadas por Washington.En América Central
tuvieron,además, participación activa no sólo en la represión sino
también en el financiamiento de los mercenarios nicaragüenses conocidos como
los“contra”,que Estados Unidos reclutó,adiestró y financió para hacerle
la guerra,a través de ellos,al gobierno legítimamente electo de los
sandinistas en Nicaragua.Y cuando el congreso estadunidense negó los fondos
para seguir manteniéndolos y se recurrió
al trafico de armas y drogas para hacerlo, también estuvo en eso el
grupo de “cubano-americanos” encabezado por el “venezolano”Posada
Carriles.
HISTORIA
En
1976 gobernaba en Estados Unidos Gerald Ford,que había reemplazado a Richard
Nixon,que se vio forzado a renunciar por el escándalo Watergate.El director
de la CIA continuaba siendo George H.Bush,padre del actual mandatario.Cuando
se inició la guerra contra los sandinistas,el presidente estadunidense era
Ronald Reagan y su vicepresidente era George H.Bush.Hay pues, una larga
historia que va de los Bush a Posada Carriles,quien en rigor debió ser
extraditado a Venezuela, país que lo reclama porque el proceso en su contra
sigue abierto.Posada y sus cómplices fueron detenidos durante el gobierno del
presidente Carlos Andrés Pérez,quien después
del golpe militar en Chile había logrado la libertad de Letelier,que vivió
varios años en Venezuela.
En
una nota de condolencia enviada al Presidente Fidel Castro,Pérez subrayó”Con
indignación y profunda pena hemos recibido los venezolanos la noticia de la
muerte de los 73 pasajeros que viajaban en un avión de la
línea Cubana de Aviación, de Barbados a La Habana,victimados de un
abominable acto de terrorismo”.Y agregaba “Hace pocos días
ofrecimos la tierra venezolana para dar morada definitiva a los restos
del ilustre político chileno Orlando Letelier, víctima de la infamia
terrorista”.Poco después, ante las informaciones que señalaban que
desde Venezuela operaba una organización terrorista internacional
relacionada con organismos estadunidenses, el presidente venezolano pidió una
aclaración al gobierno del norte.Eran los tiempos en que aún no se enrolaba
en el neoliberalismo,adhesión que le costó ser destituido en su segundo
mandato.
TERCERA
ESCAPADA
El
fallo de la juez estadunidense constituye de hecho la tercera escapada de
Posada Carriles a la acción de la justicia.El camino lo pavimentó el
gobierno del presidente George W.Bush, cuando optó por enjuiciarlo por fraude
migratorio, un delito menor que a lo más le habría significado al terrorista
un año de prisión.Ese fue un artilugio para no dejarlo en libertad en cuando
se conoció que había ingresado ilegalmente a territorio estadunidense y
tanto Venezuela como Cuba reclamaron su extradición.El gobierno de Bush
argumentó que no lo extraditaría porque su vida “correría peligro” en
alguno de esos países y para simular que lo sancionaba inició un
proceso viciado por las irregularidades cometidas,pero que buscaba
protegerlo.Posada puede pasearse libremente por Estados Unidos.Antes,la ex
presidenta panameña Mireya
Moscoso lo dejó libre en vísperas de terminar su período,indultándolo en
el juicio que se le seguía por intento de asesinato contra el presidente
Fidel Castro, cuando éste asistía en la capital panameña a la Cumbre
Iberoamericana.
La
primera vez que Posada eludió a la justicia, gobernaba Venezuela el
COPEI,partido demócrata cristiano, y el grupo terrorista alardeaba de que con
esa nueva administración obtendría la libertad.El relato más completo de lo
que fue ese período en que Posadas y sus cómplices estuvieron en prisión,
es el de la periodista venezolana Alicia Herrera, que los empezó a visitar en
la cárcel y logró que le proporcionaran información
de primera mano de sus actividades. Los terroristas,para ese entonces,
recibían un trato privilegiado en la prisión,tenían una intensa vida
social,recibían visitas en sus celdas,como si estuvieran en su casa,y también
percibían un sueldo que les permitía a ellos,sus esposas y sus novias,tener
un alto nivel de vida.Los sueldos los recibían a través de la DISIP,el máximo
organismo policial venezolano que, según afirmaban los liberaría.
Alicia
Herrera no pudo seguir viviendo en Venezuela después de presentar su
libro,”Pusimos la bomba...¿y qué?”,al que hoy de agregan los de otros
periodistas e investigadores, que permiten adentrarse en lo que fue el
atentado al avión cubano,cuyos autores siguen gozando de una vergonzosa
impunidad