LA
HORCA PARA SADDAM
¿EL
NOBEL DE LA PAZ PARA BUSH?
Frida
Modak
La
pregunta del encabezado no es ociosa , basta recordar que en 1973 Henry
Kissinger fue galardonado con el Nobel de la Paz por haber representado a
Estados Unidos en las conversaciones de paz realizadas con Vietnam. Después
de planificar ofensivas bélicas de gran envergadura contra esa nación asiática,
así como de Laos y Camboya, Kissinger, responsable también de golpes
militares y operaciones criminales en América del Sur, asumía en nombre de
Estados Unidos que la guerra contra Vietnam estaba perdida.
Así
se iniciaron las conversaciones de paz, aunque ésta sólo se alcanzó años
después, razón por la que Le Duc Tho, representante vietnamita en esas
negociaciones, no aceptó el galardón. Las situaciones de los dos países
tienen diferencias importantes, pero también semejanzas, ambos fueron
invadidos por Estados Unidos por razones estratégicas del imperio. Vietnam
por ser limítrofe con China e Irak porque ya en los setenta había
nacionalizado el petróleo, cumpliendo la divisa del Partido Baas Árabe
Socialista: el petróleo árabe es para los árabes.
La
condena a muerte de Saddam Hussein se dictó por lo sucedido en 1982 en la
ciudad de Dujail, a 60 kilómetros
al norte de Bagdad. El 8 de julio de ese año Saddam,que había accedido a la
Presidencia de la República en 1979 tras la renuncia de Ahmed Hasan Al-Bakr,
visitó la localidad citada para agradecer el comportamiento de sus habitantes
en la guerra con Irán. Cuando se retiraba fue emboscado por un grupo de
hombres armados, que se enfrentaron con su equipo de seguridad. Se inició una
investigación y alrededor de 150
personas fueron detenidas, parte de ellos no regresó a Dujail.
Este
fue el primer juicio enfrentado por Sadam Hussein y el único, porque de
acuerdo a la ley iraquí cuando una condena a muerte es ratificada sólo cabe
ejecutarla en los treinta días siguientes y los demás juicios se cierran. El
asunto tiene varias aristas, las judiciales, las políticas y las que tienen
que ver con la explosiva situación que se vive en el Medio Oriente.
IMPUGNACIONES
AL JUICIO
Desde
antes que la sentencia quedara a firme, se habían registrado denuncias acerca
de las características del juicio. Tanto Human Rights Watch, organización
que se ocupa de la vigencia de los derechos humanos, surgida en Estados Unidos
en la época en que América del Sur estaba plagada de dictaduras, como Amnistía
Internacional han señalado que todo el proceso adoleció de “serios y
sustantivos defectos legales, administrativos y de procedimiento” que
determinan que el juicio no fue justo. El gobierno iraquí, elegido en las
elecciones organizadas por Estados Unidos, manifestó a través de su
canciller que el juicio fue justo y el Primer Ministro Nuri al Maliki había
anticipado que la ejecución podría efectuarse antes del término de 2006.
Las
críticas de Human Rights Watch se deben en buena medida a que en su opinión
la corte no tomó en cuenta el significado internacional que tendría ese
primer juicio y el que debía seguirle. Para esa organización esos juicios
figuraban entre los más importantes después del de Nuremberg, en que se juzgó
a los jerarcas nazis al término de la segunda guerra mundial. Pero Estados
Unidos, que es el que realmente ejerce el gobierno en Irak, consideraba que le
convenía más terminar rápido con el juicio y eliminar a quien, por razones
que aún no salen a la luz, los Bush consideran su enemigo personal.
GENOCIDIO
Por
los acontecimientos ocurridos en Dujail, a Saddam se lo acusó de la muerte de
148 personas y los jueces señalaron que eso constituía genocidio. En torno a
este tema hay mucha controversia, pese a los nuevos conceptos y documentos
aprobados en el plano internacional. Se lo considera el máximo delito
en el derecho internacional, puesto que está referido a la destrucción
parcial o total de comunidades humanas. Pero Gerry Simpson, profesor de
Derecho Público Internacional de la London School of
Economics señala que pese a ser una atrocidad a gran escala, pública
y visible, es muy difícil probar la responsabilidad criminal individual.
Por
eso, indica, a grandes criminales como Adolf Eichmann no se le formuló ese
cargo y en el caso del ex presidente serbio Slobodan Milosevic, al cual sí se
lo acusó de genocidio, ello habría obstaculizado, en su opinión, un juicio
rápido. Para probar que un individuo cometió genocidio se tiene que
demostrar que “tenía intención de destruir total o parcialmente un grupo
racial, religioso, étnico o nacional determinado, mediante su participación
en uno o más delitos, por ejemplo el asesinato, la deportación o el traslado
forzado de niños desde sus casas”.
Lo
dicho por Simpson, aunque está muy circunscrito al caso serbio, plantea una
cuestión que vale la pena considerar. Saddam fue acusado de genocidio por la
muerte de 148 personas detenidas en el curso de la investigación de un
fallido intento de asesinato en su contra. El juicio que debía realizarse
después es el relativo a la muerte de varios miles de kurdos en 1988, cinco
mil según unos, varias decenas de miles según otros. Ahora bien, sin que sea
cuestión de números, desde la invasión estadunidense a Irak han muerto 650
mil personas de acuerdo a la Universidad John Hopkins, cifra que el ministro
de salud iraquí rebajó a 150 mil. La invasión de Estados Unidos a Irak se
justifica por la necesidad, dice la Casa Blanca, de acabar con los terroristas
¿califica eso como genocidio y quién sería el responsable?
CONSECUENCIAS
DE LA EJECUCIÓN
Mientras
se hacían los preparativos para una ejecución, habían surgido ya voces de
advertencia porque ahorcar a
Saddam Hussein podría tener el efecto contrario al que pretendía la
administración Bush. Trascendió que para los demás presidentes y
gobernantes árabes se trata de un precedente peligroso: una potencia invade
al país que se le da la gana, se apodera de sus riquezas, persigue y mata a
los ciudadanos que defienden la soberanía nacional acusándolos de
terroristas y, para culminar su agresión, ejecuta al presidente al que
derroca.
Talvez
en Washington haya celebraciones,pero en el resto del mundo habrá preocupación.
Estados Unidos se ha dedicado a
presentar a Saddam Hussein como un patán asesino, otra imagen puede emerger
después de su ejecución.