De Puro Chile - 15 junio 2006
Guantánamo
Símbolo de la locura imperial
por Frida Modak
Guantánamo es una provincia de Cuba que tiene alrededor de 200 mil habitantes y tiene también, contra su voluntad,una base naval estadunidense enquistada en las cercanías de la bahía.
Ese enclave se ha convertido en un centro en el cual se reproducen todas las atrocidades que Estados Unidos ha cometido y prohijado en aquellos lugares del mundo que considera parte de su política de seguridad nacional.
Lo que allí ocurre es una aberración conocida, criticada o condenada
verbalmente, sin que a la administración Bush le preocupe. Es posible que en unos días más anuncien el cierre de ese campo de concentración, pero no se será producto del arrepentimiento ni de la repulsa del mundo
civilizado, sino de las conveniencias electorales del partido republicano al que Bush está arrastrando a una deblacle en los próximos comicios legislativos.
No es la base naval de Guantánamo el único lugar en el que se cometen crímenes de esta naturaleza en nombre del combate
al terrorismo, se sabe de otras prisiones como esa y la complicidad de los gobiernos europeos ha quedado de manifiesto con el conocimiento que tenían de los vuelos "secretos" realizados por la Agencia Central de Inteligencia, CIA, para llevar prisioneros a lugares en los que eran y talvez aún siguen siendo
torturados. La globalización también se da en este plano
A los 460 presos de Guantánamo, en su mayoría afganos, no se les han formulado
cargos, excepto a diez, por lo tanto ni ellos ni nadie sabe de qué los acusan y no se conocen sus nombres ni las funciones que desempeñaban.
Tampoco se ha dicho qué hace ahí un adolescente, que tenía doce años cuando fue llevado a esa prisión.
Si se reproduce esta situación en los 20 campos de concentración secretos que se dice que hay,
habría miles de personas prisioneras en las mismas condiciones.
LOS SUICIDIOS
Los tres suicidios de prisioneros de los que se ha informado en los últimos días han sido el detonante de las nuevas denuncias sobre lo que sucede en Guantánamo,
pero el asunto ya ha sido denunciado muchas veces. En respuesta el gobierno estadunidense autorizó que un grupo de periodistas visitara la
base, sus reportajes dejaron en claro que todo lo que se decía era cierto y que las torturas eran una práctica
habitual. A los prisioneros, esposados y engrillados, se los interrogaba en una sala que tenia un vidrio grande y al otro lado de ese vidrio, los médicos seguían el
interrogatorio. Según las explicaciones dadas a los periodistas, eso era porque el interrogado podía sentirse mal
y, en ese caso, el oficial interrogador apretaba un timbre y llegaban los médicos.
Eso se quiso presentar como ejemplo del cuidado que recibían los presos,
pero resultó evidente que el papel de los galenos era muy distinto. En los interrogatorios se torturaba y ellos señalaban cómo y hasta dónde
llegar. La participación de los médicos en estas prácticas ha sido denunciada incluso por publicaciones especializadas de medicina.
El Comité de Tortura de las Naciones Unidas celebró en el mes de mayo recién pasado audiencias para tratar el tema, a las que concurrió una delegación estadunidense que trató enredar las cosas argumentando que en su país no había una legislación contra la tortura porque eso estaba contenido en otras disposiciones
legales. Los miembros del Comité los acusaron de jugar con las palabras y los instaron a adoptar las definiciones de la Convención contra la tortura, condenando a Estados Unidos por esas prácticas,
dándole un año para tomar medidas correctivas. La ONU estima que Estados Unidos debe dar curso a acciones legales que a los prisioneros les permitan defenderse o dejarlos en libertad e incluso indemnizarlos si fueron torturados.
En ese contexto se produjeron los llamados suicidios, que una subsecretaria el departamento de Estado calificó de “operación de relaciones públicas” para “llamar la atención”,
lo que no debe extrañar, otro alto funcionario había declarado antes que era una “locura” reconocerles derechos a los presos del Guantánamo.
Se calcula que en todo el período de funcionamiento del campo de concentración se han producido más de cien intentos de
suicidio, porque esa es la única salida que ven los allí recluidos.
AMÉRICA LATINA EN LA MIRA
Si alguna relación pudiera establecerse entre América Latina y lo que Estados Unidos llama “lucha antiterrorista”,
ésta sólo podría referirse a la aplicación de iguales torturas en Guantánamo y bajo las dictaduras que Estados Unidos impuso y mantuvo en la región en nombre de su seguridad nacional entre mediados de 1965 y
1990. Sin embargo, en las últimas semanas se ha conocido un documento del departamento de Defensa
estadunidense, en el que se diseña un plan para combatir el terrorismo en el mundo y que afecta a la soberanía de otros países y en especial se refiere a América Latina.
Hace ya tiempo que la administración Bush ha señalado a la Triple Frontera-Brasil,Argentina y Paraguay-como una zona en la que se protegería o financiaría a supuestos terroristas, porque allí viven familias de ascendencia musulmana que se dedican al comercio.Varios de ellos fueron detenidos hace un tiempo a instancias de Washington, pero fueron dejados en libertad porque no había ningún fundamento en las acusaciones. Ahora la administración Bush vuelve a la carga,pero hay que tener claro que en la Triple Frontera lo que existe son enormes reservas de agua dulce y riquezas codiciadas por el imperio.
Si Washington lograra controlar esa parte de América del Sur, tendría un corredor que pasaría por Argentina, Paraguay,Brasil y Colombia para llegar a Panamá y su Canal, cercando y aislando a Bolivia y Venezuela, ambos países con sus enormes riquezas de gas y petróleo.
Ya los estadunidenses han instalado un contingente de 400 hombres en Paraguay a pretexto de ayudar a la población,
pero el informe del departamento de Defensa dice otra cosa.
Estados Unidos está instalando unidades de operaciones especiales en las embajadas de 20 países de Medio
Oriente, Asia, Africa y América Latina. Esas unidades actuarán con absoluta libertad y podrán detener
personas, compilar datos de inteligencia sobre supuestos terroristas, atacar sus supuestos campos de entrenamiento y trabajar con militares extranjeros para eliminar supuestos santuarios
terroristas. No se sabe qué países participan del plan y si sus gobiernos están informados de la presencia de esas tropas.
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