De Puro Chile - 21 mayo 2006
Bolivia
Entre la mezquindad, la codicia y el racismo
Por Frida Modak
La nacionalización de los hidrocarburos decretada por el presidente boliviano
Evo Morales ha puesto de relieve muchas cosas. Cuando Morales ganó la
elección, recibió felicitaciones y promesas de apoyo de muchos gobiernos, en
especial de Europa occidental y América Latina. También recibió ofrecimientos
tales como condonar la deuda externa y hasta George Bush dijo que estaba
dispuesto a "trabajar" con él.
Transcurridos ya los tres primeros meses de su
gobierno, poco y nada se ha visto de lo ofrecido. En su reciente viaje a Viena
para asistir a la cumbre Unión Europea-América Latina, el mandatario dijo, por
ejemplo, que el presidente del gobierno español, al que considera aliado
estratégico, no ha cumplido nada de lo que ofreció: doblar la ayuda y condonar la
deuda.
Señaló Morales: "Yo no he pedido nada, pero Zapatero me prometió que si
ganaba me condonaría la deuda. Tampoco veo la condonación". Lo que sí se ve es la
defensa de las empresas nacionalizadas que hacen los gobiernos amigos y los
aliados estratégicos cuidando, eso sí, no aparecer contrarios a la medida, sino
defensores de un estado de derecho que no ha sido vulnerado por Bolivia. La
semana pasada reprodujimos el artículo 139 de la constitución boliviana y el
artículo primero del decreto de nacionalización, para mostrar como éste se apega
exactamente al texto constitucional.
Pero cuando Morales dijo en Viena que las
transnacionales, entre ellas Petrobras, la que más reclama y amenaza, habían
operado ilegalmente en su país y contrabandeado petróleo, los brasileños se
ofendieron, haciendo abstracción de que fue el Tribunal Consitucional de Bolivia
el que en abril de 2005 señaló que los contratos de las petroleras no tenían
valor legal porque violaban el articulo 59 de la Constitución, que en su párrafo
5 establece que el Poder Legislativo debe autorizar, entre otros, "los contratos
relativos a la explotación de las riquezas nacionales.
Las empresas se habían
entendido con el derrocado presidente Gonzalo Sánchez de Losada quien al
terminar su primer mandato dictó un decreto especial que desconocía la
constitución y en su segundo período quiso hacer el gran negocio del gas, no
para Bolivia desde luego, lo que le costó el puesto. Veamos ahora lo que le
mezquinan a la nación del Altiplano.
PETROBRAS Y REPSOL
Decíamos antes que la
brasileña Petrobras es la transnacional que más ha reclamado y amenazado por la
nacionalización, es también una de las que más se benefició con el anterior
estado de cosas. Es una de las 500 empresas más grandes del mundo y está entre
las 12 petroleras más importantes. Tiene alrededor de 10 mil pozos de petróleo y
gas, unas 100 plataformas marinas, 16 refinerías en su país de origen y el
extranjero, entre ellas las dos más grandes de Bolivia. Posee barcos tanqueros de
gran tamaño, cerca de 8 mil servicentros y varias plantas de fertilizantes. El
año pasado sus utilidades sumaron 11 mil millones de dólares.
Creada en el
esquema nacionalista del presidente Getulio Vargas e impulsada luego por los
regímenes militares, Petrobras controlaba 45 por ciento de los campos
petroleros bolivianos, representa 18 por ciento del PBI y 30 por ciento de
la recaudación tributaria. Tenía planes para otras empresas y reclama porque sus
inversiones en los últimos diez años bordean los mil 500 millones de dólares.
La española Repsol, por su parte, controlaba 30 por ciento del mercado de
hidrocarburos bolivianos. Según señala José María Vera Villacián, director de
Estudios de Intermon-Oxfam, directivos de la empresa han señalado que por cada
dólar invertido en Bolivia han ganado diez, en circunstancias que la
rentabilidad óptima en ese sector es de 1 a 5 y también de 1 a 3. Eso revela la
magnitud de las ganancias de las transnacionales en Bolivia.
La nacionalización
les limita su participación en el negocio a 18 por ciento, lo que les permite
operar, invertir y tener utilidades de 15 por ciento. En esos términos Petrobras
ya habría recuperado su inversión y ganado otros 750 millones de dólares en los
últimos diez años, pero como se ve a través de Repsol, las utilidades han sido
mucho mayores.
LAS EXPECTATIVAS BOLIVIANAS
En esta danza de miles de millones de
dólares acumulados por las transnacionales, lo que Bolivia espera obtener es un
aumento de tributos de alrededor de 300 millones de dólares anuales, para llegar
a 780 y financiar el presupuesto nacional .Quieren dejar de ser
"mendigos", como dijo el presidente Morales, y no vivir de préstamos y donaciones
mientras sus riquezas benefician a otros.
La nacionalización de los
hidrocarburos bolivianos tiene muchas semejanzas con la nacionalización del
cobre hecha en Chile en el gobierno del Presidente Allende, no tiene visos de ser
de factura "chavista", si bien el presidente venezolano le ha dado su respaldo
sin condiciones. Bolivia necesita disponer de su riquezas. El Programa Mundial de
Alimmentos ha señalado que un tercio de las familias pasa hambre, 615 mil niños
menores de 13 años se acuestan sin haber comido nada nutritivo en el día. Cuatro
de cada cinco habitantes del sector rural no pueden adquirir la canasta básica
alimentaria, mientras 100 familias poseen 25 millones de hectáreas y 2 millones
de familias campesinas trabajan 5 millones de hectáreas. Por eso habrá una
segunda reforma agraria y se proyecta recuperar otras riquezas, por lo que es
válido preguntar si le seguirán mezquinando a Bolivia la libre disposición de lo
que le pertenece, que es codiciado por unos pocos que los menosprecian por ser
un país de mayoría indígena, ignorando que tienen una cultura milenaria anterior
a la era cristiana y que dio origen a la civilización Tiawanacu, en los
alrededores del lago Titicaca, de la que surgió el primer imperio panandino, base
del Tawantinsuyu o Imperio Inxa
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