LA AYUDA HUMANITARIA DE
EE. UU. OFRECIDA
LUEGO DEL PASO DEL CICLÓN CHARLEY POR TIERRA CUBANA
No somos limosneros, señor Bush.
Percy Francisco Alvarado Godoy| Guatemala 27 agosto 2004
De acuerdo con una declaración de Adam Ereli,
viceportavoz para la Ayuda Humanitaria de los EE.UU., ofrecida el pasado 13 de agosto,
"EE.UU. lamenta los daños causados por el huracán Charley (en Cuba) y expresa su
solidaridad con el pueblo cubano."
Más adelante, señala, con
desparpajo e hipocresía: "El pueblo cubano puede contar con el apoyo de EE.UU. en
estos momentos difíciles. Estamos trabajando para ayudar al pueblo cubano en la crisis
humanitaria que hoy enfrenta." Parece ser, sin lugar a dudas, que este señor se
olvidó que su propio gobierno ha contribuido de manera descarada e insensible a mantener
durante cuatro décadas un criminal bloqueo contra Cuba, fuente principal de los
principales problemas económicos y sociales enfrentados por la sociedad cubana en este
tiempo. Olvida también, que las propias administraciones norteamericanas se encargaron de
promover innumerables hechos terroristas que provocaron no solo miles de muertos y heridos
entre los cubanos, sino también cuantiosos daños materiales.
Por si fuera poco, Adam Ereli
explicó que la Sección de Intereses de EE.UU. será la encargada de proveer de inmediato
la irrisoria cantidad de 50 000 dólares en fondos estadounidenses para atender las
necesidades humanitarias del pueblo cubano. Toda ayuda, desde luego, podría ser aceptada
por los cubanos cuando viene de corazones solidarios y desinteresados. Así ha sido
recibida, incluso de los EE.UU., cuando cientos de amigos la han ofrecido a través de las
Caravanas de los Pastores Por la Paz". Sin embargo, la migaja ofrecida por EE.UU.
mueve a la risa y levanta en este escritor la sospecha de que ella es una burla al dolor y
a la difícil situación que padecen hoy los cubanos.
Los daños materiales sufridos por
los cubanos, menos dolorosos que las cuatro víctimas ocasionadas por el ciclón Charley,
han sido incalculables. No obstante, el pueblo de Maceo, Martí y Fidel, es capaz de
resistir este nuevo embate y salir adelante, sin necesidad de migajas que en vez de
admirarse generan ofensas.
Al finalizar la declaración, Ereli
no deja de destilar veneno cuando expresa que "EE.UU. insta al gobierno de Cuba a que
facilite la provisión de esta ayuda directamente al pueblo cubano."
El colmo de la obcecada
intransigencia del gobierno de George W Bush contra Cuba se puso de manifiesto cuando una
organización terrorista radicada en Miami, el Movimiento Democracia, movida más por
ansias de protagonismo político que por interés humanitario, pidió a la Casa Blanca una
''excepción de emergencia'' de 30 a 60 días en cuanto a las sanciones que restringen
actualmente a las remesas, a los viajes, a los envíos de paquetes y al volumen de
equipaje de los viajeros hacia Cuba desde EE.UU. Sin demora, la funcionaria de la Casa
Blanca, María Tamburri, declaró: ''Nuestra política de rechazo al régimen totalitario
no impide la asistencia humanitaria al pueblo de Cuba''. Sin embargo, la funcionaria dijo
ayer no tener información sobre el asunto, pero ratificó la política estadounidense
hacia la Isla. Es decir, para Cuba solo se enviarán las migajas que ha decidido la Casa
Blanca y alguna otra enviada por organizaciones vinculadas a la mafia de Miami y que se
subordinará a sus oscuros intereses políticos.
El propio Ramón Saúl Sánchez,
jefe terrorista del Movimiento Democracia, no se tragó la píldora. Se apresuró a
declarar insuficiente la irrisoria ayuda en correspondencia con la magnitud de los
destrozos sucedidos en Cuba e instó a otros grupos del "exilio" a sumarse a su
propuesta. Lo absurdo de todo esto es que otro terrorista y su grupo, José Basulto, se
sumaron a la proposición de Sánchez. ¿Creerán estos señores que el desespero de los
cubanos les permitirá recibir ayuda en esta contingencia de los mismos que durante
décadas los han agredido y asesinado? Está claro que ni el Movimiento Democracia, ni
Hermanos al Rescate se han apenado ni se apenarán jamás por sus víctimas. Sin embargo,
la propuesta ha servido, al menos, para poner sobre el tapete la irracionalidad de las
medidas anticubanas de Bush y su pretendido humanitarismo hacia Cuba.
Como siempre, acostumbrada al
malabar político y a no comprometerse de modo directo con respecto a la política hacia
Cuba en una posición que no la beneficie, la Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA)
declinó pronunciarse sobre la propuesta de Sánchez ni sobre la irrisoria ayuda ofrecida
por Washington. El director ejecutivo de la misma, Joe García, solo se limitó a
declarar: "Estamos buscando información adecuada para determinar nuestra
respuesta''.
Sin embargo, la jauría intolerante
de extrema derecha agrupará dentro del Consejo por la Libertad de Cuba (CLC), quienes
apoyan incondicionalmente la línea dura de la Casa Blanca con respecto a aumentar las
restricciones a los viajes y al envío de remesas a Cuba, enfrentó airadamente la
propuesta de Sánchez.
Este capítulo de la pretendida
ayuda norteamericana hacia Cuba en estos momentos de difícil y complicada reconstrucción
y reparación de los daños ocurridos luego del paso de Charley, ha servido para demostrar
que EE.UU. no se preocupa sinceramente por los cubanos y, en última instancia, solo
podremos esperar de ellos "ayuda humanitaria" al estilo iraquí. Solo eso, si se
lo permitimos. Bastaría decirle a Bush, con orgullo y dignidad que este pueblo no es, ni
será, un pueblo de limosneros. |